Cogiendo con una amiga... al cuadrado!

Vamos a ir a tiempos pretéritos, cuando yo era jóven, el dólar no pasaba los 10 pesos y Manaos no había arruinado mi vida. Era esa épocadonde todos los fines de semana se venía la fiesta de egresados de alguien y uno ya estaba acostumbrado al vodka con naranja y bailar La Isla del Sol a las 4 de la mañana, antes de que Netflix me postrara en la cama con un cuarto de helado y una alarma a las 7 un sábado.
La fiesta (no "la de tu culo y esta" pero obvamente que iba para ese lado) era en Caix, Costa Salguero, por la zona de aeroparque -soy muy porteño, sepan disculpar- y era de un grupo de amigas de mi grupo de amigos y la vida. Yo venía medio jugueteando con "Raquel" y en el boliche ya estábamos como para irnos a coger a cualquier lado, ya hasta con el pedo que tenía me daba algo de vergüenza estar manoseándola así, pero bueno, morochita, flaquita, tetona, olvidate, tenía la chota más dura que llegar a fin de mes. Ella estaba con "Laura", una amiga de otro colegio, cheta importante, egresada de esas escuelas que tienen las rejas de Jurassic Park, nena de papis de guita que le termina gustando más la pija que a mi me gusta el caño de Román a Yepes. Laura es una modelito, muy curvilinea, el pelo largo enrulado, bien castaño, ojos verdes enormes, un cartel en medio de Cabildo y Juramento, una bomba; ella venía ya transando con Migue, un amigo mío, metalero, el fachero del grupo, ponele y la cosa se estaba dando de irnos todos juntos al depto de él ahí por el zoológico.
Nos subios los cuatro a un taxi, no entiendo como logramos comportarnos todo el viaje, que fueron cinco minutos, pero se hizo eterno, me bombeaba la chota como ruido de vagón de subte. Llegamos, Raquel y yo nos fuimos a la habitación de Migue y él y Laura se quedaron en el living. Raque me empezó a chupar la pija acostada sobre mi en la cama, mientras yo la desvestía lo que podía en la posición que estaba, acariciándole la concha y el culo, que no iba a pasar mucho sin ir a chuparla yo, y como estaba, boca abajo, le enterré la cara entre las nalgas y me quedé un buen rato, me gusta hacerlas acabar con la boca antes de metérselas. Ahora sí, los dos en bolas, me puso ella el forro, que me calentó muchísimo, y se sentó arriba de mi pija, con las tetas pegándome en la cara. Repasamos el kamasutra y de paso escribimos la secuela, a mi me estaba costando mucho acabar por el pedo que tenía, mejor para ambos, después de una buena sesión con ella en cuatro, me saqué el forro y ella me pajeó encima suyo arrodillada frente a mi, manchándole bien las tetas.
Ya hasta acá la noche era genial, faltaba que apareciera un sanguche de bondiola y cartón lleno. Voy al baño, en pija como estaba y sí, me la encuentro a Laura. Toda desnuda, mirándose al espejo a ver cómo tenía el maquillaje, nos vemos a los ojos a través del espejo, ella inclinada en la pileta del baño. No sé qué pensé ni mucho más, pero inmediatamente le fui a agarrar el culito perfecto y manosearselo todo. La abracé por atras y empezamos a besarnos ahí nomás, ella me pajeaba a mi, yo le acariciaba la conchita empapada y con esos pelitos tan suaves. Apenas agachada me la empezó a chupar toda, seguro que con el gusto de la de hacía un ratito, y se me volvió a poner como una piedra en su boca. Se volvi a poner frente a mi, me miró a los ojos, agarró mi verga y se la metió de una en la conchita "ay cogeme toda" y así parados ya estábamos garchando. Era la primera vez que cogía sin forro y era una sensación increíble, nos sentamos al borde de la bañera y estuvimos así un rato, yo la sacudía arriba mío, como si me estuviera pajeando con su cuerpo, era mi juguete en ese momento, y a ella le encantaba, se inclinaba para adelante para mostrarme bien el culo, y yo le metía los dedos, pensando en cogerselo, nunca había hecho un orto todavía, tampoco iba a serlo esa noche, porque con un dedo en el culo, Lau se puso muy calentita y empezó a pedirme la lechita, y eso me soltó la cadena, y obediente, se la di, creo que nunca acabé tanto, fueron varios chorros que saltaron y después solamente chorréandose adentro suyo. Se quedó a upita un rato más, para terminar de darnos unos besitos más, cuando se levantó me volvió loco ver como le caía el semen por esos muslos hermosos.
Cada uno volvió con su garche inicial de la noche y nos dormimos lo poco que quedaba de la noche, para terminar comiendo unos tostados en Burger buscando absorber algo de todo el alcohol que teníamos adentro más tarde. Garché varias veces más con Raquel, siempre muy lindo todo,pero con Laura fue esa vez sola porque la vida, pero hasta el día de hoy, si quiero acabar rápido, pienso en lo que fue esa vez con una modelito hermosa que me tocó de yapa una noche en Palermo.

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