La familia de mi Novia: Las fiestas patrias y mi cuñada.

Cuando era más joven tenía de novia a una chica que en su familia era solamente su madre y dos hermanas, una mayor y otra menor; si bien, al inicio de nuestra relación el integrarme al círculo de confianza de esta familia me fue  simplemente por el hecho de que no se había tenido el tiempo suficiente de conocerme, poco a poco me fui ganado la confianza de cada una de ellas lo que hizo que el tiempo que pasé de novio con esa chica fuera muy especial y lleno de unas grandes anécdotas que estoy por contarles.

Ahora ya conocen la estructura familiar en la que me fui sumergiendo poco a poco, la relación que tuve con esta novia, de nombre Aimé, duró casi 5 años. Nuestro noviazgo fue demasiado bueno desde el comienzo, quiero decir; que desde los primeros minutos que nos conocimos como compañeros de clases, fuimos capaces de generar un gran vínculo el uno al otro. Fuimos de esas parejas que casi nunca tuvieron peleas y las pocas que tuvimos se resolvían de manera casi inmediata y nos generaban grandes horas de sexo de conciliación (cuando era posible estar horas).


Como ya han leído, con Aimé la relación siempre fue muy sencilla, llena de mucho cariño,risas y grandes momentos juntos. Las primeras dificultades con las que me encontré fue directamente con su familia, ya que desde el segundo día en que ella aceptó ser mi novia tuve que, muy a la vieja escuela, pedirle permiso a su madre de que me permitiera andar con su hija.


– Buenas noches señora Melisa – Fue lo primero que le dije a su madre mientras pasaba por la puerta de entrada a su casa, seguido de Aimé.
– Buenas noches hijo, pasa – Contestó Melisa, la madre.


La señora Melisa me invitaba a pasar directamente desde la sala, que quedaba justamente a la entrada de su hogar y ahí se encontraba la hermana más joven de las tres, Ema. Ambas mujeres nos analizaban con su mirada y al mismo tiempo tenían una sonrisa jocosa debido a los nervios que emanábamos Aimé y yo.


– Muchas gracias, señora. Hola Ema – Dije con una voz lo más firme posible.
– Hola má, ya regresé. Él es mi novio y como te había dicho en la mañana vine a hablar contigo – Dijo Aimé ignorando por completo a su hermana.
– ¡Ah! Perfecto– dijo su madre. – Ema, ve a tu cuarto en lo que hablo con tu hermana y su novio –


Ema sin decir ni una sola palabra se levantó del sillón en el que estaba recostada, caminó directamente hacia mí y me dio un beso en la mejilla, seguido de un abrazo fuerte, en el cual pude sentir la ligera presión de unos senos bastante firmes y algo grandes directamente en mi pecho. Mientras ella me abrazaba, alcanzó a decir a modo de susurro pero de forma que todos escucháramos – Buena suerte con la leona—y al terminar sus palabras se fue a su cuarto dando miradas de burla hacia su hermana.


La siguiente parte de la conversación no creo que sea motivo de relatarla, pero pueden imaginarse que tipo de conversación es la que te da una suegra cuando recién te conoce, "trata bien a mi hija, no me hagan abuela, pórtense bien y eres bienvenido en esta casa".


Hasta este punto parece que todo ha sido un encuentro normal con un suegra, noté lo difícil que iba ser estar en esa familia cuando a los pocos días me di cuenta que Melisa,tenía problemas de alcoholismo, no muy severos, pero al fin y al cabo era alcoholismo.


Lo que Ema se refirió a “Suerte con la leona” era debido a que Melisa era altamente explosiva en su carácter y de un momento a otro daba gritos de furia. Hasta este punto ya conocen a casi toda la familia, excepto por la hermana mayor que era de mi edad y fuimos compañeros dentro de un taller de diseño, pero cuando llegue el momento sabrán más de ella.


Como toda relación inicial los primeros meses la pasamos en el cielo, Aimé y yo éramos altamente felices, tanto que los problemas de su madre con el alcohol y su mal carácter fue completamente opacado por todo el cariño que nos teníamos, lo que hizo que el primer año pasara muy rápido.


El segundo año de relación inicio de una manera que ninguno de ustedes se esperaría y apuesto que les gustaría vivir en algún momento de su vida. Todo fue exactamente por estas fechas, las fiestas patrias del mes de Septiembre. Ya con este primer año de noviazgo entre Aimé y yo, ya era más que conocido entre toda su familia cercana, tías, tíos, abuelos, primos, etc. Y como era de esperar, en las fiestas familiares era un invitado más.



Esto nos lleva ala fiesta de independencia del 15 de Septiembre, como es costumbre en México,se reunió la familia de Aimé en casa de una de sus tías. Una casa bastante amplia con dos grandes jardines, uno en la parte delantera y otro en la parte trasera de a casa. En el jardín trasero se tenía una palapa amplia con una estructura en el centro que permite encender una fogata que caliente a los que están ahí. Justamente en esta palapa fue donde se colocaron las mesas largas y el montón de sillas para todos los invitados a dar el grito de independencia,alrededor de unos 35 invitados aproximadamente.



Nosotros llegamos alrededor de las 11 de la mañana a casa de la tía, justo para tomar el desayuno y ayudar con todo lo que se requería para ese día. Aimé junto con sus hermanas ayudaron a  su tía que se encontraban cocinando algunos guisos que se comerían en la cena, mientras tanto yo junto con el esposo de su tía estuvimos montando las dos mesas que albergarían más tarde a todos los invitados. Una vez terminado de montar las mesas, tuvimos que ir a recoger y cortar leña para la fogata a un monte cercano.

Cuando terminamos estas tareas ya eran alrededor de las 5 de la tarde, justo la hora en la que comimos y empezamos a arreglarnos para comenzar con la fiesta, pues los invitados estarían llegando a alrededor de las 7 de la noche. Como ya mencioné la casa era grande, tenía en total dos pisos, en la parte baja se encontraba una sala grande con un enorme televisor en la pared, a lado de esta como en un anexo de la sala se encontraba una mesa de billar y una pequeña barra de bar, la cocina era también muy amplia con su ante comedor; en total la casa tenía cinco habitaciones amplias dos para huéspedes y tres habitaciones donde dormían en una la tía y tío de Aimé y en la dos restantes dos de sus primos.


El cuarto de huéspedes más pequeños se encontraba en el segundo piso de la casa y le tocaba compartir baño con las dos habitaciones de los primos. Mientras que el cuarto más grande se encontraba en la planta baja de la casa y este, podría decir seque tenía su propio baño aunque se podía acceder también desde se encuentra la mesa de billar.


Justamente en este cuarto fue donde nos íbamos a quedar la familia de mi novia, Aimé, Melisa su madre, Vika la hermana mayor y Ema la menor. El espacio era suficiente para nosotros cinco, la habitación tenía dos camas matrimoniales separadas en lasque sin problemas de comodidad pasaríamos bien la noche. La primera de mis sorpresas me la llevaría justo después de cenar, pues Aimé y yo nos dirigimos ala habitación para bañarnos y ponernos la ropa para la fiesta.



Aimé abrió la puerta del cuarto y pude ver a Melisa su madre sólo con ropa interior, estaba parada de frente a la puerta con el celular en su mano izquierda, llevaba un conjunto de sostén y una tanga gris oscuro de un encaje demasiado sexy, este color hacía resaltar demasiado sus pechos que tenía un blanco pálido que me hizo imaginar que sus pezones era de un color café claro y tendrían seguramente una circunferencia muy exquisita, además, ese encaje era demasiado sexy y candente.Si bien mi suegra tenía un cuerpo bastante apetecible, no había caído en cuenta hasta ese justo momento, ya que como he dicho antes estaba completamente cegado por Aimé.


– ¡Mamá! ¡¿Porqué no te vistes?! – Dijo Aimé con un grito al mismo tiempo en que cerraba la puerta y me volteaba a ver apenada.



Su madre solo se reía y le dijo  – ¡Hay pendeja! ¿Por qué no tocas la puerta tú? – Mientras continuaba con las carcajadas – Le estaba mandando un mensaje a tu tío Ricardo de que trajera una botella de ron para hacer unas piñas coladas – decía mi suegra aun entre risas.


Esta escena a pesar de haber durado menos de un segundo, me dejó una buena imagen en mi cabeza. Al pasar de unos minutos salió Melisa con unos pantalones muy ajustados que le marcaban su culo bastante y sumado al efecto que genera el traer unos tacones rojos con un tacón ligeramente alto, hacía ver ese culo divino, grande y con ganas de perder la cara entre esas dos nalgotas; en la parte superior llevaba una blusa con un poco de escote, que justo en el área de los pechos tenía algunos olanes y estos tenían bordados con colores verde y rojos.


Toda esa escena claramente dejó una creciente calentura en mi persona y que iba a desquitar con mi novia a la menor posibilidad, una vez salió mi suegra entramos los dos a arreglarnos. A pesar de ya querer penetrar a Aimé en esa habitación, no teníamos oportunidad ya que sus hermanas también tenían que arreglarse y a los pocos segundos de haber entrado nosotros, lo hizo también Vika y Ema. Las tres en automático empezaron a hablar de lo que se iban a poner para esa noche y empezaron a pedirse ayuda para maquillaje, peinados y esas cosas. Por lo que yo me metí a bañar para acabar arreglándome para la fiesta.


Conforme pasaron las horas, fue llegando la familia de Aimé, saludos forzados a algunos tíos que les caía mal, juegos con los primos y sobrinos pequeños de mi novia, algunos tragos de piñas coladas y cervezas llegamos a la cena antes del grito de independencia.


Todos la pasábamos genial, comiendo lo típico: un pozole, tostadas de tinga, algo de cochinita pibíl claramente con mi suegra ahí no iba a faltar las cervezas,mezcales de Oaxaca, algunos tequilas y prácticamente todo lo que uno quisiera tomar o comer.


He de comentarles queridos lectores, que soy una persona que le gusta mucho salir de fiesta, pero tengo un problema con las reuniones a celebraciones familiares yes que siempre me duermo temprano, no importa que sea navidad o año nuevo, este tipo de fiestas me resultan muy aburridas y siempre me termino durmiendo pasando la media noche y como usted se lo imagina, ese 15 de Septiembre no fue la excepción. Aunque en este día no sólo fue por aburrimiento, sino también para que mi novia se fuera conmigo a “dormir” y mientras todos seguían celebrando la independencia en familia, yo a Aimé la iba a hacer que diera de gritos. 

– Oye, ya me está ganando el sueño, ¿Crees que haya problema si me voy a dormir ahora?—Le dije entre bostezos a Aimé.  – Pero si es súper temprano, quédate otro ratito aquí conmigo—. Contestó Aimé con una mirada que buscaba convencerme.  –No, me está ganando el sueño, además tus tíos ya se están emborrachando y en cualquier momento me van a agarrar y a empezar a sermonear de que tengo que cuidarte y que si algo te pasa no sé en la que me meto—. En este instante le empecé a acariciar el muslo derecho discretamente por debajo de la mesa y poco a poco fui llevando mi mano izquierda hasta su panochita y se la empecé apretar suavecito. – Y tal vez puedas ir tú y ahora que están todos más enfiestados podemos…  –Le dije a Aimé. Justamente las caricias que le estaban dando la pusieron un poco tensa, se sentó más recta en la silla y discretamente me empezó a agarrar mi verga sobre el pantalón.  –  ¡Mmmm! Alguien anda despierto – dijo a modo de susurro mientras me veía con mirada cachonda y me daba besitos algo húmedos en mis labios. – Está bien, pero no podemos irnos lodos así como si nada, ve tú al cuarto y en un ratito voy yo, para que no sospeche nada mi mamá  –.


Así quedamos y a los 5 minutos me fui discretamente a la habitación donde íbamos a pasar la noche, me quité toda mi ropa y me puse mi pijama, me acosté con una erección delos mil demonios. Saqué mi celular de mi pantalón y me puse a navegar en Facebook, a los 15 minutos de estar esperando a Aimé, escuché que ya estaban cantando en el karaoke y al pasar otros 10 minutos más Vika, subió una foto a su perfil de Facebook donde se veía a Melisa y Aimé abrazadas cantando ambas a todo pulmón; por lo que rápidamente supuse que Aimé no iba a regresar pronto a bajarme la calentura que su madre horas antes había despertado.


Resignado dejé el celular en la mesita alado de la cama y me recosté boca arriba con un brazo cubriendo mis ojos intentando dormir y esperar al día siguiente, pero la calentada que ya me había generado, en primer lugar en ver en ropa interior ami suegra y en segundo lugar la agarrada y besos cachondos de mi novia no me permitían conciliar el sueño.


No sé cuánto tiempo habré pasado esperando poder dormir, pero calculo yo, que más de dos horas por lo menos sí pasaron, cuando de pronto escuché que alguien entró a la habitación, como estaba completamente oscuro no podía notar quién había sido preferí seguir fingiendo que dormía. Puede escuchar como la persona que había entrado a la habitación buscaba algo en las maletas que llevábamos y también como caía ropa al piso, imaginé que se estaban cambiando para dormir, al no saber quién estaba ahí y también por no conocer cuánto tiempo había pasado realmente, mi mente empezó a calentarse creyendo era Aimé y estaba lista para recibir una metida de mi verga que ya estaba nuevamente caliente.


Como pude acomodé mi erección en el elástico de la pijama y me giré hacía el lado donde estaba la persona que se estaba cambiando para intentar reconocer quién era.Pero con la falta de luz no era posible ver nada, en ese instante sentí como levantaban las sábanas y las cobijas y alguien se acostó delante mío.

Para este momento mi cabeza estaba vuelta loca, no quería otra cosa que abalanzarme, bajarle la pijama o lo que sea que lleve puesto, en salivar la punta de mi verga y metérsela sin decir nada, al fin y al cabo Aimé es de las chicas que con un par de besos ya está dejando todos los calzones empapados de tanto que se moja. Recién sentí que se acostaban, encendió su celular y ahí fue cuando pude ver realmente quién era la persona que estaba ahí delante, y no, no era Aimé, sino su hermana menor, Ema.

Entre mi sorpresa y mi calentura, me quedé mirando discretamente, desdecir, abría por mili segundos mis ojos para tomar detalle de lo que estaba haciendo, pero pude notar que en la parte de arriba sólo llevaba una pequeña camisetita de tirantes, súper delgada. Después de unos pocos minutos sentí que con la luz de la pantalla de su celular se fijó su realmente estaba dormido,claramente yo seguía en mi papel de dormido; ella bloqueó su celular y se inclinó para poner su celular en la misma mesita en la que yo había puesto el mío, la cual quedaba a mi espalda, con ese movimiento puso en mi cara sus dos pechos, más pequeños que los de su madre y mi novia, pero bastante duros y firmes mientras estiraba su brazo para dejar el celular. Ya para este punto mi cabeza había terminado de explotar y sí o sí alguien tenía que ser penetrada hasta hacerme venir, ya sea mi novia, su madre o en ese momento Ema.


Cuando uno tiene una calentura que está por romper el elástico de su pijama, claramente no puede razonar bien, o mejor dicho, sólo puede razonar con demasiada inteligencia para provocar una situación en la que desahogue la lujuria, sin pensar en las consecuencias y justamente yo me encontraba en ese punto.

Ema una vez que dejó su celular en la mesita y quitó sus deliciosos pechos de mi cara, se acostó,tomó un poco de la cobija y se acomodó en la misma posición que yo, recostada de lado y dándome la espalda. Nuevamente dejé pasar el tiempo sin hacer nada,no estoy seguro de cuánto tiempo fue, pero en mi cabeza sólo había un plan.


Tuve la idea de que me iba a acercar a ella fingiendo que era Aimé, con la esperanza de que la coartada de que ya había quedado con mi novia de encontrarnos en el cuarto para tener una sesión de rico sexo estaba pactada y la falta de luz, me salvara muy posible problema en el que estaba a punto de meterme por intentar tener relaciones con su hermana menor.


Así una vez el plan en mi mente, la calentura se encargó de todo lo demás, para este punto cualquier roce de las sábana sobre mi miembro me generaba una furia mayor y me incrementaba las ganas de penetrar a alguien, así que hice mi movimiento, sin pensar en las consecuencias, sólo lo hice.


Me acerqué a Ema poco a poco por su espalda, hasta quedar totalmente pegado a ella, mi verga aún estaba atorada en el elástico pero ya había embonado entre sus dos nalguitas,la había tomado por la cintura con mi mano derecha dulcemente y mientras mi brazo izquierdo me daba la altura para poder llegar a su oído la empecé a besar entre el cuello y su oído, le di unas cuantas mordidas muy suaves, y también entre los besos succionaba la piel de su cuello muy pero muy despacio, lo suficiente para que ella lo sintiera, pero sin la fuerza para que le dejara una marca roja en su cuello.



Desde el primer beso que le di, su cuerpo reaccionó por completo, se le erizó absolutamente toda la piel, desde la cabeza hasta los pies, mi mano que le estaba acariciándola cintura sintió como se erizaba esa parte de su cuerpo, lo que la volvió altamente sensible a mis caricias. Instintivamente Ema bajó más su hombro para que pudiera seguir mordiendo y besando todo su cuello, que alternaba con besos y algunos pases de mi lengua en toda su oreja; esto le provocó un gemido riquísimo, no fue un grito, sino que abrió ligeramente su boca y muy dulcemente libero aun:


  – ¡Ahhhh! – mientras estaba en el oído, le dije. – Te estuve esperando un buen rato, ya no aguanto más para estar adentro de ti –.


Hice mi cuerpo un poco para atrás y con la mano derecha hice que girara hacia atrás también,por lo que me quedó de frente su rostro y comencé a besarla en los labios. Nos besamos intensamente, nuestros labios se encontraban desesperadamente y nuestras lenguas rápidamente se encontraron, fueron besos llenos de demasiada intensidad, ella en automático puso una mano en mi mejilla y yo subí la mía de su cintura hasta sus pechos, esos deliciosos pechos que cabían perfectamente en mi mano, juntos con esos pezones que estaban completamente duros, apenas los pellizqué con mis dedos, Ema volvía a gemir.


Le quité rápidamente la playera que llevaba y busqué con mi boca comerme una de sus ricos pezones, le pasé la lengua llena de saliva para posteriormente succionarlo con mucha fuerza, Ema empezó a exhalar con la boca, cada vez que yo movía mi cabeza con su pezón entre mis dientes, fue entonces que baje mi mano hasta que llegué a su rica panochita que estaba empapada, con enorme facilidad mis dedos podía acariciar su clítoris y sí lo hacía con demasiada fuerza se introducían directamente en su vagina, en verdad eran demasiados fluidos los que ella tenía, con mis dedos metidos utilicé mi dedo meñique para tocarle su ano directamente, el cual también estaba empapado por los jugos que le estaban escurriendo. Ema no hacía nada más que dejarse llevar, yo con mi mano la tocaba por dentro y al mismo tiempo le acariciaba su culito, que podría jurar,succionaba a mi dedo meñique.


En este punto mi miembro estaba babeando tanto como ella estaba mojada, así que me puse de rodillas en la cama, por fin lo liberé y se lo acerqué a la cara; Ema entendió rápidamente cuando me puse de rodillas que es lo que quería y con sus manos empezó a buscar mi verga, tocó mi abdomen, rápidamente bajó su mano hasta mi verga endurecida y sin pensarlo mucho empezó a comérsela toda. Lo hacía excelente, rápidamente sentí que ella usaba la parte interna de sus labios para mamármela, además con su lengua llenaba de saliva completamente todo mi miembro; a momentos se quitaba para tomar aire y con su mano me empezaba a masturbar demasiado rápido, para luego volvérsela a tragar, yo sin ganas de que solo terminara en una mamada, rápidamente me puse encima de ella, acomodé las cobijas por arriba de mí y le quité la parte baja de su pijama.


Ema me abrió las piernas inmediatamente mientras me volvía a besar, sin esfuerzo y con una precisión absoluta a pesar de la oscuridad, mi verga le entro de manera deliciosa; la lubricación que ella tenía hizo que el penetrarla fuera lo más sencillo de este mundo. Una vez con mi verga adentro, sentía como todas sus paredes vaginales estaban demasiado calientes, casi me quemaban; antes de comenzar a metérsela y sacársela, le di más besos, unas cuantas mordidas más a sus pechos, me separé de su torso un poco y con mi cadera comencé a clavarla rápidamente.


– ¡Aaaah! — gemía Ema, mientras estiraba los brazos hacia sus costados y ella hacía un arco con su espalda.


Yo continuaba con las penetraciones rápidas, en un momento le puse su pierna izquierda sobre mi hombro izquierdo, y con mi mano derecha le busqué la cara para ponerle midedo pulgar en su boca, la cual lo aceptó y empezó a chupar con desenfreno.


– ¡Hay!¡Así!—Decía Ema con mi dedo en su boca mientras lo chupaba. --¡Aaah!—volvía a gemir.


Lo mojada que estaba la hermana menor de mi novia y lo caliente yo que estaba hizo que por fin, pudiera eyacular y vaya descarga que hice, sentí que salían litros de mi semen en su vagina que seguía ardiendo. Estaba bastante agitado y Ema mientras yo estaba descargando todo mi semen en su interior, se puso demasiado rígida y nuevamente volvió a arquear la espalda mientras decía


  – ¡MMmmmmaaaaahhh!—Era una mezcla rara entre gemido y un gruñido.



Ya con la sensibilidad de haberme venido, cualquier movimiento que ella hiciera con mi verga adentro, hacía que me doblara, por lo que tuve que salirme de ella, me recosté sobre sus pechos, mientras le decía lo delicioso que estuvo. Ema seguía recobrando la respiración exhalando por la boca mientras me acariciaba la cabeza, de pronto con sus manos me estiró la cara hacia ella y nos volvimos a besar.

 
Esta parte de la historia será recortada hasta aquí. Les informo que todos los personajes que están involucrados en este relato son mayores de edad. Síganme en mi blog donde podrán leer los nuevos capítulos antes de que sean publicados aquí o en otros sitios.

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