Mis experiencias como una mujer escort (XXVII)

Me desperte al dia siguiente, ya de dia, con risas pre-grabadas de una serie que estaba reproduciendose en la television. Muy probablemente haya terminado la temporada de la serie que empece a ver anoche, y siguio reproduciendo cosas todas estas horas.
Me estire, y busque mi celular para apagar el ruido. Al agarrarlo me di cuenta que estaba vibrando, varios mensajes se previsualizaban en la pantalla.
-En una hora estoy en tu casa, te quiero lista y no quiero un "No" como respuesta - fue el primero de ellos.
-Estoy a veinte minutos de tu casa, espero que no me estes respondiendo ni mirando los mensajes por que estas muy ocupada arreglandote para mi.
Y un tercero final.
-Cinco cuadras.. Te juro que si no me abris, tiro la puerta abajo. - amenazo el ultimo mensaje.
Cuando pude conectar dos neuronas, recorde ese numero, era de Lorena, una de mis primeras clientas, y de las mas violentas/agresivas. Cuando intente pararme para al menos rapidamente estar presentable, sonó el timbre. Mierda, ya llego y yo ni siquiera fui al baño, me lave los dientes, lave mi pelo, o siquiera desayune.
Debati si responder de inmediato, o al menos hacer algo para no presentarme de forma ridicula frente a ella, pero recordando lo exigente que era, desisti, agarre un abrigo liviano de color crema que me quedaba grande, tapando hasta un poco mas de mi cola, y cerrandolo rapidamente, baje con las llaves en mi mano.
Estando en el ascensor parecia que me habia tomado cuatro litros de cafe, estaba extremadamente despierta. Muy posible habria sido por el apuro, la ansiedad y el no saber que esperar. Al llegar a la recepcion la vi, y la verdad no me sorprendia el aspecto que tenia ; botas de cuero con una ancha plataforma,calzas negras engominadas, con un cinturon de tachas de modo decorativo, una blusa de color gris oscura con un escote totalmente obsceno - se asomaban las aureolas de sus dos pezones por encima - y una campera de cuero con cierres decorativos a los lados. tenia el pelo suelto, cayendo por sus hombros.
Me acerque hacia la puerta, y pude ver una sonrisa "de lado" inspiente en su cara, al dar la segunda vuelta de la llave, la sesion ya empezaba.
-Ho..- la queria saludar, pero fui inmediatamente interrumpida.
-Ponete en cuatro puta de mierda, ¿que te crees caminando? ¿Que sos un humano? - Ya me ordenaba como solo ella lo hacia.
Lo hice y ya recibia mi primer castigo, un pequeño empujon con una de sus botas, por mi cola, lo que me hizo irme hacia adelante. Si no habria tenido mis brazos sosteniendo parte de mi peso, me habria ido directo de boca.
Luego me agarro el pelo y me lo estiraba hacia atras, obligando a encorvarme para intentar reducir el dolor de la mala postura. Fue asi que en esa posicion me dirigio hasta el ascensor, cual perra. Cuando estabamos en el ascensor, ella apoyo uno de sus pies sobre mi espalda, y me obligaba a mantener su peso. Luego senti como abria la cartera que tenia sobre uno de sus brazos. Segundos despues senti, y pude ver como dos fajos de un tamaño importante caian delante mio. Tenian la banda tipica de seguridad con los que los bancos los entregan.
-Agarralos - me dijo - Pero ni se te ocurra usar las manos - me advrtio.
Lo pense unos segundos, y no encontre otra forma de cumplir con esa orden, mas que con mi boca, fue asi que arrastrando y juntandolos con mi nariz, posteriormente los tome con ambos labios, como si se tratara realmente de una perra, sosteniendo un hueso de juguete.
Uno o dos minutos despues llegabamos a mi piso y el ascensor se abria. Me quito su pie de mi espalda, y yo me adelante a salir de ahi, sin dejar de gatear, ella me seguia un paso atras, castigando segundos por medio, los dos cachetes de mi cola.
Cuando llegamos a la puerta de mi departamento, yo me quede quieta, mantenia las llaves en una de mis manos, pero estaba segura que seria una ofensa pararme y abrir, asi que mantuve esa posicion, esperando posteriores ordenes. las cuales rapidamente llegaron.
-Solta las llaves, Ahora - me dijo con su tono demandante tipico. Lo hice, dejando separada la llave que abriria la puerta.
-Mirame y abri la boca - fue lo que me solicito luego de abrir de par en par la puerta.
Lo hice, e inmediatamente recibi un pequeño escupitajo dentro de mi boca. La sensacion de asco fue inmediata, pero no duro demasiado, ya que ni bien sucedio esto, volvio a solicitar de mi, que ahora cierre la boca, y trague lo que acabe de recibir.
Entramos - yo sin dejar de gatear - y ella dejo su celular en la mesa principal, con mucho cuidado lo tome, y lo guarde en la pequeña caja de vidrio - procedimiento ya comun desde que empece en esto y estaba en mi casa - y guarde el dinero en un cajon cercano.
Sentada sobre mis piernas, con las manos detras de mi espalda y juntas a la altura de mis nalgas, espere a que mi clienta actuara. Ella se desnudo completamente, dejandose solo las botas puestas. Pude ver desde las esquina de mis ojos su cuerpo, sin desviar mi cabeza. Volvi a ver sus pezones perforados, pero esta vez habia notado algo nuevo, ahora en la cuspide de su concha, yacia un pequeño piercing, igual a los de los previamente mencionados, asi que harian una trifecta sexual, y sensual. Se acerco hacia mi y - supuse - inclinandose, me beso el cuello, y luego cada hombro, al mismo tiempo que luego de cada beso, una pequeña mordida seguiria.
Sentimientos familiares  eran los que mi cuerpo comenzaba a recibir, de la ultima vez que estuve con esta mujer, y de sus castigos ejemplares hacia mi persona. El efecto del "cafe mental" no se detenia, y sentia cada poro y cabello de mi cuerpo entero. Ahora ella me agarraba de una de mis manos, y con su mano libre,la apoyaba sobre el centro de mi espalda, empujando mi brazo lo mas atras que podia, estirandolo, y generando dolor creciente en mi. Por unos minutos intente mantener muestras de dolor para mis adentros, pero viendo que este castigo no parecia tener fin, en un momento de debilidad deje salir un quejido, mezclado no se por que, con un gemido.
-¿Me extrañaste pedazo de puta? - me preguntaba con un dejo de alegria en su voz, sin dejar de estirar mi brazo.
-Si mi ama - Le dije, recordando que llamarla asi le habia gustado.
-Muy bien, eso me gusta, que no me mientas, y que no me ocultes cosas - me decia, al tiempo que soltaba mi brazo, para intercambiarlo con el hasta ahora no castigado. Sentirlo dejarse caer hacia el costado de mi cuerpo fue doloroso, sentia como si hubiese estado bajo el sol por tres horas, con un fuerte ardor, y entumecimiento general. Siguio estirando mi brazo,  y ahora se le sumaban unos dedos intrusos - los cuales senti frios, asumi que los habia lamido previamente - invadiendo mi cola sin reparo alguno. Entraban, salian,se frotaban dentro de mi y me masturbaban el orificio anal. Por un momento me solto el brazo, con lo cual ya que no fui avisada de ello, me cai de cabeza al piso, generando un pequeño golpe en tal, pero habria sido peor de no ser por que mi rostro termino en la alfombra. Con eso y ahora sus dos manos libres, utilizaba una para seguir metiendome dedos a su antojo sobre mi cola, y la otra la usaba para estirar y abrir dicho lugar.
Desde que mi sexualidad florecio en mi adolescencia, siempre tuve una debilidad por la actividad por "la via alternativa". El estar en posicion de "perro", siendo "apuñalada" una y otra vez por un miembro grande y rigido, siempre me habia gustado mas que el sexo "convencional.
Esto siguio por varios minutos, El area siendo castigada deberia estar muy colorada, al menos la sensacion de aquello mi mente la sentia, al igual que sentia el placer inconmensurable, o la presion de mis dedos, que habian levantado la alfombra y la apretaban para intentar reducir el dolor mezclado con el placer. Ahora ademas de sus dedos, ocasionalmente podia sentir lo que inmediatamente presumi, y rapidamente confirme, era su lengua, siendo pasada de abajo - comenzando por el final inferior de mi concha - hacia arriba, hasta pasar el final de mi cola y todo entre medio.
Mi placer excedia cualquier cuantificable termino, ya no me importaba si gemir era una falta de respeto, mi cuerpo se negaba a tener control y ademas de fuertes gemidos ahora mi cuerpo comenzaba a temblar. De un momento a otro ella me hizo recostarme sobre el piso, acostandose con su peso encima de mi, ahora la tenia masturbandome profusamente, de forma desesperada, mientras mantenia una mordida concisa sobre mi cuello. Ella me demostraba que no eran necesarias tantas palabras para tener, transmitir y provocar placer, "menos es mas" como diria la famosa frase.
-Sabes lo que es "cum-denial" idiota? - me preguntó, sin dejar de masturbarme.
-No ama.. Expliqueme - le rogue, en medio de gritos y gemidos.
Dicho esto, ella se separo de mi, y sento en el sillon, yo me quede perpleja, y caliente en el lugar. Pude escuchar como se vestia,  y yo sentia la urgente necesidad de tener un orgasmo y descargar toda esa tension y placer sexual que mi cuerpo contenia. Cuando escuche que terminaba de ponerse el calzado, levante la cabeza mirando hacia donde estaba ella, para ser inmediatamente "recibida" por una tomada de pelo de parte de ella, empujandome la cabeza y mirada hacia arriba, y hacia sus ojos.
-Abrime, Ahora - volvia su tono autoritario, demandante.
-¿Por que me hizo eso ama? - le pregunte visiblemente frustrada, un poco enojada, y temblando por la aun no descargada necesidad de placer que nacia desde mi interior.
-¿Crees que necesito darte razones a vos? ¿ Y mas importante, crees merecerlas? - me dijo sin titubear
Con eso abandone mi intencion de que me diera una explicacion. me pare - lo que realmente me costo, ya que mis piernas no respondian a las ordenes que mi mente les daba - y tome las llaves de arriba de la mesa, vi que el celular ya no estaba, asi que lo habria tomado cuando se estaba vistiendo, le abri la puerta y sin saludarme se fue, bajando por las escaleras.
Yo de inmediato cerré la puerta, y sin dar un respiro, me apoye contra la misma, abriendo lo mas que pude mis piernas, manteniendome parada y procedi a masturbarme furiosamente, parecia como si estuviera castigando a mi cuerpo por no actuar como debido o algo asi, pero era la unica forma que mi mente formulo para lograr su cometido de descargar tanto placer contenido, y negado de salir previamente. No dure mas de 3 minutos, antes de acabar en copiosas cantidades, mezclando gritos, gemidos y el humedo sonido del entrar y salir de mis dedos en mi mojadisima concha.
Rapidamente luego de terminar de acabar todo lo que mantenia en mi cuerpo, mis piernas volvian a fallar, pero ahora mas pronunciadamente y debido a que mucha energia y fuerza se me fue en el orgasmo, de un momento a otro me deje caer, a un charco de mis propios fluidos. Tenia el pelo sobre mi cara, y entre mi agitada respiracion lo soplaba sacandolo por momentos de la misma. Pude sentir como mis pulsaciones se hacian prominentes y continuas, al mismo tiempo que tambien pude verlas a traves del hundir e inflar de mi pecho. Mis piernas tenian algunos espasmos nerviosos todavia, y yo estaba muy cansada.
Hoy conoci el termino "cum-denial" y el mismo dia hice una promesa conmigo misma y el mundo, de no hacer pasar a ninguna persona por tal martirio. Entendi que seria inutil levantarme e intentar seguir con mi dia, para mi ya habia terminado aunque fuera de mañana, ya casi mediodia. Me recoste sobre el aun fresco charco que habia hecho,tomando un almohadon del sillon, y pretendi quedarme dormida. 

Al principio no supe cuando me desperte, lo que sabia era que al menos el sol seguia dando calor. Me levante con un dejo de asco y algo pegoteada. Fui hasta al baño, a lavarme la cara, el pelo, y pasar mis manos humedas, un poco sobre mi cuerpo intentando no mojar todo en el proceso.
Una vez limpia, decidi que seria una buena idea el lavar el piso. Era de madera, y a pesar de que probablemente una gran proporcion se habria secado o sido absorbido por mis cuerpo, no estaria mal pasar un poco de cera. Busque en un pequeño cuarto de limpieza que habia armado los elementos para hacer la tarea, y luego volvi a la "escena del crimen".  Me puse un poco de musica y al cabo de unos quince o veinte minutos, el piso estaba impecable. Como forma de celebrar la tarea terminada, y de felicitaciones hacia mi, me servi en un vaso un poco de mi whisky y pase a tomarlo en el sillon, desnuda, apoyando la espalda sobre el respaldo, y las piernas estiradas con los pies apoyados en la pequeña mesa ratona.
Pensar en la vida de placeres y semi lujo que tenia, con muy poca responsabilidad, me daba mucha felicidad. Quien sabe que estaria estudiando ahora, donde estaria trabajando para poder sostenerme, sometiendome a un jefe o jefa insoportable y detestable.
Tenia la pequeña agenda con los numeros de mi clientela cerca de mi.  La abri y pude ver el primer nombre, el cual mi amiga habia anotado previamente a entregarmela,  el nombre era del misterioso Mariano, esa persona la cual ella me dijo que si me surgiera algun problema, el deberia ser a quien llame de forma inmediata. Hasta ahora nunca habia tenido razones para llamarlo, pero aun asi tuve ganas de conocerlo, asi que tome mi celular y marque el numero anotado.
-¿Hola Mariano? - le pregunté cuando parecia haber atendido.
-Hola Sofia, ¿Esta todo bien? En cinco minutos puedo estar en tu casa - hubieron dos cosas que me sorprendieron y ligeramente asustaron, una que supiera mi nombre, o me reconociera la voz sin siquiera haber hablado menos de un minuto. Y la segunda, fue que hubiera la posibilidad de que cumpliera esa "promesa".
-No, para, no es necesario, esta todo bien - le dije rapidamente para esfumar cualquier idea de que sus "servicios" - sean aquellos cuales fueran - sean necesarios en ese momento.
-Ah, no pasa nada, decime que se te ofrece entonces - me preguntó. Tenia una voz dulce, agradable y parecia "compradora".
-Mira... hace un largo tiempo que empece a trabajar, y que Laura me dio tu telefono, pero nunca te vi, no se quien sos, ni se realmente que haces y por que ella me recomendo que te llamara por si tuviera algun problema - le dije todas mis dudas e incertidumbres que tenia hacia el juntas.
-Como te dije, puedo estar en unos pocos minutos en tu casa y podemos hablar y conocernos con un cafe mediante, ¿Que te parece? - me volvio a ofrecer, pero esta vez con una clara motivacion diferente.
-Bueno dale, te espero - acepté y cortamos la llamada.
Rapidamente cai de nuevo en la conciencia de que no esta vestida como para recibir visitas. Dado que no iba a ser un cliente, al ir hasta mi cuarto, pense y elegi algo tranquilo. Iba a permanecer descalza, agarre un conjunto de ropa interior de algodon blanco magnolia, un short de color crema junto a un cinturon marron cedro con una hebilla plateada. Luego elegi una musculosa blanca, y por encima una camisa olgada de jean, arremangando las mangas por mis codos. Me termine de vestir y fui hacia al baño, a ver en que situacion estaba mi cabellera, por suerte nada grave que un poco de agua no pudiera resolver.
Al terminar con lo ultimo sonó el timbre de mi casa, fui rapido hacia el portero electrico y pude confirmar, tras preguntarle, que era Mariano, y si que cumplia con su palabra. Vi que no estaba solo, estaba acompañado de otros dos hombres. Estos ultimos, llevaban una vestimenta muy similar, lo que pude discernir como zapatos negros, al igual que un pantalon y un chaleco de vestir del mismo color. Por debajo llevaban una corbata roja y finalmente una camisa azul de mangas largas. Mariano, en su lugar, llevaba unos zapatos marrones, sin cordones, del estilo como se los llama "penny loafers", unos pantalones gris ceniza, y una camisa negra de mangas cortas, y para finalizar la vestimenta, un saco de color negro tambien. Pude ver que tenia al menos dos botones de la camisa en su parte superior sueltos, y dejaban ver una serie de cadenas decorativas que se apoyaban en su pecho.
Cuando presione el boton para activar la puerta y dejarlo pasar, El amablemente me pidio que bajara personalmente, me dijo que tenia sus razones, las cuales luego me explicaria y entenderia. Tomando las llaves asi lo hice y luego de esperar unos momentos el ascensor, baje y llegue hasta la planta baja, al acercarme hacia la puerta, pude entender como una imagen a traves de una pantalla puede mentir. El que adivine que era Mariano - y segundos despues lo confirmaria - deberia medir lo mismo que yo, o quizas algunos centimetros mas, y los otros dos hombres que lo acompañaban, no bajaban de los dos metros. Ninguno de los tres tenia un fisico de exhibicion, pero si muy evidentemente cuidado y trabajado.
-¿Hola que tal? Pense que venias solo - le dije, saludandolo y luego haciendole muestra de mi sorpresa.
-Todo muy bien, ¿Y vos? - me regreso el saludo con un beso en la mejilla - mira, si cuando vos me necesites, llego a estar solo, vas a tener aun mas problemas. Yo soy la cara visible, pero ellos vienen siempre conmigo - me explico.
Dejando a un lado las introducciones, lo invite a pasar, para luego ir juntos al ascensor, fui seguida por los tres hombres, hasta llegar a dicho lugar, alli, Mariano le indico a uno de sus acompañantes que se quedara en el hall de entrada, mientras que uno si se subio junto a nosotros.
Yo entendia cada vez menos, pero, ¿Yo que sabia? en este mundo, aunque ya haya pasado un largo tiempo, seguia siendo "virgen" para muchos estandares. Cuando finalmente llegamos a mi piso, y habiendo pasado primera - gracias a la caballerosidad de los dos hombres que me acompañaban - los conduje hasta mi departamento, y una vez alli les abri. Me sorprendi que ahora Mariano le indicaba al segundo hombre que habia venido con el, se quedara detras de la puerta esperando. Y terminamos siendo solo dos dentro de mi lugar.
-Como tomas el cafe? - le pregunte asi ya lo preparaba y podiamos sentarnos a hablar.
-Negro, sin azucar, muchas gracias - me indico y agradecio muy amablemente - ¿Puedo pasar a recorrer el lugar? Prometo no tocar nada, ni dejar algo fuera de su lugar - ahora el me preguntaba a mi y luego sonreia al hacer el ultimo chiste.
-Si claro, no hay drama, yo ahora llevo las cosas a la mesa.
Fue asi que el se aparto de mi vista, y por lo que escuchaba, mientras hacia el cafe, recorria mi departamento, con el tipico sonido de los tacos de madera de sus zapatos, hacer eco a cada paso. 
Minutos mas tarde, termine de hacer el cafe, y saque de una pequeña bolsa una bandeja con masas finas, que la verdad no me acuerdo de cuando eran, ni de donde las habia conseguido. Lleve todo hacia la mesa y lo presente. Al momento que iba a llamarlo, Mariano se aparecio para tomar asiento a mi lado.
-¿Que tan asustadiza sos? - me pregunto sin ningun tipo de contexto.
-Algo.. ¿Por que? - le pregunte, cauta de sus intenciones con esa pregunta.
Inmediatamente luego de escuchar esa respuesta de mi parte, tomando un sorbo de su cafe, se abrio el saco, corriendoselo de un lado, y me dejo la vista perfecta, a una funda que llevaba por debajo de un brazo, hacia el costado de su cuerpo y una pistola de color plateada, supuse cromada dentro de la misma.
-¿Y eso? - el ya habia captado mi atencion, y me habia generado una pequeña sensacion de miedo.
-No te preocupes, no tenes por que temer - me dijo al momento que se volvia a cerrar su prenda - eso es un elemento de trabajo, si llegaras a meterte en alguna situacion engorrosa que merezca un llamado a mi, es muy posible que las palabras no arreglen el asunto. Pero no es para usarla, salvo que la situacion realmente lo amerite, sino como valor de miedo.
-Y que lo digas.. El valor miedo ya me lo enfundiste a mi.. - le dije sinceramente.
-De verdad, no es la intencion, solo queria mostrarte de que trabajo, y bajo que "condiciones" - me lo dijo llevando una sonrisa a su rostro, supuse que intentaba calmarme - Mis dos acompañantes tambien llevan eso, pero es solo por seguridad, si las cosas se van de las manos, Muy rara vez las tuvimos que realmente usar.
-¿Tan pesada se puede poner una situacion que necesitan tres? - le pregunte honestamente "curiosa".
-A veces ni con tres alcanza, y en esos casos se recurre a la policia. Si, las cosas se pueden poner muy pesadas, con decirte "Trata de blancas" deberia darte una idea.
Mi tranquilidad no habia llegado del todo, se mantenia alejada por una buena distancia.
-¿Por que me pediste que baja en persona a abrirte? Tengo portero electrico..
-Ponete en la siguiente situacion, y Dios quiera que nunca llegues realmente a esto ; Estas con un cliente/a, por razon A o B, la situacion se descontrola, tenes miedo, y antes de que pase a mayores me llamas, yo vengo en cuestion de pocos minutos y llego, tirando la puerta abajo, con lo que recien viste, muy posiblemente entrando con uno de mis hombres tambien, en la misma posicion, forcejeamos con la otra persona, y luego de "deshacernos" de ella te vamos a buscar. Vos estas en un estado de shock, quizas te drogaron con algo, quizas no estes del todo consciente o no sé. ¿Como crees que reaccionarias viendo dos hombres muy altos, con armas, acercarte a vos, luego de eso? ¿Crees que vas a aceptar todo,entender todo y dejarte ser cuidada y rescatada? Se que todo esa situacion suena muy Hollywoodense, que no es necesario, pero que es mejor, ¿ Prevenir, o Curar?
-Entiendo algo de lo que me decis.. Pero aun asi no me responde la pregunta - le dije sincera, eso creia que habia sucedido.
-Si nos veias ahora, de pie, los tres juntos, nos podias reconocer las caras, la contextura fisica, y estar un poco mas comoda. En un estado general de shock, la mente busca freneticamente por lugares, cosas, caras,voces o lo que sea, que pueda reconocer, y asi encontrar un balance para comenzar a volver a la realidad. Fue todo un ejercicio para que eso tuviera efecto.
Luego de entender que todo era para mi bienestar, y de haber dejado pasar unos cuantos minutos despues de ver lo que escondia bajo sus prendas Mariano, encontre finalmente mi tranquilidad. Terminamos el cafe hablando de cosas mundanas, y sin mucha relevancia. Le agradeci que viniera,la charla y lo despedi entre risas, diciendole que ojala no lo necesitara ver nunca, risas las cuales el devolvio y lo vi irse junto a su hombre, que se habia quedado parado afuera.
Levante la mesa, y me puse a lavar todo lo que se habia usado que era poco. El sol daba sus ultimos rayos sobre la ciudad, y comenzaba la noche. Crei que lo mejor seria hablar con mi vecina, luego de saber estas cosas nuevas sobre Mariano, a que se dedicaba, y como solia realizar su trabajo.

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