mi alumna karen

mi alumna karen


HOLA COMUNIDAD LES DEJO UN RELATO


Hacía 2 años de que entre atrabajar en esa escuela, Karen quien había entrado a la universidadcondicionada, su mala conducta en la preparatoria le había dado problemas paracontinuar en la institución y como suele ser común con éste tipo de alumnos,durante casi todo el año el promedio de la materia se tambaleaba entre laaprobación y la pérdida de todo el año escolar y su permanencia en la escuela…la condición era simple, Karen no podía reprobar ninguna materia o quedaríafuera.
En los últimos exámenesparciales, Karen perdió toda probabilidad de aprobar la materia al tratar deusar un acordeón el examen sería calificado con 0 y esto en promedio la dejabafuera del rango de aprobación… las suplicas y llanto no se hicieron esperar,para el final de la jornada de clases Karen me buscó, había determinación en sumirada.
Karen: que debo hacer profe?entienda que no puedo reprobar. –suplicó
Yo: lo que debiste hacer fueestudiar y no tratar de engañarme, se los dije desde el primer día, si eransorprendidos, el examen sería calificado con 0 y así se promediaría.
Karen: por favor, no tengodinero, pero hago lo que sea –su mirada reflejaba derrota, pero tambiéndeterminación.
En ese momento me di cuenta,no había nadie más a nuestro alrededor, era el momento justo en que yo estaríasolo, su falda estaba un poco más recogida y los botones de su escote dejabanver un poco más… no era casualidad y no era la primera vez que una alumnaintentaba tentarme sin éxito, pero Karen era diferente, a pesar de su pésimaconducta, ella me gustaba… guardé silencio.
Karen: Profe, hago lo quesea, por favor. –se aproximó a mi lentamente.
Yo: de verdad harías lo quesea, estas segura? –no pensé que una pregunta tan mezquina pudiera salir de miboca.
Estaba teniendo una erecciónbajo mis pantalones solo de lo morbosa de la idea… Karen suspiró y dudó.
Karen: si, lo que sea –dijocon inseguridad en su voz.
Yo: Bien dime que propones?
Karen: profe, tendré sexocontigo, cada semana hasta el día del examen final
Karen giro dirigiéndose conprisa a la puerta para cerrarla con seguro, aquello más me excitó más.
Yo: dame tus bragas –dije concalma
Karen: si—respondiósumisamente.
Levantó su falda sin mostrarcasi nada y tomando su prenda la deslizó por sus piernas hasta sacarla parafinalmente tenderme en su mano una tanga de color blanco… tomé la prenda y trasexaminarla la guardé en la bolsa de mi pantalón… me aproximé por un castado ymetiendo mi mano bajo su falda subí entre sus piernas hasta toparme con susexo… Karen reaccionó con sobresalto apretando puños y ojos quizá resistiendoel impulso de hacerme a un lado… al tanto me encontré con un pubisrecientemente depilado para mi agrado.
Yo: abre tu blusa y muéstrametus tetas –le dije al oído sin dejar de palpar sus labios vaginales.
Karen obedeció titubeante…sabía lo que sucedería y no podía hacer nada para evitarlo… desabotonó su blusay para agrado mío, su bracier se abría por el frente… sus grandes pechos semostraron con una aureola obscura y pequeña… di un par de pasos atrás paraverla sus pechos lejos de estar caídos por el tamaño se mostraban firmes ydesafiantes… me aproximé y tomé cada uno de ellos en cada mano… cálidos y turgenteshabían captado mi fascinación.
Yo: reclínate en elescritorio.
Karen: de verdad me vas acoger –preguntó con cara traviesa.
Yo: si, cada semana hasta elexamen final, como tú lo propusiste.
Karen resignada fue hasta elescritorio y apoyo su torso sobre el escritorio, su cuerpo se estremeció cuandosus pechos desnudos hicieron contacto con la fría superficie. Me acerqué hastadonde habían quedado sus nalgas, desabotoné mis pantalones y liberé mierección… no hubo preámbulos o mayor espera, froté mi miembro contra su sexo ypara mi sorpresa, estaba húmeda... así que aproveché el momento y la penetrélentamente hasta el fondo… Karen se sujetó con fuerza al escritorio, comencé abombearla… en breve mi pelvis chasqueaba al chocar contra sus nalgas y ella gemíaquedamente pegando su frente contra el escritorio… en verdad lo estabadisfrutando.
lo prohibido, lo morboso, loplacentero y lo excitante del momento… baje el ritmo hasta casi detenerme, noquería terminar aún… Karen tomó un par de exhalaciones al sentir que medetenía.
Karen: no… --se interrumpió asi misma y me detuve sin salir de ella esperando que dijera aquello quecontenía.
Karen: no… pares… --dijojadeando sin levantar la mirada del escritorio.
Pensé en hacer algunoscometarios burlándome de ello, sin embargo preferí no hacerlo… tomé su cabelloy tiré de él obligándola a levantar el rostro y reinicié envistiéndola confirmeza… quizá no me había movido más de 10 veces cuando Karen cubrió su bocacon una mano conteniendo sus gemidos y noté como su sexo escurría… se estabaviniendo… era un orgasmo prolongado y no la decepcioné, por mi parte no dejabade moverme casi mordiéndome los labios para no terminar aún, aguanté hasta quede nuevo se desplomó en el escritorio respirando profundamente.
Yo: es mi turno.
Karen: si –su respuesta metomó por sorpresa.
Tomé sus caderas e inicié unmete y saca casi frenético… “plac,plac,plac” sonaban nuestros cuerpos alchocar… mis dedos se clavaban en sus caderas mientras sentía como venía elorgasmo… había cruzado la línea de no retorno.
Karen: aaahh –un grito deplacer se adelantó un par de segundos al mío.
Yo: Karenhhhh… aahh… ahhh–sentí como mi semen era disparado
Karen había tenido un segundoorgasmo, quizá no tan fuerte como el primero, pero lo suficiente como parahacer el mío aún más satisfactorio sin dejar de empujar contra ella ya sinningún ritmo… sentí como las ultimas contracciones pasaban dando paso almomento de relajación… no podía creer que me había cogido a mi alumna.
Cuando me retiré un poco desemen mezclado con sus propios fluidos escurrió de su sexo… Karen se incorporóy comenzó a arreglar su bracier y blusa… su expresión se había relajado.
Yo: estas bien? –no sé porqué pregunté mientras me acomodaba igual la ropa.
Karen: si… ya me puedo ir?, quieropasar a limpiarme –preguntó con la mirada baja
Karen ni había limpiado losflujos que habían escurrido por sus piernas.
Yo: la próxima semana quieroque vengas sin ropa interior… y por hoy me quedaré con tu prenda… puedesretirarte.
Aún pude ver cuando Karenentró a los baños, seguramente para acicalarse y arreglarse un poco… aún mecostaba trabajo creer lo que había sucedido, me excitaba el solo hecho derecordar, me retiré al sanitario y tomando su tanga que había guardado comencéa masturbarme con ella… frotaba mi miembro sin parar recargado en la pared delbaño de maestros… el orgasmo no tardó en llegar y no hice nada por postergarlo…mi venida no fue tan abundante como con Karen, aun así un par de chorroscayeron directamente al piso y el resto escurrió por mi mano humedeciendo enparte la tanga… me tomé mi tiempo para recuperarme, me sentía más relajado…tras tomarme mi tiempo para borrar toda evidencia, partí.
La semana pasó como unsuspiro, las últimas clases solían ser tensas y sin embargo yo solo podíapensar en si Karen cumpliría lo ofrecido… como casi siempre llegué temprano,entré al salón y Karen aún no llegaba… de pronto la vi entrar, no era muynotorio, pero si era evidente al menos para mí, que no llevaba sujetador y porconsiguiente seguramente bajo su falda tampoco había nada.
Yo: pensé que no llegarías–le dije cuando me saludó
Karen: tuve que “arreglarme”,no pretendías que anduviera así todo el día verdad? –me dijo con cierta gracia.
Aquello me llamó mucho laatención, acaso Karen aceptaba nuestro acuerdo ya no como un castigo?.
Al final de la clase meretiré a la sala que sabía de antemano que no era usada donde esperé a Karenquien no se hizo esperar por mucho tiempo.
Karen: ya vine
Yo: recuéstate en eseescritorio –le ordené indicando un escritorio al fondo
Karen: no quepo aquí –dijoriendo
Yo: ya lo sé, deja tus piescolgando.
Karen obedeció, se le veíarelajada… se recostó dejando sus pies colgando como le indique y sus manos conlos dedos entrecruzados sobre su abdomen, su falda escolar se había levantadoun poco más allá de la mitad de sus muslos… me aproximé hasta donde colgabansus pies, separé un poco sus rodillas y subí su falda lentamente hasta toparmecon su sexo, aquel que había poseído hacía apenas una semana… esta vez queríaprobarlo.
Subí sus rodillas con mismanos y llevé mi boca hasta su sexo… Karen se sobre saltó tomando aire alsentir mi lengua en su intimidad más no dijo nada… me tomé mi tiemporecorriendo cada pliegue, dejando por momentos que la punta de mi lenguahurgara lo más profundo que pudiera… sus manos pasaron de su vientre asujetarse de los bordes del escritorio… mis manos acariciaban todo a sualcance, sus piernas, así como su vientre y pechos bajo su blusa… notaba comopoco a poco Karen estaba por venirse así que mi lengua se concentró en rodearsu clítoris y con dos dedos la penetré con relativa facilidad… sin embargo,Karen se estremeció una vez más y comenzó a gemir… las yemas de mis dedosexploraban las paredes superiores buscando el punto G… su mano derecha soltó elescritorio para tapar su boca con apuro y gritó por debajo de ella y su espaldase curvó… Karen había estallado en un orgasmo, su cuerpo se revolvía ante lasdescargas de placer y yo no paraba en mi tarea… como en la última ocasión comenzóa escurrirse, derramándose por su perineo, ano y hasta humedecer su falda hastaque recuperó el control de su cuerpo.
Me incorporé para observarla.
Yo: desabotona tu blusa,quiero ver tus tetas –le ordené con calma.
Karen sin decir nada y apenasterminando de recuperarse de su orgasmo obedeció abriendo su blusa… su pechosubía y bajaba rítmicamente por su respiración… por mi parte liberé mi erecciónque clamaba por acción… subí sus piernas a mis hombros y jalándola a la orillade la mesa la penetré de una sola vez… gimió… con un ritmo ágil comencé amoverme y observaba como sus pechos se agitaban al ritmo de mis envestidas… erauna delicia sentirla y observarla así.
Yo: dime que te gusta… que lodisfrutas… Que te gusta que tu profesor te coja en la escuela… --le dije en unarranque de excitación… y sin embargo, ella contesto.
Karen: sihh!!!... me gusta…uffffhhh!!!... y me va a gustar más mi 10 en mi boletahhh aahhh… --dijo entresuspiros y gemidos.
10???, de donde sacó que lepondría 10… le pondría cuando mucho un 8 y eso si me agarra en pleno éxtasiscomo ahora… la conversación continuó sin que me dejara de mover entrando ysaliendo de ella
Karen: me vas a coger en 3ocasiones creo me lo merezco –sentenció
Yo: eso crees? –preguntédeteniéndome.
Karen: o cuanto pensabasponerme? –dijo con cierta indignación.
Yo: quizá 7… si cooperas comohoy quizá un 8 –dije con cierta burla en la voz
Karen: pues creo que merezcoel 10 –volvió a sentenciar.
Yo: con que quieres el 10…ok, tendrás que ganártelo –dije haciendo mi movimiento
Aprovechando el ángulo y losfluidos escurriendo de Karen, apunté mi miembro directo a su ano… provocándoleun sobresalto.
Karen: no no no no… eso no–dijo revolviéndose.
No importaba, la habíasorprendido y gracias a su propia lubricación mi miembro entró hasta la mitadsin dificultad… por lo que se quedó estática sin poner mayor resistencia… no sési ella lo deseaba, pero no puso ninguna resistencia… un movimiento más y lapenetré hasta el fondo… su gesto se contrajo en una mueca de dolor (o eso creíyo).
Yo: no fue tan malo o si?–pregunté aún sin moverme dejando que su esfínter se acostumbrara al intruso.
Karen: no, está bien, perohazlo suave… nunca lo había hecho –aquello había estado de más, ya suponía queno era virgen, pero era excitante saber que era el primero en entrar por ahí.
Inicié movimientos suaves…Karen gemía aún con el gesto contraído… si bien el sexo anal nunca ha sido mipreferido, en ese momento lo estaba disfrutando demasiado… me preguntaba porqué no lo había hecho antes con otras alumnas que se me habían ofrecido… elesfínter de Karen se había relajado y me permitía un movimiento más rítmico…con mi mano estimulaba su clítoris y en un momento decidí meter dos dedos en suvagina… Karen emitió un pequeño grito quizá más por la sorpresa… ahora misdedos índice y medio estaban hurgando buscando el punto G, mi pulgar sobre suclítoris y mi miembro penetrando su ano… sus gemidos no tardaron en hacerse mássonoros… no tardaba en venirse de nuevo al igual que yo.
Yo: Karen, te estas ganandoese 10 –dije entre jadeos.
Karen: me voy a venir –apenasdijo esto cubrió su boca con una mano, su espalda se arqueo con pequeñascontracciones.
No pude más y comencé aderramarme sin dejar de moverme, no pude evitar gruñir ante las oleadas deplacer en que la penetré con firmeza como si quisiera llegar más dentro deella.
Unos segundos después, elmomento había pasado… salí de ella recuperando el aliento, ambos sudábamos…Karen se puso de pie quedando recargada en el escritorio respirandoprofusamente y con las mejillas claramente encendidas.
Yo: Puedes arreglarte en elbaño de maestros –le indique el baño que por mucho era mejor que el de losalumnos.
Karen: si gracias –pasófrente a mi aun con su blusa abierta que mostraba sus hermosos senos.
Karen entro al baño cerrandotras de si, el morbo del momento, me llevo seguirla, al tomar la perilla notéque no había seguro... entre, Karen se había quitado la falda y solo conservabala blusa abierta… me observó con curiosidad en lugar de con sorpresa… no sedijo nada… siguió limpiándose.
Karen: eres un morboso–sentención con un sonrisa en su boca.
Yo: así es –me limité adecir.
Yo: arrodíllate –le ordenéapenas había terminado de limpiar sus orificios tomándola del brazo girándolahacia mi.
Karen no protesto ni pusoresistencia, se limitó a hacerlo, extraje una vez más mi miembro quebásicamente no había perdido su erección y sin más Karen lo engulló… la cariciade su lengua fue electrizante, tomando su cabeza le indique un ritmo más bienlento… su mano derecha empezó por acariciar mis testículos y perineo, o cualera muy placentero, de pronto su dedo medio se internó entre mis nalgashaciendo presión en mi ano… pensé en retirarla, pero no lo hice.
Yo: puedes intentarlo–incluso yo me sorprendí de haberle dado permiso.
Lo siguiente fue digno de unpelícula porno… Karen lubrico su dedo medio con sus propios flojos vaginalesmetiéndoselo ella misma e intento introducirlo… me relaje para facilitarle latarea… repitió un par de ocasiones la operación y su dedo comenzó a hundirse enmi ano… era una sensación nueva e incómoda pero muy morbosa… su boca continuócon su lenta felación… había oído hablar del punto G de los hombres, más nuncalo había experimentado.
Yo: Karen!! Ahí!!!! –fue loúnico que atiné a decir.
Como si nos conociéramos desiempre, Karen le puso empeño a la felación e hizo presión en el punto que lehabía indicado con su dedo dentro de mi ano… lo que sucedió después fue algoque nunca había explorado… el orgasmo se dejó venir con intensidad, mieyaculación no fue abundante pero si sorpresiva… el gesto de Karen indicaba sudesagrado, pero no se retiró y lo agradecí, el placer fue intenso, mis piernascasi se doblan… mi mirada se fue al techo resistiendo las ultimas descargas… unescalofrió recorrió mi cuerpo al final del orgasmo… Karen con lentitud retirósu dedo de mi ano y como barriendo mi miembro con su boca se retiró tosiendo unpoco.
Karen: casi haces que meahogue, ni me avisaste –reclamó riendo.
Me recargué contra la pared,respiraba como si hubiera corrido.
Yo: eso fue intenso –dijeignorando su comentario
Karen: en verdad?, nunca lohabía intentado.
Yo: y yo tampoco… creo queambos estrenamos algo al día de hoy.
Karen solo se burló.
La semana pasó y justo comoera el trato, Karen llegó a mi oficina.
Yo: Hola Karen… sabes, no esnecesario que lo hagamos de nuevo… ya te ganaste tu diez, te libero de tu deuda–le dije jovialmente.
Y no era que no tuvierainterés en poseerla, solo era que en verdad nuestra última sesión de sexo habíasobrepasado cualquier expectativa.
Karen: en verdad? –preguntóincrédula.
Karen: significa que ya noestoy obligada? –preguntó
Yo: es en serio, ya pagastetu calificación –puntualicé
Karen: gracias… en verdad lanecesitaba –dijo con seriedad.
Cuando creí que se retiraría,lo que hizo fue cerrar la puerta y se próximo a mi hasta quedar prácticamentepegada.
Karen: esto no es por lacalificación, esto es por qué quiero –susurró
Yo: segura?
Karen se arrodilló y liberómi miembro casi flácido y comenzó a mamarlo.
Suspiré de placer… me costabacreerlo, pero así había sido todo de irreal… Karen se incorporó y me empujóhasta un sillón donde me dejé caer y ella arrodillándose de nuevo esta vezentre mis piernas continuó chupando… no pasó mucho tiempo cuando se puso depie, se subió en mi, al levantar su falda descubriría lo que ya me imaginaba,no llevaba ropa interior, deslicé mi mano entre sus piernas y la dedié sinpudor alguno y por primera vez con mi mano libre la sujeté de su cabello y jaléde ella para besarla… no era un beso tierno o de cariño, era un beso cargado dedeseo, nuestras lenguas luchaban entre si… hizo una pausa, tomando mi miembrolo dirigió hasta la entrada de su sexo y descendió lentamente, con cuidadocomenzó a mover sus caderas como buscando el ángulo y ritmo adecuado con losojos cerrados… aproveché el momento para desabotonar su blusa… esta vez sitraía bracier, pero para mi agrado éste se desabotonaba del frente, así que notardé en liberar sus grandes pechos… me abalancé contra ellos, los masajeabalos chupaba, los mordía… todo lo que se me ocurría y Karen solo me sujetaba dela cabeza sin dejar de mover sus caderas gimiendo.
Karen: me voy a venirhhhh–chilló
Su cuerpo se estremecía yahora se movía con violencia impulsada por el orgasmo, sus flujos escurrían pormi miembro que seguía deslizándose dentro de ella una y otra vez.
Yo: no pares –le supliquésintiendo como se aproximaba mi orgasmo.
A pesar que ella habíaterminado, reanudó con ímpetu y está vez incluso me motivaba.
Karen: démelo!, lléname de tuleche… llena de leche a tu alumna.
En otra circunstancia creo mehubiera dado mucha risa oírla decir todo aquello, sin embargo en ese momento enverdad surtió efecto… con una mano me sujeté del sillón y con la otra presionéuno de sus pechos y con un gruñido comencé a venirme.
Karen: todo, todo… así….Aaahhh… me vengo otra vez!!! –anunció
Ambos éramos una mezcla deespasmos y gemidos aferrados como podíamos hasta que nuestros cuerpo serelajaron… me dejé ir hacia atrás y Karen dejó caer su cuerpo sobre el míoreposando su cabeza en mi hombro… conforme perdía la erección sentí como mimiembro abandonaba la cálida y húmeda vagina de Karen… tras breves minutosKaren se incorporó y ambos comenzamos a arreglar nuestras ropas.
Karen: en verdad lo disfruté,hasta me dan ganas de repetir la materia –rió
Yo: me has enseñado algonuevo, ahora creo que lo pondré en práctica –dije refiriéndome a que era laprimer alumna con quien tenía sexo.
 
COMO SIEMPRE AGRADEZCO SUS COMENTARIOS PUNTOS Y DEMAS

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1 comentario - mi alumna karen

ObyJuan +1
Yo lo hice con varias alumnas es lo mejor