Pamela apostada por su padre... (Yapa: video de bostera)

Pamela apostada por su padre... (Yapa: video de bostera)

(Foto de Pamela)
Me llamo Pamela y voy a contarles como mi padre me apostó en un partido de futbol. Fue hace 2 años, todo empezó cuando mi papá fanático de Boca, quien tiene un lavadero de autos, le apostó al vecino mecánico quien tiene su taller al lado hincha fanático de River. Ellos siempre apostaban: se habían rapado, vestido de mujer, y demás boludeces. Pero en esta ocasión era diferente, los equipos se enfrentaban en el partido más importante de su historia: la final de la copa Libertadores de américa. Mi Papá estaba muy confiado y usaba la camiseta xeneize todos los días. 

-¿Y...que apostaste, papá? - le pregunté para saber que pelotudes harán en esa ocasión especial.
- No quiere el cagón de Leo, le da miedo... - La verdad es que el que no quería era papá
el lunes de la semana que se jugaría la primera final, Leo llegó al lavadero con un sobre lleno de billetes. 
- "Dale, cincuenta mil mangos a que le ganamos, ¿o te da miedo? - Mi padre no sabía decir que no, pero era muchísima plata para él. 
—No, a mil llego, más no.... ¡estás mal de la cabeza! 
—Pensé que tenías huevos…

—Lo que no tengo es plata
—Ahí está. Si gana Boca te llevas los cincuenta mil. Si gana River, me dejás comerme a Ana (mi madre)
- No digás pelotudeces, ¿estás loco? - Se sentía ofendido, impotente. Sabía que Boca había pasado sin muchos sobresaltos los últimos partidos en cambio River había pasado por un penal inventado, tenía confianza en su equipo. 
—Bueno, bueno.... ¿y que onda Pame? ¿Ya cumplió los 18, no?

—Ya está flaco... ¡Calmate!
La verdad es que yo tenía 18, mi papá me prohibía ir al lavadero porque los pajeros de los que trabajaban ahí, no se cansaban de mirarme el culo. Yo soy bajita, culona, mis pechos son pequeños pero firmes y afortunadamente saque la cintura de mamá. A mi un poco me calentaba que me miraran.  Cuando iba llevaba el pelo suelto  y usaba calzas apretadas para su placer. Pero a papá lo que más le molestaba era la forma en que Leo me miraba. Sin importarle mi edad siempre me piropeaba y se acercaba, me abrazaba por la cintura y por ahí se le iba la mano hasta mi cola. Por supuesto. cuando veía venir salía corriendo, además de pajero tenía olor a grasa y sus manos siempre estaban sucias. 
El partido de ida lo empataron. Luego de lo ocurrido, donde el partido se suspendió en cancha de River y lo llevaron a Madrid, Leo volvió con la plata a ver a mi papá
-Le puse otro diez mil, ni siquiera jugamos en el monumental, no tenemos ni la ventaja de ser locales- 60 mil pesos estaban en la mesada. 
-Ya te dije que no flaco, otra cosa...
—La nena, con esa plata levantas el lavadero...- Agarró el sobre dispuesto a irse pero papá lo detuvo. 
—¡Esaaaa!- Una sonrisa enorme iluminó la cara entre las barbas de Leo. 
—¡Órale! —Una sonrisa enorme iluminó la cara entre las barbas de su compadre.
—Es al que gane… sin cagarse. 
—¿cuándo me cago, puto? —Estrecharon sus manos y su Leo salió cantando: "este es el famoso River....".
Para el domingo de la final mi mamá prefirió irse al cine con sus amigas. Sabíamos que después de eso seguían unos tragos y que llegaría por la mañana. Yo me quede en casa, hablaba con mi novio por whatsapp. Y empezaron los preparativos. Papá tenía maní, cervezas y empezó a ver la previa dos horas antes.
- ¡GOOOOOOOOOOL PIPA, GOOOOOOOOL! - Después de gritos, golpes en las puertas y festejos entendí que Boca iba ganando 1 a 0. 
Terminó el primer tiempo y Boca iba a ganando la final. Papá estaba eufórico, Todo el partido estuvo puteando, gritando maldiciendo hasta que llegó el gol de River.
- ¡La reputísima madre que lo re mil parió, viejo! todos los goles iguales hacen los putos estos.... 
- Bueno, pá... tranquilo, falta todavía.
—Pasa que vos no entendés....- Y la verdad que no entendía, jugaron el tiempo extra hasta que Quinteros marcó el segundo de River... 
- Perdón, hija... - dijo con lágrimas en los ojos. - Yo no entendía nada.
-Papi, calmate... 
Boca luego tuvo el empate pero la pelota pegó en el palo y salió. Mi papá arrodillado le pegaba piñas al piso y maldecía a Dios y la virgen santa. 
- Papá ya está, es un partido de fútbol nomás... 
Cuando llegó el tercero mi padre se largó a llorar desconsoladamente y me pedía perdón.... 
— ¿Perdón por qué?- Entonces en su mirada vi un pánico que no conocía, ahí arrodillado lo único que perdía era mi perdón. 
-¿Qué apostaste papá? - La respuesta llegó en un auto que estacionó en la puerta. En cuanto abrí, su sonriente y campeón vecino se instaló en la sala. 
- Leo, yo te pago la plata.... 
—No, amigo... la plata no quiero... apuestas son apuestas. 
—¡No me hagas esto, nos conocemos hace tantos años....! Yo miraba sin entender nada.

—¿Acá o me la presta un ratito?
—¡¿cómo que me la presta?! ¿DE QUE HABLA?
Sentado y sin apuros Leo me explicó la apuesta. El premio era yo, me dijo que no me preocupara que sería cariñoso. Papá seguía llorando y no le quedaban más fuerzas para suplicar. Luego me tomó de la mano y me llevó a la puerta. Respirando hondo tratando de entender todo aquello. 
—No… acá... —respondí fría y enojada.

—¿Acá?, bueno a mi me da igual —lo subí hasta mi cuarto y cerré la puerta. Me baje la pijama y me recosté.
—No chiquitita...jaja no es así nomás... 
—¿Entonces...? —pregunte sin querer escuchar la respuesta.
Primero me vas a dar una buena chupada de pija y después te cojo por todos lados... - entendí el "por todos lados" y ni siquiera mi novio tenía permiso de eso. 
—...

Se bajó el cierre del pantalón y sacó su verga, aún bañado olía a grasa y mugre.
—Ya sé que está linda, pero no te la saque para que la veas —me tiró del brazo hasta que prácticamente caí de la cama. De rodilla con el olor en mi nariz, el corazón me latía como nunca. Mi boca se acercó hasta la punta. Apenas rozaron mis labios, papá golpeó la puerta.
—¡Basta hijo de puta! ¡Yo te pago! ¡Hija no lo hagas!
—¡mejor apurate o le da un infarto a tu viejo! —Abrí mi boca y hundió su Verga tomándome de la cabeza.
—¡Que rico putita....!
—¡haaaaag! ¡Ufffff!
-Dale putita, chupá... ¡Chupasela al campeón de américa!
Sentía el sabor a grasa o mugre en mi Boca. Seguía chupandole la pija para acabar con la tortura lo más rápido posible no sé si mis lágrimas eran de tristeza o provocadas por la asfixia de la brusquedad que tenía aquel viejo hijo de puta conmigo.  
Cuando se cansó por fin de tener mi boquita a su disposición, me levantó y me tiró a la cama. Enseguida se montó sobre mi y me separó las piernas. Me sentía como una muñeca de trapo. A papá solo lo escuchaba llorando tras la puerta.

—Soñaba con esas tetas....- me las chupaba y se las metía todas en la boca, sentía su lengua jugar con ellas, iba a una y volvía  ala otra, mientras se iba desnudando.... 
¿Tenés una camiseta de Boca? - seguro que tu papá tan hincha te debe haber comprado una. 
Yo no la usaba casi nunca, pero fui hasta el cajón y busque una vieja, que me quedaba bastante chica pero se me marcaban más las tetas y la pancita me quedaba descubierta
—¡ay ay ay mamita! ¡No gané una apuesta, me saque la lotería! —dijo luego de verme con la camiseta puesta y notar que tenía la concha totalmente depilada. 
 —¡aaauch! —Me metió sus dedos bruscamente, hasta que me moje un poco.
—Ahora si chiquita, sentí la pija del famoso River Plate —mi novio la tenía más chica, además con la brusquedad que me la metía ese cabron me provocaba gemir más.
—¡uufff! ¡Aaaah! ¡aaaay!
—Eso mi amor, disfrute de su campeón ja ja —aunque tenía la boca cerrada no dejaba de besarme, me mordía las orejas y chupaba mi cuello como loco.
-¡Ahhhhh! ¡aaaaaaaaaaay! - No soy de plástico, podía sentir como me iba calentando más y más con ese hijo de puta... me cogía con fuerza, con ímpetu brutal, parecía que estaba desquitándose conmigo todos los nervios acumulados de la final y a mi me gustaba.... 
hasta que me venció, dejó atrás toda la defensa y definió al ángulo... Me entregué por completo a él, a su pija, a su virilidad, soy suya y la cogida que me estaba pegando era más grande que todo el bernabeu, la bombonera y el monumental juntos. 
-Ayyyyy cogeme toda, rompeme..... grité
me pierdo en su pija, siento como su verga grande entra y sale con brutalidad, con violencia. Los llantos de mi padre se hacían cada vez más estruendosos pero a mi ya no me importaba, era su culpa, por él estaba siendo sometida por ese gallina hijo de puta que tenía una verga que podía volver loca  a cualquier mujer sea del equipo que sea... 
-aaaaay ya está papá, deja de llorar... a la que se la están cogiendo es a mi....¡aaaahhhh! ¡PAPI, NOS ESTÁN GOLEANDO DE LOCAL Y ME ENCANTA!
Con cada palabra que yo decía sentía como se le iba hinchando más y más la cabeza de su verga, el viejo se retorcía y parecía que iba a acabar, por suerte, paró y me dijo:
-"Date vuelta putita, vamos a probar la colita de Boca por cuarta vez en la tarde, Y SE VIENE EL CUARTOOOO JAJA"  gritaba Leo, para que escuchara mi papá. 
Me agarró de la cintura hasta dejarme en cuatro, sentí como escupía sobre mi colita y sobaba los cachetes, en cuanto sentí su verga rozar mi ano, salté...
-Despacito, bebé... 
- ¡Si, claro! - Sentí como se iba desgarrando mi culo, yo gritaba tanto de dolor como de placer era una sensación única
—¡AAAY!

—¡Ya hijo de puta, soltala! se escuchaba detrás de la puerta.Yo quería que el macho siguiera, quería seguir sintiéndome la hembra de River.
— "Callate papá, ahora te la aguantás como me estoy aguantando yo este pedazo de verga.... aaaah! ¡aaay! ¡POR DIOS, QUE PIJA QUE TENÉS! 
—¡así así, que te escuche el pelotudo de tu papá!
—¡Rompeme la cola, rompemela campeón! —aferrado a mis caderas disfrutaba cada golpe, cada empujón, cada gol de River... sentía como se retorcía hasta que el orgasmo me llegó con tanta fuerza que hizo que mis piernas flaqueen, River le había llenado la cola de leche a Boca una vez más... 
En cuanto sacó su verga me tumbé en mi cama.
-¡Dejate de hinchar las bolas, estás más fuerte de lo que imaginaba... mirá como te quedó el orto pendeja... goleado como el arco de Boca jaja... 
Mientras se vestía me siguió hablando:
-Yo la verdad quería culiarme a tu vieja, pero bueno, tu papá te apostó a vos... pedazo de boludo... igual la próxima lo hago cornudo también.
Cuando se abrió la puerta, mi padre quiso golpearlos. Pero después de un forcejeo se separaron

—¡Hijo de puta!

—Vos apostaste a tu hija, gil... 
—¡la concha de tu madre!
Tardo una semana en tener el valor de verme a la cara y pedirme perdón, además me pidió que no le dijera nada a mamá. Me dio una extensión de su tarjeta de crédito. Al año siguiente volvieron a jugar una semifinal entre River y Boca, mis padres se divorciaron a los pocos días, papá la apostó, pero esa historia la contaré la próxima. 
Esta historia es sólo ficción, Pamela es una poringuera que tiene este tipo de fantasía pero repudiamos totalmente el sexo sin consentimiento en la vida real. 



Próximamente la madre de Pame... 
¡¡¡SPOILER!! que terminó como esta bostera: 


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