Quise ser sumiso y la sufrí. Parte 1.

Quise ser sumiso y la sufrí. Parte 1.

Nunca me gustaron las putas, "y que mierda haces acá?" se estarán preguntando. Bueno sí me gustan las putas pero no las prostis.

No es que nunca haya pagado por sexo, lo he hecho infinidad de veces, más de las que quiero creer que fueron. Mi problema con las prostis es que yo llego al punto máximo de excitación cuando veo gozar a la persona que está conmigo, y coger con una prosti es tan actuado que siempre me dejó un sabor amargo, pero esta vez, el sabor amargo fue más extremo.

Siempre me gustó el porno, tengo una coleccion gigantesca que fui juntando con los años. Hace tiempo ya, buscando videos nuevos, encontre un foro de sadomasoquismo donde compartían videos de dominación, fetiches, y demás cosas por el estilo. No era el típico porno de dominación light que solemos encontrar en las clásicas páginas de videos, esto era hardcore, bien pero bien hardcore. Tal es así que siempre tuve la duda de si era legal, porque estaba bien oculto. Recuerdo que para acceder tuve que mandar una solicitud que fue revisada personalmente y me hicieron una entrevista, luego de 7 días me otorgaron el acceso.

Empece a bajar videos, había todo tipo de sado, fetiches, zoofilia y cosas que ni sabía que existían. Una de las cosas que mas me gustaron fueron las lluvias, ahí aprendí sobre la lluvia dorada, marrón, plateada, de colores. Era un mundo nuevo que acababa de descubrir y no tardé en querer cumplir fantasías.



No era fácil concretarla, no es que vas al boliche el finde, pegás onda con alguien, vas a un hotel y le decís "bueno, dame una meada en la boca que me la tomo toda". Nunca tuve un garche fijo, yo salía siempre pero no solía coger con una misma persona más de una vez y para plantear una fantasía de este tipo debe haber cierta confianza o justo encontrar a alguien que le guste lo mismo (que luego con el tiempo me pasó).

Al no tener con quién concretar la fantasía busqué una prosti, en una de las páginas de escorts más conocidas contacté a varias que hacían dominación. Consulte precios y plantée que quería una lluvia dorada. Me ofrecían de todo, desde golpes, humillación, cosquillas (sí, cosquillas), hasta encerrarme en una jaula durante 8 horas y que pase gente y me escupa y me diga que soy una mierda.

bondage
lluvia dorada

Me decidí por una mujer mayor, tendría entre 45 y 50 años, tal vez un poco mas. Me explicó que tenía que confirmar con al menos dos horas de anticipación para que tuviera tiempo de tomar mucho líquido y pudiera darme una lluvia dorada sin problemas durante el encuentro. Arreglamos bien los detalles, qué si, qué no, palabra de seguridad (se usa en el sado cuando sentís que ya no podés más), etc.

Continuará...

ADELANTO DE LA PARTE 2:
La habitación tenía un ambiente medieval, había estantes de madera con consoladores de todo tipo y tamaño. En una esquina había una jaula, con un plato vacío dentro y unas cadenas sujetadas al piso. En las paredes habían látigos y fustas colgando en perfecto orden.

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