Le di duro a una mujer en la playa

Aparte de la ropa de cuero o la interior, sabido es que lasmujeres me excitan un montón con su malla, sobre todo con la entera, aunquetambién la bikini. Y ni hablar si huelo a crema, me las como crudas.Justamente, una tarde de estas primeras, era de sol radiante, así que trasalmorzar en casa me fui a la playa con mi sombrilla, bronceador y lonita. Trasponerme crema y tomar sol, empecé a mirar alrededor y de pronto vi una detantas mujeres lindas que hay, pero ésta me excitó especialmente. Rubia de pelolargo, delgadita, algo veterana pero bárbara, en malla de lycra rosa condetalles de colores, la miré justo cuando estaba poniéndose cremita y el aroma invadíael aire. Como estaba casi solo en un lugar apartadito, no donde estaba todo elmundo, me levanté y fui a hablarle. La mujer me saludó, me hice el boludocharlando cualquier pavada y ella me charló también amable, copada. Me mostrépegadito pero tratando de que no se diera cuenta de que quería algo con ella ocosa parecida. Seguimos charlando libremente y pasamos un rato largo lindo,agradable, y luego ella me invitó a dar una vuelta, parece que o quería unchongo o quería sexo, no sé pero enganchó. Mientras caminaba al lado de lamujer, yo me sacaba y sacaba con el rico aroma a cremita y la esbelta, torneadafigura de la mina. Encima, su voz finita, dulce, más me calentaba. Y en unmomento tuve ganas de cometer una locura y agarrarla. Pero no sabía qué hacerpara darle.
 
Sin embargo, la rubia de malla de lycra me sorprendió y trashacerme un mimito y abrazarme, me besó la cara. Me sorprendí y le agradecítanta dulzura. Ella siguió charlándome y moviendo su perfecto cuerpo y su aromaa crema me inundaba todo, hasta el pene. La mujer siguió hablando, llevándomedel bracito, haciéndome una caricia de tanto en tanto.
 
Fue mucho para mí. Me saqué total, resolví hacer de una la mía, lahice ir a unos arbustos lejos de ahí, aunos cuantos kilómetros de caminata dedonde empezamos. El lugar estaba oscurito, con sombra, algo de sol también. Yuna vez ahí me desaté: la agarré, la sujeté, la manoseé, la toqueteé toda, ellagustó, y tras levantarme, la manoseé de nuevo y sentí mi pene crecer y crecer.La obligué a desnudarse, la mujer excitada se sacó la malla, y cuando la tuvelista, me quité mi short, pelé tremendo salchichón, la acosté en el suelo y lapenetré por la vagina con tutti, dándole y dándole durísimo con toda la locuraposible. El aroma a cremita brotaba y brotaba de su fina piel, su belleza, sucuerpo, su malla, todo me enloquecía. Le di, di y di y acabé monstruoso semenen su vagina. La mujer gimió y acabó al mismo tiempo, gritando de placerTrasrecuperarse de lo agitada, me contó que estaba soltera, que su novio grande ladejó y que no tenía drama en coger con el primer tipo que se le cruzara. Yenseguida me pidió un ratito, me extrañé y pensé qué iba a hacer. Al ratovolvió con la cremita, se pasó de nuevo, se quitó la malla excitada y me pidióque le diera. Y con una furia de locos, me la cogí durísimo por vagina, cola,le di con el frasco de crema adelante y atrás, le exprimí y amasijé suspreciosas tetas, y eyaculé sin parar tremenda cantidad de semen, le pasé elpene grueso y duro por la boca, ella tragó mi semen y lamió el resto excitadade placer, bien satisfecha como ella quería. Luego me llevó a su sombrilla,pasamos la tarde, fuimos al agua, tomamos sol y merendamos en su lugar jugo ygalletitas, que la dulce me convidó divina. Mujeres, sexo, playa, cremita: uncóctel explosivo para el mejor verano. Como esta genial y tremenda mujer enmalla.
 
 
 

2 comentarios - Le di duro a una mujer en la playa

Gavriel78 +1
cremita...jaja que pelotudo...