2. Ros

Pasaron los días, Ros al parecer seguía apenada o tal vez sólo fue un desliz, la seguía viendo en la universidad, pero al igual que antes, sólo nos saludábamos y cada quién continuaba en su camino, pasaron un par de semanas, salí de la escuela, no ví a Ros, me fuí a la oficina, al cabo de un rato, me llegó un WhatsApp, era Ros, con una de sus dudas sin sentido:
- Hola profe
- Hola Ros ¿Cómo estás?
- Bien profe ¿Y usted?
- Bien Ros ¿Qué se te ofrece?
- Tengo una duda de una lectura que me dejaron, es que no logro comprenderla ¿Me podría explicar?
- Claro Ros, sólo que en estos momentos estoy un poco ocupado en la oficina
- Está bien profe, por cierto, que rico sillón
En ese momento aproveché que había mencionado el sillón y le dije:
- Gracias Ros, cuando quieras, es más podrías venir y aquí te explico
- Está bien, en un rato llego profe
- ¿En serio?
Ya no contestó más, pensé que sería una broma, en la oficina estaban todos y no se irían pronto. Aproximadamente 35 minutos después, llamaron a la puerta, nuevamente Luis fue a decirme: "Jefe, es la chica de la vez pasada ¿Qué le digo?", Me quedé pasmado, comencé a sentir una erección, no sabía que decir, lo único que se me ocurrió fue: "Que pasé, el otro día ya no me dió tiempo entrevistarla". Mis compañeros de trabajó saben que cada vez que hago entrevistas, hago esperar bastante tiempo a mis entrevistados, esto porque una de las características que buscamos es que sean pacientes, entonces iba a tener que hacer esperar a Ros, tomé mi teléfono, le mandé un mensaje:
- Se paciente Ros, en un rato te paso
- Sí profe, no se preocupe, entiendo ¿En dónde está su baño?
- Pregúntale al jóven que te recibió
- Gracias profe
Pasaron un par de minutos
- Espero pueda ser paciente usted profe (Esto con una foto en el baño, con el pantalón abajo, mostrándome que no llevaba nada abajo)
Comencé a buscar sus fotos que me había mandado con anterioridad, comencé a masturbarme, me tomé una foto y se la envié. Ella contestó: "Espero está vez tengas condones".
Pasaron al rededor de 30 minutos, salí de mi oficina y pregunté: ”¿Quién me busca?", Ros no dijo nada, sólo se levantó, se acercó a mí y se presentó:
- Buenos días, soy Ros, vengo a la entrevista
- Buenos días Ros, pasa
Entramos a la oficina, cerré la puerta y acto seguido comenzamos a besarnos desesperadamente, nos queríamos comer el uno al otros, comencé a quitarle la ropa, toda, no le dejé nada puesto, después de eso, le dije, siéntate por favor, ella tomó asiento 
- Ros, están todos en la oficina, debemos tratar de no hacer ruido, mis compañeros normalmente no escuchan las entrevistas, siempre tienen música y están haciendo ruido
- Sí profe, como usted me diga
Ros se levantó, se acercó a mi lugar, me dió la espalda y se sentó sobre mí, comencé a tocarla, ella movía su culo, si riquísimo culo, lo presionaba, de arriba abajo, de un lado a otro, cada vez se me ponía más duro, mientras yo la masturbaba, le besaba el cuello y la espalda, le jalaba su cabellera rizada, comenzó a hacer gemidos pequeños, comencé a meterle dos dedos hasta que soltó un gemido más fuerte, en ese momento, la tomé fuertemente del cabello, la llevé hasta el sillón, la puse de a perrito, comencé a comerle el ano, sus nalgas, comencé a meterle la lenguas por su ano, ella seguía haciendo pequeños gemidos, se tapaba la boca para que no escuchara, mientras le metía la lengua más y más profundo, introduje dos dedos en su vagina, hasta que tuvo un orgasmo, tomé un condón me lo puse, la tomé de las caderas y comencé a introducirlo poco a poco, ella se retorcía de placer, una vez que lo metí todo comencé ha hacerlo rápido y fuerte, volvió a soltar otro gemido fuerte, la voltee y nuevamente la penetre mientras nos besábamos, comenzó a morderme los labios, muy fuerte, estaba por volver a tener otro orgamos, continuamos así, me dijo "espera" me toca a mi, los dos estábamos sudados, ella se levantó, me empujó contra el sillón, se montó encima y comenzó a moverse de manera espectacular, yo ya no aguantaba más, ella siguió hasta que terminé, nos quedamos besándonos por un rato más, después nos cambiamos y nos quedamos platicando un rato.
Entre las cosas que hablamos y que después servirán para los siguientes relatos es que no había hecho anales y por eso no permitía que usará mis dedos, además de que le daba miedo.
Continuará...

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