Era aquel año ’97, no era muy distinta al ahora salvo por la ausencia de mis tatuajes y pechos que aún no me había operado. Habían pasado pocos días de la vez en la que cogí con Diego haciendo cornudo a Javier. Con Javier estabamos muy bien, como novio y pareja siempre fue el mejor pero estaba lejos de competir en la cama con Diego u otro novio que haya tenido antes.
Le faltaba experiencia pero como buena novia y zorrita (por algo mi tatuaje de zorra que me hice años más tarde) no iba a dejar las cosas así nomas, de a poco lo fui entrenando. Me di cuenta que una buena previa me aseguraba una pija bien dura y cogía mejor, le gustaba que fuera sucia, puta, cochina, a mi me encantaba así que el gozo era mayor.
Haber estado con Diego los días anteriores también me hizo bien y controlo un incendio interno, pero era solo, una llama controlada que más pronto que tarde me quemaría y tendría que atender. Haber estado con él me dio el morbo, no solo había hecho cornudo a mi novio, si no que me había encantado y que la idea de volver a estar con él o con otro me invadía cada vez más la cabeza pero a la vez me acercaba más a Javier. Una especie de morbo de hacerlo cornudo, de ternura ante su inconsciente situación y a la vez una culpa que me hacía ser más dulce y amorosa con él.
Mi situación se complicaba más al punto en el que estaba con él y me imaginaba con alguien más pero con Javier participando. “Capaz que si el esta y es parte, yo pueda gozar, el también y no me invada la culpa” me decía a mí misma, pero todavía no me sentía segura de plantearselo al menos no directamente, sabía que mejor era plantar la semillita, irla regando y disfrutar de las frutos de mi trabajo, suena tan manipulador que me daba cosa pero sabía que así lo lograría, a Javier no lo quería perder pero tenía que gozar más, más y más!
En un noche de aquel año me junte con él, me quede en su casa a ver un VHS de una película de terror que lo que menos tenía era terror, una película muy mala de esas que a él les encanta. Tenía una trama rara, sobre gente que controlaba los sueños o la imaginación, algo así. Para ser sincera, mientras él la miraba yo solo me dedicaba a mirar la nada, cariciandolo suavemente y pensando en todo lo que pasaba en aquel momento.
Decidí entrar en acción, me subí encima suyo, me acerque a sus labios y entralazamos nuestras lenguas en un largo beso, quería sentirlo, tenerlo, y que supiera que era suya y no de alguien más.
-Me amas? Le pregunte mirandolo a los ojos después de ese largo beso
-Claro mi amor, sos mi vida
Para mi tener su aprobación era más que suficiente, seguí con mis besos, besando sus labios, sus cachetes, su cuello, acariciandolo por completo mientras sentía como sus manos recorrían mi espalda para terminar tomandome firme de mi cola. Baje lentamente hasta llegar a sus pantalones y bajarlo por completo para dejar ver una verga que latía y se agigantaba antes mis ojos.
-Si hay algo que sabes hacer es chupar bien la pija- me decía a la vez que agarro su verga aun algo blanda y la sacudía cerca de mi cara.
Me acerque a ella y saque mi lengua sacando a lucir aquel piercing plateado que aún conservo. Javi me tomaba del pelo y me daba golpes en ella con su pija, estaba deliciosa, tenía ese sabor a pija que una pija debe tener, ese olor, ese gusto!
La pija de Javi no era grande, unos 16 cm y pareja, con una cabeza que no apenas era un poco más ancha que el tronco. También tenía la forma de una banana (apuntando hacía abajo). Para mi esto no era un problema, nunca fue muy exigente con las pijas (aunque quien no quiere más) la cosa es saber usarla y Javi conmigo iba a aprender.
Me la metí en la boca por completo y empecé con un pete de esos que todos mis novios elogian y como a Javi tanto le gustan: Chupones, escupitajos, mordiditas y mi mano que subía y bajaba hasta ponerla bien dura.
-Te gusta mi amor? No sabes como me gusta chupar pijas!
-Te gusta putita? Chupabas muchas pijas antes?
Esa pregunta hizo un click en mi cabeza y me di cuenta que ahora era la cosa.
-Si mi amor, me encantaba chuparle la pija a mis novios, soy una puta- le decía a la vez que lo miraba con la mejor cara de trola que tenía
En su verga escurría toda mi saliva que luego lamia y volvía a escupir, también hice lugar para sus testiculos que me metí por completos en mi boca a la vez que mi manos apretaba con fuerza esa pija que se había puesto dura como nunca antes
-El otro día me chupe una rica pija porque estaba bien caliente y si pudiera me comería una pija distinta todos los días.
Su actitud me sorprendio! Al largar un “Que rico mi amor, si vos sos una gorda puta”. Mi corazón se alegró y empecé a chuparla con mucha pasión, los gemidos de Javi eran una buena señal y todo parecía estar de 10, su verga se había puesto dura como nunca antes. “Pero esta es la pija de mi novio, mi favorita” y seguí con mi trabajo, separe bien sus piernas y lamia todo, desde la cabeza y hasta por debajo de sus huevos.
-Esta lubricadita mi amor? La quiero meter!!
No dije nada, nos desnudamos casi arrancandonos de la ropa y me acoste a su lado, abriendo bien las piernas para tenerlo encima de mí y sentir de una vez por toda aquella pija dentro mío. Javi se puso encima y nos comimos la lengua mientras sentía como frotaba su pene sobre los labios de mi cada vez más húmeda conchita. De a poco empezó a meterla y mis besos se hicieron mordidas, ya sin darme cuenta lo tenía encima de mí dandomé embestidas y gimiendo entre besos y besos en un delicioso misionero.
Con mis piernas los abrazaba y con las uñas de mis manos rasguñaba su delicada espalda. Su boca se fue a mi cuello y le suplicaba que me penetrara como me hacían aquellos, “Dale mi amor, cogeme me hicieron el otro día, dale que esta puta es tuya!”. Parecía que esto lo enloquecía y lo llevaba a dar lo mejor de sí, acerco su boca a mi oido y entre embestidas me dijo algo que ahora me hacía rendir y enloquecer a mi “no sabes cómo me gusta que mi novia sea una puta” y respondí con un “muy puta pero solo tuya!”. Por primera vez estaba perdida y completamente excitada con él en la cama, de solo recordar como esa verga bien lubricada por mi boca recorría el interior de aquella concha que no extrañaba para nada a Diego. Por fin con Javi ahora no era solo una cuestión de amor, si no de sexo y del bueno.
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Así estuvimos y Javi ya me estaba penetrando a un ritmo desenfrenado al igual que nuestros gemidos “por favor no vayas a acabar mi amor, todavía no” le suplicaba pero estaba desesperado, tuve que hacer fuerza y voltearlo. Lo puse Boca arriba y me senté encima de él, ahora yo llevaría el ritmo.
-Te voy a dar como le hago a los otros
-Dale mi amor, a ver como sos de putita!
Esta pose siempre fue su favorita y la enorme sonrisa que tenía me encantaba. Lo tome de las manos y empecé a darle sentones. Meneaba bien mi cola al ritmo que subía y bajaba cada vez más rápido, mis pequeños senos con sus enormes aureolas se movían al ritmo de mis brincos mientras decía: “ahora si mi amor, hasta que no acabe no voy a parar de cogerte!”
Aumentaba mi ritmo, lo bajaba un poco, lo volvía a subir y todo para atrasar el premio final: nuestros orgasmos una conchita llena de aquel semen. Después de un rato largo no quise aguantar más y le dí con todo, no paré hasta que estallamos y sentí como unos chorrazos de leche inundaron mi interior, pero su acabada no fue el final, solte una de sus manos y acaricie mi clitoris, no hicieron falta más que unos segundos para sentir estremecer mi cuerpo.
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Saque su pija de mi interior y sentí como acabe al largar pequeños chorritos por todos lados con mi orgasmo. Hacía tiempo (incluso desde la última vez con Diego) que no sentía un orgasmo tan poderoso! Acabe rendida y caí desplomada encima de Javi que me envolvió con sus brazos y me abrazo fuertemente, lo abrace y nos dimos un largo beso.
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Así nos quedamos por horas, nos tapamos y nos quedamos pegados, acariciándonos y diciéndonos lo mucho que nos amábamos. El calor de la lujuria había bajado y ahora era el calor del amor el que nos envolvía. Mi conchita había bajado la calentura y solo sentía en la entrepierna el semen de Javi que se secaba de a poco, su pene había quedado pequeño como nunca lo había visto, por primera vez estábamos desnudos, de esa manera, lejos de todo lo sexual.
-Sole, te gusto?
-Si mi amor, a vos?
-Mucho! Jaja me calento un poco eso de que cogias con otro, más vale que sea mentira eh, si no! jaja
–lanzaba una risita a la vez que me daba una inocente nalgada.
Sonreí y acaricié su rostro mientras que en mi interior pensaba “Bueno…creo que hay que hablar de ciertas cosas”
Le faltaba experiencia pero como buena novia y zorrita (por algo mi tatuaje de zorra que me hice años más tarde) no iba a dejar las cosas así nomas, de a poco lo fui entrenando. Me di cuenta que una buena previa me aseguraba una pija bien dura y cogía mejor, le gustaba que fuera sucia, puta, cochina, a mi me encantaba así que el gozo era mayor.
Haber estado con Diego los días anteriores también me hizo bien y controlo un incendio interno, pero era solo, una llama controlada que más pronto que tarde me quemaría y tendría que atender. Haber estado con él me dio el morbo, no solo había hecho cornudo a mi novio, si no que me había encantado y que la idea de volver a estar con él o con otro me invadía cada vez más la cabeza pero a la vez me acercaba más a Javier. Una especie de morbo de hacerlo cornudo, de ternura ante su inconsciente situación y a la vez una culpa que me hacía ser más dulce y amorosa con él.
Mi situación se complicaba más al punto en el que estaba con él y me imaginaba con alguien más pero con Javier participando. “Capaz que si el esta y es parte, yo pueda gozar, el también y no me invada la culpa” me decía a mí misma, pero todavía no me sentía segura de plantearselo al menos no directamente, sabía que mejor era plantar la semillita, irla regando y disfrutar de las frutos de mi trabajo, suena tan manipulador que me daba cosa pero sabía que así lo lograría, a Javier no lo quería perder pero tenía que gozar más, más y más!
En un noche de aquel año me junte con él, me quede en su casa a ver un VHS de una película de terror que lo que menos tenía era terror, una película muy mala de esas que a él les encanta. Tenía una trama rara, sobre gente que controlaba los sueños o la imaginación, algo así. Para ser sincera, mientras él la miraba yo solo me dedicaba a mirar la nada, cariciandolo suavemente y pensando en todo lo que pasaba en aquel momento.
Decidí entrar en acción, me subí encima suyo, me acerque a sus labios y entralazamos nuestras lenguas en un largo beso, quería sentirlo, tenerlo, y que supiera que era suya y no de alguien más.
-Me amas? Le pregunte mirandolo a los ojos después de ese largo beso
-Claro mi amor, sos mi vida
Para mi tener su aprobación era más que suficiente, seguí con mis besos, besando sus labios, sus cachetes, su cuello, acariciandolo por completo mientras sentía como sus manos recorrían mi espalda para terminar tomandome firme de mi cola. Baje lentamente hasta llegar a sus pantalones y bajarlo por completo para dejar ver una verga que latía y se agigantaba antes mis ojos.
-Si hay algo que sabes hacer es chupar bien la pija- me decía a la vez que agarro su verga aun algo blanda y la sacudía cerca de mi cara.
Me acerque a ella y saque mi lengua sacando a lucir aquel piercing plateado que aún conservo. Javi me tomaba del pelo y me daba golpes en ella con su pija, estaba deliciosa, tenía ese sabor a pija que una pija debe tener, ese olor, ese gusto!
La pija de Javi no era grande, unos 16 cm y pareja, con una cabeza que no apenas era un poco más ancha que el tronco. También tenía la forma de una banana (apuntando hacía abajo). Para mi esto no era un problema, nunca fue muy exigente con las pijas (aunque quien no quiere más) la cosa es saber usarla y Javi conmigo iba a aprender.
Me la metí en la boca por completo y empecé con un pete de esos que todos mis novios elogian y como a Javi tanto le gustan: Chupones, escupitajos, mordiditas y mi mano que subía y bajaba hasta ponerla bien dura.
-Te gusta mi amor? No sabes como me gusta chupar pijas!
-Te gusta putita? Chupabas muchas pijas antes?
Esa pregunta hizo un click en mi cabeza y me di cuenta que ahora era la cosa.
-Si mi amor, me encantaba chuparle la pija a mis novios, soy una puta- le decía a la vez que lo miraba con la mejor cara de trola que tenía
En su verga escurría toda mi saliva que luego lamia y volvía a escupir, también hice lugar para sus testiculos que me metí por completos en mi boca a la vez que mi manos apretaba con fuerza esa pija que se había puesto dura como nunca antes
-El otro día me chupe una rica pija porque estaba bien caliente y si pudiera me comería una pija distinta todos los días.
Su actitud me sorprendio! Al largar un “Que rico mi amor, si vos sos una gorda puta”. Mi corazón se alegró y empecé a chuparla con mucha pasión, los gemidos de Javi eran una buena señal y todo parecía estar de 10, su verga se había puesto dura como nunca antes. “Pero esta es la pija de mi novio, mi favorita” y seguí con mi trabajo, separe bien sus piernas y lamia todo, desde la cabeza y hasta por debajo de sus huevos.
-Esta lubricadita mi amor? La quiero meter!!
No dije nada, nos desnudamos casi arrancandonos de la ropa y me acoste a su lado, abriendo bien las piernas para tenerlo encima de mí y sentir de una vez por toda aquella pija dentro mío. Javi se puso encima y nos comimos la lengua mientras sentía como frotaba su pene sobre los labios de mi cada vez más húmeda conchita. De a poco empezó a meterla y mis besos se hicieron mordidas, ya sin darme cuenta lo tenía encima de mí dandomé embestidas y gimiendo entre besos y besos en un delicioso misionero.
Con mis piernas los abrazaba y con las uñas de mis manos rasguñaba su delicada espalda. Su boca se fue a mi cuello y le suplicaba que me penetrara como me hacían aquellos, “Dale mi amor, cogeme me hicieron el otro día, dale que esta puta es tuya!”. Parecía que esto lo enloquecía y lo llevaba a dar lo mejor de sí, acerco su boca a mi oido y entre embestidas me dijo algo que ahora me hacía rendir y enloquecer a mi “no sabes cómo me gusta que mi novia sea una puta” y respondí con un “muy puta pero solo tuya!”. Por primera vez estaba perdida y completamente excitada con él en la cama, de solo recordar como esa verga bien lubricada por mi boca recorría el interior de aquella concha que no extrañaba para nada a Diego. Por fin con Javi ahora no era solo una cuestión de amor, si no de sexo y del bueno.
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-Te voy a dar como le hago a los otros
-Dale mi amor, a ver como sos de putita!
Esta pose siempre fue su favorita y la enorme sonrisa que tenía me encantaba. Lo tome de las manos y empecé a darle sentones. Meneaba bien mi cola al ritmo que subía y bajaba cada vez más rápido, mis pequeños senos con sus enormes aureolas se movían al ritmo de mis brincos mientras decía: “ahora si mi amor, hasta que no acabe no voy a parar de cogerte!”
Aumentaba mi ritmo, lo bajaba un poco, lo volvía a subir y todo para atrasar el premio final: nuestros orgasmos una conchita llena de aquel semen. Después de un rato largo no quise aguantar más y le dí con todo, no paré hasta que estallamos y sentí como unos chorrazos de leche inundaron mi interior, pero su acabada no fue el final, solte una de sus manos y acaricie mi clitoris, no hicieron falta más que unos segundos para sentir estremecer mi cuerpo.
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-Sole, te gusto?
-Si mi amor, a vos?
-Mucho! Jaja me calento un poco eso de que cogias con otro, más vale que sea mentira eh, si no! jaja
–lanzaba una risita a la vez que me daba una inocente nalgada.
Sonreí y acaricié su rostro mientras que en mi interior pensaba “Bueno…creo que hay que hablar de ciertas cosas”
6 comentarios - Como hice cornudo a mi marido: preparando el terreno
Muy buen relato!!!
Quiero maaaaaaassssss