Historias de hotel - historia 5

No dejes de pasar por mi mejor post

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No te vas a arrepentir!


HISTORIAS DE HOTEL

Quien en su vida no tiene una historia de hotel? creo que todos vivimos anécdotas y a nadie le llamaría mucho la atención lo que sucede en un cuarto, entre cuatro paredes.

Ahora bien, que pasa cuando existen historias que van mas lejos de lo tradicional, cuando se roza lo bizarro, lo extremo, lo prohibido, lo que muchos fantasean en realizar, pero son contados los que llegan a vivirlo?

A lo largo de HISTORIAS DE HOTEL, recorreremos diez vivencias diferentes, vivencias de personas que se animaron a ser contadas, sentados frente a frente con quien escribe, yo solo tomé esas historias para llevarlas a un papel.

Te invito a recorrer estas diez HISTORIAS DE HOTEL



LA NOCHE MENOS PENSADA
ISMAEL, 26 AÑOS


UNA MILF PELIGROSA
ANDREA, 58 AÑOS


LA FIESTA DE GABRIEL
JONY, 32 AÑOS


ANCIANOS DEPRAVADOS
JOSE, 72 AÑOS - ANTONIA 78 AÑOS


PRESTIGIOSO INGENIERO
TIFANNY, 19 AÑOS


MI MARIDO!
SANDRA, 46 AÑOS


SOR ANGELICA
MARIANELA, 29 AÑOS


AMORES QUE MATAN
ALAN, 47 AÑOS


MI HERMANA
MIA, 23 AÑOS


MI PROSTITUTA PERSONAL
MARTINO, 39 AÑOS





PRESTIGIOSO INGENIERO
TIFANNY, 19 AÑOS

Accedí a hablar con Tifanny después de comprobar que tenía diecinueve años observando su documento de identidad, juro que le hubiera dado nos mas de quince.
Tifanny parecía una niña, con ojos negros de mirada profunda, llamativas pestañas y cabellos largos que llegaban a su trasero enrulándose a medida que iban cayendo, de contextura delgada y de baja estatura. En verdad daba una imagen angelical, no era llamativa por su físico ni nada que se le pareciera, realmente su belleza mezclada con su aparente inocencia no pasaban para nada desapercibidas y ese era su pinto fuerte de atracción
Se mostraba muy pulcra, arreglada, impecable y exasperadamente femenina, y era mas bonita y llamativa que la mayoría de las mujeres, porque en sus líneas solo se dibujaba perfección.
Solamente por su timbre de voz un tanto grave, y por su marcada nuez de Adan en la garganta, podía adivinarse que en realidad 'ella' era 'el' y juro que cualquier mortal hubiera caído en la trampa. Podría decir sin temor a equivocarme que Tiffany, como se hacía llamar, despertaba el deseo prohibido en los hombres y la envidia cruel en las mujeres.

Mi historia de vida no es bonita, a pesar de mi juventud transité caminos de espinas para ser quien soy, de pequeña me gustaron los chicos, y poco a poco y con esfuerzo me hice a mi misma.
Mi madre es una mujer acaudalada, mi familia es gente de negocios y tengo que agradecerle que costearan todas mis cirugías, mis hormonas, mis cambios, sin ella nada hubiera sido posible.
Soy afortunada, conocí varios países del mundo, aprendí idiomas, culturas, creencias, me gusta mucho viajar, el conocimiento no ocupa lugar.
La pregunta obligada es 'si tiene todo por qué se prostituye?' y la respuesta es simple, 'me gusta ser prostituta vip'.
Me encanta el sexo, me encantan los hombres y me encanta el dinero, adoro coger y que me cojan y si me dan buen dinero mejor todavía.

A pesar de no tener veinte años, puedo decir que estuve con muchísimos hombres, mi tarifa es alta pero no imaginan cuantos tipos de plata gustan andar con chicas trans.
Los hombres que buscan chicas como yo no buscan mujeres, justamente nos buscan por lo que tenemos entre las piernas y damos lo que ellas no pueden dar y a mi parecer, con un cuerpo femenino, con pechos, con facciones de mujer pueden justificar su gusto prohibido por un pene, y hay un detalle no menor, mi pene mide mas de veinticinco centímetros y unos seis de diámetro, tengo que decir que calzo terrible pija y tengo ya un gran número de clientes que me pagan para que se las dé por el culo.
Y tengo muchas historias para contar, pero tal vez la del Ingeniero Olarticoechea sea la que mas me quedaría grabada por como terminó justamente esa historia

Al Ingeniero Olarticoechea, o simplemente Víctor, como yo lo llamaba, me lo presentaron en una noche de fiesta, esas fiestas locas que cada tanto voy de invitada, ustedes ya imaginarán de que hablo, tipos desde los cincuenta años hasta la muerte, llenos de plata, podridos en dinero, con buena música y putitas jóvenes, chicas y trans para elegir, sentarnos en las faldas, beber tragos, regalar besos y dejar que nos metan mano por donde quieran meterlas, siempre con una sonrisa pintada en los labios.
Recuerdo que alguien me lo presentó y le dijo a Víctor algo como 'ella es especial para vos, te va a encantar, se llama Tiffany'
En ese momento yo no estaba segura si ese hombre sabía que yo no tenía conchita, pero solo seguí el juego.
El amanecer nos sorprendería desnudos haciendo el amor como bestias salvajes y se la daría por el culo al viejo por primera vez, supe entonces cuales eran sus gustos y que es lo que andaba buscando.

A partir de ese día, Víctor Olarticoechea tendría un affaire especial conmigo, y de alguna manera el sería diferente. Se que para el no fui una mas en su vida, no fue amor, para el fui una obsesión, su perversa obsesión.

Cómo era la historia? Víctor tenía casi sesenta años, era un exitoso y prestigioso empresario, muy conocido en la ciudad y en los medios, tenia dinero, tenía poder, tenía fama.
Su vida personal y familiar era ejemplo para todos, una esposa a su altura, reconocida en artes, afamada, el matrimonio perfecto, sin fisuras, una hija que había viajado por el mundo y se había casado con un importante diplomático y un hijo de mi edad estudiando leyes en Estados Unidos. Víctor Olarticoechea tenía varias empresas en el país y se había asociado con un par brasileño creando un monstruo de poder que devoraba todo a su paso, se lo reconocía por ser un buen patrón, por saber llevar con manos firmes la empresa y dar empleo a centenares de personas que a su vez se transformaban en centenares de familias.
Y se podía pedir algo mas?
Obviamente! Víctor debía buscar la forma de minimizar el pago de impuestos, y que mejor idea que crear una ONG para paliar el hambre del mundo.
Sin dudas ese hombre era el ejemplo a seguir!

Pero Víctor, como la luna, tenía una cara oculta, una que nadie conocía, que nadie podía ver. Desde nuestro primer encuentro me transformé en su droga, en su adicción, al menos una vez a la semana me llamaba para ir al hotel a matarnos en un cuarto, entre esas paredes podía conocer a otro hombre, hacíamos de todo, pero en especial puedo decir que estaba enloquecido con mi verga, adoraba chupármela, y que se la diera por el culo, le gustaba jugar con palabras, diciéndome que 'lo mandara al hospital con todo el culo roto'.
Y en verdad era bueno conmigo, siempre pagaba mas de lo pactado, además me sorprendía con costosos presentes sin tener necesidad de hacerlo y llegué a tomarle aprecio en el año que compartimos

Y tengo algo mas que contar del ingeniero Olarticoechea, no solo me había elegido por el tamaño de mi pija, también por mi corta edad. Yo nunca hice preguntas de las que no quería recibir respuestas, pero sin dudas el tenía algunos fetiches, siempre me pedia que me hiciera dos colitas en el cabello, siempre me pedía que estuviera a rostro descubierto, nada de cosméticos, siempre me hacía usar algun trajecito de colegio secundario, siempre me pedía que mi sexo estuviera completamente depilado y siempre a la hora de hacer el amor me llamaba 'su nenita'.
Yo lo tomaba como parte de un juego, y podía ser lo que el quisiera que fuera, si podía pagarlo

Esa jornada no tenía un buen presentimiento, tal vez una premonición, lo evadí mil veces y el mil veces insistió, un hombre como Víctor en la cima del poder se siente como un Dios y no suele aceptar un no como respuesta.
Había tenido un día del demonio, algo me había caído mal la noche anterior y había estado con vómitos, se lo hice saber pero el me dijo que por la noche ya estaría mejor y que solo se conformaría con verme y charlar un poco, cosa que me costó creer, pero en fin, siempre era quien pagaba y el cliente siempre tiene la razón.
Pasó a buscarme puntual como siempre lo hacía, discreto, sin llamar la atención con uno de sus tantos coches, el tenía varios así que solo los iba rotando para no llamar la atención.

Le pregunté si iríamos al piso exclusivo que tenía en el centro de la ciudad, como casi siempre lo hacíamos, con amplios ventanales que daba vista a las nevadas montañas, pero me dijo que casualmente se lo había prestado a unos amigos para realizar una de esas fiestas como en la que nos habíamos conocido. Supuse entonces que su casa de fin de semana al pie de los cerros sería el sitio, pero tampoco, hacía un mes que estaba en mantenimiento y restauración y no estaba disponible. Le pregunté entonces cual sería el lugar, sospechando que el o tendría dificultades en conseguir lo que deseara conseguir, incluso tomar un avió privado y viajar a cualquier arte del globo. Me dijo que no, que había pensado en algo mas tranquilo, un lindo hotel en las afuera de la ciudad, algo mas terrenal.
Nuevamente la situación pareció advertirme que debía abortar, yo era una prostituta de nivel y no acostumbraba a ir a revolcarme a hoteluchos del montón.

Como fuera, siempre se salía con la suya, así que en un abrir y cerrar de ojos estábamos en una lujosa habitación, metidos en un jacuzzi con burbujas, con copas de champan en nuestras manos, desnudos, besándonos apasionadamente como locos.
Víctor parecía haber olvidado sus palabras de ser solo observador, ya que con su manos libre me sobaba la verga dura por debajo del agua y me decía

- Mi nenita... que linda verga tiene para su papito...

Intenté sacarlo de situación, me incorporé para salir pero mi pija dura quedó al alcance de su boca y en segundos me la estaba chupando, solo lo dejé unos segundos pero me lo hacía muy rico y en verdad quería que siguiera, pero a la fuerza lo aparté y pregunté

- Tomaste tus medicinas?

Víctor sufría del corazón y era un desastre con sus medicamentos, como dije, el sentía un semidios y se creía que el mundo giraba a sus pies, que nada podía pasarle y actuaba en consecuencia, me dijo que si, que las había tomado pero supe que me estaba mintiendo, se desentendió rápido de mi pregunta aunque su mirada me dijo que solo trataba de evadirme.
Fue la tercera señal en esa noche, la tercera advertencia de que las cosas iban mal y solo seguimos adelante...
Mi amante me dijo entonces que tomara el bolso de mano que había sobre la cama, que era para mi, que quería disfrutarme como a él le gustaba hacerlo, volví a insistir en que no era el mejor momento y el volvió a indicarme que solo quería mirarme.
Tomé la toalla de mano y me envolví en ella, luego el bolso y fui al cuarto contiguo, la habitación era enorme y tenía una parte aparte como de recepción,


Historias de hotel - historia 5


Me sequé lo mejor que pude aunque mis largos cabellos seguían chorreando agua, abrí la misteriosa bolsa de manos y saque las prendas para la ocasión, era un uniforme escolar, tomé una camisa blanca en primera medida, tengo casi nada de busto así que no fue problema, aunque noté que se marcaban mis oscuros pezones, agregué la corbata roja ajustada al cuello,
Seguí por abajo, lejos de mis amadas tangas de encaje Víctor había elegido un calzón que parecía ser de mi abuela, en tonos de rosa con puntillas bordeando los calces de las piernas y la cintura, fue un tanto cómico porque estaba con una terrible erección y me costó tranquilizar a la fiera para dejarla en reposo. Una pollera tableada, a media pierna, con figuras en rombos, mezclando tonos entre rojos y blancos, medias blancas estilizadas hasta las rodillas, y calzado negro tipo guillerminas, muy normales para niñas de estudio.
Como dije, yo no iba a preguntar pero el ingeniero tenía muy marcada la fantasía de las adolescentes.

Volví al cuarto principal, Víctor me esperaba recostado en la cama, completamente desnudo, resaltando su prominente abdomen, sus se quedaron observándome, mientras daba una pitada al puro que fumaba y lo mezclaba con tragos de fino whisky escoses.
Solo me quedé esperando su aprobación, puesto que en teoría solo quería verme un rato, pero la respuesta no fue la esperada, lejos de mostrarse complacido por mi apariencia recibí la critica de mis cabellos sueltos y mojados, pero si es que yo sabía que debía hacerme las dos colitas como a él le gustaba.
No dije nada, solo tomé dos elásticos para acomodar mis pelos y darle el gusto, al fin y al cabo el ponía los billetes.

Víctor me pidió entonces que desfilara para él, en derredor de la cama, pero su morbo me decía que debía hacerme la tonta, la inocente, la nena. Le encantaba en esos momentos que me metiera un dedo en la boca, que hablara como tontita, que chocara mis rodillas como si fuera chueca, que le preguntara por ejemplo que era eso que tenía entre las piernas, y demás juegos que solo lograban hacer que su verga estuviera alzada como mástil, reforzando la dosis de viagra que sabía que ya había ingerido, el maldito podía olvidarse todos sus medicamentos para el corazón, pero jamás le faltaba la pildorita mágica.

Yo pasaba lo suficientemente cerca de el como para que intentara agarrarme, pero sabía evadirlo y hacerlo desear, pero el tigre tanto tirar zarpazos al aire, en un intento tuvo suerte y cazó a la gacela.
Víctor me arrastró a su lado y empezó a suceder lo que sabía que iba a suceder, empezamos a besarnos, sus casi sesenta años y mis incipientes diecinueve, rara combinación.
El estaba desnudo y yo completamente vestida, otra rara conjunción, besé su cuello, luego su pecho, fui camino al sur pasando por su amplia panzota y sentía la excitación por lo que yo hacía, hacia donde iba y me terminé perdiendo entre sus piernas.
Empecé a lamerle sus peludas bolas mientras lo pajeaba lentamente, luego fui por su pija, Víctor tenía un miembro pequeño por lo que no me costaba engullirlo por completo, a él le encantaba que se lo hiciera de esa manera, y que dejara mis manos reposando en sus muslos, incluso buscaba una buena posición para observarme como se lo hacía.

Víctor me tomó nuevamente a la fuerza, cabe mencionar que físicamente era mucho mas grande que yo y me arrastró a su lado nuevamente, me beso profundamente disfrutando el sabor a pija que tenía en mis labios y empezó a jugar el juego que le gustaba jugar

- Nena mala! pero que sucia es! le voy a lavar esa boca con agua y jabón! le voy a dar una lección!

Y como en las viejas épocas me puso boca abajo sobre sus faldas, levantó mi pollera y mi cola quedó a su alcance, empezó a nalguearme con la palma de su mano, varios chirlos con moderada fuerza y adiviné que sentía mi ya pronunciada erección sobre sus muslos, por eso en lugar de seguir con los chirlos, pasó su mano entre mis piernas y se las arregló para sobarme la verga.
Luego me rompió los calzones y mis nalgas quedaron desnudas, seguía sobándome con una mano y llevó la otra a mi mi esfínter, pronto había colado un par de dedos en mi culito y jugaba en tirabuzón, me hacía gemir, me gustaba que fuera por ambos frentes al mismo tiempo, era demasiado rico.

Víctor entonces me giró y mi enorme pija quedó expuesta, el se desarmaba por mi tamaño, solo se acomodó para poder tomarla con ambas manos y empezar a chupármela, le encantaba chupármela, y en un año había mejorado significativamente su forma de hacerlo, pasando su lengua por mi glande, masturbándome lentamente, con una mano, con la otra, con ambas, con su lengua, con sus labios, era evidente que ese hombre se enloquecía con mi pija y no podía disimularlo, sus gestos, su excitación, su respiración, ya nos conocíamos los suficiente y cada vez que posaba sus labios en mi sexo era como si el mismo demonio lo poseyera, aunque se atragantara era impresionante la forma en la que intentaba tragarse todo lo que yo tenía.
El necesitaba acomodar sus músculos, su garganta, y poco a poco lograba engullirse mi serpiente depilada hasta el fondo, hasta llegar a mis bolas y a mi me encantaba, en esos momentos no era raro que empezara a masturbarse a así mismo o a meterse los dedos por el culo.

Creo que nos conocíamos de tal manera que todas nuestras jugadas eran previsibles, sabía cual sería el próximo paso, así que el viejo se acomodó, me coloque un preservativo, puse lubricante en su recto y en mi miembro, levanté sus piernas y se la metí tan profundo como pude haciendo que se encorvara en placer apretando las sábanas con sus puños, empecé a moverme,empezó a gemir, me decía cosas como 'nena que rica pija tenes' ó 'mi pequeña, rompeme todo el culo', yo solo me movía en su interior, en su culito apretadito.
Era rico sentir que tantas culeadas que le había pegado, a pesar de mi grueso calibre su esfínter parecía adaptado a mi diámetro.

Cambiamos varias veces de posiciones, me sentí venir, me saqué el preservativo y fui derecho sobre su rostro, a masturbarme, y poco a poco mi leche caliente fue llenando su boca, al ingeniero le encantaba que le acabara en la boca, más o menos era siempre lo mismo, y yo era de mucho acabar, así que una vez mas le daba el gusto, él saboreaba mi semen, le encantaba hacerlo y la frutilla que coronaba el postre era fundirnos luego en un interminable beso de lengua donde el me devolvía parte de mis propios jugos, un exquisito beso blanco que parecía no tener fin

- Ahora en mi turno - sentenció acariciándose la pija

Y era obvio que eso era lo que quería, solo me acomodé en cuatro patas dejándole mi trasero a disposición, de reojo miraba como el era quien ahora se colocaba un profiláctico, era un tanto cómico que su verga erecta era mas pequeña que la mía en reposo, a pesar de eso era muy rico sentirlo dentro.
Víctor se acomodó tras de mi y solo tuvo que meterla, sin resistencia, empezó a darme y darme, aferrándome por la cintura, más y mas fuerte, era rico, muy rico, me encantaba, empecé a gemir, a gritar, mi verga poco a poco recuperaba la erección y se hacía más y mas grande, empecé a masturbarme nuevamente, vamos, cabalguemos juntos, haceme mujer, rompeme toda, llename de leche, me gusta, me encanta, mi cerebro funcionaba de es forma, me sentí venir de nuevo, otra vez a largar chorros de leche caliente, si! si! si!

El peso del ingeniero y los continuos embates hicieron que poco a poco fuera cediendo mi postura hasta caer y quedar boca abajo, el seguía y seguía hasta que lo sentí gritar como nunca había lo había sentido llegando al orgasmo dentro de mi trasero, para caer desplomado sobre mi espalda.
Estaba exhausta e imaginé que él pos su edad estaría peor, solíamos quedarnos algunos minutos recostados para recuperar el aliento, pero esta vez la espera se hacía mas prolongada que de costumbre, empecé a hablarle y sacudirle pero el no respondía, me asusté y me di cuenta que pesaba demasiado.
Al final logré desembarazarme de su cuerpo y comprobé lo que temía, estaba inconsciente.

Tyfanny siguió narrando lo sucedido, la forma en notó como el ingeniero no respondía, como tuvo que pedir ayuda y como se quedó al pie de la ambulancia, la forma en que se enteraría que el ingeniero Victor Olarticoechea no llegaría vivo al sanatorio, el encuentro con su esposa, como dar explicaciones que no podía dar, declaraciones ante la policía y como fue tratada una chica trans que ni siquiera tenía veinte años. La mugre que vivió por la manera en que se acomodaron las cosas para mantener limpia la memoria de ese hombre y ocultar su doble vida.
A pesar de todo, aun sufre un trauma por esos últimos minutos en los que el se desplomó sobre su espalda, sentía cariño por Víctor, sus lágrimas en los ojos dejaron que lo supiera.



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