Laura II (Corto)

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Debido a que carezco de tiempo por facultad y trabajo, estoy publicando poco, pero hay avances de todas las historias y nuevos proyectos. También secuelas, tanto de pago como gratuitas. Voy a estar informando!

Se viene la tercera parte de "Mi prima, Mara". Atentos


"Mi prima, Mara: El camino de la tentación". (solo en mi sitio)

INFO

. Abarca todo el segundo arco de la historia, desde el final del capítulo 28 de la primera parte.
. Cuenta con 10 capítulos extras.
. Contenido adicional en todos los capítulos, los cuales fueron re escritos al 100%
. Desenlaces re imaginados y personajes profundizados.
. Todo el arco contado como una sola historia única.
. Contenido extendido en todos los capítulos.
. 42 capítulos y 650 pags.


Contenido posterior a "repercusiones".
Con final imperdible.


Historias disponibles

- Mi prima, Mara. 28 caps. 493 pags.
- Erica, mi hermanastra. 12 caps.
- Mi joven tía. 13 caps. 182 pags.
- Mi prima, Mara: El camino de la tentación. 42 caps. 650 pags

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Laura, la mamá de mi amigo: Parte II

Cuento esto porque me pasó.
Como dije anteriormente, esa fue la primera vez que la ví desnuda y, además, cogiendo y diciendo barbaridades.
Pero no fue la última. Hubieron más.
Yo era un mocoso de mierda.
Cada vez que tenía la oportunidad de ir a la casa de mi amigo, no me lo perdía por nada en el mundo.
Desde esa ocasión en que la espié mientras tenía sexo con su marido, fantasee mucho con ella.
Me la imaginaba en bolas o peor aún, cogiéndola.
Oírla decir que quería cogerse a la secretaria de Luciano, me voló la cabeza.
Pero mal, eh…
A veces me quedaba horas pensando o reviviendo el momento.
No podía ser cierto…
La imagen que daba frente a todo el mundo era totalmente diferente.
“La madre modelo”. Claro, parecía mucho joven y perra que cualquiera de las de su edad.
Pero eso no hacía que no tuviera una imagen intachable frente a la sociedad.
Fueron 3 semanas después de mi última visita.
Casi que manipulé yo a mi amigo para ir a su casa.
Recuerdo que ese día jugamos a la pelota e hice lo posible para que se cansara más que yo.
Mis intenciones eran claras, volver a subir a la planta alta y espiar a Laura.
Me había vuelto muy morboso en esos días. Y pajero como nunca.
Si le dijera a mi amigo, que me había masturbado hasta el cansancio pensando en su madre, de seguro me hubiera dejado de hablar.
Pero, obvio, jamás se lo contaría. Por nada del mundo.

Como de costumbre, ese día jugamos a los videojuegos, bastante.
Al ser viernes, su mamá le permitía quedarse desvelado, un poco más tarde que de costumbre.
Pero para mi sorpresa, su papá, Luciano, no estaba en casa.
Según Mauro, había viajado unos días por trabajo.
Reconozco que me decepcionó un poco eso. Yo estaba completamente seguro que podría ver un poco de acción, como la última vez.
Pero ¿qué más da?
Yo no había abandonado mi idea aún.
Por la noche, pensaba hacer lo mismo, aunque Luciano no estuviera.
Me motivaba la idea de verla desnuda o en ropa interior, aunque sea.
Me calentaba mucho pensar en todo lo que podía ocurrir.
Eran pasadas las 23 hs cuando su mamá vino a decirnos que se iba a dormir.
Estaba con una bata de dormir, sujetada en la cintura por una cinta.
Lo primero en que pensé era si estaba desnuda debajo de ella.
Me mataba pensar que sí.
Posta no parecía la edad que tenía…
Cuando nos dio el beso de buenas noches, se inclinó por demás, por lo que se le abrió apenas la bata.
Casi nada, pero suficiente para que le vea un poco de piel de las tetas. El comienzo de ellas.
Con eso me bastó para empezar a sentirme motivado para más tarde.
“No se duerman tarde” dijo antes de irse.
Claramente mi plan era no hacerlo.
Me quedé con mi amigo un buen rato jugando.
Solo la luz de la televisión iluminaba la sala.
Cada dos minutos lo miraba para ver cuando caía rendido.
No pasó demasiado tiempo.
Como nos habíamos armado las camas ahí en el living, en los sillones, Mauro la quedó ahí.
Se durmió mientras era mi turno de jugar en el Crash.
Sentía una adrenalina enorme cuando pensaba en que era momento de ir a espiar a Laura.
Puse el juego en pausa y me cercioré de que él dormía.
Fue cuando sentí pasos en el piso de arriba.
No sé por qué, pero lo primero que se me ocurrió, fue apagar la tele y hacerme el dormido, jeje.
Los pasos se detuvieron a unos metros de la arcada del living.
Yo tenía los ojos cerrados.
“Que no me descubra” pensaba.
Y a los segundos, los pasos se alejaron nuevamente.
La casa estaba tan silenciosa, que se oyó cuando cerró la puerta de su habitación.
¿Para qué vino? me pregunté.
Lo importante era que pensaba que estábamos los dos durmiendo.
El corazón me empezó a latir fuertemente.
Era hora de subir…
Por suerte, los sillones eran de ese tipo que no hacen ruido al moverse encima.
Lo difícil, una vez más, era subir las escaleras sin que chillara alguna madera.
Hasta el día de hoy recuerdo como fue que subí para minimizar el riesgo de sonido.
Haciendo fuerza entre la pared y la baranda…
Llegué algo sudado a la cima, pero me importó, ya que lo más deseado estaba por delante mío.
Nunca fui miedoso a la oscuridad, por lo que este largo pasillo sin luz, no era un problema para mí.
Sigilosamente, comencé a caminar hasta la puerta de la habitación de Laura.
Nunca me había sentido tan vivo.
¿Dormirá desnuda? ¿Se verá?
Había subido hacía unos cinco minutos ella, algo debía pasar.
Por un momento pensé que en el silencio que me rodeaba, podía oírse los fuertes latidos de mi corazón.
Era una situación muy excitante.
Veía el picaporte de la puerta cada vez más grande, conforme me acercaba.
Parecía un videojuego en primera persona.
Con mucha intriga y el ritmo cardíaco acelerado, coloqué mis ojos en el hueco de la cerradura.
Otra vez lo estaba haciendo.
Espiaba a la mamá de mi amigo.
Se veía a Laura en la cama. Tapada con una sábana gris.
Yo la veía de perfil, digamos. A la izquierda, los pies de la cama y más a la derecha, la cabecera.
Estaba acostada, quieta.
La luz de la luna entraba por la ventana, pero Laura permanecía inmóvil.
Los leves movimientos de las sábanas, eran producto de su respiración.
Parecía que dormía, de costado.
No podía ser…
Todas mis ilusiones se desvanecieron.
Había pensado durante semanas otra situación como esta.
Pero nada excitante ocurría.
Mis expectativas fueron demasiado grandes en esta oportunidad.
Pero podría pasar, que se yo.
Me quedé unos cuantos minutos por si ocurría algo, pero no, nada pasó.
Con gran resignación, me levanté de la puerta.
Ya tenía las rodillas entumecidas de tanto esperar.
Caminé sigilosamente para volver con Mauro.
Fue ahí que me pareció oír un ruido en la habitación.
Como cuando alguien se gira en la cama.
El corazón se me aceleró.
¿Y si se levanta y me ve acá? pensé.
Me paralicé.
¿Qué hago? me repetía a mí mismo.
Si salía corriendo se iba a dar cuenta. Me iba a escuchar.
¿Y si me pongo bien contra la pared?
Si sale de la habitación ¿a dónde podría ir? ¿Al baño? Queda para el otro lado de donde estoy.
Todo eso giraba y giraba en mi cabeza.
Duro, contra la pared, me quedé quietito.
Uno, dos minutos.
Pero nada ocurrió. Nunca salió de la habitación.
Respiré aliviado y los nervios que me habían dominado, se fueron yendo de a poco.
“Ahora sí, me voy a dormir” pensé.
Pero algo dentro de mí, me dijo “Mirá otra vez”.
Sí, era demasiado pajero, lo sé. Pero a pesar de la que había pasado hacía solo unos instantes, volví para mirar a través de la cerradura.
Puse mis ojos otra vez en la abertura.
Recuerdo que casi me explota el corazón.
Laura estaba completamente destapada sobre la cama. Desnuda de pies a cabeza.
Ver eso fue tremendo. Sin dudas.
Pero no fue lo más importante. Si no lo que estaba haciendo.
Se encontraba boca arriba, con las piernas abiertas y mandandose un consolador enorme en la concha.
Se lo ponía y sacaba con rapidez.
Me petrifiqué ante tremenda secuencia.
Me pregunté una y otra vez si me encontraba soñando. Pero no lo estaba.
Me encontraba más despierto que nunca.
Podía darme cuenta de que lo disfrutaba porque sus gomas lucían firmes, con los pezones apuntando bien hacia el techo.
La pija se me paró al instante.
Llevé mi mano hacia allí y comencé a tocarme por fu encima de la ropa.
No lo podía creer. Allí estaba, Laura, la mamá de mi mejor amigo, masturbandose en su cama.
¿Todo eso se metía? me pregunté.
No podía ver con exactitud cómo le entraba, pero sí como atravesaba la hermosa curva de su pierna, que la tenía levantada.
La oía suspirar.
Dios, era una locura.
Encima era una mina hermosa. Muy linda.
¡Y yo la estaba viendo tocarse!
Sin dudas que era un privilegiado…
Se tocaba las gomas, se hacía mimitos.
Y hasta creo que hablaba. Eso me resultó extraño.
La miraba y no lo creía.
Que cuerpo…
“Mmmm esto está muy rico” expresó con voz de orgasmo.
Me estaba volviendo loco.
Tenía la cabeza pegada a la puerta.
Fue entonces que me di cuenta de algo perverso.
Se puso en cuatro en la cama, apuntado hacia la mesa de luz.
Nunca voy a olvidar el movimiento de sus tetas meciendose.
Uff…
No solo que no se sacó el consolador de la vagina, sino que estiró su brazo como para agarrar algo.
Tragué saliva.
Era su celular.
Laura está hablando por celular con alguien y en videollamada.
What?
Sexo virtual… Que degenerada.
Yo no aguantaba más. Quería sacar el pito afuera y pajearme como nunca.
Pero tampoco quería perderme ningún detalle.
Volvió a acostarse boca arriba y se capturaba sonriendo y tocandose una goma.
Claro, su marido estaba lejos, pero eso no era óbice para que no jugaran a la distancia.
Pasaba su mano desde sus gomas, lentamente hacia la conchita.
Dichoso quien pudiera ser esa extremidad.
Hermoso poder tocar ese cuerpo…
“Mostrame vos” le repetía ella.
“Dale, amor”
“Quiero ver”
La voz de putita que ponía podría hacer acabar a cualquier con solo escucharla.
Metí mi mano dentro del calzoncillo. La tenía dura como una tabla y caliente.
No resistí. Fue demasiado para mí.
Me tuve que empezar a tocar, mientras observaba con detalle a la mamá de mi amigo autocomplaciéndose.
“Mmm que linda, me encanta”
Con la otra mano, volvió a colarse el juguete, pero gimiendo.
Yo sudaba. Mucho. Mientras me jalaba el ganso en la puerta de su habitación.
“Alta zorrita, resultó” me dije a mí mismo.
Estaba loco ya. Completamente excitado.
Ella seguía hablando.
“¿Te gustaría ponermelo?”
“Mmmm”
Que locura…
Y luego dijo algo que me hizo sentir un flechazo en el pecho.
“Mmmm… Como me gustas, amor… ¡Estas hermosa!”
¿¿¿Cómo???
¿Hermosa?
Entonces fue que remató.
“¡Tengo unas ganas de volver a chuparte esa conchita rica que tenes!”
Tuve que dejar de tocarme para no acabar.
La verga me latía como si mil galones de esperma pasaran a través de mi uretra.
Recordé lo que había oído la última vez.
¿Era la empleada de su marido?
Ufff…
Ahora quería oír más.
“Mmm no te preocupes por Lucho… Solo en abrir bien las piernitas para mí…. aaaa...”
Si era un sueño no quería despertarme nunca.
Era demasiado increíble.
Y me estaba ocurriendo a mí.
Para colmo, se quitó el consolador, que lucía todo brilloso y se lo llevó a la boca.
Ni en los mejores videos porno había visto algo así.
“Mmm chuii chupp aaaa…” se oía.
“Unas ganas de que estés acá, bombona…”
“Sí, obvio… vos también me volves loquita cuando me la chupas…”
La cabeza me explotaba.
Ambas, en realidad.
Sentía una tensión terrible en la nuca, producto de la calentura.
Parpadee un segundo porque me ardían los ojos de tanto mirar.
Y entonces, Laura se levantó bruscamente de la cama...

4 comentarios - Laura II (Corto)

sebatatu1984
esta historia tiene primera parte?
hiphop911
Sí, post anterior!
sebatatu1984
no me aparece lo busque y nada
hiphop911
@sebatatu1984 https://m.poringa.net/posts/relatos/4021880/Erica-mi-hermanastra-XII-Laura-corto.html
diegoprey +1
Jaja excelente..van 10pts
ruso201784 +1
viene barbaro!! como todos tur relatos . sos un capo
webcam10 +1
Que grande idolo!!! espectacular...como nos tenes acostumbrado. van mis 10...genio!!!