Todo bien pero... Cuándo me vas hacer cornudo?

Los hechos se venían desarrollando en línea con lo antes desarrollado. Mi mujer parecía entender que me excitaba de todo ello, ver su figura curvilínea unida a otro hombre. Me daba morbo saberla cogiendo con algún negro bien dotado, algún pendejo o algún albañil paraguayo, pero todavía, más allá de lo sucedido, nunca pasó nada de aquello. Hablé con ella del tema y me decía que le costaba la idea todavía pero que ya se iba animar. No me conformé con su respuesta y decidí forzar la situación invitándole a salir. Le dije que me esperara en una conocida pizzería del Once, que ahora tiene otro nombre, que vaya vestida muy linda para después ir a una obra de teatro. Bien, ella me hizo caso, fue con vestido corto, suelto, color negro; unas sandalias con plataforma y sus rizos acababan de salir de la peluquería. Sin embargo yo fui pero de incógnita, hecho un andrajoso. Pero la idea era ver como se comportaba mi mujer y seguirla lo más que pueda, manteniendo una prudente distancia. Ella me esperó vanamente y empezó a llamar la atención en un par de hombres que una dama tan bonita y seductora estuviera sola, como si la dejaran plantada. Uno de ellos se acercó, le dijo algo que le sacó una sonrisa, se sentó junto a ella en la mesa y compartieron una cerveza. Charlaron brevemente, pidieron la cuenta y pidieron un taxi hacia un rumbo que desconocía en ese momento. Cuando regresó a casa me encontró viendo un partido viejo de la Copa Libertadores, tirado en el sillón. No me dijo nada, solo que quería darse una ducha y dormir. La sigo hacia nuestra habitación y cuando se empieza a sacar el vestido noto que no tenía tanga.
- Ahora andás sin tanga? - le dije con algo de morbo y mucho líbido. Ahí se dio cuenta de todo.
"Bueno, era lo que querías... Si me dejás te cuento todo" llegó a decir casi como una defensa, que por cierto no le pedí. "Me sentí abandonada y cuando ese hombre me dijo un par de piropos me dejé llevar. Tomamos un taxi y nos fuimos a un hotel cerquita de allí. Pedimos una suite y apenas entré me empezó a acariciar por detrás levantándome lentamente el vestido. Me acariciaba la cola con su mano rugosa pero varonil y yo empecé a temblar, se me entrecortaba la respiración, me faltaba el aire. Quedé solo vestida con la tanga y las sandalias. Me empujó suavemente dejando mi pomposa cola a su disposición, me bajó la tanga y empezó a lamerme toda la cola. Esa lengua llegaba hasta lo más hondo de mi, me empecé a pellizcar mis pezones que estaban bien erectos y a gemir suavemente. Me quitó la tanga y me dio vuelta para empezar a chuponearme las tetas, mientras, desesperada, trataba vanamente de bajarle la cremallera del pantalón y empezar a acariciar su pija pero no llegaba. El solo se bajó los pantalones casi de un tirón y lucía un píja normal pero bien erecta. Se la empecé a chupar, a lamer, a besar o rozar con mis dientes su cabeza roja mientras con las manos le acariciaba los huevos. Se la chupé hasta que me llenó la boca, casi hasta ahogarme de su leche calentita. No le di tiempo a nada, le limpié cada gota de esperma, me abrí de piernas y recibí sus embestidas con fuerza, a un ritmo frenético. Su aliento era a cerveza y tabaco pero no me importaba, me estaba tratando como una mujer, como la perra que soy, porque soy bien puta. Me dio vuelta, me puso en cuatro y me empezó a penetrar por detrás. Sentía su pelvis golpear mis nalgas, sus manos de obrero ajadas acariciándome. Grité de placer mientras él también lo hacía, su semen saturó mi conchita y empezó a brotar casi como un volcán.
Ufffff!!! Nos miramos, me convidó unos cigarrillos horribles y de inmediato me higienicé. El también se dio una ducha rápida, pero cuando salió del baño lo agarré y le empecé a chupar la pija nuevamente. No había tiempo que perder, quedaban treinta minutos del turno y quería que me haga la cola. Cuando su pija estaba lo suficientemente firme me di vuelta y le dije "Rompeme la cola". Con paciencia empezó a penetrar mi ansiosa cola sintiendo su pija firme y vigorosa. "Dale!!! Soy tu puta!!!!", le dije con la voz entrecortada. Bombeaba lentamente pero me excitaba mucho. Me excitaba ese extraño, su pija dentro mío; pero más me excitaba contarte todo con lujo de detalles y verte como ahora hacerte la paja."
Y fue así, se fue a bañar con la puerta del baño abierta. Mientras se higienizaba su conchita se tocaba sabiendo que aún estaba sensible y empezó a gemir alocadamente. Yo a esa altura estaba terminando de hacerme la tercera paja.

3 comentarios - Todo bien pero... Cuándo me vas hacer cornudo?

NExtSTEP33
Wow, que ganas de cojer a tu PUTITA y dejarte los. Cuernos muy claros
mimujerfiel +2
y que cojas a la.mia
NExtSTEP33
@mimujerfiel, me encantaría amigo, me encantaría cojerla muy duro y hacerte feliz
strongheart +1
Felicitaciones por tus relatos , los lei a todos , y tambien los comparti , generaron las sensaciones que buscaba, espero que siga la saga , y compartir alguna experiencia personal tambien !! sexo libre , voyeur ! y libertad mental ! van mis 10 para vos
Si-Nombre
Excelente corto pero muy ecxitante gracias por compartir