Un juego

*La historia que estás apunto de leer es ficticia, cualquier parecido con la realidad es simple coincidencia*

Un día normal de verano, se encuentran en la sala de estar una pareja de recién casados, cuya relación había estado llena de sorpresas y revelaciones.
El marido de nombre Ramsés, un hombre de aproximadamente 1.90 metros de altura, piel morena y cuerpo fornido, siempre abierto a conocer cosas nuevas y experimentar con aquello que le llamará la atención.
La esposa de nombre Lizbeth, una mujer de 1.55 metros de altura, piel blanca y un cuerpo bien definido, senos de tamaño mediano, glúteos firmes y grandes, un poco más reservada pero no cerrada a lo desconocido.
En la sala de estar, tras estar viendo una película erótica, se encontraron uno al otro en un paraíso de besos, caricias y fajes que, a cada paso que daban, iban subiendo la temperatura. Lizbeth, montada en Ramsés se dejaba comer el cuello a besos, mientras ella con una mano le acariciaba el miembro a su prometido y con la otra se acariciaba los senos.
Ramsés comenzó a quitarle el top que ella traía, empezó a jugar con uno de sus pezones al tiempo que le lamía el otro, pasó un rato así mientras Lizbeth comenzaba a gemir de placer, ella se movía adelante y atrás, haciendo rozar su vagina en el pene de el. Lo apartó un momento y le ayudo a quitarle la camisa que traía puesta, comenzó a besarlo en el cuello, continuo bajando hasta llegar al abdomen y después a la pelvis, le desabrochó su bermuda y con ello le quitó el bóxer, dejando a relucir su miembro, comenzó a besarlo, desde los testículos hasta la cabeza, poco a poco, pasando su lengua por todos lados, empezó a comerlo, haciendo arcadas, pues el tamaño eran tan grande que no le cabía. Ramsés gozando de la felación, le acariciaba sus glúteos, le daba nalgadas y Lizbeth hacía gestos de dolor y placer, el le quitó el ahora que ella traía puesto, dejando a la luz una pequeña tanga roja, decidió cargarla, darle la vuelta y ambos se encontraron en un 69.
Ramsés hizo de lado la tanga y mientras le hacía un oral, le metía su dedo en el ano, Lizbeth estaba fascinada, ella estaba mordiéndo y lamiendo de manera increíble. El la puso en el sillón en posición de perrito, de manera que la cabeza de Lizbeth quedará contra la pared, le puso saliva a su mano y lubricó su pene.
La penetró de manera lenta, ella dejó salir un gemido de placer, comenzó a subir la velocidad y ella estaba extasiada, le corrieran ríos de fluidos vaginales por las piernas, estaba tan mojada que sonaba, "Plaff", cada vez que la pelvis de Ramsés chocaba con los glúteos de Lizbeth, ella alcanzó el orgasmo, aunque él no daba indicios de terminar aún.
Ella decidió tomar el control y lo acostó en el piso, lo comenzó a cabalgar de una manera increíble, dio medio giro dándole la espalda, y comenzó a hacerle "Twerk" en su pene, el estaba fascinado y ella lo disfrutaba demasiado, sabía que tenía el control, pero Ramsés la levantó y la cargo, recargando su espalda en la pared, le daba con tanta dureza que ella estaba por terminar otra vez, así fue. Se puso de rodillas y comenzó a masturbarlo con sus senos al mismo tiempo que le hacía un oral, Ramsés estaba por venirse, que lo hizo en la boca de Lizbeth, ella lo saboreó y se lo pasó. Lo limpió muy bien y prosiguió a hacerle un oral hasta que se viniera por segunda vez, lo consiguió.
Una vez terminado pasaron a bañarse, listos para la siguiente ronda.

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