La gatita - parte 2 de 2

No dejes de pasar por mi mejor post

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No te vas a arrepentir

LA GATITA



PARTE 2 DE 2



Tomé el último trago de cerveza que ya estaba caliente y fui por otra lata, me sentí confundido al sorprenderme con una erección y no entender que pasaba por mi cabeza, todo estaba mezclado, todo patas para arriba, volví a mi asiento, el cangrejo seguía escribiendo sin saber que yo me había detenido por unos segundos, llené el vaso y seguí con sus escritos


Ella nos suplicaba para que le diéramos verga, fui por unos preservativos y nos aprestamos a complacerla, empecé a cogerla en cuatro, vieras lo que yo veía, esa cinturita, ese enorme trasero, lo mejor de lo mejor! Al otro lado se la chupaba a mi amigo, estaba presa entre los dos! luego cambiamos, él la cogía y a mí me la chupaba, Brian le daba ricos empujones y yo cerraba distancia con él, se la metía más y más profundo en la boca, hasta la garganta, ella era el mismo demonio. Sus gemidos contenidos llenaban el cuarto, volví a cogerla por detrás, y ella reculaba hacia mi lado, la muy perra buscaba que la penetración fuera profunda, completa y bueno, cambiamos un montón de posturas que no entraré en detalle

Tragué otro sorbo de cerveza, tenía un nudo en la garganta y la verga dura bajo la mesa, tan cruel, tan caliente, tan perverso...


Mi amigo le dio sexo anal, sin problemas, un buen rato, ella era una asesina, y en revuelco entre las sábanas ella lo estaba cabalgando a Brian, y me la chupaba a mí, entonces en un susurro de placer me imploró para que le 'hiciera el culo', fui por detrás, la verga de mi amigo le llenaba la concha, y su culito estaba todo abierto, se la metí completa, sin contemplación, sintiendo la gruesa pija que le llenaba el otro agujero, ella corcoveó como una potra salvaje y aferró las sábanas entre sus puños, le dimos con fuerza como la mejor película condicionada que puedas imaginar! y bueno, después de un rato lo sentí a Brian venirse y yo hice lo propio por mi parte, Euro85, estás ahí?

Si si! - respondí con suma rapidez, no quería que dejara de escribirme.

Bueno, te cuento lo mejor, ella siguió acariciando nuestros penes que fueron perdiendo erección, entonces sacó ambos preservativos llenos de semen, la muy puta nos miró fijamente y los vació en su boca, uno, y el otro, jugó con la mezcla, nos dejaba ver, dejó chorrear parte por la comisura de sus labios, luego lo tragó todo, por completo!

Diablos, con quien me había casado? era cierto lo que leía?, pensar que yo besaba esos labios sucios, entonces pregunté


Siguieron cogiendo cierto?

No, en verdad no, es curioso, pero ella dio por terminado el juego, nos dijo nuevamente que era casada y que tenía que volver a su casa para no levantar sospechas, que su marido era un buen hombre, y un buen cornudo, por cierto, imaginas, no quisiera estar en sus zapatos!

Si hubiera sabido con quien hablaba, al menos tenía la delicadeza de considerarme un buen hombre, en fin, ya no tenía muchas intenciones de seguir hablando con el cangrejo, solo me dijo que jamás había podido arrancarle su nombre, que solo había podido obtener las fotos con las que había armado el post y que jamás pudo volver a cogerla, por cierto, me dio el nombre y el lugar donde ella trabajaba, por si quisiera conocerla, que preguntara por la gatita. Le agradecí la información, como si yo no hubiera sabido donde encontrarla.



Agarré la última cerveza que me quedaba en la heladera, salí al balcón a tomar aire fresco, una rica brisa corría por el corredor que armaban los edificios a los lados de la calle, las luces led blanquecinas daban una hermosa imagen a la avenida flanqueada por grandes árboles, abajo había silencio, apenas algún que otro coche circulaba cada tanto y algún que otro desprevenido transeúnte le daba vida a esa postal. Tomé otro sorbo, mi vejiga me recordó que había bebido demasiado y debía pasar por el baño.

Cerré el ventanal y fui a orinar, mi calzoncillo estaba impregnado en mis jugos producto de la continua excitación y erección por la que estaba pasando, fue una sorpresa, me lavé la cara, me cepillé los dientes y fui a la cama, era tarde.



Aun me estaba acomodando cuando entró un WhatsApp de Zaira para avisarme que llegaría un poco más tarde, que era sábado y había demasiado movimiento, me reí y lo dejé de lado, hija de puta, demasiado movimiento...

Solo las cosas daban vueltas por mi cabeza, todo lo que el cangrejo me había escrito me llevaba a imaginar todo, a revivir ese momento como si hubiera estado presente, un estúpido con mayúsculas, ciego, confiado, enamorado. Abrí la notebook para releer el chat, y fui a su post para ver las fotos de mi mujer casi desnuda, como cualquier extraño podía mirarlas un torbellino de ideas dieron vueltas por mi cabeza, lo hermosa que era, lo puta que era, sus curvas estaban ahí, a la vista de todo el mundo, para que cualquiera pudiera masturbarse con mi mujer, yo solo en mi cama y ella, bueno, la imaginaba chupando vergas a desconocidos...



Me estaba masturbando sin querer hacerlo, porque no podía más, con sentimientos encontrados de excitación y odio, pero solo no podía evitarlo...

El semen saltó con fuerza inusitada, una vez, dos tres, por mi bajo vientre, por mi pecho, incluso llegó a mi rostro, mierda, no recordaba lo que era acabar en esa forma...

Me limpié con la remera y creo que recién ahí pude tener una paz pasajera.

No pude dormir, era imposible, di vueltas a un lado y a otro, ella llegó tarde, simulé estar dormido, pero solo sabía que había estado con alguien, ahora lo sabía.



En los días siguientes seguí calculando mis pasos, podría haberla enfrentado, podría haberle mostrado los escritos del cangrejo, podría haberle mostrado el post público donde todos la podían ver casi como había llegado al mundo, pero y después? seguramente no habría retorno, ella no cambiaría y la copa de cristal ya estaba rota, y en esa copa rota se reflejaba el fracaso de nuestra pareja. Tampoco me quedaría resignado, como si nada pasara, no era un hombre vengativo, pero tampoco un tonto sumiso que aceptaría cualquier cosa.


La gatita - parte 2 de 2


Ese viernes ella estaba mortal, como siempre, con una minifalda de cuero negro muy cortita, medias de red con encajes, botas taconas pasadas las rodillas, una remera sin mangas, de finos breteles que le dibujaban un busto perfecto, se había recogido el cabello y lucía unos amplios colgantes en forma de argollas que casi rozaban sus hombros, sentía el sabor al engaño en mi boca, pero Zaira siempre estaba radiante, siempre preciosa, siempre perfecta.

Cuando la puerta se cerró y sentí el coche marcharse, puse la última fase de mi plan en práctica, ya estaba afeitado y bañado, me calcé un jean de vestir, zapatos negros y una camisa violeta que a Zaira le encantaba, era su favorita, también me puse un perfume dulzón que ella me había obsequiado, me miré al espejo para asegurarme que todo estuviera en orden, hasta el último detalle, y partí a ese pub de mala muerte.



Llegué al lugar, pagué mi entrada como todo el mundo, era temprano, aún no había demasiada gente, apenas había pasado un par de veces por ese antro, como dije al principio, Zaira era una mujer muy independiente y dictatorial en sus cosas y siempre me había casi prohibido que yo metiera las narices en su empleo, di unas vueltas y como quien no quiere la cosa le pregunté a uno de los gorilas que cuidaban el lugar por 'la gatita', el tipo cruzados de brazos con la mirada y levantando las cejas me indicó que me dirigiera a la barra, y ahí fui, a su encuentro.

El rostro de mi mujer se desfiguró al otro lado de la barra al verme


Qué haces aca? - tiró como reproche

Nada, - respondí con una falsa sonrisa - trátame como un cliente más, o no puedo tener una noche de copas?

Dejé dinero sobre el mostrador para que me hiciera un trago, mi dinero valía como el de todo el mundo, ella empezó a prepararlo casi sin quitarme la mirada, yo solamente me llenaba de su hermosura, es que, a pesar de todo, yo no podía odiarla

Lo tomé casi sin respirar, y pedí otra vuelta, creo que en ese momento mi mujer intuía lo que pasaba, de hecho, fue al otro extremo a atender a otras personas y me dejó a mí en manos de otra de las chicas, me quedé solo, solo la veía a la distancia

Tomé el tercer trago, y el cuarto, entonces me di cuenta que estaba haciendo mal las cosas, ese no era el plan, solo me estaba emborrachando como un tonto despechado, aclaré mis ideas



Fui sobre ella nuevamente, la invité a bailar, Zaira me dijo que no podía, que estaba trabajando, yo le dije que sí, si podía, que solo un tema y entramos en una discusión de tontos.

Creo que ella se apiadó de mí, mi actitud había llamado la atención de un par de los gorilas y si seguía en eso me tirarían a la calle, pero también era su empleo y seguro tenía instrucciones no armar líos dentro del local, así que solo vino a mi lado.

Bailamos una canción, era movida, pero yo la apreté a mi lado, como si fuera el más romántico de los boleros


Estás ebrio! - recriminó

Tal vez, tal vez estuviera ebrio, y qué? cuál era el problema? solo quería estar así, con ella, era mi mujer y tenía más derecho que todos, cualquiera de esos bastardos que la seducía noche a noche no tenía nada que hacer ahí, porque ella era mía, solo mía!

Me enredé en sus cabellos, me embriagué en su perfume, llené mis manos con la geometría de sus líneas, mis ojos naufragaron en los suyos y respiré el aire que ella estaba respirando. La apretaba a mi lado, con fuerza, para retenerla e inmortalizar esos segundos, porque, aunque ella no lo supiera, en esos segundos empezaba a soltarla.

Zaira no entendía, o prefería no entender y preguntaba una y otra vez que estaba sucediendo, que estaba raro, y que contestar? si yo ya me sentía uno del montón, era un tipo que trataba de seducir a la gatita, a la puta de todos, el tesoro más preciado.



Le pregunte donde estaban los baños, yo creía recordarlo de las ocasiones anteriores en que había ido al pub, pero el alcohol en la sangre no me dejaba ver con claridad, simulé estar perdido para que ella misma me llevara hasta la puerta, y ahí habíamos llegado, damas, caballeros.

Yo tenía el plan trazado, en la previa iríamos al de damas, pero en ese momento, estaba caliente, enojado, molesto y excitado, todo mezclado en uno, así que la tomé por la muñeca y casi a la rastra la llevé al baño de caballeros


Que te pasa? estás loco?

Pero yo ya no diría más palabras, ya no.

Un par de muchachos fueron sorprendidos, uno estaba en el mingitorio y otro fumando un cigarro en el fondo, le llamamos la atención de inmediato, más la figura de mi mujer en ese lugar. La llevé a Zaira contra los lavabos y la puse de frente a los espejos y yo quedé por detrás, nuevamente me llené los ojos con sus curvas y ella solo me respondía la mirada, ya más tranquila, pero a la expectativa. En ese momento me sentí uno de sus tantos amantes, pasé la mano por delante, a su vientre desnudo subí hasta sus tetas, quise denudarlas, pero ella quitó mi mano


Pará! que te pasa?

Seguro no seré el primero - respondí en tono ofensivo

Volví a empujarla hacia adelante, la retuve por la fuerza, le levanté la pollera delante de los extraños, la media de nailon cubría su trasero hasta la cintura, por debajo se dibujaba una colaless casi imperceptible, que buena que estaba! Zaira, parecía dudar entre resistirse o entregarse, estaba confundida, yo era su esposo y nunca había actuado así.

Clavé mis dedos entre sus nalgas, y como si fueran tenazas hice crujir las medias para romperlas todas en la zona de su sexo, ahora sí, con el acceso libre busqué entre sus piernas y le enterré un par de dedos en la concha, la perra estaba toda mojada, pero susurró con el dejo de decoro que le quedaba


Para, pará por favor...

No le hice caso, al baño habían ingresado dos hombres más y los que estaban obviamente no pensaban irse, uno sacó su móvil y le dije que sí, que tomaran las fotos que quisieran, que filmaran, que ella era una puta y disfrutaba ser centro de atención, que le gustaba que la miraran, que la cogieran, que la calentaba todo lo sucio que ahí estaba ocurriendo, esperé que Zaira lo negase, pero no, no pudo hacerlo, estaba en su juego.

Se la metí toda, hasta el fondo, apretando sus piernas contra el mármol del lavabo, profundo, más profundo, la miraba al espejo y ella me devolvía la mirada, cada vez que empujaba ella cerraba los ojos y gemía como una gatita, volví a pasar la mano por su vientre y esta vez sí desnudé sus enormes tetas ante la mirada extasiada de los afortunados espectadores de turno, miraba sus pechos contra el resplandor, sus pezones, sus trazos dibujados por un especialista.



Poco a poco el baño se fue llenando de curiosos, los que entraban ya no salían y las luces de los flashes de las fotos llenaban el sitio.

Tomé su pierna izquierda y se la levanté sobre el lavabo apoyando en el su rodilla y su pantorrilla, quedó parada haciendo equilibrio sobre la derecha, su enorme culo quedó bien abierto a mis ojos, Zaira ya estaba perdida, era la puta que todos se cogían y yo era solo uno más, así me sentía, ya no era su esposo, solo uno que quería comerse a la frutilla del postre.

Escupí en su esfínter, la saqué de la concha y se la metí en el culo, lo tenía tan abierto que casi no noté la diferencia, eso siempre me había gustado en ella, que tuviera el culo tan abierto, pero ahora me hacía hervir la sangre, y Zaira ya gritaba de placer como si fuéramos las dos últimas personas del mundo, y volví a su concha, y a su culo, le decía 'puta, puta, puta' y eso solo la encendía, me vine todo en su concha, y confieso que fue el orgasmo más hermoso que pudiera tener, haberme cogido a esa puta había sido mejor que todas las veces que me había cogido a mi mujer.



Las cosas no seguirían como las había planificado en mi mente, el escándalo del baño de caballeros había llamado la atención de propios y extraños, los aplausos de los tipos que se habían arremolinado fueron interrumpidos por el personal de seguridad, y esta vez sí, los gorilas me llevaron a la puerta y mi retirada sería por las buenas o por las malas, intenté resistirme, entonces fue por las malas, cuando quise darme cuenta estaba desparramado en la calle, mirando las estrellas, con un par de golpes y magullones tratando de acomodar mis ideas.

Me incorporé en silencio, daba vergüenza, me acomodé las prendas y al mirar hacia la entrada noté como Zaira salía acompañada, incluso para ella había sido demasiado.



Caminamos en silencio, a la par, sin decir palabras, yo no estaba en condiciones de conducir, ella no deseaba hacerlo, no queríamos volver a nuestro departamento. Pasamos por una estación de servicios, fuimos al free shop, casi no había nadie a esa hora de la madrugada, pero los pocos casuales nos miraban extrañados, mi imagen era patética y ella, ella lucía como la más puta de las putas.

Quise comprar un champagne para festejar el fin, pero ni siquiera, apenas una sidra barata de segunda marca.

Seguimos nuestro camino, buscamos un lugar apartado, nos sentamos al borde del cordón que delimita la calle de la verada, uno al lado del otro, bebiendo perdidamente del pico, hablamos muchas cosas, demasiadas, desde el día en que la había conocido en la piscina hasta el presente.



Los primeros rayos del sol empezaban a asomarse por el horizonte, pasó un micro con los muchachos que ya iban a trabajar al puerto y nos gritaron todas las cosas que puedan imaginar, desde puta a cornudo pasando por todos los colores del arcoiris, era tarde, o temprano, ya no sabía, nos miramos, reímos...

Poco después, seguiríamos nuestros caminos por separado, no quise explicaciones, ni desde cuándo, ni como, ni nada, tampoco me interesaba volver a intentarlo, ella no cambiaría, y si lo hiciera, ya no sería ella. Zaira entendió la situación, tampoco quiso entrar en detalles de esa parte de su vida.



Hoy sigo mi camino en soledad, pasaron algunos años y ya no soy el baby face de ningún natatorio, solo un modesto profesor de gimnasia de escuelas públicas. No supe más de ella, de su empleo, nada, no sé si aun trabaja en ese pub, tal vez sí, tal vez no, estuve con muchas mujeres, ninguna como ella, tal vez solo quiero encontrar en alguna lo que Zaira movía en mí.

A veces se me cruza la loca idea de ir a beber unos tragos, no sé, pero después lo pienso y me contengo, tengo miedo, miedo de volver a enamorarme de la gatita.



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1 comentario - La gatita - parte 2 de 2

garcheskikpo +3
Y todo por no escuchar los consejos del viejo