Hermione y los juguetes mágicos (Fanfiction)

Quinto fanfiction de Harry Potter, con Hermione como protagonista en esta entrega.

Aclaración: Todos los personajes son mayores de 18 años, y esta historia no respeta ni el canon de los libros y/o películas. Sucede en una versión alternativa.

Por último, les dejo algunas imágenes fake de las protagonistas de esta entrega, Hermione y Ginny, espero que fans de la saga y casuales amantes de los relatos morbosos lo encuentren atractivo. Que disfruten! 😉



Hermione y los juguetes mágicos (Fanfiction)

Hermione y los juguetes mágicos (Fanfiction)

Hermione y los juguetes mágicos (Fanfiction)

Hermione y los juguetes mágicos (Fanfiction)

Hermione y los juguetes mágicos (Fanfiction)

Hermione y los juguetes mágicos (Fanfiction)




3er año no era lo que Hermione esperaba. Tras pelearse con Ron y Harry por pedir la confiscación de la Saeta de Fuego y las acusaciones a su gato Crookshanks, se sentía como en los primeros días de Hogwarts, cuando no tenía amigos, nadie le hablaba y las mismas compañeras le ponían apodos y la rechazaban por ser responsable y estudiosa.

Esos días sentía que Hogwarts estaba del revés, sus amigos no pensaban razonablemente al acusarla de irracional cuando había actuado pura y exclusivamente racional. ¿Esa escoba podía estar maldita y ella era la que estaba mal por pedir que la examinen? ¿Y querían castigar a un gato por actuar como tal? Por primera vez el templo del saber le parecía de la ignorancia… encima todos no paraban de hablar del Quidditch y la posible victoria de Gryffindor después de tantos años.

Una tarde se dirigía a las duchas tras pasar casi todo su tiempo libre en la biblioteca, donde ni Ron y Harry aparecían. Hogwarts tenía dos baños femeninos por casa con cubículos de duchas uno exclusivo de prefectos y capitanes. Era común que grupitos de amigas entraran para ocupar las duchas pero ella prefería entrar sola para darse un baño de inmersión.

- ¡Hey! ¡Hermione! ¿Cómo estás?- Se trataba de Ginny Weasley, con la que no hablaba desde hace tiempo por culpa de su aislamiento.

- Ginny, ¿cómo estás? – Se sorprendió saludándola con un beso. No pudo evitar pensar en lo lejana que parecía aquella noche en el Caldero Chorreante con Harry.

- ¿Esperas para ducharte?

- Sí, suele estar vacio a estas horas ¿Lo compartimos y matamos dos pájaros de un tiro?- Propuso algo resignada a perder unos veinte minutos de calma.

- ¡Perfecto! Solo espérame cinco minutos, tengo que traer algo para enseñarte, además de la ropa y mi toalla.

Hermione esperó al lado de la puerta más de quince minutos algo fastidiada, tras espantar a tres alumnas de segundo y dos de sexto que querían robarle el turno hasta que la pelirroja volvió risueña.

Las jovencitas entraron y bloquearon la puerta. Hermione abrió el agua caliente de la tina al fondo mientras preparaba su toalla y elementos de aseo. Cuando volteó Ginny estaba desnudándose como si fuera lo más natural del mundo.

- ¿Te darás un baño de inmersión? ¿Puedo acompañarte?- Quiso unirse Ginny sentada a borde de la tina, parecía que observaba a la castaña desvestirse con particular atención. Hermione aceptó, oliendo a leguas que sería un momento de señoritas que rompería la monotonía de su cursada.

- Espero que no te moleste la espuma, traje un líquido especial.- Informó Hermione.

- Para nada, es más, será un placer. Sera como bañarse el baño de prefectos, que según me dijo Percy, tiene un sistema de agua espumosa autónomo…- Hermione no pudo evitar notar que las curvas de Ginny eran menos sinuosas que en el episodio vivió junto a Harry y se lo hizo saber con tacto.

- No boba, no es que este comiendo menos, tras el baño te enseño de qué se trata. Te va a encantar.- La pelirroja se metió luego de meter un pie en el agua, Hermione notó que su vello púbico seguía igual de pelirrojo y se sonrojo por su caradurez. – Esta perfecta, vamos amiga, entra…

- Vaya, si nos descubren, esto es atrevido, aunque según me contaron, pasa seguido…- Informó Ginny resuelta.

Con ambas frente a frente se observaron unos segundos incomodas (sus piernas quedaban entrelazadas) y Hermione comenzó a comentarle sobre su semana desastrosa para romper el hielo, mientras se enjabonaba. Los temas se repetían incluso entre ellas, Sirius Black estaba causando pavor como si fuera una nueva bestia suelta de alguna otra cámara. Eso sumado a los Dementores rondando el castillo y la última oportunidad del capitán Wood de ganar la Copa de Quidditch las entretuvieron mientras limpiaban sus cuerpos y cabellos.

- ¿Es mucha molestia que me limpies la espalda, amiga?

- Para nada, luego limpia la mía…- La pelirroja se paró sensual como era y se sentó entre las piernas de Hermione, que le corrió el cabello y enjabonó su espalda blanca. Fue en cuestión de segundos que la chica sintió el agua calentarse sin tener algo que ver con su temperatura. Ver el agua caer de esa espalda aterciopelada y el jabón desnudarla una y otra vez estaba generando una reacción impensada. Sus pezones se endurecían cada vez más al rozarse contra esa piel blanca y pecosa en lo que sin dudas sería su primera experiencia 100% lésbica.

- Bueno, te toca a ti.- De manera lenta y pausada Hermione intercambió posiciones notando como Ginny la devoraba con la mirada.

Se posicionó entre sus piernas notando también las tetas de la pelirroja contra su espalda. Ginny la enjabonó y mojó con la esponja y luego usando sus manos como copas. Luego, desde atrás, tomó un poco de espuma y lo coloco en el cuello de Hermione para limpiarlo salpicándole chorritos de agua con las manos.

- Ginny, tengo una pregunta íntima que hacerte.- Susurró girando, procurando estar muy pegada a su amiga.

- Adelante, mientras sigo con lo mío.- Admitió interesada.

- Bueno, tú me acabas de ver desnuda ¿no?

- Claro.- Afirmó- hace dos segundos te vi todo, amiga jeje eso sin contar lo que ocurrió en la posada.

- Bueno, quería tu opinión sobre si debería rasurarme o no, digo, ¿crees que quede más bonita si me la depilo por completo abajo?- Preguntó risueña y sonrojada.

- Bueno, yo no creo que deberías.- Le dijo al oído, sintiendo la mano de la pelirroja descendiendo a su sexo.- Tienes un coñito hermoso…- Llegando con sus dedos a su bello, acariciándolo.- además de prolijo, me gusta el triangulito que tu bello forma…

- Bueno, no es tan lindo como el tuyo, a todos los vuelve locos una conchita pelirroja...- dijo mordiéndose el labio.

- Hermione… - La interrumpió- ¿Has estado con una chica antes?- Le preguntó en un susurró la pelirroja. Su amiga, ni lenta ni perezosa, le dio vuelta el rostro y le estampó un beso. No tenía sentido retrasar lo inevitable. – Bueno, bueno, lo decía porque conozco a alguien que te encuentra atractiva, pero no me parece mal, ya que estamos aquí…

- Ya sabíamos que pasaría, hay que experimentar cosas nuevas…

Ginny se dio vuelta y se sentó entrelazando el torso de Hermione con sus piernas. Sus labios se encontraron una y otra vez quedando el aseo de lado en un abrazo lésbico que parecía hacer bullir el agua.

- Me viene bien para aflojar tensiones.- Reconoció la castaña con la guardia baja, receptiva a ese tipo de situaciones.

- No puedo creer que las demás te vean como una comelibros cualquiera, me encanta tu mente abierta…- Hermione rió ante sus acertadas palabras.

- Los libros no son lo único que como, ni la mente es lo único que veras… bueno…- Ginny rió, al parecer no quería terminar la frase de manera tan soez así que la castaña se limitó a besarla e introducir su lengua en la boca. A pesar de tener unos años menos, Ginny había recorrido un camino más largo en el sendero de la pasión, su lengua era como una serpiente enloquecida en su boca, sus dientes eran habilidosos al morder su boca y estirar sus labios sin herirlos, sus manos se movían al ritmo perfecto al acariciar sus senos y descender a su vagina, que como si fuera suya, sabía cómo darle placer, frotándola en su totalidad desde el clítoris inflamado, hasta introducirse en la vulva como un guante, a ritmo perfecto, a la velocidad justa… al final de cada frotada su mano ingresaba más hondo dentro de su sexo hasta que la castaña sintió sus nudillos adentro, expandiéndola, dilatándola…

- Mmmm… Ginny, me estás haciendo olvidar a los chicos… eres buena pequeña putita…

- Nadie te conocerá tan bien como una mujer, no lo olvides, amiga.- Le susurró al oído mientras su mano se revolvía dentro de su vulva, poniéndole la piel de gallina mientras dos de sus dedos palanqueaban haciéndola retorcerse del goce. La lengua de Ginny descendió desde su oreja hacia su cuello y viajo directo a la teta, que golpeteó con su lengua en el pezón endureciéndolo de placer antes de succionarlo al igual que los hombros, como si esperara alimentarse de ellos.

Hermione necesitaba desahogar su cuerpo de esa manera y no se iba a quedar atrás. Aunque parecía no tener tanta experiencia como la pelirroja y quedó en shock por el ataque de las habilidosas manos de Ginny, no tardo en acariciar su vulva de fuego frotando el clítoris con sus dos yemas bajo el agua, provocando un chapoteo rítmico. Su mano tomó la forma de los cuernitos para introducir dos dedos a una velocidad pasmosa, superando la velocidad que alcanzaba ella al masturbarse en la soledad de la Sala Común…

- Eres rápida hija de puta, muy rápida…- La elogió entrecortada con gemidos.

Excitada, Ginny se incorporó de golpe salpicando todo y levanto una pierna para que Hermione la complaciera con un cunnilingus, el primero que hizo en su vida, sin embargo, tenía una estrategia infalible: hacerle todo lo que a ella le gustaba que le hicieran.

- Ooh Hermione, eres buena, condenadamente buena…- Admitió arqueando su cuello como si tuviera un ataque. Su clítoris estaba siendo succionado mientras dos dedos le revolvían el caldero de carne haciéndola chorrear sus jugos por toda la mano y hacia la tina.

Ginny tomó la cabellera de su amiga y se frotó todo el sexo en todo su rostro, bañándole el cutis de flujo, obligándola a hundir su boca en su vagina y frotar su cadera contra ella tan fuerte que su vulva parecía un gajo exprimiéndose, cuyos jugos se metían por su boca y nariz, sabiendo que recordaría la fragancia de su sexo por semanas.

- Muy bien, así me gustan mis amigas, sumisas y serviciales…- Jadeó la pelirroja, que la tomó fuerte del pelo, cruzó una pierna por delante, y la retuvo con fuerza contra su sexo por tanto tiempo que le suplico respirar.

Al terminar la tomó del rostro, la levantó, y le chupó la boca de forma tan obscena que parecía una muerta de sed hundiendo la boca en una jarra de agua helada.

- Ginny, te haces la santa pero te imagino con un traje de cuero negro… y te quedaría muy bien.- Confesó respirando como si hubiera corrido una maratón, aunque de cierta forma, sí había “corrido”.

- ¿Te gustaría ser mi esclava? ¿Mi puta personal?- Preguntó cachonda Ginny, aún con el placer del cunnilingus gravado en el rostro.

- A mí nadie me somete si luego no me devuelve favores…- Hermione se sentó en el borde de losa de la tina y abrió sus piernas en “v” enseñando el coñito abierto.

- Vamos, ama, la cena está servida y no perdonare que se enfríe…- Abriéndose los labios con los dedos. Ginny, presurosa, le introdujo dos dedos en el castigado orificio rosado para atacar a lengüetazos rítmicos su clítoris, bordeado de sensuales bellos castaños humedecidos. La muchacha retiró los dedos hechos aceite y los lamió como si estuviera embadurnados en mieles. Acto seguido, se dejó tomar del pelo como ella lo había hecho con Hermione, y pegoteó sus labios con los de su amiga, aunque no los de su boca precisamente.

- Así… así… hurga en mi concha, métemela hasta el fondo…- Jadeó como una perra al sentir la lengua de Ginny describiendo círculos como perdida en su sexo. Cuando sintió una marejada de placer prenderla fuego del vientre hacia afuera, la tomó con ambas manos y le roció la cara con el fruto de su placer, quedando en iguales o peores condiciones que ella. El olor a sexo era tan fuerte que de entrar alguien unos minutos después de ellas estarían en problemas.

- Amiga, se nota que hace bastante no tenías acción.- Dijo sorprendida Ginny, con la cara empapada.-
Y lo tenías añejado…- Informó al pasarse la lengua por los labios y lamerse los dedos.

- Calla, amiga, que no termine aún, eso fue el plato principal, aquí te tengo un pequeño postre.

Hermione se inclinó más hacia atrás y separo sus nalgas indicando dónde quería que pusiera su boca y lengua. Después de cómo la había tratado y de todo el tiempo que le respiro directamente de la vagina quería el servicio oral completo, y su ano no quedaría excluido del goce.

- Vamos, ven aquí, no se discrimina orificios.- Peticionó como si le hablara a una mascota.

- Para ti es fácil decirlo.- Le reprochó Ginny- Se ve que estás acostumbrada por como se lo hiciste a Harry, suertuda.- Traer ese recuerdo pasional, el último de la muchacha la hizo sonrojar.

- Cualquier trasero sirve de práctica, así que ahora basta de charla y a comer…

Ginny se inclino con una expresión juguetona, mirándola a los ojos mientras acercaba la nariz y olía el orificio como una cachorrita… Acto seguido pasó su lengua hasta que entro en confianza y lo lamió con ahínco.

- Mmm sí, sí, justo ahí, no te despegues del centro.- La apremió al sentir el húmedo y cálido contacto de su lengua en el centro del asterisco, que poco a poco, cedía. Hermione, más por placer que por venganza, la tomó de la colorada cabellera para apretarla contra su trasero y embriagarse de su fetiche anal.

Ginny se soltó por completo y estiro el ano con los dedos, describiendo círculos con su lengua, llegando a cada resquicio pero siempre terminando de manera abrupta en el centro. Hermione se frotó el clítoris compulsivamente haciendo brotar humedad ardiente de su coñito a una velocidad pasmosa mientras recibía el anilingus de su vida.

- ¡Vamos, Ginny, cómete mi trasero, cómetelo entero!- gimió en un nuevo orgasmo…

- Muy bien, si eso quieres, lo tendrás, putita.- Ginny la giró con una facilidad insólita y volvió a sumergirse en sus nalgas, reviviendo los recuerdos de cuando Harry había hecho la misma maniobra en la biblioteca. No sabía por qué ni le interesaban las razones, pero que se deleitaran con esa zona tan erógena y prohibida la enloquecía como pocas cosas.

La castaña meneo su cadera de abajo hacia arriba frotándose entera contra el rostro de su amiga, que temeraria, no dejaba de propinarle chupones y lengüetazos obscenos, por último la apretujó las nalgas las separó con fuerza y se sumergió una vez más entre balbuceos imperceptibles.

- Ahora me toca, conocerás lo que es hacerlo con una mujer, vamos.- Ginny emergió de las nalgas brillante de saliva y se posicionó frente a ella, con su vulva contra la de su amiga, ambas con una pierna alzada listas para la danza de las tijeras, se frotaron labios con labios incrementando el ritmo a medida que se sentían seguras. El agua comenzaba a menearse de un lado a otro inundando el baño. No quedaban rastros de espuma ni se sentían limpias, probablemente habían olvidado hasta que estaban en Hogwarts.

- Ahh, ahh, ahhh, mmm… no entendía que tenía de divertido hacerlo solo con una chica, pero…

- ¿Nunca te callas, verdad sabionda?- La reprimió besándola con tanta fuerza que Hermione tosió, se había ahogado con saliva y no suya precisamente. Inmisericorde, Ginny volvía a besarla conectando todos los labios que tenía a ella mientras sus lenguas se enroscaban y con una mano tomaban la pierna de la otra. Los bellos de distinto color y los labios parecían fundirse en un solo órgano erógeno compartido.

- ¡Me corro!- Chilló Ginny como nunca la escucho chillar.

- ¡Yo también!- Replicó Hermione que sentía como las vaginas empezaban a arder de flujo de una y de la otra, mezclándose unos jugos con otros y goteaban por las piernas…

La pellirroja, agotada como si la hubieran apaleado, se dejó caer sobre su amiga, sintiendo su pecho pequeño inhalar y exhalar inflándose como un globo.

- No puedo creerlo Ginny, eso fue… el mejor sexo que tuve en la vida.- Le confesó en un susurro apenas audible, con la mirada perdida de gozo.

- Hagámonos una promesa, nunca venirnos a menos, siempre buscar hacerlo mejor y mejor…nunca conformarnos con una experiencia normal.

- Va a ser difícil pero la sola idea de ser más atrevida que hoy… me excita.- Admitió.

Tras semejante llave sexual, las muchachas se asearon rápido (como para justificar el internado en el baño), limpiaron y ordenaron el sitio, saliendo disparadas sin siquiera mirar al grupo de chicas tan impacientes como extrañadas de tanto esperar y escuchar gemidos de placer. Hermione las escuchó cuchichear descaradas mientras otras se peleaban por ingresar al codiciado baño.

- No puedo creer que tenga que hacer la tarea, estoy hasta arriba de deberes y no creo que pueda concentrarme en años.- Explicó en la Sala Común, dónde había grupitos de alumnos irrelevantes ocupados en sus asuntos. Ni Harry o Ron estaban presentes.

- Sí, eso suele pasar. No todos los días se alinean los planetas aquí para que ocurra… lo que ocurrió.
Incluso te olvidaste de lo que iba a enseñarte.

- ¿Me ibas a enseñar más? ¡Ah cierto, tu truco para tener más grande las…!

- Shhhh, boba- La reprimió.- Te los mostrare esta noche, pasadas las doce. Baja aquí, que de seguro no hay nadie.- Propuso subiendo a su dormitorio

- Yo tengo tantos deberes que hacer…- Admitió Hermione preocupada, poniendo una mano en su giratiempo, casi de forma instintiva y pensando en usarlo para recuperar el par de horas perdidas.-
Voy a tratar de ponerme al día, de tratar…

Pero no pudo. Las líneas no se quedaban en su cabeza y lo que escribía estaba plagado de errores pensando en que le mostraría Ginny esa noche. De seguro se había agrandado las curvas mediante una poción, dado que no podía hacer un hechizo ese día. Solo hasta que llegó la hora pactada para un segundo encuentro con Ginny se sintió liberada.

Con veinte minutos de retraso y la curiosidad a modo de cafeína para mantenerse despierta, la pelirroja la sorprendió en un sillón amplio de cara a la chimenea, donde ardían mansamente unas brasas.

- Pensé que te habías ido a dormir…- Le reprimió.

- Me retrase porque Levander estaba contando una anécdota de lo más… bueno, al grano.-
Redireccionó al ver la cara de impaciencia de su amiga.- ¿Prometes no decirle a nadie lo que verás esta noche?

- Por supuesto tonta ¿Crees que lo que hicimos en el baño está permitido?

- Solo quería asegurarme, bien, el secreto de las curvas que tenía ese día es este…
Ginny sacó caja de madera prolija, de aspecto antiguo y la abrió con parsimonia, revelando un contenido de lo más insulso.

- ¿Qué son esas cosas? – Preguntó al ver un anillo, una esfera con una asidera y algo que parecía una nuez alargada. La pelirroja se mostró incrédula ante la decepción de la castaña.

- Dijiste que no le revelarías a nadie, recuérdalo. Estos productos, por decirles de una manera, no fueron aprobados por el ministerio, y dudo que lo hagan, se venden en pocas tiendas de contrabando y son muy, muy costosos.

- Ahora entiendo porque simplemente no me los enseñaste antes.- Se alarmó ante lo que veía, como si su exclusividad los explicara por sí misma.

- Esto, es un anillo extensor.- Enseñándole el anillo de color oscuro de obsidiana con una línea roja en el centro.- Al ponértelo y girarlo, tus curvas aumentan, si lo giras a la derecha, te agranda las tetas - Masajeándose una a modo de ilustración- Si lo giras hacia el otro lado, te expande las posaderas…

- No puedo creerlo, es magia muy avanzada Ginny – Se desencajó de sorpresa, mirando a todos lados con temor a ser descubierta ante tal artefacto- ¿Y cuanto dura el efecto?

- Varias horas, si lo sigues llevando no hace nada y deberás sacártelo y volverlo a poner para retomar el encantamiento. Al sacártelo el efecto desaparece ¿asombroso he?

- ¿Qué hay con esta esfera de hule y la semilla? – pregunto ansiosa.

- ¿Recuerdas las grajeas de todos los sabores?- Hermione asintió con una mirada escéptica- Bueno, imagina que te introduces esto- Sacando la esfera de su compartimiento con su asa triangular- y no sabes en lo que se convertirá dentro tuyo, no se llama multidildo por nada…

- Entonces, se convierte en un… ¿pene? ¿De cualquier tamaño?- Preguntó sin poder esconder un dejo de excitación y envidia. Esos dos juguetes mágicos debían valer oro y no había escuchado sobre nada parecido. En sus visitas Trucos de Circe había visto juguetes mágicos sexuales pero no eran tan milagrosos y hasta parecían baratijas gitanas.

- No solo se transforma en un pene, y no es el tamaño todo su encanto.- Acercándose misteriosa a su oído- se vuelve cualquier tipo de pene. De hecho, una sola vez lo use y se convirtió en pene de chico, si es que me entiendes.- Poniéndole la esfera e la mano.- Es una apuesta en la que no sabes que ganarás.

- Déjame ver si entendí… te lo pones y se transforma en lo que sea, puede ser algo como…

- Créeme, es todo un viaje y debes usarlo para entenderlo. – La interrumpió- La forma adquirida es aleatoria y por si te lo preguntas, puedes tener suerte y obtener un pene estándar o ser desafortunada y terminar con tres quilos y medio de dragón entre las piernas, si es que me explico.
Para eso tiene un mango, para una retirada de emergencia. El primer modelo no tenía de donde agarrarse y…

- Si, te explicas muy bien, entendí el punto.- Dejando el segundo juguete en su compartimiento, temiendo que se transformara por sí solo.- Suena a algo muy extremo, creo que por ahora los chicos me son suficientes.- Confesó.

Para su sorpresa, Ginny cerraba el compartimiento sin enseñar el tercer elemento. Hermione la retuvo y tras hacerle dudar, la más joven de los Weasley aceptó.

- Este es el más caro de todos y el único que no he usado ni sé si usare. Es una planta mágica, sus creadores la llamaron sodomía rafflesia.

Acercando la semilla al fuego, ante la luz se notaba que parecía una nuez de cáscara blanda de color verdoso.

- Es una especie híbrida, que es lo mismo que decir prohibida, es el hombre lobo del mundo de las plantas. Crece rápido, en pocas semanas y tiene una extraña adicción por… los orificios femeninos.

- ¡No me jodas! ¡Ginny, esto es muy…!

- ¡Cállate!- La reprimió nerviosa- Me la obsequiaron sus creadores, no pienso usarla aunque me aseguran que no es peligrosa, de hecho, el único peligro es que quienes la dejan crecer no necesitan de un hombre nunca más, ahí está el verdadero peligro, es demasiado placentera.

- Vaya, no puedo creerlo- Admitió como si hubiera participado en una atracción – Son juguetes de magia muy compleja, debieron de costarte una fortuna, Ginny.

- Bueno, aquí viene lo mejor.- Acercándose aún más, y susurrándole- Conozco a sus inventores, están en Hogwarts, tengo un trato con ellos y me los obsequian a cambio de… bueno, a cambio de que prueben estas cosas en mi primero.

- ¡¿Te volviste loca?!- Chilló antes que la callaran con las manos. Asustada, miró de soslayo a ambos lados con temor a ser encontrada in fraganti.

- Es más seguro de lo que crees, boba. Ellos saben crear cosas así, tienen experiencia y están vendiendo algunos productos en circuitos secretos precios exorbitantes, es un excelente trato y todos nos beneficiamos. – Se excusó- De no ser por esa alianza nunca habría ni soñado con estos juguetes a los que solo las familias ricas pueden acceder.

- Lo sé, te entiendo, Ginny, deben de ser fantásticos y confiables, pero no puedes ser una, conejilla de indias de magia experimental, probarlos en ti primero es peligroso, irresponsable y… ¿puedo hacer alguna prueba para ganarme algo?

Ambas rieron, ninguna se esperaba una petición así, hasta Hermione se alarmo con la lujuria de su petición, como si hubiera sido poseída por unos segundos y su voz usada por un ente.

- La calve de todo es el secreto. Si me juras y perjuras que quedara entre nosotras, puede que se los mencione y ellos me dirán si les interesa otra muñeca de pruebas. – A Hermione no le gustó el tono ejecutivo que su amiga adoptó pero le prometió guardar el secreto y ella mantenerla informada al respecto.

- Espera, ¿siguen haciendo pruebas? ¿Qué pueden regalarme a la primera? ¿Pudo saber quiénes son? Se me hace que son gente peligrosa.- Soltó casi sin darse cuenta de su paranoica perorata.

- Tranquila, amiga, tranquila.- La calmó enfática- hacen pruebas desde hace años, yo no he sido la única en prestarles servicios, y estos son solo algunas de las cosas que me dieron, la joya de mi corona, se podría decir. Si aceptan unirte a la alianza y todo marcha bien, tendrás tu paga.

Acto seguido Ginny se fue a dormir dejando a Hermione con cara de boba, incrédula ante el intrincado juego sexual que ocurría en las narices de todo Hogwarts, pero decidida a pertenecer a él.
En efecto, la pelirroja le dijo que tenía pactada una nueva prueba de productos y estaban interesados.

- Se emocionaron mucho cuando les dije que querías participar.

- ¿Si?- Dijo casi escupiendo la comida a la hora del almuerzo. Deseosa de saber de que se trataban las dichosas pruebas y hacerse con el premio.- Entonces no solo son de Hogwarts, sino que me conocen.-
Dilucidó animada.

- Bueno, eres la mejor amiga de Harry Potter ¿no? Obvio que te conocen.- Le aseguró.

- No estaría tan segura ahora- Admitió sin poder ocultar la pena. En esos días estaba más distante con sus amigos que nunca, y su amistad con Ron parecía irreconciliable a no ser que le hiciera olvidar toda la existencia de Scabbers en su mente.- ¿Pudo saber quiénes son o que van a probar ahora?

- No puedo decírtelo, pero no debes alarmarte, es una prueba de rutina de productos sencillos… ya lo verás.- Dejándola con la duda al marcharse con sus amigos. Solo le había indicado la hora y el lugar, y que estuviera “presentable”

- Faltan 4 días, mierda…- Dijo para sí misma sirviéndose más pudín solo porque estaba muy ansiosa e impaciente.

Sin embargo, como solía ocurrir en Hogwarts, Hermione estuvo tan saturada de estudios y materias que el día pactado con su lujuriosa amiga llegó casi en un parpadeo. No podía distraerse tanto, su mente debía permanecer enfocada por ella y también por Mc Gonagall, que le había confiado uno de los artefactos más preciados: el giratiempo, necesario para que pudiera dar a vasto con las exhaustivas clases.

La chica, en su sabiduría, tenía guardado el uniforme escolar de años anteriores que le quedaba en extremo ajustado: la camisa le remarcaba hasta los pezones y la pollera apenas traspasaba sus nalgas. Sus piernas llevaban las medias cortas enseñándolas impúdicamente. Ginny la esperó en la Sala Común a la 2 de la madrugada y partieron rumbo al sitio de pruebas en silencio y sin una pizca de sueño, extasiadas de aventura. La pelirroja había pensado lo mismo que ella y lucía un uniforme no reglamentario bajo la desabrida túnica negra.

- ¿Lista para ganarte el sustento?- Le susurró licenciosa.

- Por supuesto.- Contestó determinada.

- Más vale que no te mees encima he…- La retó diciéndole la clave a la Dama Gorda que las dejo pasar muy desconfiada con el pernoctar del dúo.

- Tienes miedo de que te deje sin trabajo, soy la mejor en lo que me propongo.- La desafió soberbia antes de sucumbir al silencio de la noche en el castillo. Hogwarts ejerció como un embrujo silenciador sobre las jovencitas, que trotaron procurando no hacer sonar sus pasos.

El dúo precoz recorrió la escuela hasta llegar a una de las dos aulas abandonadas del primer piso, moviéndose de sombra entre sombra, eludiendo cualquier fuente de sonido como Peeves que jugaba al Quidditch usando el casco de una armadura, arrojándolo a una puerta como si fuera un aro, demasiado entretenido con su estruendoso juego como para notar a las jóvenes escurriéndose por un lado.

- Bien, es aquí, espera que toque de la manera secreta…- Afirmó observando al poltergeist con desconfianza. Llegaron por fin y Ginny dio un golpe seco en la parte alta de la puerta, un segundo en su centro, y por último en la base con el pie.

Se escucharon varios pasos que alarmaron a Hermione, impaciente por tener esa nueva aventura y a la vez temerosa de encontrarse entre una multitud haciendo cosas que nunca hizo en grupo. Ginny, en su indecencia se había negado a darle datos vitales, como cuantos creadores de juguetes eran, quienes eran o que probarían esa noche.

- Ahora vamos a ver si serás la mejor, amiga.- La animó Ginny ante un dúo de varones que las invitaba a pasar con énfasis.

- Bienvenidas señoritas, pasen, pasen, ahora que no pasa nadie…

- Tuvimos que espantar a Peeves, ese engendro casi nos arroja la cabeza de una armadura.

Ginny empezó a reír a carcajadas al ver la cara de sorpresa que puso Hermione al ver a los inventores. Aunque era imposible sintió que su boca descendía hasta el suelo al ver a los gemelos Weasley, hermanos de Ginny, dándoles la bienvenida para hacer toda clase de cochinadas.

- ¿Lista para un nuevo tipo de espectáculo, Hermione?- Preguntó entre risitas, sin poder sacar de la parálisis a la castaña.

- Me imagino que no nos darás problemas ¿verdad?- Desconfió Fred.- Nuestra hermanita nos dijo que estabas decidida.

- Yo no haría escándalo, no tenemos piedad con los soplones.- Amenazó George. Hermione seguía petrificada como cuando el basilisco la había sorprendido el año anterior, hasta que por fin se expresó.

- ¿Yo soplona? Más vale que me den una buena recompensa, hagan las pruebas que tengan que hacer, yo me las sabré ganar…

La túnica oscura cayó al suelo dejando ver en esa aula abandonada su cuerpo sensual y su escandaloso atuendo. Ginny y los gemelos sonrieron complacidos. Tenían una noche plagada de diversión y morbo por delante.


Gracias por leer! 😉 espero que les haya gustado. No se olviden de comentar o puntuar. La secuela está en proceso :D

Entregas anteriores...

1 - http://www.poringa.net/posts/relatos/3144848/Fanfiction-de-Harry-Potter-La-lujuria-de-Hermione-Granger.html

2 - http://www.poringa.net/posts/relatos/3151396/Fanfiction-de-Harry-Potter-La-deuda-de-Hermione.html#comment-153507

3 - http://www.poringa.net/posts/relatos/3199951/Fanfiction-de-Harry-Potter-Hermione-y-La-Pocion-Multijugos.html

4 - http://www.poringa.net/posts/relatos/3242040/Fanfiction-de-Harry-Potter-Hermione-y-el-regalo-sorpresa.html


Hermione y los juguetes mágicos (Fanfiction)

0 comentarios - Hermione y los juguetes mágicos (Fanfiction)