Infiel a mi marido y lo gocé 4: la playa

Hola a todos, en mi primer relato puse mi nombre como Sofía pero ya he tomado confianza en revelar mi real nombre que es Sandra, el de mi marido queda oculto aún por respeto a su persona, aunque ya poco es el respeto que le guardo por meterme en situaciones de infidelidad con otras personas.
Mi marido tuvo unos días de vacaciones y me invitó a la playa, yo tenía muchos años de no ir y le dije que con gusto iría con el, el aire de mar y la arena de playa siempre me han encantado, sin embargo, las prendas de baño que tenía no me quedaban ya bien, debido a que engordé caderas, nalgas y algo de barriga y me quedaban demasiado ceñidos al cuerpo mostrando demasiado mi cuerpo, incluso en la parte de arriba del bikini al ajustármelo se me notaban los pezones y mi gran busto, por detrás eni se diga que se me veían claramente la mitad de mis nalgas y lo peor era que también se notaba parte de la rajita de mi vagina.
Mi marido se rió un poco de mi gordura pero no ofensvamente sino que me dijo que vestida asi pondría a todos los varones de la playa bien calientes, me rei un poco por la forma en que me lo dijo y le dije que pasaríamos a una tienda a comprar nuevas prendas. Viajamos en mi auto y pasamos por una tienda con tan mala suerte de que el despistado de mi marido por apurarse olvidó sus tarjetas de crédito y el efectivo con que contábamos no sabíamos si nos alcanzaría para las bebidas, mis prendas  nuevas y otros artículos de playa. así que mi marido me dijo que iríamos a un área no tan poblada y que usara los bikinis que tenía ya que las prendas en la tienda estaban carísimas.
Sólo compramos lo más básico y nos fuimos a la playa, buscamos un área no tan llena y encontramos una donde sólo habían un grupo de ancianos tomando sol, nos cambiamos la ropa y al caminar hacia la playa noté que los viejos no paraban de verme, me sentía codiciada por esos ancianos que difícilmente podrían con una mujer como yo, por eso le dije a mi marido: "papi esos viejos no paran de verme el culo y las tetas, pero ´son ancianos así que más de eso no podrían hacerme", mi marido no paró de reirse, tomamos cervezas y mi marido empezó a ponerme bronceador, los viejos no paraban de ver, eso, me dio un poco de morbo, no verguenza, me hacían recordar las miradas del gringo Jhon y su amigo negro.
Mi marido me invitó a meterme al agua más tarde y decidí darles un regalito a esos viejos, contoneando mi enorme culo para ellos mientras caminaba hacia el agua, creo que si pudieran se hubieran masturbado en ese mismo momento, les eché una mirada y me hacían ojitos y lanzaban besos, yo les sonreí, mi marido no vio nada por que me llevaba de la mano, Pasamos un rato en el mar y salimos a recostarnos bajo la sombrilla, fue tal el relajamiento que mi marido me dijo que dormiría unos minutos, que lo despertara si notaba que se pudiera quemar del sol, molesta le dije: "¿para eso me traes?, apenas bebes siempre te da por dormir", me dijo que no me molestara, que si deseaba que viera una revista o que me tomara unas cervezas más, se durmió y los viejos pasaron por el frente de mi, eran en total 5, los cuales me saludaron a la distancia y se hicieron cerca a mi, noté que sus miembros los tenían erectos y me imaginé que fue x mi causa.
Uno de ellos me hizo señas de que me acercara y no sé por qué accedi, me levanté y le pregunté por qué me llamaban, noté que estaban como entre 55 a 65 años por allí, el que me llamó me dijo que era lo más bello que habían visto desde que llegaron, yo les sonreí y les dije que era obvio, porque no había más mujer en esa área, que si fueran más hacia la derecha encontrarían más chicas, pero el viejo me dijo que para qué si la que les gustaba ya la tenían, yo reí y les dije: "¿se refieren a mi?. para que sepan soy casada y ya vieron a mi marido".
El anciano me dijo que él estaba dormido y que la verdad era tonto para dormise teniendo semejante mujerón a su lado, eso me resultó en un halago y no me molesté, me puse a pensar que tenían razón, uno de ellos me brindó una cerveza la cual tomé y me cayó un poco de espuma sobre mi cuello, el cual fue resbalando hacia mis pechos, eso los puso a mil y el viejo viendo que sus amigos querian acción me dijo que un poco más adelante tenían una camioneta donde me ivan a dar un dinero a cambio de pasarla bien con ellos.
Les dije: "no soy puta, ¿qué les pasa?", entonces él me dijo que era una fuerte cantidad: 500.00 dólares americanos, que no demoraría mucho con ellos, les dije que no porque después me violaban o raptaban y el que me habló me dijo que dejarían sus identificaciones al lado de donde dormía mi marido, tener a esos viejos alborotados y a mi marido dormido me hizo sacar lo que jhon me dijo que era: UNA PUTA, de nuevo olvidé que debía ser fiel y me entró una curiosidad enorme de saber si esos viejos podían darme la talla, les dije: "bueno, espero no demorar", uno de los tipos fue a dejar las identificaciones y me mostraron donde estaba la camioneta, entonces les dije: "déjenme caminar sola frente a ustedes", les volví a hacer el caminado sexy pero más caliente ya que me quite el bikini mientras caminaba, ellos se dieron gusto viendo mis nalgas contonearse, eso lo hice para no perder mucho tiempo y tener ese dinero en mis manos,
Dos de ellos se me hicieron a ambos lados y caminaron junto a mi tocandome mis nalgas cuantas veces querían, eso me ponía bien cachonda, al llegar al vehículo nos hicimos para la parte de atrás y tiraron una toalla grande sobre la arena, me mostraron el dinero para que vieran que no era falso y decidí a acceder a sus deseos, los viejos se desnudaron y empecé a mamar a cada uno, mientras mamaba una masturbaba a dos con mis manos y los otros empezaron a tocarse y se turnaban, se pusieron condones, no negaré que quedé engañada pensando que tenían penes pequeños, los tenían de buen calibre así que me monte encima de uno y le di la mejor cabalgata que una mujer le ha dado, gemía bien rico para ponerlos más exitados, el primero no aguantó mucho mi meneo, se vino, así que otro vino en su lugar, mientras lo montaba me chupaban las tetas, segui en la misma pose sacándoles la leche hasta llegar a los 4, pero el que me habló no había entrado en mi, me dio el dinero y pensé que no me cogería, me puse el bikini y me acompañó el que no me tocó para recoger sus identificaciones.
Al llegar me dijo que hacía falta él por follarme, pero le dije que ya había perdido la oportunidad por que estaba mi marido dormido cerca, el se sacó su pene recordé lo grande que era, el mejor de los 5 que me metí a la boca, se puso preservativo, me haló hacia la parte de atrás de la alfombrilla y me penetró por el culo, no opuse resistencia, sabía que mi marido es de sueño profundo así que no se despertaría con los ruidos, me tenía en 4 bien ensartada en su miembro varonil, a lo lejos sus amigos reían y yo tambíen reí, era exitante que me vieran bien culeada, me ponía morbosa, le dije al viejo: "papi que rico me la entierras", el me dijo: "las putas como tú hay que darles por detrás para que queden satisfechas", fue tan sucio lo que me dijo que me vine, ninguno de sus amigos logró eso, el se acostó y yo encima de él sin sacar su rico miembro de mi orificio anal.
Ese viejo me estaba dando una buena culeada, ni me acordaba de mis dos primeros amantes y con este ya llevaba 7, me sorprendí lo rápido que le ofrecía mi cosita humeda a mis amantes, el viejo se iva a venir y como recompensa me la saqué del culo y me tragué su semen abundante, cosa que también me encantó pues pensé que los viejos no tenían mucho semen para expulsar. Mientras mi marido dormidito, el viejo me dio una nalgada y una tarjeta con su número, me explicó que eran turistas y que durarían un mes en mi país, que si quería más dinero que lo llamara antes que se fueran, le dije que lo pensaría, recogío las identificaciones y se marchó, guardé el dinero en mi bolso y decidí meterme al mar para quitarme el olor a sexo que brotaba de mi piel, al salir empecé a chupársela a mi marido, el cual despertó de una vez y me dijo que qué hacía, que nos podían ver, pero le dije que ya estabamos solos y lo monté, no me duró mucho el cabrón pero ya no me importaba pues me había dado el gusto estando en una orgía con 5 viejos, uno de los cuales me sacó deliciosos gemidos. Nos tomamos unas cervezas más y decidimos partir, contentos los dos, sobre todo yo, poniéndome a pensar en la invitación del viejo, y en qué gastaría lo que me gané con el sudos de mi cuerpo, también me entró la idea de darme una vuelta por su hotel unos días de estos ja ja.

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