Las Amigas de mi Vieja: Cecilia II

Los años pasaron. Si tuviera que contarles  no pasó mucho entre Cecilia y yo durante esosaños. La eh vuelto a ver por casa pero la situación no daba para más quemiradas cómplices y algunos roces al pasar. La realidad es que mucho tiempodespués en una reunión en casa pase por la sala de estar con un short holgado ymi amigo gomoso como diciéndole “mira cómo está para vos" pero escuche que elladecía que su matrimonio estaba volviendo a flote y que lo había perdonado porlos mensajes. Asumo que el baboso del marido se estaba mensajeando con alguna pibitateniendo zarpada conchita caliente en casa. Un boludo, pero para midesafortunado, ella ya había conseguido su pija con anillo de vuelta y si algoaprendí es que todos se merecen segundas oportunidades y como tenían unafamilia yo no me iba a meter en el medio… o eso era lo que me convencía enaquel momento, porque hoy soy uno pero mañana soy una persona diferente.
 
Los años pasaron, termine la secundaria y me fui a vivir conmi padre a CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y pase los 4 años de micarrera viviendo allá, estudiando marketing. Durante el 4to año, los pequeñosroces con mi viejo (peleas), se volvieron más frecuentes y si bien teníatrabajo, no podía pagarme la universidad privada. Uno de esas peleas culminó enmi padre amenazándome de que si no hacía tal cosa, dejaría de pagarme launiversidad. Eso lo tomé como un desafío para mi mismo y estando en el últimoaño conseguí un buen trabajo que pagaba lo suficiente como para bancarme la uniy las jodas los fines de semana. Encima, por destino o más porque buscaba poresa zona. El trabajo era en el barrio que estaba viviendo mi vieja. Asiqué,llegado el día, me senté con mi padre, le agradecí por todo. Le comuniqué queesto era mejor para ambos ya que nuestras constantes peleas me teníanpreocupado y estaba a punto de recursar una materia y necesitaba paz porquetambién estaba preparando la tesis. Mi padre se lo tomó bien. Antes de que mevaya, me dijo que no era mi culpa, que a él le estaba yendo mal en el trabajo(eran malos tiempos, cambio de presidencia, nadie invertía hasta que todo seacomode). Se disculpó, yo también lo hice, y nos pegamos un abrazo gigante.Hasta la fecha ese es uno de mis recuerdos más felices.
 
Mi vieja estaba que saltaba por toda la casa de felicidad.Su nene mayor había vuelto a casa, me cocinó mi comida preferida, diciendo, -acá tenes Garfield-. (Lasaña).
 
Al principio no fue fácil el cambio. A mí me gustaba hacerlas cosas de A manera y en la casa se hacían las cosas de B manera. Yo memasturbaba en el cuarto y la gente entraba sin tocar. Era una casa de mujeres.Mi hermanito se había ido a Irlanda con Working Holiday y había conseguido unlaburo que le permitió quedarse. En fin, con todos los caprichos que me daba mivieja, una noche me fui a bañar, me miré al espejo y vi que mi papada (pieldebajo del mentón) estaba como más esférica, metí mi mandíbula hacia atrás. Ylo que antes formaba una doble pera, ahora era una triple pera. Me preocupo,abrí un poco la puerta del baño y llamé a mi vieja.
 
Yo: Ma!
 
Vieja: siiii?
 
Yo: hay algún gimnasio o algo por la zona, quiero volver aentrenar…
 
Vieja: ¿Qué pasa? Recién ahora te das cuenta de que estásmás redondo? Eso es bueno hijo, volviste hecho un esqueleto de lo de tu padre.
 
¿Estoy peor de lo que creía? Sentí un frío por la espalda.
 
Yo: No… no… quiero aprovechar estos extras para convertirlosen músculo.
 
Vieja: hmmm… bueno, acá a la vuelta está el centro defitness de Cecilia…
 
Me mire al espejo, tenía una media sonrisa maquiavélica.
 
… si queres la llamó, seguro te deje ir gratis.
 
Yo: ¡uh dale eso sería genial!
 
(Como decimos por acá, “gratis la pija”, y en este caso, lafrase aplica en todos los sentidos)
 
Vieja: Dale, ahora le mando un texto. métele que yo tambiénme quiero bañar que me tengo que ir a dormir porque mañana me tengo que hacerunos estudios.
 
Yo: dale dale.
 
Me bañe recordando aquella vez que Cecilia y yo tuvimosnuestro primer encuentro. Estaba con la pija al hombro, pero por supuesto queno me masturbe. Toda persona culta sabe que en la ducha no se masturba ya quepor alguna razón, cuando acabas, el agua limpia el lubricante que produce la próstatay te quedan todos los pibes pegados a la mano, súper pegajosos y es difícil eincómodo de limpiar.
 
Cuando salí, mi vieja me dijo que Cecilia había dicho que siy que me esperaba mañana. Era tarde, asique me acosté porque tenía que trabajaral otro día. Estaba cansado, asique me quede dormido a media paja.
 
Al día siguiente me pase el día entero esperando que lleguela tarde para poder ir al gym… miento, para poder ver ese duraznito de vuelta. Me intrigaba mucho, habían pasado 4 años, ¿cómo estaría?
 
Llegando las 18, estaba empezando a cerrar los programas dela PC y entra mi jefe y nos dice, básicamente en mis palabras, que los boludosde Caja (administración/tesorería) tienen una diferencia substancial en elcierre de caja y que necesitaba que todos colaboren para encontrar ladiferencia. Ósea… ¡¿se puede ser tan pelotudo?! Pensaba. Pero como era bastantenuevo y no me había ganado el derecho de piso, saqué la sonrisa falsa másconvincente, así de oreja a oreja sin separar los labios como el perroClifford, y asentí.
 
Una, puta, hora tardaron, en encontrar el problema. 1 horapara notar que anotaron al revés la entrada y la salida de una transacción.Hasta yo sabía y nunca fui administrativo. Salimos todos a las 19.
 
Llegue a casa me bañe rápido y me cambie, eran las 20 y elGym cerraba a las 21. La verdad que me daba una paja tremenda, el últimohorario es el peor. La música la apagan para no molestar a los vecinos y lagente que va, son los fisuras que salen tarde del trabajo como yo, hombresdivorciados, etc. En fin, me pegue la vuelta a la cuadra y cuando llegue a lapuerta la vi…
 
 
Ahí estaba. Como el extraño caso de benjamín button, losaños la pusieron más sexy. Llevaba un top blanco deportivo apretado quepresionaba sus pechos hacia arriba como corsé Victoriano. Una pancita fit, quemostraba un two pack de abdominales. Unas calzas negras pescadoras quedescubría sus pantorrillas con un tatuaje de un ave abriendo las alas. Unascaderas un poco más anchas y un culo redondito perfecto. Estaba apoyando loscodos en la mesa de la recepción que se encontraba de costado a la puerta deentrada. Ella reclinada hacia adelante texteando en el celular, sacando cola. Me hubiera encantado entrar con sigilo, pararme detrás de ella, agarrarla delas caderas y apoyarle todo mi bulto que ya había comenzado a despertarse antetal impactante espectáculo. Pero, desde el periférico noto mi presencia y meagarro infraganti haciéndole un escáner visual más potente que el delaeropuerto JFK. Sonriente me dice con la mano que entre. Nervioso abrí lapuerta, entro y me acerco a la mesa. Ella sonriente me hace ojitos…
 
Cecilia: ¿hola, viniste a inscribirte?
 
Yo un tanto confundido, no tenía problema en pagar, pero metomo por sorpresa y no había traído nada de efectivo. La miré a los ojosconfundido, y ella si bien me miraba con cara de que le gustaba lo que veía,noté que me miraba como quien mira a un cliente que nunca vio en su vida.
 
Yo: ehm… Soy… P.
 
Cecilia, le tomo un tiempo procesar lo que dije, ya queseguro se esperaba un “si, vine a inscribirme”, ya que luego de trabajar pormucho tiempo en atención a cliente, uno comienza a decir las mismas palabraspara especificas situación y uno espera contadas variantes de respuestas antetales palabras.
 
Golpeó la mesa, frunciendo sus cejas. Y bajando su torso confuerza. Sus tetas hicieron un pequeño brinco, pensé que se saldrían. Y seacercó a mi como si fuese la primera vez que vas a la casa de un amigo y superro se acerca a olerte. Luego de unos segundos sus ojos se abrieron comoplatos y salió de atrás del escritorio dando saltitos de alegría. Hasta que enuno de esos saltos se le escapó la teta izquierda. Pude ver ese hermoso pechobambolear como un helicóptero hasta que me dio un cálido abrazo, presionándolocontra mi torso, podía sentir ese pezón duro, ella me abrazaba con fuerza, yo posémis brazos alrededor de su pequeño torso y mi verga a medio crecer, de unbombeo paso a 3/4 cuando vi que estaba sacando cola y moviéndola de lado alado. Quería bajarle la mano, metérsela por abajo de la calza y con el dedo delmedio metérselo adentro de esa cola caliente, cual gancho y hacer fuerza haciaarriba. Me limité de ir de cero a 100 así que bajé mi mano hasta que mi pielhizo contacto contra la parte de su espalda que quedaba desnuda por el top. Yella al sentir mis manos frías, dio un pequeño gemido y movió la pelvis rápidohacia adelante provocando que le clavé mi miembro medianamente erecto en elestómago, ella lo sintió, yo lo sentí, lo sintió toda la cuadra porque el golpeque me dio con su estómago fue tan fuerte que la tela fina de mi short no lapodía contener y ese impacto hizo un pequeño sonido, ella perpleja,recalculando. Yo baje mi mano hasta que completa estuviera en contacto con supiel. Con el otro brazo cubrí su espalda por completo y la pegué más a mí,podía sentir el otro pezón erecto en mi pecho, a través de la dura fábrica desu top deportivo. Será el frío de mi mano o la excitación. O tal vez ambos.Averigüemos… comencé a frotar mi mano de lado a lado acariciando la parteinferior de su espalda y mi dedo meñique dibujaba por la silueta montañosa detremendo culo. Ella devolvió el gesto moviendo la cadera de izquierda a derechaen timing opuesto al movimiento de mi mano. El movimiento de cadera hacía quemi verga ya completamente hecha un garrote se refregara contra su vientre. Meexcitaba mucho sentir como mi pija chocaba con la brecha donde terminaba unabdominal y comenzaba el otro. Nuestra respiración se volvía más pesada y de unsaque, sí que pudiera pensar, la baje la mano y le agarre el culo con fuerza. Vi como esa tela negra se escurrió entre mis dedos, ella gimió y sentí unimpulso en su cuello, comenzó a subir hacia mi cara. Se venía un chape furiosoy…
 
xxxxx: ¿mama, vino alguien?
 
Rápidamente nos separamos. Ella metió su teta adentro deltop. Yo me metí la mano adentro del short y me levante la garcha para arribapara que el elástico del short me la sostenga y disimular mi erección. Elcentro de fitness, tenía un escritorio, detrás del escritorio había una paredde unos 5 metros y en cada lado estaban las entradas a la sala de máquinas delgym. Si no hubiera habido un escritorio, esa persona habría visto como leagarraba el culo a Cecilia. Pero ese no era ni siquiera uno de los problemasmás grandes. Cuando volvimos de la burbuja generada por la pasión y lasenergías de sexo que nuestros cuerpos emanaban cual imanes de polos invertidos.Nos dimos cuenta de que si bien tarde, eran sólo las 20:05, de un jueves. Aplena luz prendida del centro, con la gente pasando, caminando por la vereda.Por suerte nadie se había detenido a mirar el espectáculo.
 
Entra una chica, rubiecita de ojos claros, caderona , culogrande y pechos muy grandes.
 
xxxx: ma?…. ¿Estás con alguien?
 
Cecilia: Si Manu, (mira mi pelvis a ver si se me marcaalgo), vení que te presento.
              Él es P, es el hijo de Vieja.P, Manuela, mi hija.

Yo: Holaaaa (saludo de compromiso con tonadita en las A, muy común cuando hacesuna previa con el sexo opuesto y llega el grupo).

Manu: ¡Hola! ¡Que gusto conocerte! Tu mama nos dijo que estabas en Irlanda.

Yo: Ah nono, ese es nachito, mi hermano menor.

Manu me miraba atenta, una mueca de sorpresa, como si no supiera que Vieja, tuvieraun hijo mayor.

Manu: Ah mira vos, no sabia nada. Y ¿qué haces de tu vida?

Cecilia me miro con interés también. Ya que nos saltamos la introducción yfuimos al grano derechito.

Yo: Nada muy especial, trabajo en xxxxxx xxxxxx y estoy en el ultimo año de lacarrera de marketing.

Manu: ¡Ah bueno! Eso no es Nada. Mira que bueno.

Yo: ¿Y vos, en que andas? Ceci no me conto que tenía una hija tan divina…

Cecilia (interrumpe): Ella estudia Diseño…

¿Se puso celosa? La mire, disimulando mi sorpresa. Manu también, pero no disimulonada.

Manu: ehhh bueno… Me voy al vestuario a pegarme una ducha y me voy para casa.Un besito P. Un gusto.

Yo: ¡Igualmente!

Inmediatamente giro mi cuerpo hacia Cecilia.

Yo: Ceci, No tendrás un personal trainer o alguien que me pueda hacer unarutina?

Cecilia: Yo te la hago, vos anda a familiarizarte con el GYM.

Entre al espacio, la verdad que no estaba muy bueno, las maquinas eran viejas yalgunas parecían hasta rotas. Pero estaba yendo gratis asique no me podía quejarde nada. Me subí a la cinta y corrí unos 20 minutos. Cuando me baje, Cecilia mellama para decirme que ya me tenía lista la rutina. Y voy derecho a la recepción.Cuando llego, se abre la puerta del vestuario y sale Manu toda producida,rajaba la tierra en cada paso. Top blanco de algodón apretado que parecía queiba a explotar por el tamaño de las tetas. Una camperita de cuero beige y unjean tan apretado que le formaba un bultito en los flotadores, como si la carneno tuviera por donde salir. La mire, 2 segundos extra de la excusa de “te mire porqueescuche la puerta”.
Mientras caminaba, despidió a su madre, y cuando paso por atrás mío, acariciosuavemente con sus uñas mi espalda y me dijo, -Chau p.-. Yo como un boludo que pudoesconder lo que paso, dije -chaAaAaU-, con la voz temblorosa por el escalofríoque me corrió por el cuerpo.
Me doy viro la mirada por acto reflejo a esa cola estallada mientras ellacaminaba sacudiendo las caderas haciendo lo imposible como para que su gran baúlse sacuda con un jean tan apretado. Me doy vuelta, y Cecilia me miraba, Notenia cara de nada. Solo me miraba. Nervioso tomé el cartón que tenia mi rutinay me fui para las maquinas sin decir nada. Podía sentir la mirada asesina de Ceciliaa mis espaldas.

Quince minutos después, no había nadie. Se empiezan a apagar las luces dellugar, y Cecilia se asoma y me dice en un tono no tan amable que se quiere ir ynecesita apagar las luces. Le digo que dale, no hay problema y agarro miscosas. Mire mi celular y eran las 20:45. Pero estaba solo, estaba yendo gratisy encima me había agarrado baboseándole a la nena. Por mas confianza quehubiera, no estaba en condiciones ni de decirle “báncame que termino esta serie”.Encarando hacia la recepción. Veo pasar a Cecilia, rápido, y me quedé perplejo mirándoleel culo, ella me vio de reojo, yo vi que me vio, pero ella con cara de nada mirohacia adelante. En ese momento pensé, Uh… la cagué. Mejor me voy rápido. Dejoel cartón ordenado en el cajón donde guardan las rutinas por orden alfabético ycuando voy a encarar a la puerta, escucho a Cecilia que dice desde elvestuario, -¡Espérame que apago todo y salimos juntos!-. Uh cague, me van a sermonear.Las luces de todo el centro se apagan. Estoy ahí parado en plena oscuridad conun poquito de luz de la calle que entraba por las aperturas de las vigas demetal que protegen el local por la noche. Ya las había cerrado asique asumo quesaldríamos por una pequeña puertita de metal que tenía. En la oscuridad escuchoel sonido de las zapatillas deportivas chirriando contra el piso de madera del salón de entrada. Nervioso, nose que esperarme, que me dirá. Cuando pasa por al lado mio, escucho que se caeal suelo una lapicera y escucho el ruido de la ropa estirándose como cuandoalguien se agacha.

Yo: Banca que te alumbro con el celu.

Cecilia: No, no necesito luz para esto…

Acto seguido, mi short se baja de un tirón y siento un calor en mi vergadormida, inmediatamente pude reconocer su lengua y como la misma intentaba meterseentre mi glande y el prepucio. Podía sentir su nariz contra mi pubis y sulengua jugando de forma circular, la tenía dormida, y comenzaba a crecer rápidamente. A tal punto que la tenia tan dura que podíasentir como empezaba a ocupar toda su boca y escuche una arcada y ella la saco rápido.  Con voz de como quien esta por vomitar medice

Cecilia: Veo que te creció mas…

me la escupe y me la empieza a batir con la mano.

Escuchame una cosita pendejo pajero. ¿Te pensas que vas a mirar a mi hijaenfrente mío? Esta verga, es mía, ¿te quedo claro?

Yo:

Cecilia: Te quiero escuchar decirlo, o no te toco nunca mas!

Yo: Esta verga es solo tuya… Putita.

Cecilia: hhhhhh ay…

Me agarro el tronco fuerte y se la volvió a llevar a la boca, parecía que legustaba que la llamen así.

Yo: Si querés que sea toda tuya, entonces demostrame que podes con esta pija,putita.

Ella excitada comenzó a chupármela mas fuerte y a masturbarme en unísono. Podíaescuchar que con la mano sobrante se estaba masturbando porque escuchaba elchapoteo de sus dedos moviéndose rápido contra su conchita mojada. Eso meexcito tanto que pudo sentir que se venía. Seguro ya estaba largando el liquidoprese minal, y como quería cogerla o comérsela toda. Intente agacharme pero,ella soltó mi pija aunque todavía con la verga en su boca y me empujo contra elescritorio de la recepción. Comenzaba acostumbrarme a la oscuridad y podía versu carita de perra morfandose tres cuartos de mi pija. Se detuvo un momento,levanto las pupilas hacia mi y con la pija en la boca me dijo -Hoi eh ha omoolo oh-. Eso me calentó mucho, y ya podía sentir como mi pija comenzaba abombear sangre para la zona porque se venía. Ella seguramente lo sintió también,porque me agarro del culo, tiro la lengua para el costado y sentí como hizofuerza hacia mí, y sentí como mi pija se penetraba en su garganta. Aprovechandoque se venía, la acarre de la nuca con las dos manos y empecé a cogerle lagarganta. Podía escuchar -Guak Guak Guak- cada vez que la metía, y podía vercantidades de saliva espesa que caían de su boca, tenia los ojos llorosos y unacarita de deseosa por mi leche, y como yo podía negarle lo que tanto quería,con un ultimo impulso le metí toda mi poronga hasta el fondo, sintiendo como lapunta de su nariz se doblaba contra mi pubis, y su lengua acariciaba mis huevos.Le largue toda la leche del día y de ayer que me quede dormido a media paja,directo a su garganta, y pude sentir como ella acabo masturbándose al mismotiempo por como temblaba su cuerpo. Rapidamente saque mi verga luego de que miverga dejo de acabar, porque sabia que estaba conteniendo el aire hace muchotiempo, y de un alarido volvió a respirar como quien acaba de nadar 4 largospor abajo del agua. Exhausta cayó boca arriba al suelo, satisfecha. Intentando recuperarel aire, me dijo que me vaya rápido que ya iba a venir el marido a buscarla. Yoaproveche que estaba exhausta. Me arrodille, me acerque a ella, acariciandodesde su estomago, hacia sus pechos, mi mano agarrando suavemente su cuello, yhasta los labios, le metí 2 dedos en la boca que ella saboreo mientras memiraba, le saque los dedos y los remplace con mi boca, Me la empecé a comer apasionadamenteahí, esos dedos mojados, los metí por debajo de su calza y se los cole en esaconcha que echaba vapor, tenia la ropa interior totalmente empapada. La penetrecon los dedos unas 5 veces mientras sus caderas me decían si, pero su mano me decíano. Saque los dedos, deje de besarla, nos miramos fijo, me lleve los dedosrepletos de sus jugos post orgasmo a la boca y los limpie con mi lengua, lamire cuando acabe de tomarme hasta la ultima gota y le dije: -La próxima metoca a mi-.

Continuara...

2 comentarios - Las Amigas de mi Vieja: Cecilia II

Elpijagorda34 +1
Espectacular tus relatos