Mi madre exhibicionista - Parte 3

Me fue difícil conciliar el sueño, tenía un gran peso y no necesariamente el de la pierna de mi madre, si no el peso del morbo de tener la sexy pierna de mi madre encima mío, además del morbo de lo sucedido durante todo el día, pero el cansancio me venció al fin.
Al despertar nuevamente mi madre ya no estaba a mi lado, fui a la piscina, claro, mi madre me tenía que sorprender, tenía una tanga de tela transparente de color blanco, que dejaba a la vista sus cada vez más abundantes vellos púbicos, la parte que cubre la vulva era de algodón y por ello no era tan visible, sus piernas estaban separadas y sus rodillas dobladas, esta vez mas que el día anterior, así que se veía más el área de la vulva que el pubis, sus tetas estaban desnudas solo los pezones tenían un par de cubre pezones de silicona del mismo tono que su piel.

Sabiendo el horario de trabajo de don Joaquín le empecé a buscar con la mirada, a este le localice en una de las esquinas de la casa cubierto por una serie de pinos recortados de manera cubica a metro y medio de altura que seguramente no era tan visible desde el lugar de mi madre o por lo menos eso pensaba el señor, le mire tan concentrado explorando el delicioso cuerpo de mi madre que su verga necesitaba ser relajada con masajes de su mano derecha.

Vuelvo a mirar hacia mi madre pues también quería ser espectador de su cuerpo, quería estar en el lugar de don Joaquín, no paso ni cinco minutos para que mi madre llevara sus manos a ambas tetas para masajearlas, voltee a mirar a don Joaquín y movía la boca diciendo algo en voz apagada, la mano derecha de mi madre fue de su pecho a su entrepierna para acariciar a su vulva en círculos por encima de la tanga, el cuerpo de mi madre era totalmente una poesía erótica que invitaba a coger, después de varios minutos se escuchó un "haaa... huuummm, haa, haa, haa, huuumm". Mientras llevaba ambas manos a reposar detrás de su cabeza, sus piernas se abrían más y así se quedó descansando de su orgasmo.

Vi a don Joaquín caminar como si nada, de la misma manera avancé hacia ella.

- ¡Ya terminé señora!

- Si don Joaquín, Gracias.

- ¡Nos vemos joven!

- Si don Joaquín, hasta luego.

Llegue hasta donde estaba mi madre y acercándome a ella noto sus jugos en sus muslos y parte baja de sus nalgas, le acerco dos dedos para acaparar un poco de ese elixir y catarlo.

- Nada mejor que un buen orgasmo por la mañana, ¿verdad?

- Así es.

Volteo hacia la casa y me dirijo para asegurarme de que aquel señor ya se haya ido, sierro la puerta y regreso con mi madre.

- ¿Ya se fue?

- Si y con un calentón que seguro hoy deja embarazada a su esposa.

- je, je, je.

Me recuesto encima de mi madre dejando mi pubis bajo su vulva, tomo sus piernas y las acerco más a mis caderas a lo que ella responde entrelazando sus pies tras mi espalda, acerco mi cara a la de ella y sus manos se entrelazan detrás de mi cuello, sus labios se entreabren y se pegan a los míos el beso no alcanza a ser de lengua, pero si se humedecen sus labios y los míos.

- Hay no cariño, mejor así no, que si de por sí me quede caliente con el show que le di a don Joaquín y todavía tener te así, me dan unas ganas terribles de que alguien me meta la verga.

- Pues espero que ese alguien sea yo.

Mi madre me queda mirando sorprendida.

- ¿En verdad tú te atreverías a metérmela?

- Pues para eso están los mejores amigos, ¿no? para echarnos la mano y si tú tienes muchas ganas, pues ni modo de dejarte así nada más.

- Gracias cariño, lo tomare en cuenta.

- Esta bien Vero.

- Y ahora porque por mi nombre?

- Pues para no decirte ma, o mamá.

- Esta bien, llámame como quieras menos con alguna de esas dos palabras.

Mi madre se levanta de su camastro y dice.

- bájate el bañador, solo el bañador.

Hago caso a su indicación y dejo en los tobillos el bañador y quedo cubierto solo por el bóxer, me vuelvo a sentar y ella en mis piernas.

- Sabes cariño, antes en mis tiempos de secundaria o preparatoria era mucho de tener amigos, algunos les decía mejores amigos obviamente ninguno al nivel que tú y yo, como tú dices "amigos con derechos", pero si era con los que les contaba mis gustos, ya sabes, mis comidas favoritas, la música que me gustaba y cosas así, a uno lo más intimo que supo de mi es cuando estaba en mis días y eso porque me invitó a dar la vuelta y le dije que me sentía mal y el casi en broma me dijo que si estaba en mis días, por la confianza, reí y pues lo supo. Ahorita ves que solo tengo amigas, contigo, no sé, quizá tuve la necesidad de un amigo que me escuchara, que me comprendiera, algún cómplice, ¿sabes?

Ante ayer, te mencione que tu padre, para nada me toca sexualmente, ni siquiera una palabra que me alague como mujer, mira a las mujeres nos gusta sentirnos deseadas, nos gusta que nos digan cosas que nos haga mojar. recuéstate en el camastro y separa tus piernas.

Hago sin pensar lo que me pide y ella deja caer su torso lentamente sobre el mío y sus piernas se meten en el espacio de las mías.

- Ves, a nosotras nos gusta sentir su bulto entre nuestras nalgas, que nos abracen, eso es fantástico cariño, y tenerte en este momento como a un amigo me hace sentir muy bien, saber que te puedo contar todo lo que sea y no serás como otros hombres que corren a decirle a sus amigos lo que una mujer les dice.

- Y así será Vero, lo que me digas o lo que hagas se quedará entre nosotros dos.

- Y lo valoro mucho cariño, como te dije yo sabré ser complaciente, como dijiste, los amigos estamos para echarnos la mano.

La situación me estaba despertando al amigo de entre mis piernas así que intervine.

- ¿No tienes hambre?

- je, je, je... Si cariño y de las dos.

Entendí el comentario, pero quise ponerle picardía al asunto.

- Cuales de las dos?

- ¿Pues cuales han de ser? hambre de comida y hambre de verga.

- En serio.

Incrédula por mi respuesta me queda mirando.

- Cuando te digo que mi esposo no me toca, es porque no me toca para nada, lleva cinco años que no me atiende en la cama y eso es mucho para una mujer.

- Pues entre amigos te puedo hacer el favor.

- Cada vez más me convences de que cuando me dices que estoy buena, lo dices de manera objetiva.

- Pues sí, una ley entre amigos es que nos debemos de hablar con la verdad, ¿no?

- Pues si... hay que... que... que bien se siente esto que hay aquí.

Mi madre empieza a mover las caderas haciendo círculos con las nalgas las cuales están encima de mi verga semi erecta.

- Bueno cariño, mejor vamos a desayunar que cada vez me dan más ganas de comerme una rica verga.

- Si, pero antes.

La tomó de la cintura y hago que su abdomen quede en mis piernas y sus nalgas empinadas.

- Recuerdas que ayer te portaste mal que hasta el tipo del antro te dijo que eras una niña traviesa.

- Si, bueno dame las nalgadas que me merezco.

Empecé acariciando su nalga izquierda y consiguiente di la primera nalgadita, volví a acariciar y di la segunda nalgada, continúe hasta contar diez.

- Ya niña traviesa, vámonos a desayunar.

Al incorporarse pude ver como las nalgas de mi madre habían quedado un tanto coloradas.

- Deja me pongo algo y vamos cariño... ¿Qué quieres que me meta?

- Pues ya no tenemos nada nuevo.

- Entonces después del desayuno pasamos por la sexshop por nuevos juguetes, aunque... también compramos juguetes para ti cariño por que yo me la estoy pasando de lo lindo y tú, de seguro te has estado quedando con un calentón, ¿verdad?

- Si un poco, pero... bueno si veo algo que me guste, me lo compro.

- Mientras... mira me voy a poner la tanga vibrador y estos succionadores lisos.

Salí un momento para que mi madre se metiera el vibrador.

- Ya puedes entrar cariño.

Después de la tanga y los succionadores de pezones se puso un body blanco una minifalda negra que solo cubría sus nalgas.

Salimos de la casa y vi que mi madre llevaba algo más, su caminar era diferente movía las caderas contorneándose de manera que no dejaba todo el pie en el piso si no solo la mitad, sus nalgas estaban levantaditas y se movían de un lado a otro.

- ¿Y ahora, ese modito de caminar? muñequita.

- ¿Te gusta?

- Si, te mueves muy sexy e insinuante.

- Cuando era adolescente caminaba así, no era con alguna intención solo me salía natural, pero tus abuelos me decían que caminaba como una buscona, tu tío Brandon me dijo que un día me iban a dar violín por caminar como putita, por eso deje de caminar así.

- Bueno ya te dije, estos días son para que camines y haga lo que quieras.

- ven acércate detrás de mí.

- me coloque igual que en el camastro, pero parado obviamente.

- Ahora Abrázame y camina natural.

Mientras caminábamos pegados mi madre caminaba con ese modito que estimulaba mi verga.

- Que rico mueves las nalgas amiguita.

- ¿Te gusta?

- Si.

- No sabes las veces que le pedí a mi esposo que me abrazara así mientras caminábamos.

Al llegar al restaurante me percate de la presencia del tipo del día anterior.

- Mira creo que dejaste con ganas de más coqueteo al tipo de ayer.

- ¿En serió? en donde esta.

Le hice señas con la cabeza.

- Comemos primero, ¿no?

- Si, que ya tengo hambre.

- Hay, yo también.

Pedimos el desayuno y tratamos de comer con la mayor tranquilidad posible, aun así, note nerviosa a mi madre.

- Listo cariño.

- Si preciosa, diviértete.

Me levante del asiento, mi madre se cambió de lugar a modo de quedar a la vista del tipo y accione el vibrador.

Pasaron cerca de cinco minutos para que el la viera, mi madre empezó a morderse el labio inferior y a entrecerrar los ojos de una manera muy sensual, bajo las manos presionando sus pechos con los brazos, pasaron unos según dos y con la mano derecha tomo su falda dejando ver dentro de ella, la cara del tipo se tornó un tanto colorada pero no perdía de vista lo que mi madre le dejaba ver, en un momento él le contesto con señas, apunto con el dedo índice a mi madre para después arrastrar el dedo hacia su verga la cual ya se podía notar erecta bajo el pantalón, la seña la repitió tres veces, mi madre se relamio los labios y con señas mi madre le dio a entender que solo la mirara, la mano derecha en puño cerca de la boca se acercaba y alejaba, su lengua hinchaba la mejilla a ritmo del puño insinuando una mamada de verga para luego fingir tragar, paso el dedo por la comisura de sus labios de afuera para adentro para terminar lamiendo el mismo dedo.

Los buenos pechos no podían quedar de lado así que llevó ambas manos a cada uno de ellos y loa empezó a masajear poniendo cara de excitación.

El tipo no aguanto más y se dirigió a ella.

Se sentó en la silla contigua y empezaron a charlar, claro que el tipo no podía perder oportunidad y coloco una mano en la pierna de mi madre, esta parecía no darle importancia y continuaba hablando, la mano traviesa cada vez subía hasta llegar al borde inferior de la minifalda, esta se aventuró falda adentro y el dedo índice de mi madre jugueteaba en el pecho de él, en un momento mi madre llevo su mano a detener la del tipo, en un instante volví a accionar el vibrador, el tipo la quería besar pero mi madre le sujeto la cabeza y beso su frente, en el momento de levantarse se apoyó ligeramente sobre la verga de aquel tipo.

Llame rápido a la mesera, pagué la cuenta y salí a encontrar a mi madre para ir a la sexshop.

Compramos varias piezas para pezones básicamente anillos, pero con otros diseños, con más o menos cadenas a collares, vibradores, mi madre escogió algunas piezas de lencería, sin que se diera cuenta compre algunos plugs anales y vaginales, unas colitas de zorrita y conejita, además de un encargó especial de la última vez, un consolador replica de mi verga erecta la cual tenía como empaque un cofre negro con interior de terciopelo, además de otras cosas.

- ¿Que juguetitos vas a llevar tu cariño?

- La verdad no me ha gustado casi nada.

- ¿Casi, nada?

- Si, solo me gustaron una serie de arneses y collares para sumisa.

- Y... ¿Quieres que sea tu sumisa?

- solo si tú lo quieres

Nos dirigimos a casa.

- Ahora si dime ¿cómo te la pasaste en el restaurante?

- Increíble cariño, muy divertida.

- ¿Que te dijo cuando fue hacia ti?

- Me pregunto que si andaba ganosa y le dije que un poco, me dijo que si yo quería él me podía dar verga.

- ¿Que le contestaste?

- Que se le veía rica, pero que no.

- ¿Y después?

- Pues me dijo lo mismo que el del antro, que era una niña traviesa.

- Pues entonces te tocan tus nalgadas, ¿no?

- ¿Quieres darme nalgadas?

- Si, un poquito.

- Bueno, pero me las das en la noche o más tarde porque ahorita quiero salir a caminar, solo hemos salido al restaurante a comer.

- Me parece muy bien, porque también tengo ganas de que salgamos a caminar.

habiendo dicho esto se me escapo una sonrisa.

- ¿Que tienes en mente?

- Ahora te muestro.

Fui por las cosas de la sexshop.

- ¿Que es este cofrecito?

- Un regalo especial... ábrelo.

le di la llavecita y lo abrió.

- ¿Un consolador?

- Si, es un tanto especial.

- ¿Por qué?

- Para que después recuerdes estos días.

- "Con cariño de quien regresa a casita" (leyó mi madre en la base del consolador)

- Gracias cariño, si seguimos como hasta ahora creo que lo voy a tener que usar esta noche.

- ¿Por qué? ¿Ya estas mojadita?

- ¿Tu qué crees? (dijo con una sonrisa pícara) ¿Oye cariño me ayudas?

- ¿A qué?

- Es que ya tengo mucho pelito ahí y quiero que me ayudes a depilarme.

- ¿Lo dices en serio?

- Si, necesito que me ayuden y claro que no le voy a pedir a cualquiera que lo haga... además ya lo dijiste, eres mi mejor amigo y tienes que echarme la mano, literal.

- bueno, por mi encantado.

- pon la toalla en la cama y de la bolsa pequeña saca un plástico transparente, la lengüeta, los guantes desechables y la será, mientras me voy a lavar.

- si preciosa.

Mi madre fue a lavarse la zona mientras que yo sacaba y acomodaba las cosas.

Unos minutos después mi madre sale de la ducha solo envuelta en la toalla y se seca a la perfección, por fin la veo completamente desnuda sus labios vaginales ya eran cubiertos por el vello, se acuesta sobre el plástico y abre ligeramente las piernas, le hecho talco en la zona del pubis y extiendo con la mano envuelta con el guante esterilizado, tomo la cera fría, extiendo y jalo suavemente, de esta manera repito hasta formar un casi triángulo el cual termino de dar forma con una tijeras.

- Agarra tus piernas.

Tomo las piernas de mi madre y empujo de manera que ellas las empieza abrazar, haciendo que quede a mi vista su culo y su conejito, hecho talco y repito la operación para liberarle de vello esa zona, termino y aplico el espray para después de depilar y esparzo con toallitas húmedas por el área del pubis, vuelvo a empujar sus piernas para ponerle en el área del culo, esta vez tomo la crema hidratante y le embarró firmemente por el pubis, muslos y labios mayores, vuelvo a encargarme de la zona perianal, veo que la crema se ha acumulado un poco en el ano y empiezo a masajear para que la piel lo absorba, pero esta se introduce un poco.

- Voy a masajear un poco más aquí porque la hidratadora se ha estancado.

- Si cariño.

Coloco el dedo índice sobre el orificio y lo muevo suavemente, aún queda crema y esta se introduce más adentro, doble cuatro dedos dejando estirado solo el dedo medio y lo introduzco abarcando toda la uña, doblo el dedo, jalo levemente hacia arriba, lo sacó para ver si el exceso de crema ha desaparecido y así es, ya no había crema. Para finalizar le doy una nalgadita y le digo.

- Listo hermosa, ya quedaste, tienes el culito como de bebé, lisito, lisito.

- gracias cariño.

- ...

- ¿Bueno haber que me voy a poner?

Le doy unas bolas chinas kegel.

- Ahora ayúdame a meterme esto.

Mi madre abre sus piernas y se acaricia en círculos la vulva, le veo que empieza a brillar un poco.

- Ahora cariño métemela.

- En verdad quieres que te la meta.

- Ja, ja, ja. chistosito, me refiero a las bolas... al vibrador.

Hago caso y meto lentamente el vibrador.

- ¿Y qué sigue?

- Saco un plug anal normal y otro de cola de zorrita.

- ¿Y esto?

- Son para haya atrasito.

- Pero si lo tengo virgen.

- ¿Es en serio?

- Si.

- Pues sirve que sientes la experiencia y lo vas acostumbrando.

- Pues no se para que acostumbrarlo si... mi esposo no lo va a usar nunca, pero bueno... y no es que yo no quiera, pero el... pero como dices para sentir la experiencia, ¿Y el de colita para qué?

- Me parece que se te vería muy sexy con los arneses de sumisa.

- Pero ¿y cómo voy a salir con esto?

- Pues te pones una minifalda, además no es tan larga es de 25 centímetros.

- ¿Te gustaría que me lo pusiera?

- Si, ¿por qué no? te verías súper sexy.

- Bien cariño, entonces dame primero los arneses y después me pongo esto.

Le alcanzó a la mano un primer arnés, que sería parecido a un calzón brasileño y porta ligas a la vez, pues son tres bandas en la cintura, de ahí bajan dos bandas simulando el contorno de un calzón brasileño sin llegar a tocar la vulva pues la rodean, de estas dos bandas bajan otras cuatro, dos para cada pierna y se unen en tres cintas que rodean a cada pierna.

Después de ponerse este primer arnés le doy otro el cual simula un brasier tal cual, pero dejando "libres" los pechos pues las bandas los rodean, de estas bandas que rodean las tetas salen varias cadenillas que se unen en dos anillos una para cada pezón aprisionándolos y comprimiendo las tetas.

De la unión de en medio de las tetas sale otra banda que se une a un collar la cual tiene un sutil anillo.

- Hay cariño, que gustos tienes, pero no te voy a negar que ya me empecé a mojar nada mas de pensar en que soy tu sumisa... Bueno ahora méteme esto.

Dijo mientras tomaba en manos la cola de zorrita.

Se recostó en la cama parando las nalgas, me chupo el dedo medio y con el índice le embarro un poco de crema hidratadora, empiezo a masajear hasta que noto que el dedo ya resbala un poco hacia adentro, cambio el dedo y lo introduzco hasta el primer nudillo, empujo un poco más y meto medio dedo, continúo masajeando el borde del ano y meto otro dedo hasta que considero que el plug es capaz de entrar.

- ¿Como lo sientes?

- Raro, hasta como que tengo ganas de cagar.

- Es normal, tu cuerpo trata de sacar el plug.

- ¿Y como me veo con cola de zorrita?

- Estas súper antojable, te veo y me dan ganas de echarte no solo una mano si no las dos.

- Hay cariño.

Mi madre voltea a verme mordiéndose el dedo índice y camina sensualmente a mi alrededor, para volver a quedar frente a mí y frotar las nalgas en mis piernas.

- Así me siento cariño, me siento una zorrita en celo... hay que apurarnos si no se hace tarde.

Saliendo del transe en el que me encontraba le paso una minifalda de corte A en color negro, al ponérsela vemos que efectivamente cubre bien la cola y los arneses.

- Pásame el bralett blanco y unas medias negras, cariño.

Se lo doy y aun que no cubre totalmente el arnés le queda perfecto, para finalizar se calza unos tenis blancos.

Durante el camino hacia el sendero, le voy acariciando las piernas.

- Que rico se siente tener mis dos agujeritos ocupados.

- Te gusta, si mucho.

Al llegar dejo el Auto en un estacionamiento y empezamos a caminar, abran pasado varios minutos y noto que no hay nadie, agradeciendo la soledad del camino saco la correa y enseñándosela la coloco en el anillo de su collar.

Ella se sube la falda de manera que se le vea la cola.

- Esto lo estaba guardando para la noche, pero creo que este momento lo amerita.

De su bolso saca un antifaz de encaje blanco y me dice.

- pónmelo cariño... perdón, amo.

Se lo pongo y empezamos a caminar.

No sentía los pasos que daba, estaba como flotando, era mucho el morbo que sentía al tener a mi propia madre como sumisa, de ver sus dos agujeros ocupados, quería preguntarle por su excitación, o cualquier otra cosa que me dijera que lo estaba pasando bien, pero no podía ni hablar, quería ahí mismo tomarla de la cintura, hacerle a un lado la cola y meterle la verga, tan dura y rápidamente como me fuera posible.

Me cuestionaba si hacer eso era mejor que el dejarla con las ganas de liberar sus deseos, a lo lejos se veía a un par de mujeres que se acercaban a nosotros trotando, le iba a bajar la falda y quitarle la correa, pero ella volteo rápidamente y dijo.

- No amo, solo camina un poco más rápido.

Así lo hicimos, las dos mujeres de probablemente 25 años aproximadamente se nos quedaron viendo sorprendidas una de ellas incluso tropezó sin llegar a caer.

Yo me sentí súper rojo al haber pasado esa situación, siete o diez minutos más y nuevamente se acercaba otro grupo de tres mujeres y un hombre esta vez mi madre se gira hacia mí y me besa mientras mueve las nalgas haciendo que la colita se menee de un lado a otro, las mujeres voltean incrédulas de lo que ven una de ellas voltea al hombre que las acompaña y este gira rápidamente la cabeza hacia al frente.

Al poco rato de caminar escucho de mi madre un.

-Hummm, hammm.

Y veo correr un líquido de sus piernas que sin duda es producto de un orgasmo.

- Que delicioso sonó eso.

- Y se sintió igual de rico cariño, perdón amo.

En ese momento veo que se baja la falda.

- Hay que sentarnos que ya me cansé y ya me dio hambre.

- Si quieres regresamos.

- Si, ya caminamos bastante.

El camino de regreso fue más "normal", ya que solo caminamos de la mano, sin el uso de la correa.

Al llegar a casa comimos y mi madre se metió a bañar, llego la noche y mi madre se metió a su habitación para después pedirme que fuera con ella, la encontré en ropa interior totalmente de encaje blanco, usaba muñequeras de encaje he incluso sus tobillos tenían tobilleras de encaje.

- Ven cariño y acuéstate... Es hora de que tú también tengas un orgasmo.

Apenas me acerque a ella y sus manos fueron a mi pantalón para desabrocharlo, bajo sensualmente mi ropa y quito mi playera, me hizo acostarme de manera delicada, sus labios empezaron en una especie de masaje al glande, la lengua acariciaba más suave que el terciopelo, poco a poco su boca fue tragando cada milímetro de mi verga, por instinto mis manos fueron a su nuca sin generar presión alguna, lentamente su cabeza retrocedía y volvía a tragar, su ritmo iba en ascenso y mi respiración se entrecortaba por el gran placer que me daba.

- Tu también sabes bien cariño, tienes una verga muy rica.

Después de varios minutos germine con una gran explosión que libero la leche que mi madre me había hecho "almacenar" durante estos días.

- Que rica leche tienes cariño.

- ¿Eso te parece Vero?

- Si, sabe rica mi amor.

- si quieres, aún tengo más.

- pues espero que la aguardes para mí, que yo no he desayunado lechita desde hace mucho y la tuya sabe deliciosa.

- Entonces sigue sacándola que te la tienes que ganar.

- huuy ¿enserio? Con lo que me encanta hacer este tipo de trabajitos para ganarme mi lechita.

- pues empieza mi hermosa gatita.

- grrr…

...

2 comentarios - Mi madre exhibicionista - Parte 3

Zindathar +1
Excelente relato, espero con ansias la continuación, no nos dejes esperando mucho
Mangonada7
Muy buen relato, casi lo vivi!!