Mi mejor amiga XVII

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Sigan 😁

Antes que nada, quiero decirle al vivo que continúa subiendo mis historias a otros sitios… Hacé lo que quieras capo, me chupa tres huevos, pensá que hay derechos de autor registrados de por medio y no te va a ir muy bien…

En fin, se agradece la compresión.

Se vienen cosas interesantes, normalmente no pido que hagan o se manifiesten al respecto, pero sigan y comenten qué historias les gusta más, qué personajes quieren, a quién odian…
Está bueno el intercambio…
Además, mayor quilombo haya, más ganas de escribir me dan…

Hay algunos extractos que podría subir de varias historias, pero no quiero abusar de esa temática… Mientras sirva para mantener encendida la llama de la incertidumbre, sí. Sepan que hay banda de material.

“El asesino del origami”, “La decisión”, “Laura, la mamá de mi amigo”, “Maxine”, “MPM3”, “Erica”, “Mi jóven tía II” y “Mi mejor amiga”. Todavía tienen tela para tirar...

¿Cuáles les generan más expectativa?

La verdad, es que ya no son simples relatos, son historias y todas ellas, tienen un futuro más allá de la página. Algunas ya los tienen…

En fin, si no fuera por el escaso tiempo habría más…

Saludos y los leo...







Mi mejor amiga. Capítulo XVII


No podía ser ella.
Un temblor aturdidor comenzó a dominarme. Ninguna de mis extremidades me respondía.
Un cuerpo atacado de forma atroz yacía sobre la rígida camilla de la ambulancia.
Por instinto, corrí hasta ella para confirmar lo peor.
En efecto, se trata de Eliana.
El terror que sentí en ese instante, no se comparó con ningún otro que pudiera haber sentido en el pasado.
¡Por dios! ¿Qué le habían hecho?
No creía en lo que mis ojos me mostraban
Lloré. Lloré como nunca en esos pocos segundos posteriores a reconocerla.
No me importó que el médico me frenara en seco cuando estaba por subir a la camioneta.
“¿Usted quién es señor?” me gritó.
La voz no me salía, pero pude darle a entender algo con mis balbuceos.
“Es mi novia” le contesté como si tuviera una piedra en la garganta.
No recuerdo exactamente qué más me dijo, solo que me permitió ascender al vehículo a regañadientes.
Eliana respiraba, pero estaba inconsciente.
YO: ¿Qué pasó? ¿Qué tiene?.- Pregunté mientras a mis costados del rostro se me formaban dos ríos de lágrimas.
MED: Por lo pronto, politraumatismos… Perdió la consciencia. Cuando lleguemos al hospital lo vamos a saber mejor.
El dr. me miraba con cara seria, como si mi presencia allí fuera una molestia para él. Al menos, eso percibí.
Eliana tenía sangre en el rostro, en la boca, brotando de su nariz, en la ropa...
YO: Pero ¿va a estar bien? por favor, digamé qué le pasa…- Le grité desaforado. Estaba volviéndome loco.
MED: ¡Calmesé porque lo bajo! ¿Escuchó?.- Me contestó de mala manera
YO: Por favor que no le pase nada… Se lo pido…
MED: Está estabilizada… Su situación no va a cambiar hasta que la vean en el hospital. Si no se calla, lo bajo acá…- Volvió a insistir.
Más allá de que no me importara, no comprendía semejante hostilidad por parte del médico.
Tomé su mano.
Me agarré la cabeza cuando vi que tenía el jean desabrochado y todo oscurecido.
YO: ¿Eso es sangre?.- Le pregunté con una sensación horrible.
MED: Es orina…- Me contestó sin mirarme mientras le colocaba el respirador.
Observé sus manos y estaban magulladas.
MED: A alguien no le gustó que se defendiera…-
Quería morirme ahí mismo.
¿Cómo no pude estar para ella?
Enseguida se me vino a la mente el hijo de puta ese.
Había sido él. Estaba seguro.
Agradecía al cielo que estuviera viva. Era lo que más importaba, pero rogaba que no le hubiera llegado a hacer algo más.
Sentí ira.
Un sentimiento de matar que nunca había percibido en mi ser.
¿Cómo una persona puede hacer algo así?
Su hermoso rostro, tan angelical… ¿Por qué fue golpeado con semejante brutalidad y malicia?
No correspondía esa imagen.
No podía ser ella.
El color morado en la cara… La sangre tornándose de color oscuro en su delicada piel.
Qué impotencia…
No recuerdo haberme sentido peor en mi vida. No recuerdo haber llorado tanto.
Cuando pude reaccionar un poco mejor, lllamé a su papá para avisarle lo que había pasado y a dónde la llevaban.
Del llanto no me salían las palabras. No sabía cómo explicarle...
No quisiera estar en los zapatos de la persona del otro lado del teléfono en ese momento.
Si yo sentía impotencia e incertidumbre, no imagino la de él.
Lo único que sé es que casi se desmaya al oirme.
Miraba cada parte ultrajada de su cuerpo y sentía rabia.
Tenía la blusa arrancada. Apenas estaba cubierta por la campera.
Se le veía sangre en la pancita, que parecía llegar hasta la hebilla de su cinturón, desabrochado.
¡No! Por favor, no.- Me repetía.
Quería abrazarla… Decirle que todo iba a estar bien, pero no podía.
El trayecto hasta el hospital fue interminable.
Recé.
Sí. Así lo hice.
Imploraba que no tuviera daños más graves de los que se veían.
Llegamos al nosocomio y la ingresaron como lo que era, una emergencia.
Quise entrar con ella pero no me dejaron. Me pidieron que permaneciera en la sala de recepción. Que ya la iban a atender y que esperara.
¿Cómo hacerlo sin desquiciarme?
Ya no estaba en mis manos. No dependía de mí y eso me aterraba.
Pasaba el tiempo y las peores imágenes venían a mi mente.
Lo asustada que habrá estado… Lo vulnerable...
Estar en esa sala aguardando, fue la hora más larga de mi vida. Interminable.
No se lo deseo a nadie.
En determinado momento, llegó el papá de Eliana. La cara de espanto que portaba…
Nunca lo había visto de esa manera.
Igual rostro tenía su esposa. Se le notaba afligida por la situación. De seguro ninguno de los que estábamos ahí, pensamos en vivir una situación como esa. Jamás.
ROB: ¿Cómo pasó esto?.- Me preguntó visiblemente conmocionado.
Por supuesto que no iba a ser grosero en un momento como ese, pero se notó que el viejo de Eliana no estaba para salir de la casa. Era el aniversario de la muerte de su ex esposa y madre de una hija y probablemente había tomado.
YO: Volvía para la casa y ese hijo de puta la volvió a agarrar…- Le contesté
ROB: ¿Crees que fue ese degenerado?
YO: Estoy seguro...
ROB: ¿Y vos donde estabas?.- Me preguntó.
Lo miré.
Lo sentí como una recriminación, pero no era momento para discutir eso.
YO: Estaba viniendo de Campana. Tuve trabajo allá hoy con mi viejo...
Se dio cuenta de la manera en que mi cara se transformó al oír su pregunta, pero pareció desistir de lo que podría haber sido esa actitud hacia mí.
SIL: ¿Dónde está ahora? ¿Qué le están haciendo?
YO: La están revisando… Entró estable pero inconsciente. Tenía sangre, golpes. No me dijeron más.
Silvia se tapó la boca horrorizada. Roberto, por su parte, comenzó a llorar.
Vaya día que tenía…
SIL: Pero ¿cómo la viste vos?
YO: Mal… Respiraba por sí sola pero estaba toda golpeada y moreteada. Tenía… La ropa desgarrada…
ROB: Le llega a pasar algo a mi hija y vamos a ver… ¡Vamos a ver, eh! ¡Créeme!.- Repetía histérico mientras Silvia lo calmaba.
La gente que estaba presente en la guardia miraba. Cada uno tendría sus problemas seguramente, pero prestaba atención a lo que ocurría.
Yo por dentro pensaba ¿qué hago? ¿qué puedo hacer?
Estar cruzado de brazos esperando me tenía muy mal. Me sentía un inútil.
De repente, la puerta grande al final del pasillo se abrió.
Un médico se aproximó a nosotros.
Congelados los tres, lo miramos.
MED: ¿Quién es Juan?.- Preguntó a la multitud. ¡El que vino con la chica golpeada!
Enseguida me abalancé sobre él.
YO: ¡Yo, Doc! ¿Cómo está? ¿Está bien?
El papá de Eliana también se le fue encima.
El médico se sintió intimidado.
MED: Les pido serenidad, por favor… ¿Quiénes son ustedes?
ROB: Yo soy el padre, él es el novio… ¿Cómo está mi hija?.- Preguntó con determinación.
MED: Está bien… Estable
SIL: Pero ¿Qué le hicieron?
MED: Déjeme un segundo que les explico…
Mi cabeza iba a explotar.
Sentía que el cráneo me presionaba tanto el cerebro que me iba a desmayar.
MED: Tiene politraumatismos varios… Cabeza, tórax… Va a quedar, obviamente, en observación, pero creemos que está fuera de peligro.
A pesar de que eso era bueno, no podía ni hablar, pero balbuceé:
YO: Tenía mucha sangre… ¿Qué pasa con eso? Ví mucha sangre yo.
MED: Tuvo hemorragia bucal y nasal, sí… Pero eso ya está controlado. Creemos que el resto de la sangre que tiene en el pecho y piernas, no es de ella. En la mano tenía firmemente agarrada una llave. Es probable que se haya defendido con ella.
Sabía que se había defendido.
Conociéndola, no se iba a dejar hacer nada sin pelear.
YO: ¿Y la ropa desgarrada?
ROB: ¿Violaron a mi hija doctor?.- Exclamó llorando.
El médico se quedó.
Fue el peor silencio que escuché en toda mi existencia.
Nefasto...
YO: ¿Doc?
MED: En principio, creemos que no… No sería lo más importante ahora, pero creo que no. Una doctora la está revisando en estos momentos. En estos casos, a veces, la persona atacada se orina para tratar de evitar un abuso. Yo creo que es lo que pasó. Y lo más seguro que el ataque se haya debido a eso y a la resistencia que ella opuso. Hasta realizar el examen completo, no vamos a estar seguros, pero es probable que haya sido así.-
Cuando terminó de hablar, puede ser que haya sentido un pequeño alivio. De todas formas, me sentía muy mal.
Silvia y Roberto sintieron ese pequeño mimo en el alma, también, con las palabras del Doctor.
YO: ¿Le rompió algo? Perdón pero necesito saber…
MED: Tiene muchos golpes, sobre todo en la cara… Es evidente el ensañamiento. Pero no tiene ninguna fractura.
YO: ¿Puedo verla?
MED: Como dije, la están revisando ahora… De todas formas, no te preocupes, pibe, está en buenas manos. Les recomiendo que tomen un respiro. Dentro de unas horas, podrán verla un momento si quieren.- Me contestó como con más confianza.
Roberto abrazó a Silvia y continuó llorando.
Era extraño verlo de esa manera.
Creo que lo peor había pasado. Solo quedaba esperar.
Aunque la idea de “violación” seguía rondando en mi cabeza.
Me convencí a mí mismo que sí la había violado, lo buscaría y lo mataría.
Me juré que así iba a ser.
De una forma u otra, estaba emergiendo de mí, una parte totalmente opuesta a la que en la cotidianeidad de mi vida, tenía para con los demás.
Me senté en una silla, recuerdo y entre las lágrimas que me caían y la angustia, me quedé dormido contra la pared de ese frío hospital.
Los llantos de los niños presentes y los lamentos de las demás personas que se encontraban presentes, forjaban una crudeza que la noche recibía paciente en su seno.
Mucho peor que en una película, mucho peor…
Me desperté sobresaltado cuando alguien me agarró del hombro.
Era mi viejo.
Me envolvió en sus brazos sin decirme nada.
Tampoco había demasiado para decir…
Roberto ya lo había puesto al tanto de todo a él y a mi madre.
Había dormido por poco más de una hora.
YO: ¿No salió nadie, no?
ROB: No, Juan… Todavía no.- Me respondió con preocupación en el rostro.
Mi vieja vino y también me cobijó un momento entre sus brazos.
MAM: Si dijeron que todo estaba bien, hay que confiar…
Por el pasillo, a lo lejos, se lo veía venir a un oficial de policía.
Yo esperaba que fueran con noticias buenas, dentro de lo que la situación permitía…
Traía una planilla en su mano.
Todas las miradas se dirigieron a él, conforme se acercaba.
POLICIA: ¿Quién es Juan Cruz Urquiza?
¿Preguntaba por mí?
Los viejos y yo nos sorprendimos rotundamente.
YO: ¡Yo, oficial!.- Contesté con asombro.
Mi viejo enseguida se puso delante mío.
PAPA: ¿Cúal es el problema oficial? Es mi hijo.-
POLICIA: Por ahora, nada… Solo queremos hacerle unas preguntas.
PAPA: ¿Unas preguntas? ¿Para qué?
POLICIA: Tengo entendido que el muchacho es novio de la señorita Eliana Favilli…
MAMA: Sí, pero ¿qué tiene que ver con todo esto?
POLICIA: Va a ser mejor que hablemos en la comisaría
YO: No me puedo ir Sr, no hasta ver a mi novia…
El funcionario me miró de forma extraña.
POLICIA: ¿Usted se apareció en la escena en el momento que la trasladaban hasta aquí, verdad?
La conversación entraba en una laguna extraña.
¿Por qué me preguntaban eso?
YO: Sí…
El padre de Eli se acercó a escuchar.
POLICIA: ¿Y qué hacías allí? ¿De dónde venías?
PAPA: ¡Espere! ¡Espere! ¿Qué está insinuando?.- Contestó ya bastante molesto.
POLICIA: Solo estamos examinando las posibilidades…
ROB: Oficial… Es un buen chico, me parece que tendrían que apuntar para otro lado ¿no?.- Respondió en forma irónica.
A mis viejos les cayó muy bien esa frase de Roberto. De alguna manera, me mostraba su respaldo. Y en una situación como estas, es clave.
De todas formas, no lo podía creer.
¿Me cuestionaban a mí?
POLICIA: Nadie dice lo contrario… Pero en casos como este….
MAMA: ¿En casos cómo este, qué?.- Replicó completamente sacada.
POLICIA: Estamos trabajando, Señora… Con una simple colaboración de su parte, es más sencillo.
Sentí una ira extrema que emergió de mí.
YO: ¿De verdad me preguntan a mí?.- Estuve trabajando todo el día en Campana, instalando una red. Volví en auto, cerca de las 19 hs. Cómo aún no saqué el telepase, tengo los recibos del peaje de la Illia. Fui a mi casa, me bañé. Di una vuelta en mi auto nuevo con mi mamá y fui a ver a mi novia, la cual encontré en un baño de sangre...
Todos se quedaron helados, mirando como me inflé el pecho delante del poli.
YO: Ahora yo me pregunto ¿dónde estaban ustedes? Que hace meses que no son capaces de agarrar a un violador que anda suelto por la zona, atacando y lastimando a las chicas. No hace mucho fui a radicar la denuncia cuando la atacaron por primera vez… Tengo una cicatriz por eso… ¿Qué hicieron con todos los datos que brindamos? Nada… Si no necesita nada más, le pido que se retire porque lo único que me interesa en este momento, es que mi novia esté bien… ¿Estamos claros o me presento con un abogado mañana en la delegación?
El flaco se quedó mudo, al igual que la multitud presente.
Creo que ni yo me di cuenta de la forma en que había reaccionado.
POLICIA: Tomensé un respiro… Vamos a estar en contacto…- Exclamó pareciendo comprender la situación.
Me importaba poco lo que pudiera pasar conmigo. Lo único que en verdad me tenía en vilo, era el estado de Eliana.
Aún me resultaba increíble lo que le pasó. Y que yo no pudiera estar ahí con ella para defenderla.
Me odié muchísimo.
Sentía una culpa tremenda. Si no hubiera ido a trabajar… Si hubiera llegado antes…
¡Qué mierda!
Pero quizá había una cosa que me reconfortaba un poco, dentro de todo lo malo.
Mi suegro me miró como con respeto luego de mi contestación al Oficial. Como si aquello que me dijo o intentó decir en un momento, hubiera quedado en el olvido. En un simple momento de una noche atípica.
El policía se fue de donde nos encontrábamos, pero seguramente tendría que recabar más información con el personal del Hospital.
No quedaba más que esperar.
Fue entonces que me senté en el banco de ese frío pasillo.
No iba a dormir ni mucho menos. Era imposible que ello sucediera. No iba a estar tranquilo hasta que viera a Eliana caminando y sonriendo como siempre.
Y había algo más…
Un sentimiento de odio muy fuerte que nunca había sentido.
¿Venganza?
Creo que en ese instante la furia me dominó de tal manera que si hubiera tenido a ese tipo enfrente mío, lo habría matado con mis propias manos.
Pero era solo un deseo de revancha.
No sabía ni quién era, ni cómo era.
La única vez que lo tuvimos cara a cara estaba demasiado cubierto. Incluso Eliana tampoco tuvo la chance de mirarlo bien.
Solo recuerdo que tenía barba, algo colorada, podría ser… Pero no estaba seguro.
Cada vez que intentaba volver a esa noche, todo parecía confuso, pero había algo que daba vueltas en mi cabeza.
Como si lo conociera o lo hubiera visto antes.
Es extraño. Quizá era el miedo o la obsesión que uno se genera cuando pasa algo así.
Además, había identikits por todos lados en el barrio. Probablemente la semejanza que sentía con alguien, vendría de allí…
Pasaron algunas horas más.
Yo no pegué un ojo en toda la noche. Permanecí sentado junto a mis viejos, que un momento ellos sí pudieron cerrar los ojos.
Mi cabeza se partía en 20 pedazos.
Al fin del pasillo, continuaba esperando, estático y serio, el oficial de policía designado para el caso.
Un ruido a puerta se oyó.
Fue tétrico, como si se tratara de una iglesia abandonada que es abierta después de décadas.
El rechinado fue ensordecedor.
Era una doctora que miró directo a nosotros.
Me levanté enseguida.
En el banco de al lado, estaba mi suegro con la mujer, apoyados el uno al otro.
DOC: ¿Los Favilli, no?.- Preguntó con un tono suave
YO: Sí, sí… Somos nosotros.- Contesté provocando que todos despertaran.
YO: ¿Cómo está?.- Pregunté sin darle tiempo a nada.
DOC: Bien… Mejor… ¡Vení conmigo!.- Me dijo
Me resultó extraño que me llamara a mí y no al padre.
ROB: ¿Qué pasa? ¿Está todo bien?
DOC: Quedese tranquilo… Ya está consciente y pidió ver a Juan primero.- Pareció decirle con calma.
Tragué saliva como si hubiera pasado por mi garganta una bola de engrudo.
El corazón se me aceleró de golpe.
Casi al trote, se acercó el policía.
POL: ¡Disculpe, Dra! Tengo que pasar también si la chica está consciente.
DOC: Perfecto, venga…
Me parecía muy bien que hiciera su trabajo, pero ojalá fueran tan exigentes para hacer respetar la Ley…
Caminamos los tres juntos hacia otra sala.
Los nervios que manejaba eran tremendos.
YO: ¿Dra… la…?.- Pregunté haciendo alusión a eso.
DOC: No… Lo intentaron, pero no.-
Esas palabras me golpearon como una ráfaga cálida en primavera.
Unas cuántas lágrimas salieron de mi rostro.
Lloré como un condenado.
Y sí, no era para menos.
Lo hice de tal manera, que la misma médica, me apoyó la palma en el hombro.
DOC: Quedate tranquilo…
¡Qué alivio!
No lo podía creer.
Trataba de secarme un poco las mejillas para que Eliana no me viera así, je.
DOC: La vas a ver un poco hinchada, pero no te preocupes… La golpearon mucho…
YO: Está bien…
DOC: Lo más probable es que vuelva a dormirse, así que si lo hace, dejala descansar… Yo voy a comentarle todo a los padres…
La amabilidad con la que me trató, me sorprendió muchísimo. Tuvo un comportamiento ejemplar.
No así el poli, que seguía serio y sin decirme nada.
YO: ¿Le va a quedar alguna secuela de esto?
DOC: Creemos que no… No a largo plazo, al menos. Tiene raspones y magulladura por el forcejeo, pero nada que pueda dejarle una cicatriz. Eso sí, va a tener inflamaciones y moretones por unas cuantas semanas, probablemente…
Estaba tranquilo, pero no tan tranquilo.
DOC: Hicimos placas, tomografías… Fueron contusiones fuertes, sobre todo en el rostro. Le propinaron unos golpes de puño muy crueles...
Cada palabra que decía me llenaba más de ira.
DOC: Yo no sé cómo alguien puede hacer algo así…
El oficial me miró.
Estoy seguro de que observó mis manos.
Entre eso y lo que la doctora me contaba, iba a terminar por cagarlo a trompadas a él.
YO: ¿Algo más, Doc, que tenga que saber?
DOC: No… No… Tiene un corte en el labio, pero no le dimos puntos. A partir de ahora tiene que descansar y recuperarse. Va a estar dos o tres días acá por si acaso. Ahh… Y otra cosa…
YO: ¿Qué?
DOC: Sentite orgulloso de tu novia… Dio pelea hasta el último instante…
La miré.
DOC: La cantidad de golpes que sufrió fue a causa de que en ningún momento, cedió. Hasta que el cobarde la golpeó con algo más…
YO: ¿Con algo más?
POLICIA: Sí, había un canto rodado grande, con sangre…- Expresó mirándome fijo.
DOC: Creemos que como no podía doblegarla, la golpeó con una piedra…
Mis ojos se abrieron como los de un sapo.
YO: ¿Una piedra?.- Exclamé casi con el corazón saliendo por mi boca.
DOC: Sí, pero los estudios salieron bien… Solo te lo decía para que sepas que estás con una guerrera…
YO: Lo sé…
La médica me sonrió.
YO: Bien… Muchas gracias por todo, es muy amable…
DOC: Tranquilo, nene.- Me señaló por dónde tenía que ir para verla y se fue por el lado contrario.
Acto seguido, observé una puerta abierta de una habitación.
Se veía la punta de una cama, donde una sábana blanca tapaba una figura femenina que se encontraba acostada.
Conforme iba entrando, más iba viendo de ese cuerpo estático.
Unos brazos blancos y magullados se veían a los costados.
Fue cuando ví su rostro.
Al sentir una presencia en la habitación, Eliana giró su cabeza levemente.
Su cabellera negra logró mostrarme su rostro.
Lucía cansada, pero logró formar una sonrisa al verme.
Fue shockeante verla en ese estado, pero intenté disimularlo lo más que pude.
ELI: ¡Hola, amor!.- Dijo muy bajito y con demasiada dificultad.
Casi que corrí a su lado.
Solo me miraba con un ojo, ya que el otro lo tenía cerrado por la hinchazón. Tenía la boca y mejillas completamente inflamadas y moradas.
Si no fuera por esa mirada y sonrisa característica, diría que estaba irreconocible.
La tomé suavemente de la mano, arrodillado en el piso.
YO: ¡Perdón!...- Le dije casi a punto de volver a llorar.
ELI: ¿Por qué?.- Dijo moviendo apenas la boca.
YO: Por no estar ahí…
ELI: Siempre estás... para mí… Por eso… Te amo.- Exclamó con dificultad y cerró sus ojos.
Me quebró.
No pude contener esas palpitaciones y las lágrimas se me caían solas.
Me di cuenta que el policía estaba parado en la puerta, observando.
Me hizo un gesto de “está bien” moviendo la cabeza como con aprobación y se fue.
Yo me quedé allí, en la misma posición mientras Eliana descansaba.
Dentro de todo, estaba felíz de que no hubiera pasado algo mucho peor. Era horrible la brutal paliza que le había dado.
No concebía la idea de una persona golpeándola y de esa manera. Tenes que estar muy roto para hacerle eso a alguien.
De solo imaginar cómo le podría haber pegado en la cara con tanta impunidad, me hervía la sangre.
La iba a pagar… Claro que sí. No sabía cómo… Pero lo iba a hacer.
No me importaban las consecuencias.
Me quedé a su lado todo el tiempo que pude. Pero también supe entender que no era el único que quería verla.
No sé cuántos besos le di mientras estuve allí, pero sé que le hacían bien, ya que a pesar de estar dormida, hacía alguna que otra mueca de satisfacción.
Nunca voy a olvidar la cara de horror que puso su viejo cuando lo vió al entrar.
Es algo que permanecerá imborrable en mi cabeza, lamentablemente.
Fue desgarrador.
Intenté quedarme por ahí afuera, pero dada las circunstancias actuales de puro y notorio conocimiento, no era lo más aconsejable y quizá, terminaría por empeorar las cosas.
La Dra. me pidió si podía traerle ropa limpia, ya que la que trajo consigo, estaba, bueno, ya saben…
Por supuesto que acepté la solicitud y de ahí me fui directo a su casa.
Me fui en uber, dado que el auto había quedado estacionado allá.
Me bajó todo el cansancio en el camino. Mal.
Pareció un viaje de 30 segundos.
No era que no me importara, pero ni miré el auto. Entré directamente.
El ambiente estaba frío.
No me gustaba esa sensación fea de que algo malo había ocurrido. Por más que haya sido así.
Agarré algo de ropa sin remover demasiado sus cosas.
Me senté un momento en el sillón. No daba más.
Fue como si no me quedaran fuerzas para mover las extremidades. Luego recordé el trajín que había tenido.
Trabajar todo el día sin parar, ir, venir, estar en el hospital despierto toda la noche…
Tenía que parar un segundo, al menos.
No me hacía mala persona estar exhausto. Además, si necesitaban de mí, tenía que estar bien.
Medio que me dormite en un sillón.
Miraba los panfletos del torneo de Eliana en la mesa, mientras intentaba mantener abiertos los ojos.
Torneo que no iba a poder terminar, ya que la final estaba solo a unas horas de realizarse y ella se encontraba en una situación totalmente inesperada.
Para mí no era importante eso, sí tenía que pensar en su salud. Pero si había algo que la iba a hacer enfurecer más después de lo que le pasó, porque la conocía, era perderse la final de ese campeonato. Había entrenado mucho y tenía muchas espectativas.
En fin, algo más que esa basura le había robado.
Me apagaba de a poco. No daba más.
El silencio sepulcral de la casa me fue de mucha ayuda.
Después de todo, por el momento, no había nada más por hacer.
Habrá sido un buen rato, ya que me relajé de tal manera, que no sentí mi entorno para nada. Como si me encontrara en el espacio, flotando.
Estaba bastante aliviado, a decir verdad.
Una llamada me despertó a las 11 de la mañana.
Zombie como pude saqué el teléfono de mi bolsillo. Fué automático.
YO: ¡Hola! ¡Sí!.- Exclamé efusivo sin mirar siquiera de quién se trataba.
- Hola ¿Juani?.- Dijo una voz femenina del otro lado.
Fue como que me despabilé inmediatamente.
Simplemente, porque odiaba que me llamaran así. Hasta prefería que me llamaran por mi nombre completo “Juan Cruz” antes que “Juani”.
YO: Hola, Flavia… ¿Qué pasó?.- Contesté algo seco.
FLA: Hola, gor… Perdón… Me enteré de lo que pasó ¿Cómo está Eli?
YO: Internada…
FLA: ¿Pero cómo está? ¿La viste?
No parecía ser falsa su preocupación. Yo la conocía y sabía cuando lo era. En este caso no pareció, por lo que decidí seguir hablandole.
YO: Sí, hace un rato… La quisieron violar y como no pudieron, la cagaron a golpes, basicamente…
FLA: Dios… No puede ser… Pero ¿Qué le hicieron? ¿Mucho la lastimaron?
YO: Sí… Se ensañaron… No sabes cómo está
FLA: Yo no te puedo creer… Te juro que estoy envenenada… No puede ser que un tipo así esté en la calle como si nada. ¡Es increíble!
Por primera vez en mucho tiempo, parecía que hablaba con una parte de ella, totalmente distinta. Más humana.
YO: Ya lo voy a encontrar…
FLA: Qué bronca… ¿Y qué vas a hacer? No sabes lo que te podes encontrar…
YO: Es un violín… No un mafioso…
FLA: No sabes… Pero bueno, escuchame… ¿Necesitan algo? ¿Algo que pueda hacer?
YO: No, no sé… No creo… Yo ahora vine a buscarle un poco de ropa porque va a estar unos días ahí… La golpearon mucho en la cara… Pero también tiene una costilla mal…
FLA: No… No me digas…
YO: No está fracturada, ni nada… Pero que se yo… No quiero ni pensar… Está fuera de todo peligro ahora...
FLA: No, está bien… Te entiendo… Si puedo hacer, de verdad lo digo, avisame.
YO: Bueno, dale… Para elegir su ropa sí hubieras servido, ja…
FLA: Sí, es verdad… ¿Viste?
YO: Gracias por llamar…
FLA: ¡Quizá moleste, pero manteneme al tanto!
YO: No, no es molestia
FLA: Y mandale un abrazo de mi parte… Sé que quizá es lo que menos espera, pero decile que estoy con ella… Odio cuando pasan cosas como ésta…
YO: ¡Dale! Se lo voy a mandar…
FLA: Bueno… Avisame cualquier cosa… ¡Y estate calmado!
YO: Jaja… ¡Dale! Un beso…
FLA: Beso…
Qué sorpresa…
De esas cosas que ni siquiera pasan por tu mente, pero de repente, ocurren.
Claro, después de todo ella también era mujer…
Me gustó su actitud, aunque no la veía ni un poco acompañando a Eliana, je. Sería una situación extraña, cuanto menos.
Aproveché para darme un buen baño y sacarme todo el olor a hospital que traía encima.
Toda la grela del día anterior se iba por el drenaje de la bañera.
Se me vino a la mente aquel día que me bañé acá, antes de comenzar a estar con ella y que estuve en bolas frente a sus ojos. Claro, tapado. Pero en bolas al fin.
¿Qué habrá pensado ese día?
Yo recuerdo que hice lo posible porque la verga no se me pusiera como una tabla delante de su mirada.
Me había encantado su cara de ocasión, aquella vez. Como con suma naturalidad me hablaba y abría las canillas.
Qué buen momento, inolvidable...
El agua caliente me reconfortaba bastante.
Afuera de la ducha, junto al lavabo, estaban sus botines, impecables.
Qué picardía…
Cuánto había esperado ese encuentro…
Ni se lo iba a mencionar, pero era cantado que iba a estar triste a causa de ello.
Pero bueno, ella muy fuerte… Se iba a reponer.
Además, se le había re plantado a la lacra esa, según los médicos.
No le tenía miedo, estaba seguro de eso… Por más que se haya visto superada.
Recordé que tenía el panfleto en la mano cuando la encontré.
¿Qué hacía con él?
Imagino su emoción por el torneo y me caliento cada vez más.
Qué injusticia…
Me vino a la mente algo.
Me quedé estático en la ducha.
Ese folleto lo había visto ya…
¿Lo vi sobre la mesa hace un rato? pensé.
Sentí que algo no cuadraba.
Traté de hacer memoria. Quizá el cansancio y el mal trago que me había llevado, pero la cosa no me cerraba.
Estaba seguro que ese folleto lo había visto antes y no era posible que fuera el mismo que tenía Eliana en su mano ensangrentada.
¿Qué onda?
Salí del baño como estaba.
Tenía que comprobar qué mierda era eso que no me dejaba tranquilo.
Llegué hasta el comedor.
Observé arriba de la mesa y se me erizó la piel sin saber por qué.
Tomé en mi mano el panfleto, era de cartón.
Pensé en la noche anterior.
¿Era de papel ese?
Miré y miré, pero no me convencía.
¿Por qué lo tendría en la mano en ese momento?
No tenía sentido.
De repente, un frío descomunal, me recorrió por la espalda, generando que me pusiera blanco.
Se lo sacó a él… Me dije.
Una imagen de hacía unas semanas se me vino a la mente en forma intempestiva.
Cómo si fuera una revelación.
Una persona que podría tener las mismas características que las de la bestia esa.
Tiene que ser… Sí…
El corazón me golpeaba el pecho con fuerza. Hasta podía oírlo latir a un ritmo frenético.
Barba… Medio colorado…
Sí, sí… Estoy seguro...
Es alguien que la vió en el torneo...

28 comentarios - Mi mejor amiga XVII

KenayTp +4
Muy bueno como viene esta historia. Mi favorita de las que escribiste. Me gustaría que sigas esta y la segunda parte de "mi joven tía". Abrazo genio
Svrgatqhvgw +4
te amo pero a la vez te odio nos hiciste esperar mucho jajaja, buen relato no te tardes tanto esta vez porfa🙏
diegoprey +1
Muy bueno amigo...historia muy atrapante mal...van 10pts...no sé xq pero a flavia no le creo nada....jaja...Abrazo.
Monstruo0501 +4
Brother como siempre un relato que te atrapa. Me gustaría seguir leyendolo. Talvez si tardaras menos en publicar su contenido seria genial. Mi joven tía me dejó picado. Como siempre 10+. Saludos
igna177 +1
Muy bueno!! Van mis 10
Jungkook77 +1
Perdón a Eliana se que es la protagonista principal pero Flavia es mi favorita tiene esa personalidad pasiva-agresiva que me llama más la atención
Labandadedani51 +1
Excelente historia expectante como siempre por otro capítulo
Me gustaría más de Laura y de joven tía
Sos muy bueno escribiendo
Cucus
Perdón pensé que era un relato erótico. Mala mía
hiphop911 +2
Lo es, capo! No leíste los 16 anteriores? Saludos
Tasmuerto15 +1
Muy buen relato amigo espere mucho, jajaja pero se hizo llorar, muy buena trama van 10. Me gustaría ver la segunda parte de mi tía joven me volvió loco esa historia. Y también mara me gustaría leer más
locuravip +2
NESECITO MI JOVEN TIA II!! de mis historias favoritas despues de esta
HackeeT +1
Que giro interesante, buen cap!
ruso201784 +3
como siempre te digo exepcional tus relatos !! dificil decidir cual me gustaria que sigas con mas fracuencia .. este me encanta . mi joven tia tambien . la mama de mi mejor amigo pinta interesante en si me gustan todos jajaja la verdad es que escribis muy bien aparte de que cuando los leo logras hacer q me meta en el personaje ... asi q sin mas espero pronto sigas con todossssssss los relatos y como siempre van +10
sebatatu1984
increible capitulo, ya ce que estas con poco tiempo pero la verdad que esto supero todos los limites, exelente episodio
Kraven_zur +1
Que genio 👏 ganas de saber cómo sigue que no te puedo explicar
mariano101010
LAura la mamá de mi amigo .. mete algo d eso pa plisss
MrBC13 +4
Vine a hacerme la paja y terminé llorando. +10! Jajajajajaja
TheSpartano1994 +3
Excelente relato le dio una trama diferente a los que vemos normalmente acá, es uno de mis favoritos junto con Mara, espero puedas subir más y no demores tanto jaja, pero bueno gracias por tu aporte.
Gonzalohertt +1
Con cada relató confirmó que sos el mejor escritor de poringa mis dieces
juani427 +2
Increíble como logras que el lector se sienta en la piel del protagonista. Sos un excelente escritor. Te felicito!!!!!!!
garcheskikpo +2
A pesar de no haya contenido sexual, tus relatos siempre dan gusto leer.
oggallegos
Ya casi saldra el otro episodio??😅😅
fer271079 +1
Sos un capo. Me hiciste sentir tristeza, bronca y también alegría con este capítulo.
Mattias121 +1
Flaco me hiciste lagrimear de la bronca , sos un capo
electroman61
genio! ojala pronto este el proximo capitulo, entro todos los dias a ver si esta 😁
Mauricio_2431 +1
capo, la espera desespera... cuando sale la parte XVIII?
Monstruo0501 +2
Brother, seguimos con muchas ansias la saga de mi mejor amiga. Cuando leemos algo nuevo. Nos Tienes expectantes pero también extrañando leer más. Saludos mi Brother