Intercambio guionado.

En el diccionario:
GUION es un escrito donde, breve y ordenadamente, se anotan ideas o instrucciones para que sirvan para determinado fin.

Nuestro guion, fue un mensaje que recibimos Susana (Susy) y yo, que decía más o menos:
*vayan casa de Susy y Horacio.
*se duchan, Susy va a su dormitorio y Laura al de al lado, en planta alta
*se visten con lo que encuentre, cada una, en la cama.
*avisen que están listas.
Remitido por Miguel, mi marido a mí y por Horacio, su marido, a ella
El fin: intercambio de parejas.
Día: viernes, de verano, a la tarde.

El jueves, en un restaurante, tuvimos una cena, divertida, con excesiva abundancia de vino, alusiones y frases puercas, por ejemplo:
“No puedo evitar calentarme cuando me mirás así”,…. “Seguro que tu cuerpo juntándose con el mío, sería lo máximo”,…. “Me calentás tanto que si me pongo un termómetro, explota”…. “Estoy duro y es por culpa tuya”, …. “
Creo que, al final de la cena, fue Horacio quien propuso, “juntarnos” la tarde noche siguiente, para “aquietar las aguas revueltas”
Nunca lo habíamos hecho entre nosotros. Después de simulados reparos y oposiciones, quedó acordado. Dejamos para la mañana siguiente, ajustar los detalles.
Mi madre, pobre, pataleó por tener que hacerse cargo de los chicos, dos noches al hilo pero no le quedó más remedio que aceptar.

Con Susy nos pusimos de acuerdo vía telefónica, la pasé a buscar a la salida de mí y su trabajo y, mientras nos dirigíamos a su casa en mi auto, reconocimos que éramos, a toda luz, puercas, calentonas pero no desleales.
Nos cogeríamos el marido de la otra, de manera excepcional y no a escondidas.

Al entrar, desde el living, y antes de subir a la planta alta, vi la mesa del comedor con utensilios para cuatro, dos velas y dos ramitos de rosas rojas, en sendos floreritos. “los muchachos pensaron una velada vintage” pensé.
En el dormitorio que me asignaba el guion, encontré sobre la cama una bolsa, elegante de cartón, dentro de ella:
*un estuche de perfume Enigma for women.
*un conjunto bombacha y corpiño negros, modelo Momentos de una marca famosa de lencería.
*un salto de cama corto de raso negro.
Salí de la ducha y atravesé el pasillo desnuda, con una toalla en la cabeza, a modo de turbante, me perfumé intencionada, vestí el conjunto y salto de cama, calcé nuevamente los zapatos con tacones.
Pasado un buen tiempo, Susy, asomó la cabeza por la puerta:
-Yo ya estoy ¿Les aviso?-
-Yo también, dale- le respondí, sentada al borde de la cama.

Escasos 5 minutos después, vi, recortado en el marco de la puerta, a Horacio, envuelto en una bata negra, también, como la mía. Me paré. No se molestó en cerrar la puerta y se “arrojó” en dirección a mí, me abrazó, besó y comenzó a acariciarme.
Me quitó el salto de cama y se deshizo de su bata, quedamos en ropa interior negra, ambos, yo con el corpiño abultado por los pezones erectos, él con el slip, hinchado por su miembro. Volvió a abrazarme, manosearme el culo con una mano, besó mi cuello y me susurró en el oído:
-¿Estas con el cabello mojado? No vas a tardar en mojarte aquí-
Demás está aclarar donde era “aquí” y que su otra mano estaba ahí.
No fue necesario esperar, ya estaba mojada.
Tampoco hubo mucha demora para que me sacara el corpiño, me tumbara en la cama, me quitara los zapatos y la bombacha y se acostara a mi lado.
Mientras sus dedos se deslizaban por fuera y por dentro de mi raja, su boca besaba mi boca, mi cuello, mis tetas. En estas se entretuvo lamiendo y chupando.
De pronto, con su pulgar e índice, comenzó a apretar y retorcer, suavemente mi clítoris provocándome descargas de placer que atravesaban todo mi cuerpo, suspiros, gemidos y mi primer acabada de la tarde.
-Quiero paladear cada uno de tus humores vaginales- me dijo mientras se acomodó con su cabeza entre mis piernas.
Sustituyó los dedos con la lengua, lamiendo por fuera y hurgando en los recovecos interiores de mi concha y, luego, con sus labios en el clítoris.
Se exaltaron mi excitación y mi calentura de gallina para comer gallo, a tal extremo que:
-¡No seas perverso, metémela de una vez…. - le grité
Se arrodilló y bajó su slip hasta las rodillas, se la vi tiesa y agregué:
-…. partímela en dos, dame esa verga dura y gruesa… -
No hizo falta más, se inclinó sobre mí y lo sentí resbalar hasta bien adentro de mi cuerpo.
Me cogió con la verga, las manos y la boca, besando, chupando y alabándome
con palabras dulces, y sucias también.
Yo me comporté acorde y en armonía con él, sincronizando sus embestidas con el temblor, con el empinar de mi pubis para que me entrara bien a fondo y con un rosario de gemidos, suspiros y palabras indecentes y groseras.
Como no cabía otra, acabamos con goce desmedido, para ambos.
En el cuarto de al lado el enredo no era más calmado, sólo algo desfasado del nuestro. Mientras Horacio y yo estábamos en procura del vigor perdido, oímos, gracias a ambas puertas abiertas, a Susy exaltar, ensalzar, en grado superior a la “faena” de Miguel y, alcanzados los orgasmos, exigir:
- Quiero que te quedés adentro de mí hasta que no te quede una sola gota-
Transcurrido un buen lapso de tiempo, la voz de Miguel nos llegó nítida y concluyente:
- No voy a poder dejar de pensar en tu conchita, me la pusiste en la cara….y la disfruté como loco, cogiendo... –
Susy tuvo “conceptuosos” comentarios sobre la dotación de mi esposo.
Previa repetición, en ambas habitaciones, de las sacudidas carnales, para nada atenuadas comparadas con las primeras, bajamos al comedor para la cena a la luz de las velas y con sobredosis de demostraciones, cruzadas, de afecto y alabanzas.
Después de los cafés, Miguel me sorprendió, tomándome de la mano, obligándome a pararme y, diciendo:
-Vení, vamos a ponerle broche de oro a la noche – me llevó de nuevo al dormitorio.
Otra vez perdí salto de cama, zapatos y conjunto de bombacha y corpiño. Cogimos como dos “angelitos”, gozamos de orgasmos extremosos y nos entregamos al sueño.
Al despertar, con la luz solar en la cara, descubrí que Miguel me había precedido, la noche anterior, en la misma habitación y había dejado en el placar su ropa y se había caracterizado con slip y salto de cama para “alegría y placer” de Susy.
Duchados y vestidos, formalmente, desayunamos y nos despedimos de nuestros huéspedes y compinches de francachela, diversión y de los eventos poco lícitos, de la noche anterior.
¡Ahh! Ellos también habían cerrado la noche con su broche de oro.

2 comentarios - Intercambio guionado.

Pervberto
Un adecuado guión, finamente ejecutado y exquisitamente narrado.
elledany
" Previa repetición, en ambas habitaciones, de las sacudidas carnales, para nada atenuadas comparadas con las primeras, bajamos al comedor para la cena a la luz de las velas y con sobredosis de demostraciones, cruzadas, de afecto y alabanzas. "
Lúbrico guión 👍