Lorena, esposa de un ex colega.

Manuel, con el que trabajamos en el pasado en la misma empresa, tiene una linda esposa, Lorena, 35 añitos, 1,75 mts de estatura, morocha, ojos muy brillantes y animados, naricita respingona, labios carnosos, un par de tetas estupendas, culo levantado hacia arriba, piernas que causan pasmo.
A mí, también, me genera admiración y lujuria, por supuesto, aunque nunca había hecho aproches con ella.
Los cuatro, Manolo, Lorena, Maru, mi esposa, y yo, no somos amigos en el sentido estricto de la palabra, mantenemos una cordial relación (ellos dos no conocían que nosotros somos una pareja tramposa confesa) y de tanto en tanto, nos reunimos, café de por medio, para cenar, en casa o restaurant, o para algún evento familiar (festividades, cumpleaños, aniversarios, etc..)
Sucedió, justamente que Lorena concurrió sola, por encontrarse el marido de viaje, a nuestra casa, por uno de esos eventos y, al finalizar el mismo, la llevé de regreso a su casa. Mi esposa que debía acompañarnos, en el traslado en auto, se excusó, por un repentino y real malestar, lipotimia (por baja presión arterial).
Al ubicarse en el asiento derecho del auto, debido, principalmente, a su corta pollerita y a un descuido, dejó a mi vista una generosa porción de sus fabulosas piernas. Fue el “disparo de largada” para mi excitación:
-¿Tu marido es celoso?-
-Bastante, ¡Ni me hablés! Cuando no estoy con él, me llama, cada tanto, para saber dónde estoy y que hago-
-Tiene razón ¡Con esos ojos y esas piernas!.... Cualquiera…. –
Se ruborizó.
Hice arrancar el motor y salimos a la calle.
-¿Qué me estás diciendo?-
-¡Que sos hermosa!-
.-¡Ah ... gracias! Pero…. es mejor que no sigás…-
-¡Somos adultos. ¿No cierto?.... -
-¿Y con eso?- sonrió traviesamente.
El sonido de, llamada entrante de su celular, cortó la conversación.
-¡Hola mi amor! Estoy en un remís rumbo a casa. – mintió.
-No… se descompuso Maru y no pudieron acompañarme… Tu mamá está yendo a casa para dejarme las nenas-
Doblé en una calle lateral en penumbras y paré el auto, no el motor, delante de un portón cerrado. Ella me miró, extrañada pero continuó hablando con el marido.
Alargué una mano sobre uno de uno de sus muslos. Cerró las piernas con fuerza.
Con su mano libre, trató de apartar la mía. Escuché la voz de Manolo que continuaba hablando. Ella respondía con monosílabos.
Aceleré un poco el motor suponiendo que el sonido llegaría al otro extremo de la conversación telefónica.
Con la otra mano le palpé las tetas. Intentó impedirlo, pero dejó las piernas indefensas.
Mi mano derecha se deslizó, palpando las medias, hasta el borde de la pollera. Para detenerme, me dejó acceso libre a las tetas. Le entré debajo de la blusa.
-No, no, nada…. Hay bastante tráfico…. El remís para y sigue..- dice ella.
Con mis caricias en las tetas, se le acelera, ligeramente la respiración. Le gustaría cortar la comunicación, pero él no la deja. No puede quedar en evidencia.
Dejé las tetas y volví a las piernas. Pareció estar rindiéndose, me dejó avanzar, con los ojos cerrados, mientras trataba de seguir hablando con naturalidad.
-No, se lo diré yo a tu mamá, no te preocupes amor ... –
Llegué a la bombacha. Sentí la humedad y el calor que emanaba de la concha. Sus piernas estaban separadas. Un dedo se metió debajo del elástico y rozó los grandes labios, Estaba encharcada
El marido del otro lado seguía hablando. Ella respondiendo sí y no ... y también algunos ... claro ...
- En un ratito, tengo que bajar,…. te dejo... te llamo desde casa… sí, hasta luego, amor, un beso ... te amo ... -
Cierra la comunicación.
-Sos un atrevido… un puerco manos largas... no sé cómo pude disimular con Manolo ... –
Le seguí manoseando el entrepiernas, sin delicadeza. Mezquinó, un poco la boca, pero al fin aceptó que la bese.
-¿Qué estamos haciendo? Esto no puede ser…. Llévame de una vez a casa … mi suegra debe haber llegado con la nenas… no quiero líos… con ella ni con su hijo-
Yo también tenía que volver, a mi casa, sin mucha demora, puesto que había dejado mi esposa descompuesta.
En los pocos minutos que nos llevó, llegar, le confesé “sin anestesia”:
-¡Sos fantástica…. quiero seguirla…. quiero, necesito …. mezclar mi carne con la tuya…–
-¡Que hijo de…. Si fuese tu esposa te mato… -
Pataleó, para figurar, al fin acordamos reencontrarnos el día siguiente, previo llamado, en el horario en que las nenas estarían en la escuela.

Minutos después de las 14:00 hs, ramo de rosas blancas en mano, parado frente al portón del edificio y la llamé al celular.
-¡Holaaa!-
¡Hola Friné! ¡Estoy en la puerta de calle!-
-¡Quien esss?-
-Quedamos en vernos hoy-
-¿Juaaan?-
Le propuse subir. Siguió un “que no” “que si” hasta que accedió bajar a abrir la puerta. Estaba vestida con unos shorts blancos ajustados, blusa semitransparente y sandalias de tacos.
Percibí un primer alboroto de espermatozoides en mis partes bajas.
Le di el ramo, que elogió y agradeció, un beso en la mejilla y subimos al ascensor:
-Esto no es lo que habíamos dicho ayer. Estaba esperando tu llamado para cambiarme y salir,…. te apareciste sin aviso… -
-Eso no es cierto, te avisé por el celular,.. –
-¡Si, en la puerta! Hablando de eso ¿cómo me llamaste, cuando contesté?-
-Friné-
¿Quee?-
-Friné, la cortesana de la antigua Grecia, famosa por su increíble belleza-
Rió complacida y, movió la cabeza, en el clásico ademán para decir “qué loco” sin palabras.
Entramos al departamento. Lo primero que hizo fue acondicionar el ramo en un florero. Mientras estaba en eso, me acerqué a ella y, sin hablar, apoyé por detrás, mi mano en su cola. Giró su cara y nos miramos durante unos segundos mientras mi mano seguía acariciando su culo. Dio media vuelta, para enfrentarme, y nos besamos. Al principio fueron solo algo más que piquitos, pero enseguida los dos fuimos abriendo la boca, y acabamos por enroscar nuestras lenguas en un beso muy apasionado y morboso. Subí una mano a las tetas, ella emitió un gemido, se separó y
-¡Por Dios Juannn!, ¿Qué estamos haciendo? No….-
Entonces le tomé la cara con las dos manos y la volví a besar, metiendo mi lengua dentro de su boca, que me recibía con, supuesta, bronca. Empezó a gemir y a respirar fuerte mientras nos besábamos. Su resistencia terminó ahí.
Me abrazó y yo aproveché para meter mis manos dentro de su blusa, soltarle el corpiño y le acaricié la teta izquierda primero, y la otra luego. Ella no paraba de gemir ante mis caricias.
Nos fuimos al dormitorio y nos tumbamos en la cama y le abrí la blusa dejando sus tetas al aire. Se las lamí, jugué con mi lengua en los pezones, y enseguida se le pusieron duros como garbanzos
La solté con la intención de quitarme la ropa, pero ella “me madrugó”, se incorporó de rodillas en la cama, se quitó la blusa y bajó el short a las rodillas. Yo me quedé quieto admirándola. Tenía un cuerpo “bárbaro”, sus tetas erguidas con los pezones que apuntaban hacia delante, desafiantes. Se detuvo y se quedó mirándome.
-No te quedés así mirándome, que me vas a inhibir. No te gusto?-
No contesté. Me puse de pie junto a la cama y me saqué el pantalón. Mi verga ya marcaba un buen bulto en el slip. Ella lo miró con deseo, pero seguía quieta. Me quité también la camisa que llevaba y la tiré al suelo. Ella me miraba de arriba a abajo, pero su mirada se detenía en el bulto. Se acercó al borde de la cama y tiró mi slip para abajo, mi verga salió disparada hacia delante. El slip cayó a los tobillos y con un rápido movimiento de mis pies lo dejé en el piso. Finalmente me subí a la cama de rodillas como estaba ella, me acerqué y nos fundimos en un nuevo beso, estaba vez más cargado aún de deseo que los anteriores, luego la acosté, le quité el shorcito y la tanga.
Me tiré sobre su concha, como felino para devorar su presa. Jugué con su clítoris, lo mordisqueé, lo recorrí, lo chupetee. Al rato ella estalló en un orgasmo intenso que no disimuló. Gimió bien alto y apretó mi cara con sus piernas cuando ya no podía aguantar más el placer.
- ¡Pará forro, que me vas a matar!... no aguanto más… vení cógeme-
-¿Con o sin condón?-
-Sin. Tomo anticonceptivo…. Estoy sanita….Y vos, casado, supongo que no andas poniéndola en cualquiera agujero que se mueve…¿noo?-
Me tumbé sobre ella y nos fundimos en otro beso súper apasionado. Apretaba mi verga contra su entrepiernas y ella empinaba su pubis buscando el roce en su clítoris. Estiró una mano y agarró mi verga como para posicionarla a su entrada, pero yo no empujé. Empezó, entonces, a jugar con ella, frotando el glande contra su concha, mojándolo bien con sus jugos y masturbándose. Todo sin dejar de besarnos con furor..
Finalmente la posicionó de nuevo a su entrada y de un envión se la metí entera.
-¡Ahhhhh! …. ¡Al fin, hijo de p, te hiciste rogar!-
Me quedé quieto y esperé a que ella se impacientase de sólo tenerla adentro. Contuvo la respiración un momento, empinó su pubis y comenzó a frotarlo contra el mío con ahínco.
-¡Ahhhh!... Turro…. dale…. Cogé, despacio al principio, pero cogé!!-
Empecé a moverme, sacando la verga casi del todo y volviendo a metérsela hasta el fondo. Al principio despacio, ella gemía de tal manera que me excitaba demasiado como para aguantar a ritmo lento, y empecé a acelerar, y a empujar, “sin asco”, cuando llegaba al fondo.
Ella cada vez gemía más fuerte. Me rodeó con sus piernas y las cruzó detrás de mi culo, y me agarró el culo con sus manos y tiraba fuerte hacia sí. Estaba como loca, gritaba y tiraba pidiendo más
-¡Si,…si,….siiiii…. asiiii… !!-
De repente empezó a acabar, a gritar y a clavarme las uñas en el culo. Enseguida sobrevino mi orgasmo, como una explosión.
Terminó de acabar y se quedó como adormecida, con los ojos cerrados, jadeando, abrazándome y apretándome con sus piernas.
Con la pija hecha una pasa aún dentro de ella, yo la besaba en la cara, los ojos, la nariz, el cuello… le lamía el cuello, las orejas, se las mordía, la seguía besando.
Sonó el teléfono fijo. Lorena de relajada se volvió enérgica y salió debajo de mi con precipitación.
Desnuda, con el culito pimpante apuntando hacia mí y auricular en la oreja, oí:
-….. ¡Menos mal que llamaste por aquí, mi amorrr..!... No sabés lo que me pasó… el cargador del celular hace saltar la llave térmica… me quedé sin batería…
……….
las nenas bien, en la escuela, yo, bien también, extrañándote….. sì, mi amor... ahora corto… hasta más tarde… un beso…. chao, chao… si… te amo… beso-

Colgó y, cadereando, volvió a la cama a mi lado.
-Que cagada lo de tu cargador. Vas a tener que comprar uno nuevo- le dije
-¡Siiii! Así es, lo voy a comprar y guardo, bien guardado este, si no capaz que Manolo se aviva que tenía el celu apagado….. para que no joda-
¡Que turra, tenía apagado el celular, para coger tranquila!

Unos minutos más de charla y volvimos al sobarnos, manosearnos lascivamente.
Mi verga volvió a ponerse dura. Lorena la tanteó y apretó repetidamente y.
-Dejame que te coja yo ahora, ponete boca arriba-
Me tumbé, se puso sobre mí, abierta de piernas a horcajadas, se empomó, apoyó sus manos en mi pecho y empezó a coger, despacio, moviendo el cuerpo arriba y abajo, adelante y atrás, haciendo círculos con mi verga adentro, aceleraba el ritmo, volvía a hacerlo despacio. Ella disfrutaba gimiendo, yo encantado con el goce y el espectáculo que me estaba regalando. Le acaricié las tetas mientras ella seguía cogiéndome y bajé mi mano hasta su clítoris, y se lo empecé a masturbar. Abrió los ojos como platos, gimió fuerte y me miró:
-¡Que hijo de p que sos! ¡Sabés como volverme loca!-
-¡Sos una putita divina! Te estas cogiendo al marido de tu amiga-
-¡Y vos la esposa de tu amigo! Ahora vas a ver lo puta que soy-
Y siguió cogiéndome, violentamente, sin pausas. El goce era, para mí, súper intenso y si seguía así no iba a durar mucho. Empecé a gemir yo también, y a decirle de todo
–¡ Ahhhh siii! Flor de hija de puta sos,…. Qué manera de cogerme,.. -
Le di una palmada en el culo.
Y le di un azote en el culo. Ella se terminó de desbocar del todo y, en pocos segundos, empezó a acabar de nuevo. Gritó y se tendió sobre mí. Sus movimientos se redujeron a apenas un pequeño vaivén yo sentía todos sus músculos interiores apretar mi verga. No pude aguantar más y descargué dentro de ella. El orgasmo me vino como una explosión, la abracé mientras eyaculaba.
Terminados sendos orgasmos, acariciándonos nos dejamos caer en la cama lado a lado., Estuvimos sin hablar un rato, luego nos besamos y charlamos, otro rato, muy relajados.
No había tiempo para más. Ella debía ir a buscar sus nenas a la escuela
Me di una ducha rápida para quitarme el olor a sexo y bajamos a la puerta de calle y nos despedimos con un beso. Quedamos en repetir pronto.
-No te olvides que Manolo va demorar unos días en volver, así que no tardes en llamar-
-No vas a poder apagar otra vez el celular-
-Serán “coitus interruptus” pero igual van a estar buenos-

3 comentarios - Lorena, esposa de un ex colega.

hijodelnegro
Muy bueno, se hizo rogar pero la convenciste jeje
villegas10xxx
Que rico cogerse a la mujer de tu amigo y el ni enterado que le cuelas a la mujer culona