Vacaciones con mi novia y mi cuñada

Como casi todos los estudiantes estaba deseando que llegara el fin del curso y aquel año, tenía dos motivos extras para desear que llegara a su fin. El primero, el tan temido examen de selectividad que debía permitirme acceder a la universidad y aunque me considero buen estudiante, un mal día lo puede tener cualquiera. El segundo, el viaje de fin de curso donde íbamos a poner fin a una etapa de nuestra vida y a despedirnos de los compañeros con los que habíamos compartido tantas cosas.

Además, iba a ser un viaje que prometía mucho ya que para muchos iba a ser la primera vez que viajábamos sin el amparo de nuestros padres y todo eso gracias a Manu, nuestro tutor. Todo surgió cuando la primera opción de nuestro viaje de fin de curso fue Ibiza pero nos encontramos con el rechazo de muchos de los padres pero ahí apareció él y propuso cambiar el destino a Mallorca pero con la condición de que no fueran padres con nosotros, solo dos profesores como acompañantes.

Y para nuestra sorpresa aceptaron y nosotros encantados. En Mallorca podíamos divertirnos igual y sin padres más todavía. Y si encima uno de los profesores que nos acompañaba era nuestro tutor pues mejor que mejor. Y es que Manu es el típico profe enrollado que siempre está de broma y cae bien tanto a alumnos como a padres. Llegó a nuestro instituto tres años atrás y enseguida se integró pareciendo que llevara toda la vida allí. Se ganó el cariño de todos y sobretodo el de ellas.

A sus 35 años, soltero, atractivo de cara y con un cuerpo bien cuidado junto a su forma de ser campechana era un hombre que atraía a las mujeres y las malas lenguas decían que había tenido alguna aventura con alguna de sus compañeras maestras y con madres de sus alumnos, alguna de ellas casada. Pero como digo, eran rumores.

Solo faltaba elegir al otro profesor que nos acompañaría al viaje y yo rezaba para que la elegida fuera mi cuñada Eva, otra de las preferidas por los alumnos. Eva también hacía relativamente poco que trabajaba en nuestro instituto, dos años, pero yo ya la conocía de antes. Empezó a salir con mi hermano Sergio cuando ambos estudiaban en la universidad y cuando acabaron sus estudios y empezaron a trabajar, se fueron a vivir juntos.

Hijos de la misma madre pero de distinto padre, los diez años que nos llevábamos hizo que nuestra relación fuera especial. Más que hermanos, nuestra relación era paternal ya que él prácticamente se había hecho cargo de mí desde que tenía uso de razón. Por eso motivo, mi trato con Eva también era especial y la consideraba una amiga, una hermana mayor.

Lo que no quitaba que no me diera cuenta de lo bella que era. Con sus 28 años, cuerpo atlético, media melena rubia, ojos claros, unos pechos generosos y un culo digno de admirar era una mujer que levantaba pasiones entre alumnos y profesores, motivo por el que muchos querían que fuera ella la escogida para acompañarnos. Y no los culpaba por ello, yo ya la había visto en bikini y era una imagen difícil de olvidar. Al final, para nuestro jolgorio, fue ella la escogida y estábamos todos cada vez más emocionados con aquel viaje que cada vez pintaba mejor.

Al final llegaron los exámenes y todo salió según lo previsto para alivio mío y de muchos. Y a todo esto llegó la víspera de nuestra partida a Mallorca. Mi hermano, para que saliéramos todos juntos, nos propuso a mí y a mi novia Marta que pasáramos la noche en su casa, así él nos podría acercar al puerto a los tres a la mañana siguiente. Aceptamos encantados y aquella noche nos trasladamos a su casa con nuestro equipaje despidiéndonos allí de nuestros respectivos padres.

Marta y yo llevábamos saliendo un año, con ella había perdido mi virginidad y la quería con locura. Algo más baja que mi 1,80, con un cuerpo bien estilizado fruto de su pasión por la natación afición que ambos compartíamos, tez morena, ojos verdes, cabello largo negro como la noche y con unos atributos que quitaban la respiración, Marta era una de las chicas más guapas del instituto cosa que me llenaba de orgullo, me encantaba sentir las miradas de envidia del resto de mis compañeros.

Esa noche cenamos pronto y nos fuimos a la cama ya que al día siguiente había que madrugar. Mi hermano Sergio nos había dado habitaciones separadas a Marta y a mí pero yo no pensaba desaprovechar la oportunidad de disfrutar de su compañía, a nuestra edad no siempre podíamos disfrutar de una cama y una noche por delante para follar como dios manda. En cuanto sentí que se acostaban mi hermano y mi cuñada, me escabullí sigilosamente de mi habitación practicando para lo que seguramente iba a ser una constante durante nuestro viaje a Mallorca.

Su puerta estaba entornada lo cual me dio a entender que ella deseaba lo mismo. Al entrar, ajusté la puerta sin cerrarla y me dirigí a ella quitándome el bóxer por el camino. Marta me esperaba sentada en el filo de la cama quitándose la camiseta que ocultaba sus grandes tetas mostrándome que estaba tan excitada como yo. Cuando llegué a su altura se apresuró a sujetar mi polla que empezó a crecer rápidamente fruto de sus caricias y no tardó en engullirla para acabarla de poner a tono.

No tardó mucho, la chupaba de miedo y enseguida mi polla estaba dura y lista para pasar a la acción. Ella misma se quitó sus braguitas, se tumbó en medio de la cama abriéndose de piernas e invitándome sugerentemente a que la acompañara. Me subí a la cama deseoso de cumplir sus demandas, me coloqué entre sus piernas rozando con mi polla la entrada de su coño y empecé a empujar clavándosela hasta el fondo sin dificultad de lo caliente que estaba.

Llevábamos varios días sin follar así que ambos nos teníamos ganas. Yo imprimí un ritmo rápido desde el principio, embistiéndola con ganas mientras ella movía sus caderas amoldándose a mi ritmo y acentuando las placenteras sensaciones. Sus piernas se enroscaron en mis nalgas animándome a empujar más fuerte, sus manos se abrazaban a mi espalda mientras su boca no dejaba de susurrarme para aumentar mi calentura.

-Dame fuerte cabrón, fóllame como tú sabes, quiero sentir tu leche dentro, hazme gritar como a una perra…

Follamos sin descanso, sin darnos tregua hasta alcanzar los dos nuestro orgasmo quedando los dos rendidos sobre la cama. Fue entonces cuando me pareció que la puerta de la habitación estaba más abierta de lo que yo la había dejado pero no le di importancia pensando que habría sido un golpe de aire o algo así. Me levanté y volví a ajustarla sin cerrarla.

Fue entonces, al acostarme al lado de mi novia, cuando sentimos los gemidos en la habitación de al lado. Mi hermano y mi cuñada debían habernos oído habiéndose animado a darse una alegría antes de la partida. Sentirlo follar hizo que nos calentáramos de nuevo, Marta empezó a acariciar mi polla de nuevo mientras mi mano se colaba entre sus piernas acariciando sus labios y buscando su inflamado clítoris.

Así estábamos cuando cesaron los gemidos de forma súbita quedándonos los dos con cara asombrada. ¿Ya estaba? ¿Cuánto había durado? Si apenas debía haber llegado al minuto… A Marta se le escapó la risa y un “vaya mierda de polvo”.

-Enséñale a tu hermano lo que es un polvo de verdad me dijo.

Se giró ofreciéndome su grupa y yo no tardé el metérsela desde atrás, follándola con mis manos aferrando sus caderas para poder empujar aún con más fuerza. Ella, sabiendo que la debían estar escuchando, no se cortaba en gemir y yo, viendo a mi novia desatada y consciente que tanto mi hermano como Eva debían estar escuchándonos, seguramente desnudos en su cama, me hizo volverme loco. Arremetí con dureza contra ella, como nunca había hecho, haciéndola perder el equilibrio quedando Marta con su cabeza hundida en la almohada y su culo aún más alzado.

Mis arremetidas, violentas, se ensañaban con su coño que disfrutaba como nunca del polvo que estábamos echando. Pronto empezó a gritar anunciándome la llegada de su orgasmo que le vino de forma abrupta y explosiva quedando medio ida sobre la cama. Yo estaba a punto, seguí dándole sin parar hasta que instantes después era mi polla la que explotaba llenándola con mi semen por segunda vez en la noche.

Me tumbé a su lado, abrazándola hasta que noté que se había quedado dormida. Entonces, sigilosamente, volví a escabullirme para retornar a mi habitación. Ya sé que era una gilipollez, nos habían oído perfectamente follar como nosotros a ellos, pero lo hice más por las apariencias que por otra cosa.

Al día siguiente, por fortuna, no tuvimos tiempo de vivir momentos embarazosos entre los cuatro ya que contábamos con el tiempo justo para ducharnos, desayunar y cargar las maletas. Conseguimos salir a la hora prevista hablando durante el trayecto de todo lo que pensábamos hacer durante aquellos días de vacaciones. Al fin llegamos al puerto donde nos encontramos con algunos de nuestros compañeros que habían llegado antes que nosotros. Manu también había llegado y después de saludarnos a los tres nos dio los billetes de embarque quedándose con Eva para repartirse las tareas de supervisión y control.

Poco a poco fueron llegando el resto de compañeros, despidiéndose de sus familiares y embarcando con sus maletas. Nosotros ya nos habíamos despedido de mi hermano y agradecido que nos hubiera traído marchando él a su trabajo. Dentro del barco íbamos de un grupo a otro charlando y bromeando deseando llegar ya a nuestro destino. Al fin empezamos la travesía y tanto Manu como Eva, pasado el ajetreo inicial de controlar que estuviera todo el mundo, pudieron relajarse o bueno, al menos intentarlo.

Porque si algo nos quedó claro desde el principio fue que nuestro tutor le había echado el ojo a mi cuñada y no se apartaba de ella, hablándole, haciéndose el gracioso, rozándola cada poco, pasando su mano por su cintura que ella apartaba al instante… vaya, un ataque en toda regla. A mi empezaba a cabrearme la actitud de Manu, sabía que era mi cuñada y aun así seguía a lo suyo y decidí tomar cartas en el asunto yendo a su rescate. Me fui donde estaban los dos empezando a acribillarlos a preguntas sobre el hotel, playas donde podríamos ir, cosas así que además tuvo el efecto de atraer la atención de otros compañeros que enseguida se acoplaron a la conversación teniendo él que desistir de sus intentos de coqueteo. Eva me miró agradecida y pudimos continuar el resto de la travesía sin más sobresaltos.

Llegamos a la isla, desembarcamos y subimos a un bus que habíamos alquilado para trasladarnos al hotel contratado. Llegamos sin problemas casi una hora más tarde y esperamos en el hall del hotel mientras los dos profesores hablaban con recepción para recoger las llaves de las habitaciones. Cuando vinieron nos llevamos otra grata sorpresa.

Manu empezó a darnos una charla sobre las responsabilidades de ser adulto y tratarnos como tal para luego empezar a distribuir las habitaciones. Para nuestra sorpresa, nos había repartido según nuestra afinidad. A los que teníamos pareja nos tocaba compartir habitación para nuestra alegría mayúscula y los que no, estaban emparejados por amistad así que todos estábamos encantados con el reparto. Bueno, no todos. Ya se sabe que el que reparte se lleva la mejor parte y Manu se había aplicado el dicho a sí mismo emparejándose con la otra profesora, Eva.

No parecía muy contenta y me acerqué a ella para intentar animarla.

-No pareces muy contenta con tu compañero de habitación. Si quieres hablo con él y hacemos un cambio, yo me voy con él y tú te quedas con Marta.

-Gracias David pero no hace falta que te preocupes por mí. Tú disfruta de estas vacaciones que yo ya sé cómo pararle los pies a los hombres como él.

-¿Estás segura? Mira que para mí no es ningún problema y seguro que Marta lo entenderá, ya se ha dado cuenta de cómo te entraba todo el rato y estará encantada de compartir habitación contigo.

-No de verdad, voy a estar bien pero gracias por el ofrecimiento. Eres un encanto dijo abrazándome y dándome un beso en la mejilla.

Subimos a las habitaciones con nuestras maletas y guardamos nuestras cosas. La habitación era grande y como supe después la nuestra era igual que la que compartían mi cuñada y Manu. Una cama grande de matrimonio, un par de mesitas, un armario enorme, un escritorio sobre el que había una tele, un sillón y un baño bastante espacioso. Sólo de pensar que esa noche compartiría esa cama con mi novia ya me empalmaba y por sus miradas creo que ella estaba pensando en lo mismo que yo.

Salimos a comer algo para después acercarnos a la playa donde disfrutamos tomando el sol, bañándonos en el agua y jugando entre nosotros. Y disfrutando de las vistas claro, que estar rodeado de mujeres jóvenes y guapas en bikini le alegra el día a cualquiera. Nos recogimos pronto ya que estábamos todos un poco cansados del madrugón de esa mañana y volvimos al hotel donde cenamos. Algunos se fueron a tomar algo a una discoteca que había al lado del hotel y otros, entre los que me contaba, nos subimos a la habitación con otra idea en mente.

Nomás entrar por la puerta empezamos a besarnos Marta y yo, despojándonos mutuamente de la poca ropa que llevábamos, buscando la cama que tanto deseábamos probar donde nos dejamos caer acariciando nuestros cuerpos ya desnudos. No tardamos mucho en estar yo tumbado y ella cabalgándome con ganas mientras con mis manos estrujaba sus grandes pechos y endurecía sus pezones con mi boca hambrienta. Aquello era una gozada y era la primera de las cuatro noches que íbamos a poder compartir cama y habitación y ya me relamía de gusto. Diez minutos después ambos nos corríamos bañando nuestros cuerpos sudados con los fluidos del otro, quedando derrengados el uno junto al otro.

Estuvimos un rato hablando sobre lo que habíamos hecho ese día y lo que íbamos hacer el siguiente pero sobre todo de Eva, la pobre estaba sufriendo el acoso de Manu que no cejaba en su empeño y seguía a su vera allí donde fuera ella. En la playa había sufrido las miradas obscenas de él que no apartaba la vista de sus tetas, bueno sus miradas y las de la mayoría de los chicos ya que después de Marta las suyas eran las mejores tetas y eran dignas de admirar, sintiéndose violenta por su escrutinio. Y lo peor era que debía compartir habitación con él y no quería pensar en lo que era capaz de hacer encerrado en aquellas cuatro paredes.

Pero pronto nos cansamos de hablar y decidimos disfrutar de nuevo de las comodidades de aquella cama y de la intimidad que nos daba aquella habitación empezando a besarnos y acariciarnos hasta volver a acoplarnos el uno con el otro. Follamos como descosidos dos veces más aquella noche hasta que al final nos quedamos dormidos, exhaustos después de tanto trajín carnal. No sé cuánto tiempo llevaba durmiendo cuando me desperté al sentir voces en la otra habitación, estaban discutiendo pero no entendía nada de lo que decían y el cansancio pudo más y volví a caer en brazos de Morfeo.

Al día siguiente me levanté temprano y me fui a dar una ducha intentando no despertar a Marta que dormía plácidamente desnuda en la cama. Era una imagen a la que me podía acostumbrar fácilmente y fui consciente de lo mucho que quería a aquella chica. Cuando salí de ducharme Marta ya estaba despierta y ocupó mi lugar bajo el agua quedándome un rato allí contemplándola, siendo la primera vez que la veía así. No pude resistirme más metiéndome junto a ella en la ducha, acariciando su espalda, su culo mientras su mano buscaba a su espalda mi polla para ponerla a tono. Lo consiguió enseguida, arqueó su cuerpo ofreciéndose y yo complaciendo sus deseos se la clavé sin grandes dificultades penetrándola con frenesí hasta corrernos de nuevo bajo el agua que nos empapaba.

Nos bañamos juntos, nos vestimos y bajamos a desayunar al comedor del hotel donde nos encontramos al resto de compañeros. Mientras Marta hablaba con una de sus amigas yo fui en busca de mi cuñada para ver cómo le había ido la noche. Estaba sola gozando de un momento de libertad aprovechando que Manu atendía a unos compañeros que le comentaban algo.

-Buenos días, Eva. ¿Qué tal la noche? ¿Te ha dejado descansar? Pregunté señalando con la cabeza al tutor.

-Buenos días, David. Bueno, no mucho la verdad. No ha intentado nada, bueno, no al menos de forma directa pero no quería dormirme por si cambiaba de opinión.

-Joder, menudo pieza está hecho. ¿De verdad no quieres cambiar de habitación? No puedes estar todas las noches despierta por si acaso intenta algo.

-Ya lo sé pero es que no quiero molestaros y la verdad tampoco es que haya pasado nada del otro mundo, solo es que me incomoda como me trata pero no es nada con lo que no me haya encontrado antes. Es lo que pasa cuando eres joven y guapa dijo riéndose.

Sabía que lo decía para tranquilizarme y me reí con ella pero aun así insistí.

-Como tú veas pero sabes que nuestra habitación está abierta para ti por si cambias de opinión.

-Gracias, de verdad.

Nos separamos y fuimos a prepararnos para ir a pasar el día a la playa. Ver a mi chica cambiarse para ponerse el bikini que iba a estrenar aquel día fue un auténtico suplicio y me costó horrores no abalanzarme sobre ella y follarla antes de salir pero me contuve ante el jolgorio de ella que vio cómo me tenía que quedar un rato en la habitación esperando que mi hinchazón bajara.

Y en la playa fue peor la cosa. Parecía que todas habían decidido estrenar bikinis nuevos y cuanto más sugerente mejor así que aquella mañana habíamos unos cuantos intentando ocultar nuestras incipientes erecciones. Pero lo peor aún estaba por llegar y todo por culpa de mi novia Marta. Aquel día se había levantado con ganas de jugar y no se le ocurrió otra cosa que, para provocarme, quitarse el sujetador del bikini quedándose en topless.

Como es lógico enseguida todos se quedaron embobados contemplando sus tetas y ella encantada de la vida de ser el centro de atención.

-Vaya, tenemos una atrevida exclamó Manu. Muy bien, así me gusta, que te muestres con toda naturalidad como debe ser. Mi chica creo que hasta se ruborizó con sus palabras pero era evidente que le gustó que Manu la hubiera elogiado. Sus palabras lo que provocaron fue un efecto dominó y enseguida una tras otra fueron quitándose el sujetador mostrando toda clase de pechos que intenté no mirar para no cabrear a mi novia.

Diez minutos más tarde todas lucían sus encantos al aire menos Eva que se resistía a dejarse llevar.

-¿No te animas Eva? le espetó Manu. Y en voz baja, que yo pude escuchar por estar sentado a su lado pero que nadie más escuchó excepto ella, le susurró

-¿Van a ser más atrevidas esas niñatas que tú?

Estaba claro que buscaba picarla en su orgullo y vaya si lo consiguió. Eva echó mano a su espalda, desabrochó el nudo y se despojó del sujetador mostrando sus pechos a todo el que quisiera mirar que éramos muchos. Ni yo había visto sus tetas desnudas y lo que vi me encantó, para que engañaros. Algo más pequeños que los de mi novia pero igual de firmes, areolas rosaditas coronadas por unos pezones que ya lucían levemente endurecidos fruto de la excitación de sentirse observada por todos.

Se la veía nerviosa pero enseguida se le pasó al ver como todos la alabábamos por haberse atrevido a dar el paso y enseguida todos actuamos como si aquello fuera la cosa más habitual entre nosotros. Incluso alguno llegó a bromear sobre ir a una playa nudista y hacer la gracia completa, todos nos reímos con la ocurrencia pero no creo que nadie se hubiera atrevido a dar ese paso.

Manu, por su parte, orgulloso de haber conseguido su objetivo no dejaba de deleitarse contemplando las tetas de mi cuñada solo apartando su mirada fugazmente para lanzar miradas furtivas al resto de pechos que le rodeaban. Pero su prioridad era Eva y ella lo notaba, pero hacía oídos sordos a su atención simulando estar medio adormecida.

Al mediodía fuimos a un chiringuito a comer algo y allí volvió a las andadas. Se acercó a Eva poniendo su mano en su cintura pegándola a su cuerpo y pudiendo notar en su brazo el roce de sus pechos desnudos ya que no se habían puesto el sujetador ninguna de ellas. Ella apartaba su mano pero él enseguida volvía a posarla en su cintura no dándose por vencido. Así una y otra vez para desespero de ella que al final desistió en su empeño y se resignó a aquel roce. Él viéndose de nuevo vencedor la sujetó firmemente y de esa guisa llegamos al local donde íbamos a comer haciéndola sentar a su lado.

Mientras comíamos podía ver desde mi posición como se había sentado bien pegado a ella y aprovechaba la mínima oportunidad para rozar su pierna no pudiendo ella hacer nada ya que estaba encajonada contra la pared. Me dolía ver a mi cuñada así, por mucho que me dijera estaba claro que estaba súper incomoda y que no sabía cómo pararle los pies sin montar una escena ante todos. Y tomé la decisión de que a partir de ese momento me iba a pegar a ella para dificultar sus avances. Se lo comenté a Marta que estaba sentada a mi lado viendo lo mismo que yo y estuvo de acuerdo conmigo.

Cuando volvimos a la playa a pasar la tarde me acerqué rápidamente a Eva antes de que Manu tuviera tiempo de intentar algo y esta vez fui yo el que la abrazó por la cintura arrastrándola conmigo y alejándola de él. Ella me miró sorprendida por mi atrevimiento pero cuando vio que le guiñaba un ojo comprendió que los toqueteos del profesor no habían pasado tan desapercibidos como ella había creído y me agradeció en un susurro que hubiera acudido en su rescate. Enseguida notó otra mano en la otra cintura y al girarse vio la mirada cómplice de Marta que también le guiñó un ojo y creo que por primera vez en aquel viaje la vi feliz.

Llegamos los tres abrazados a la playa y colocamos las toallas juntas quedando la suya entre la mía y la de Marta para evitar que Manu pudiera colocarse junto a ella. Pero lo que no pude evitar fue que la colocara junto a la de mi novia que tuvo que aguantar toda la tarde como le miraba sus tetas pero al menos no intentó tocarla en ningún momento.

Tomamos algo al salir de la playa en una cafetería cercana antes de volver al hotel donde cenamos. Ni que decir que durante todo ese rato no me despegué ni un momento de Eva para evitar el acercamiento de Manu pero no contaba con que, viendo que volcaba mi atención en “su chica”, él lo hizo en la mía andando junto a ella con su mano sobre su hombro. Eva viendo lo que hacía intentó deshacerse de mi abrazo para que acudiera al rescate de Marta pero cuando vio como ella se giraba hacía nosotros guiñándonos un ojo divertida por lo que estaba pasando se relajó y no intentó separarse más.

No voy a decir que no me jodía lo que estaba pasando con mi chica pero ella parecía controlar más la situación que Eva segura de que nada iba a pasar y que solo buscaba provocar a Eva, su verdadero objetivo. Después de cenar fuimos todos a la discoteca y bailamos hasta bien pasada la media noche. Allí pudimos descansar del acoso del profesor que nos abandonó para dedicarse a ir sacando a bailar a las demás chicas que nos acompañaban, también lo hizo con Eva y Marta pero se comportó y ninguna se quejó de que hubiera intentado algo.

Cuando nos retiramos al hotel volví a insistir a Eva que se viniera a nuestra habitación y Marta también lo hizo. Ella pareció pensárselo y dijo que iba a su habitación y que según lo que se encontrara ya decidiría. Nos cambiamos, Marta con unas braguitas y una camiseta de tirantes sin sujetador debajo y yo solo con mi bóxer que no pensaba llevar mucho tiempo puesto como tardara mucho en venir Eva.

Empezamos a besarnos, a acariciarnos, a meternos mano de forma descarada subiendo el nivel de nuestra excitación cuando sentimos llamar a la puerta. Era Eva que había decidido quedarse a pasar la noche con nosotros, aunque la tuvimos que arrastrar dentro de la habitación ya que cuando abrimos la puerta y vio el plan que llevábamos quiso marcharse. Tampoco me extrañaba ya que llegar y encontrarte a tu cuñado en bóxer y con un bulto más que reseñable bajo él y su novia con los pezones claramente marcados bajo la camiseta…no creo que tuviera que calentarse mucho la cabeza para saber que estábamos haciendo.

Dejó sus cosas sobre el sillón y entró en el baño a cambiarse saliendo con un pijama corto que le llegaba a medio muslo y una camiseta corta que dejaba entrever que llevaba sujetador debajo. Se sentó en la cama junto a nosotros y empezamos a hablar de lo que había pasado ese día haciendo bromas sobre Manu y como le habíamos jodido su plan. Nos lo estábamos pasando bien y veía a Eva disfrutando y relajada con nosotros. Entonces se levantó, se puso a rebuscar entre las cosas que había traído y sacó una caja que acercó a la cama.

-¿A que no sabéis que le he cogido prestado a Manu? Dijo con una sonrisa traviesa.

Abrió la caja y nos quedamos alucinados viendo lo que nos había traído Eva. Eran porros ya preparados listos para fumar. Eva sacó un mechero que había dentro de la misma caja y cogiendo uno lo encendió dándole una calada. No es que nunca lo hubiera probado pero claro, hacerlo allí delante de mi cuñada y profesora… Eva pasó el canuto a Marta que con menos remilgos que yo le dio una profunda calada alargándomelo a mí que dude que hacer.

-Lo que pasa en Mallorca se queda en Mallorca me dijo animándome. Lo llevé a mis labios y me dejé llevar por la situación.

Continuamos charlando mientras el porro seguía circulando y empezábamos a notar los efectos de su consumo. Cada vez estábamos más a gusto, más relajados y disfrutando del buen ambiente que había entre los tres. Yo estaba sentado en la cama con mi espalda apoyada en el cabecero de la cama y Marta se sentó entre mis piernas con su espalda dejada caer sobre mi pecho. Por su parte Eva estaba sentada en medio de la cama con sus piernas cruzadas justo en frente de nosotros.

Yo, inconscientemente, empecé a acariciar la pierna de mi chica disfrutando del tacto de su piel subiendo cada vez más hasta encontrarme acariciando la parte superior de su muslo. Ella, disfrutando del contacto de mis manos, giraba su cara cada poco para besarme el cuello y movía inquieta su trasero frotándose contra mi entrepierna. A todo esto hay que decir que nuestra conversación había ido subiendo de tono fruto del canuto y hacíamos bromas sobre que tío estaba más bueno, cuál de ellas tenía las mejores tetas, con cual nos enrollaríamos si no tuviéramos pareja, cosas así.

Aun así me pilló por sorpresa el comentario de Eva.

-Chicos, si queréis me salgo un rato y os doy un poco de intimidad dijo socarrona.

-¿Por qué lo dices? Le contesté sorprendido. Ella me hizo una seña a mi mano y entonces me percaté que la tenía en la parte alta de su muslo rozando su ingle pero no hice nada para apartarla de allí. Marta solo sonreía disfrutando de la situación.

-Tienes a tu chica calentita y supongo que no querrás dejarla a medias…

-Mi chico nunca me deja a medias contestó Marta pero enseguida se dio cuenta de lo dicho e intento rectificar. Lo siento, no quería decir…

-Tranquila, si tienes razón. Ya suponía que nos debíais haber escuchado como nosotros a vosotros. Ahora era la marihuana la que hablaba por nosotros sino no entendía cómo podíamos estar hablando así. Aunque la próxima vez deberíais cerrar la puerta que menuda imagen cuando salí al baño jajaja.

-¿Nos viste? Le pregunté.

-Claro que sí.

-¿Y te gustó lo que viste? Preguntó ahora Marta pícaramente.

-Ya te digo, por eso fui a la habitación buscando que Sergio aplacara mi calentura pero como oísteis fue peor el remedio que la enfermedad. Su tono era de resignación, como si fuera una cosa normal entre ellos. El primer canuto ya había pasado a la historia y Eva cogió la caja, cogió otro y lo encendió dándole una profunda calada. Se lo pasó a Marta que la imitó y luego fue a parar a mis manos que hice lo mismo que ellas. Nos quedamos un rato en silencio disfrutando de sus efectos cuando Marta nos sacó de nuestro ensimismamiento.

-Cariño, no dejes de mover la mano que me gustaba lo que me estabas haciendo dijo melosa.

Volví a acariciar su muslo pero ahora por su parte interna casi rozando la tela de sus braguitas mientras no quitaba ojo a Eva que, mientras daba otra calada, no dejaba de observar el movimiento de mi mano. Marta tenía los ojos cerrados disfrutando de mis caricias y solo los abrió cuando notó como Eva, inclinada sobre ella, le acercaba el porro a sus labios que entreabrió para volver a inspirar volviéndolos a cerrar concentrándose en sus sensaciones de placer. En la misma postura lo acercó a mis labios dándole una nueva calada mientras mis ojos se perdían en la apertura de su camiseta que me mostraban sus pechos ocultos bajo el sujetador.

Ella volvió a su postura inicial sabedora de mi escrutinio el cual había provocado que mi miembro hubiera crecido bajo mi bóxer y fruto de la excitación mi mano alcanzara el sexo de mi chica acariciándola sobre su braguita. Ahora Marta gemía de placer sin cortarse por estar Eva delante, frotando su culito contra la dureza que crecía a su espalda y que la calentaba por momentos. Mi cuñada seguía sin perder detalle de nuestros avances, gustándole lo que veía a tenor de cómo se marcaban sus pezones a pesar de llevar el sujetador puesto.

Marta no pudo aguantar más, se separó de mí saliendo de la cama. Cogió el porro dando otra calada, se lo devolvió a Eva y alargó la mano hacía mí.

-Bueno, si no te importa me llevo un momento a David al baño para que aplaque un poco mi calentura dijo guiñándole un ojo. Yo no me creía lo que estaba pasando pero no dudé en coger su mano y seguirla al baño dándole un buen plano a Eva de mi polla tiesa bajo la tela del bóxer.

-Que lo paséis bien chicos nos despidió Eva.

En cuanto entramos al baño, Marta se bajó las braguitas apoyando sus manos en la pica del baño ofreciéndome su grupa. Me quité a toda prisa el bóxer, liberando mi polla que acerqué a su coño que pedía a gritos ser penetrado y se la clavé sin miramientos exhalando los dos un profundo gemido de liberación. Con mis manos en sus caderas imprimí un ritmo rápido desde el principio haciendo gozar a Marta, que volvía a tener sus ojos cerrados concentrada en disfrutar de las sensaciones que llegaban de todo su cuerpo. Yo la observaba en el espejo del baño y me calentaba ver su cara de extremo placer.

Oí un ruido en la cama y al girar la vista vi que la puerta del baño había quedado entreabierta y, por esa abertura, Eva nos veía follar como yo la veía a ella con su mano perdida en su entrepierna masturbándose. Si ya estaba cachondo esto me encendió más y mis penetraciones se hicieron más duras y violentas para el deleite de Marta que gemía de gusto y Eva… ella arreció sus caricias a su sexo mientras la otra mano se perdía bajo su camiseta acariciándose sus tetas.

No sé qué me excitaba más, si tener a mi entera disposición a mi exuberante novia o ver tocándose a mi cuñada. Lo que sí sé es que pocos minutos después, al notar las contracciones de la vagina de Marta corriéndose como nunca, alcancé mi orgasmo llenando su coño con mi leche mientras no apartaba la vista de la cara de placer de Eva que también había alcanzado el suyo. Marta despertó de su letargo girándose y dándome un beso apasionado que duró una eternidad. Nos pusimos nuestra ropa interior y salimos encontrándonos con Eva que nos esperaba como si nada hubiera pasado.

-Ya veo que lo habéis pasado bien, bribones jajaja dijo Eva

-Ni te lo imaginas contestó Marta y ambas se pusieron a reír. Ya te dije que mi chico siempre cumplía.

-Ya lo he notado ya y volvieron a reír juntas.

Ya era tarde y después del ajetreo acabado de vivir decidimos que era hora de acostarnos. Yo empecé a recoger algunas cosas para irme a la habitación con Manu para dejar la cama a las dos chicas pero ambas insistieron en que la cama era lo suficientemente grande como para dormir los tres sin ningún problema. Yo no estaba muy seguro de aquello, compartir cama con mi novia y mi cuñada… no sabía cómo podía acabar aquello y más después de lo que acabábamos de vivir pero me dejé convencer.

Eva se acostó en una esquina, Marta en medio y yo en la otra punta. Al menos así evitaba cualquier situación comprometida. Las dos chicas se durmieron casi al instante y a mí, aunque me costó algo más, acabé cayendo dormido.

No sé qué hora era cuando noté el cuerpo de Marta pegarse al mío, rozando su culo contra mi polla que empezaba a hincharse, desvelándome y maldiciendo sus ganas de jugar. Seguro que le daba morbo provocarme teniendo en la misma cama a Eva y por eso estaba incitándome de aquella manera. Pero si quería jugar yo no iba a ser menos. La habitación estaba a oscuras y no se veía nada pero con mis manos busqué su cuerpo encontrándolo, posé mi mano sobre su piel desnuda un poco más debajo de su pecho y empecé a puntearla con mi polla ya totalmente erecta.

Marta empezó a gemir quedamente al notar mi polla refregarse contra su culo como si la estuviera follando, acompasando sus movimientos a los míos, incrementando las sensaciones placenteras. La verdad es que la situación era súper morbosa y cada vez estábamos más excitados. Noté como Marta deslizaba su ropa y yo hice lo mismo bajándome el bóxer, siguiéndonos rozando pero ahora sin ropa de por medio. Sólo de pensar que Eva podía estar oyéndonos me ponía a mil y supongo que a Marta igual.

Decidí dar un paso más y mientras con una mano alcanzaba su boca para ahogar sus gemidos que podían despertar a mi cuñada con la otra alcé su pierna colando mi polla entre sus piernas. Estaba tan excitada que por poco se cuela en su coñito de lo húmedo que estaba pero mis intenciones eran otras. Volví a puntearla pero ahora mi polla se paseaba a lo largo de su rajita alcanzando su inflamado clítoris aumentando sus gemidos y el movimiento de sus caderas acompasándose a las mías. Menos mal que se me había ocurrido taparle la boca sino ya habríamos despertado a la tercera en discordia.

Seguimos moviéndonos los dos, dándonos placer y viviendo la situación más excitante de toda mi vida. Nunca hubiera creído que haciendo lo que estábamos haciendo, pajeándonos sexo contra sexo, fuera a alcanzar un orgasmo pero allí estaba, llamando a las puertas de los dos que casi al unísono estallamos bañando ella mi polla con sus fluidos y yo su vientre con mi semen. Joder, ¡aquello había sido la hostia! Y todo gracias a la mente perversa y morbosa de mi chica. La besé en el cuello dándole las gracias, le deseé buenas noches y me quedé abrazado a ella, desnudo de cintura para abajo y con mi polla ya flácida pegada a su desnudo trasero. Y así nos dormimos los dos.

Cuando me desperté por la mañana estaba solo en la cama y desnudo y por un momento tuve un amago de vergüenza al saber que probablemente Eva me habría visto desnudo al despertarse pero luego recordé lo sucedido la noche anterior y no sé qué era peor si que me hubiera visto en bolas o follándome a mi novia.

Me di una ducha que mitigó en parte el cansancio que aún sentía, me vestí y cuando cogí el móvil tenía un mensaje de mi chica avisándome que ya habían salido para la playa. Cogí los bártulos y salí raudo para allá maldiciendo por haberme quedado dormido y haberlas dejado desamparadas ante el más que posible acoso de Manu que seguro que habría aprovechado mi ausencia.

Cuando llegué a la playa encontré enseguida a Marta y Eva que tomaban el sol en sus toallas la una junto a la otra y a su lado, cómo no, Manu en la suya pero al lado de la mi novia que seguramente la había colocado así para evitar que siguiera molestando a mi cuñada. Me acerqué y saludé a mis compañeros mientras aguantaba sus bromas sobre la causa de haberme quedado dormido y le di un beso a mi chica disculpándome por haberme quedado dormido.

Lo malo de llegar el último fue que tuve que colocar mi toalla bastante separado de mis chicas y sólo podía controlar lo que pasaba entre ellas y Manu en la distancia pero aun así no perdía detalle por si intentaba algo pero por suerte no fue así. Al menos tuve la suerte de colocarme al lado de Miriam, la mejor amiga de Marta, con la que estuve charlando y pasando un buen rato haciéndome más amena mi vigilancia.

Eva y Marta no paraban de reír cuchicheando cosas entre ellas, a veces Manu intentaba colarse en la conversación y también participaba en su alegría. Pillé varias veces a mis chicas mirando hacía mi posición e intercambiando miradas cómplices para luego volver a cuchichear entre ellas y reír sobre algo que encontraban sumamente gracioso. A mí empezaba a cabrearme su actitud, tenía la sensación que todo aquello tenía algo que ver conmigo y no me gustaba lo que veía. Al menos Manu en ningún momento hizo amago de intentar nada a parte de hablar y hacer bromas con ellas lo que fue un alivio.

Al mediodía volvimos al mismo chiringuito del otro día a comer algo antes de volver a la playa, bueno algunos, ya que otros cansados de lo que hicieran la pasada noche decidieron volver al hotel a echarse la siesta y reponer fuerzas para la noche. Yo debería haberlo hecho pero me daba miedo dejar a las chicas solas y me quedé con ellas en la playa, pudiendo ahora colocar mi toalla junto a las suyas. Hasta ese momento aún no había conseguido quedarme a solas con Marta para intentar hablar con ella de lo sucedido por la noche pero aproveché un momento que fue a bañarse para acompañarla y quedarnos a solas aunque fuera a costa de dejar a Eva sola con Manu.

-Por fin solos le dije abrazándola y besándola.

-Yo también te he echado de menos dijo devolviéndome el beso.

-Oye, sobre lo de anoche… ¿vaya desmadre no?

-Sí, un poco pero me lo pasé genial. ¿A ti no te gustó?

-Claro que sí pero se nos fue un poco ¿no?... que estaba Eva allí al lado…

-Sí, qué morbo verdad. Ya lo he hablado con ella esta mañana y no estaba nada molesta, es más, me ha confesado que se masturbó oyéndonos follar. ¿Te lo puedes creer?

-¿De verdad? Ahí me hice el tonto habiendo sido yo espectador de lujo de su sesión de onanismo. Oye, una cosa, esta mañana tú sabes si ella me ha visto… es que como me he despertado desnudo…

-Jajaja puedes estar tranquilo que yo me he levantado la primera y, cuando te he visto desnudo, te he echado la sábana por encima para que no te viera así aunque se lo habrá imaginado al ver tu bóxer en el suelo de la habitación. ¿Te da corte que te vea desnudo pero no oírte follando conmigo en el baño a escasos metros de ella?

-Ya, es una tontería ¿verdad?

-Ya lo creo. ¿Y lo que hicimos después? Preguntó melosa. ¿Qué te pareció?

-Uff… menudo susto me diste, no sé cómo te atreviste a tanto estando ella al lado. Pero fue una pasada, excitante, morboso…

-Me ha quedado claro que te gustó jajaja.

-Y a ti también, bien que te corriste…

-Sí, es verdad dijo volviéndome a besar. Me salgo un rato a tomar un poco el sol, ¿te vienes?

-Sí, claro.

Salimos del agua, nos estiramos en las toallas dispuestos a tomar el sol comprobando antes que nada parecía haber pasado con Eva durante nuestra ausencia. Ahí fue cuando el cansancio acumulado se cobró su factura y me quedé traspuesto. No sé el rato que me quedé dormido pero si sé que cuando me desperté estaba solo en las toallas. Me alcé buscando a la gente con la mirada y vi que estaban todos en el agua jugando entre ellos, haciéndose ahogadillas, subiéndose los unos sobre los otros, vamos juegos de contacto. Me alarmé pensando en lo que podría estar haciendo en una situación así Manu y me levanté para reunirme con ellos pero Eva y Marta, en cuanto me vieron despierto, salieron a reunirse conmigo haciendo bromas sobre la facilidad que tenía para dormirme.

Aun estuvimos un rato más en la playa hasta que regresamos al hotel a cambiarnos y salir a cenar por ahí antes de volver a la discoteca para acabar la noche allí. Tal como había pasado durante todo el día Marta y Eva iban todo el rato juntas, se habían vuelto inseparables las dos y no paraban de bromear y cuchichear entre ellas. Se ve que la experiencia vivida la anterior noche había servido para unirlas más cosa de la que me alegré aunque a ratos me sintiera un poco desplazado.

Manu por su parte se acercó varias veces a ellas aprovechando algún momento en que me alejaba pero, aparte de hablar y bromear, no me pareció que intentara nada fuera de lo normal, permitiéndome relajarme y disfrutar con el resto de mis compañeros. Incluso saqué a algunas de mis compañeras a bailar. Precisamente estaba bailando con Miriam, la amiga de Marta, cuando vinieron las dos para avisarme que ellas ya se iban y que si me venía con ellas.

-¿Tan pronto? Se quejó su amiga. Para una vez que consigo que me saque a bailar…anda, déjale un rato más que ya te lo vigilo yo para que ninguna fresca se le tire encima dijo guiñándole un ojo a su amiga.

-Vale, te lo dejo un rato pero me lo devuelves enterito que haber si consigo que me dé una alegría esta noche jajaja.

-Por eso no te preocupes que con mi novio al acecho poca mano podré meterle y estallaron las dos a reírse sumándose Eva al instante.

Ellas se fueron y yo seguí bailando con Miriam como una media hora más antes de retirarme dejándola en manos de Manu que se ofreció a ocupar mi lugar. Ella aceptó encantada, de su novio no había ni rastro y ella quería seguir bailando. Me despedí de ellos y subí a mi habitación a encontrarme con mis chicas.

Cuando entré en ella me las encontré sentadas en la cama. Eva con su espalda apoyada en el cabecero de la cama, con sus piernas abiertas permitiendo que Marta estuviera sentada entre ellas con su espalda dejada caer sobre el pecho de mi cuñada. La caja había vuelto a hacer acto de aparición y ellas se iban pasando un canuto que estaba pronto a acabarse. Mi cuñada esta vez había optado por un camisón marrón que me quedaba oculto por el cuerpo de mi novia y ella, como siempre, lucía su camiseta de tirantes y sus braguitas.

Lo que me sorprendió de esa imagen fue que Marta estaba recostada con sus ojos entrecerrados mientras la mano de Eva recorría su muslo desnudo acariciándola suavemente replicando la imagen de la noche anterior donde era yo el que ocupaba su lugar.

-Vaya, veo que lo estáis pasando bien sin mi presencia dije socarronamente. Si queréis me marchó y os dejo un poco de intimidad.

Ambos sonrieron rememorando las palabras de la noche anterior y me invitaron a sentarme en la cama con ellas. Me quité la ropa quedándome sólo con el bóxer y me senté enfrente de ellas.

-Enciende otro me dijo Eva apurando lo que quedaba del que estaba fumando. Lo encendí y le di una calada antes de pasárselo a ellas dos que seguían a lo suyo.

-¿Ya has acabado con Miriam? Me preguntó Marta.

-Sí ¿por? ¿No estarás celosa?

-No, que va. ¿Y tú? ¿Celoso de que Eva esté ocupando tu lugar?

-Por supuesto que no.

-Ya me imagino que no jajaja. Sois todos iguales, veis dos tías juntas y ya se os pone dura.

-Pues razón no te falta dije mostrando sin vergüenza mi incipiente erección haciéndolas estallar en una carcajada a la que me uní al instante.

-Cómo eres cariño… ves cómo es para comérselo… le dijo a Eva que solo sonrió.

Continuamos fumando en silencio mientras Eva seguía acariciando los muslos de mi chica que alguna vez dejaba escapar un gemido de satisfacción y yo mirando excitándome por la situación. Entonces me vino a la cabeza una pregunta que quise hacerle la noche anterior a mi cuñada y que al final no le hice.

-Eva, ¿te puedo preguntar una cosa?

-Pregunta lo que quieras dijo concentrada en sus caricias.

-¿Por qué ayer cambiaste de opinión y al final decidiste venir a dormir a nuestra habitación?

-Ah buena pregunta. Como supondrás fue cosa de Manu. La primera noche me tuve que discutir con él porque se metió en la cama sólo con su calzoncillo, le dije que se pusiera un pijama como había hecho yo y se negó, me dijo que bastante hacía dejándose el calzoncillo cuando el acostumbra a dormir desnudo. Por eso no dormí esa noche, medio desnudo y a escasos centímetros de mí no me fiaba ni un pelo de él. Pero anoche… anoche ya se pasó de la raya. Me cambié aprovechando que estaba en la ducha y cuando salió… lo hizo completamente desnudo, situándose delante de mí, secándose con la toalla y avisándome que esa noche pensaba dormir así.

-Joder, vaya morro que le echa el tío le dije. No se corta un pelo.

-Oye preguntó ahora Marta ¿y qué tal? ¿Cómo es?

¿De verdad le acababa de preguntar mi novia a Eva qué como era su polla?

-Bueno, grande era. Al menos más que la de Sergio que es la que tengo para comparar.

-Esa no cuenta que yo no la he visto y no puedo comparar. ¿Más grande que la de David?

-Ahí soy yo la que no puede opinar, nunca la he visto. No dije nada pero no estaba seguro de eso, dos veces nos había visto follar y algo debía haber visto o intuido, aparte de las erecciones que había visto bajo el bóxer y que una idea le podía dar de lo que debajo había.

-Eso tiene fácil solución ¿no crees? David ¿aún te da corte desnudarte delante de tu cuñada?

No le contesté, solo alcé mi trasero para hacer bajar mi bóxer mostrando mi polla completamente erecta ante la cara viciosa de mi novia y curiosa de Eva que no había perdido detalle y miraba fascinada mi miembro.

-Bueno, ¿qué te parece? ¿Puedes contestar ahora a mí pregunta? Dijo Marta.

Eva se separó de ella acercándose a mí hasta casi tocar mi polla con su mano, con un dedo rozó mi glande y el otro lo separó unos dos o tres centímetros del primero.

-Creo que más o menos así de larga pero mucho más fina que la suya.

-Vaya, así que el profe se gasta una buena herramienta.

-Ya te digo pero, sinceramente, me gusta más ésta dijo cogiéndola por primera vez.

-Oye guapa, se mira pero no se toca que esa polla ya tiene dueña jajaja.

-Solo un poquito anda, que si no le cuento a David lo de esta tarde en la playa…

-¿Qué ha pasado esta tarde en la playa? Pregunté yo sin saber de qué hablaban ahora.

-Anda que sabes tener la boca cerrada guapa…vuelve aquí conmigo que te echo de menos pero antes enciende otro que éste ya no da más de sí dijo apurando el porro que tenía en la mano. Eva encendió otro y lo pasó volviéndose a sentar con mi chica entre sus piernas y acariciándola de nuevo.

-Esta tarde cuando te has despertado nos has visto volver del agua donde estábamos todos jugando.

-Sí, os he visto. Iba a buscaros porque no sabía si Manu iba a intentar algo aprovechando tanta cercanía y confusión bajo el agua.

-Pues digamos que ya llegabas tarde puntualizó Eva.

-Ya te digo replicó Marta. Nos metimos en el agua y al poco empezaron a unirse los demás Manu incluido. Lo estábamos pasando bien y no sé ni quien ni cómo empezó todo pero al poco estábamos todos jugando a hacer ahogadillas, ellos intentando subirnos a caballito a sus hombros…y claro, pasó lo inevitable…

Yo me quedé callado esperando que siguiera hablando, impaciente, mientras ella daba otra calada y ronroneaba fruto de las caricias de mi cuñada.

-Nada grave cariño pero con nuestros cuerpos rozándose con el juego era inevitable que se produjeran ciertos roces…ya sabes…

-Vamos que te tocaron el culo…

-Sí, el culo y una de mis tetas pero no se quien fue aunque me puedo hacer una idea. Y a ella le fue peor, que Manu no se despegaba de ella y le sobó el culo a conciencia…

-¿Y por qué no os salisteis cuando empezó todo, evitando que fuera a más?

-No lo sé, lo estábamos pasando bien y además, algo también tocamos nosotras jajaja.

-No tienes remedio Marta, seguro que hasta te pusiste cachonda.

-Un poco, para que negarlo. ¿Y tú Eva?

-También, que quieres una que no es de piedra. Además a mi edad halaga que chicos tan jóvenes se sientan atraídos por una jajaja.

-Jajaja cualquiera diría que eres tan mayor. ¿Tú te fijaste en quien me tocó el culo?

-Fue Santi, el novio de Miriam. Lo vi bien, era cuando me tenía abrazada contra él Manu y no podía moverme, el muy cabrón me clavó toda su polla en mi culo.

A todo esto, las chicas se habían empezado a calentar con esta conversación y las caricias de Eva se habían vuelto más atrevidas y ya rozaban su entrepierna provocando los primeros gemidos de Marta que buscó mi mirada escrutando mi rostro.

-David, ¿lo que has dicho antes era en serio?

No sabía de qué me hablaba, aún estaba intentando digerir cómo se habían dejado meter mano en el agua a la mínima que me había despistado.

-¿Él qué? Pregunté.

-Lo que dijiste al entrar, lo de darnos intimidad me dijo con sus mejillas ruborizadas.

¿En serio? ¿Había oído bien? ¿Mi novia me acababa de pedir que la dejara a solas con mi cuñada para darse el lote o a saber qué más? ¿Justo después de confesarme que se había dejado meter mano por vete a saber quién? Estaba claro que aquello era fruto de los efectos del canuto ya que, si no me equivocaba, ellas ya llevaban tres a cuestas. Joder, yo llevaba dos y estaba allí sentado desnudo, con la polla tiesa que me la había dejado tocar por mi cuñada.

-¿Es lo que quieres? Pregunté pero no me hizo falta que me respondiera, su mirada lo decía todo. Me acerqué a ella, la besé apasionadamente y me levanté de la cama.

-Que lo paséis bien pero luego quiero mi recompensa le dije guiñándole un ojo.

Me fui al baño y mientras cerraba la puerta vi a Eva mirando hacia mí, como cerciorándose que de verdad la cerraba o eso quise creer. Pero claro, yo no tenía intención de perderme aquello y solo la había ajustado dejado una ínfima ranura por donde vislumbrar algo. Así vi como Eva, aun con Marta entre sus piernas, alzaba con su ayuda su camiseta y la despojaba dejando a su alcance sus tetas que acarició con una mano mientras la otra se deslizaba dentro de su braguita y acariciaba su sexo sin ropa de por medio.

Su boca besaba su cuello y su hombro arrancando con sus movimientos gemidos de placer de mi chica que se dejaba hacer. Eva fue ladeando el cuerpo de Marta hasta dejarla tumbada en la cama, su boca recorrió cada centímetro de su piel desde sus labios hasta alcanzar sus pechos que engulló con deleite mientras sus manos bajaron hasta alcanzar sus braguitas que fue bajando hasta dejarla completamente desnuda.

Sus labios volvieron a desplazarse, bajando y besando todo lo que encontraba en su camino a su sexo, acompañada por las manos de Marta que acariciaba su cabeza disfrutando del trato de mi cuñada. Su lengua recorrió sus labios que con sus dedos abría dejando el paso más franco para sus lamidas que provocaban estremecimientos de placer en Marta. Su clítoris fue el siguiente paso y su boca y labios lo atacaron sin tregua haciéndola bordear el orgasmo y Eva, dándose cuenta, le dio la última puntilla metiéndole dos dedos de golpe en su encharcado coño empezando a moverlos en su interior provocando que estallara corriéndose de forma salvaje.

Ahí fue cuando Eva alzó la cabeza y se encontró con mi mirada, poco a poco había ido ampliando la abertura de la puerta para poder ver mejor lo que ocurría y me había pillado infraganti. Pero no dijo nada y continuó alargando el orgasmo de Marta moviendo suavemente sus dedos en su interior y besando con cariño sus labios, empapándose con su sabor. Se alzó hasta alcanzar sus labios y se fundieron en un tórrido morreo haciéndole probar sus propios fluidos.

Y entonces, para mi sorpresa y deleite, se incorporó para, mirándome, dejar caer el camisón al suelo y bajarse las braguitas mostrándose desnuda ante mí. Se subió de nuevo en la cama colocándose a horcajadas sobre la cara de Marta que supo enseguida que esperaba de ella. Con sus manos aferrándose a sus muslos su lengua empezó a lamer el sexo de mi cuñada mientras ésta no dejaba de mirarme acariciándose con sus manos sus tetas. Yo no pude aguantar más y empecé a hacerme una paja observando a las dos chicas dándose placer, para satisfacción de Eva que sonrió al verme masturbándome mirándola.

La situación era súper excitante. Mi novia lamía y chupaba sin descanso la entrepierna de Eva, ésta sin dejar de mirarme como me masturbaba movía sus caderas acompasando sus movimientos a las lamidas de mi chica mientras no cejaba en tocarse sus tetas y pellizcarse sus pezones y yo, excitado a más no poder, hacía volar mi mano a lo largo del tronco de mi polla que estaba dura como nunca.

No sé el rato que estuvimos así, pero si sé que me corrí como si hiciera semanas que no lo hubiera hecho para alegría de Eva que se dejó llevar y también se corrió sobre la cara de mi novia que no dejó de lamer, probándola como antes había hecho mi cuñada con ella. Ahí fue cuando, tras limpiar los restos de mi corrida con una toalla, volví a meterme en el baño para que Marta no se diera cuenta de que lo había visto todo. Estuve un rato allí solo, esperando, hasta que se abrió la puerta y apareció Marta, vestida de nuevo, que se acercó a mí dándome las gracias con un beso cargado de pasión. Sólo de pensar dónde había estado aquella boca instantes antes me empalmé de nuevo y así, de esa guisa, salí con ella teniendo que aguantar sus bromas sobre el estado en que me encontraba. Aunque también pude notar que Eva, vestida de nuevo con su camisón y sus braguitas, miraba de reojo mi miembro satisfecha con lo que veía.

Me puse mi bóxer y continuamos hablando y riendo un rato más, acabando el tercer porro para ellas y el segundo para mí. Yo me recosté un poco en la cama y cerré un momento mis ojos, empezaba a encontrarme cansado y tenía ganas de acostarme pero no me dormí aunque ellas pensaron que sí.

12 comentarios - Vacaciones con mi novia y mi cuñada

hrenek +1
Muy buen relato. Espero que no se quede ahí
kalelandres +1
Excelente relato. Ocurrió algo más?
Whuwaka123 +1
Muy bueno esperare la 2°parte
pacovader +1
👍😋 avisa si lo continuas
nicotripo +1
👏👏👏👏
Uff, que manera de calentarme con este relato...Muy bueno. Esperamos la continuacion
Gonbahia69
que manera de ponerme a mil este relato! van 10...
En unas vacaciones en Brasil, estabamos algo ebrios con el flaco que era la pareja de mi cuñada y me contaba que ella era muy caliente en la cama y que le justaban los juguetitos. Llegue a decirle que pare sino me la iba a querer coger esa misma noche 😈😈😈.