Con la boquita llena diciendo que Atlético manda

Quizás lo saben pero uno de los clásicos más importantes en el norte es el clásico tucumano entre Atlético y San Martín, el Decano versus el Santo. Una provincia que se frena y horas de caravana mezcladas con nerviosismo porque quién gane define lo que pasa en los próximos días en tu barrio, familia, laburo.
En los días previas están las cargadas y apuestas, yo no llegué a apostar pero había una pendeja arriba de los 20 años, Sofía, enferma de San Martín con la que había picanteado:
-Eehh que el sábado le rompemos el orto, todas las santitas van a ser nuestras putas…
-A quién le van a romper el orto ustedes, amargos.
-El sábado vas a ver…
Con la boquita llena diciendo que Atlético manda


El día del partido yo me junté con unos amigos a ver el partido, escabiar algo con alguna que otra sustancia. Arranca y para no hacerla larga, ganamos 2 a 0. Siguió el festejo con lo que nos quedaba y después nos fuimos yendo cada uno para su casa.
En el barrio me cruzo a la pendeja, cabeza de termo como era todavía tenía la camiseta de San Martín.
-Hola vecinita, te dije que le íbamos a romper el orto…
Me puteó de arriba abajo mientras yo en casa de risa pero tampoco iba a dejar que se zarpe.
-Escuchame pendeja, no te hagas la loca, acordate que te dije que todas las santitas iban a ser nuestras putas hoy, le dije mientras me acercaba y la agarraba de un brazo.
Me miró algo intimidada y pensé ya fue, es ahora.
-Mmmm, no veo que te negués, me parece que alguien quiere una verga decana.
Le tiré la boca para chapar pero me corrió la cara, para no parar le bese el cuello y le dije al oído.
-No te hagas la difícil, seguro que ya se te está mojando la tanguita del Santo.
Se lo tiré en joda pero la frase surtió efecto y Sofía confesó:
-Encima era una tanguita que uso de cábala, ya no me sirve más… y tiró como un pucherito.
Ya está pensé, a esta pendeja le calienta que la dominen. Cuestión que la avancé y me la comí mientras sin mucho disimulo le mandé mano a ese culo gordo envuelto en un short de jean. "Vamos, que te voy a dar un premio consuelo" le dije y nos fuimos para mi casa.
Llegamos, armé unos fernets, puse cumbia, me tiré en el sillón.
-Bailá para el campeón, dale…
Me miró para el orto pero obedeció.
-Mmmm que linda verdulerita, a ver, sacate ese short y mostrame esa tanguita de putita santa.
Se fue sacando el short y quedó en primer plano ese orto hermoso. La tanguita era blanca y en la parte de la conchita tenía el escudo de San Martín.
-Uffff, vení que tu papi decano quiere ver más de cerca tu cábala…
Se acercó y le fui amasando esas nalgas carnosas, y la di vuelta y mientras le mandaba unos dedos por arriba sus labios le digo:
-Así que está era tu cábala, no te sirvió mucho me parece. Le rompimos el orto igual y me parece que eso tu gustó un poquito...
La pendeja ya estaba mojada, suspiró y tiró "Siii papi". Siguió bailando mientras le metía mano, se quiso sacar la camiseta pero le dije que no.
-Dejatela puesta, así te acordas que sos la puta de un decano.
Sofía se enojaba pero era más fanática de la verga que de San Martín, entonces acataba calladita. Eso no evitó que les chupes las tetas, cada una con un piercing que me volvió loco cuando los descubrí.
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Después del franeleo, pelé la pija y sin que le diga nada, la pendeja se arrodilló y se prendió a petear. Alternaba la cabeza con los huevos, lamía todo el tronco. Pasaba la lengua, hacia círculos, chupaba la cabeza y hacia ruido de sopapa. La dejé hacer un buen rato hasta que le agarré la cabeza para marcarle el ritmo. Primero despacio y ya después buscando que trague más, sin darle respiro. La pendeja se ponía un poco colorada pero iba tragando. Bruscamente la saqué y le empecé a pegar pijazos en la cara.
-Como te gusta la verga de tu macho decano, no? putita de mierda, estabas esperando esto…
-Si, si, si, decía ella agitada.
Se lo volví a meter de una y comencé a cogerle la boca. Debo reconocer que la pendeja se la banco aunque tenía los ojitos con lágrimas. Se imaginarán, la excitación era el triple por tener peteando a tu rival después de haber ganado el clásico y si bien yo siempre fui zarpado ahora me animé a más. Le pegué un cachetazo y le dije "cometela entera". Sofía me miró descolocada por el golpe pero al segundo se prendió de la verga con más ganas. Era la confirmación de que para ella también la excitación era el triple.
-Ahora vas a tragarla entera y decir con la boquita llena "Atlético manda".
No se si por orgullo o pensando en el juego, la pendeja se negó. Me desconcertó pero no podía mostrar duda.
Le pegué un pijazo en la cara.
-Dale puta, tragala entera y decí con la boquita llena "Atlético manda".
- No.
Tuve que pegarle un cachetazo.
-Dale pendeja del orto, tragala entera y decí con la boquita llena "Atlético manda".
- No.
Así que tuve que agarrarla de la cabeza y clavarsela entera. Mientras la sostenía con la nariz haciendo tope, escuchaba como intentaba respirar.
-Te pedí por las buenas y no entendes. Hacele caso a tu decano y decí con la boquita llena "Atlético manda".
-Atlé...pufff..ti...glupglup..uff Atlé...aaghh..tico man..glupglup...da.
-Bien, putita, bien… Así me gusta, obediente.
Se la saqué de la boca para que respire y cuando se recuperó me miró a los ojos y me desafió.
-Todos los decanos son putos, me tenes que obligar para que te chupe la verga.
Con esa provocación ella daba a entender que entendía como seguir el juego. No pasó mucho tiempo de cogerle la boca que tuve que pasar a la conchita. Por Dios, cómo estaba de mojadita y calentita… Para humillarla y calentarla más le dije
-A ver tere, ponete en cuatro. Dejate la camiseta y -correte la bombachita…
Obedeció y le fui colando unos dedos en la conchita mientras mandaba lengua en el orto divino.
-Mmm este culito ya está roto. Todas putas las santitas, jajaja
-Ay ay ay, suspiraba ella tratando de que no se note lo que era obvio.
-Bueno tere, pedime que te coja, pedí la verga decana.
- No hijo de puta, no.
-Dale, si estás ardiendo, le digo mientras le mando tres dedos a tope.
-Ay ay, hijo de puta, cojeme puto.
-¿Cómo decís pendeja irrespetuosa? plaaf, un cachetazo en la nalga, que quedó colorada.
-Ay perdóname, cogeme mi amor, cogete a tu santita putita.
Música para mis oídos. Se la enterré de una y me aferré a esas caderas para darle duro. La pendeja ya no podía disimular los gemidos. La agarré de las tetas y la pegué a mi cuerpo, le comía el cuello mientras le decía
-Se ve que te gusta cómo tratamos a las santitas.
-Si, si, si
Cada si era porque le daba una estocada con la verga, lenta y profunda. Cuando me cansé, me acosté y le dije que me monte, para aprovechar esas tetas de frente le di permiso de que se saque la camiseta.
-Un ratito, después te la volvés a poner, le dije como para reafirmar quien mandaba.
Igual Sofía comenzó a montarme y se soltó. Por unos minutos me dediqué a disfrutar, a masajear y chupar esas tetas, pero tenía que volver a mi papel.
-Bueno, putita. No te hagas la boluda queriendome hacer acabar, que sabes lo que sigue.
-Qué?
-No te hagas la inocente, ponete la camiseta que ahora te voy a romper el orto. El premio para el que gana el superclásico.
-Estás en pedo.
-No hagas que te faje, ya le pasé la lengua y se nota que está abiertito, esperando verga decana.
La fui poniendo en cuatro, forcejeando y de ahí trabajandole el orto con dedos y un gel. Cuando ya entraban dos fácil, asenté la cabeza.
-No hijo de puta no, dijo, más que nada para guardar las apariencias pero sin oponer resistencia.
Entró la punta y la dejé quieta, un poco para que se acostumbre y otro poco para sentir como latía ese orto. La fui metiendo y sacando tranqui pero decididamente, que linda sensación la de hacer un orto y sentir cómo se va abriendo mientras le das sin soltarla de la cintura. Verla con la camiseta de San Martín y escuchar sus gemidos cortitos era la frutilla del postre.
Cuando ya estaba todo más fluido, empecé a darle con más ganas y fuerza, golpeando con los huevos a tope. Mucho más no iba a poder aguantar así que le dije
-Preparate porque te lleno el orto de leche.
Le di la última bombeada y acabé a chorros. Me pegué un poco a su cuerpo, sin sacarla, agitado. De acá se fue saliendo la verga y también comenzó a chorrearle la leche.
-Dame esa camiseta que hay que sacarte…

Listo. Un superclásico para no olvidar que Atlético manda.

1 comentario - Con la boquita llena diciendo que Atlético manda

cepita22 +1
buen relato ! bien sometida la putita ..