Mí timidez y mis tías 31

Mi prima Lisa estuvo inquieta toda la semana, la idea de la fiesta de cumpleaños de Mónica y Andrea le tenía completamente ida, sabía que no podía confiar en su amiga Elena, era esa clase de chica que movía a todo el mundo pero luego con una excusa escurría el bulto, mi prima al contrario era muy meticulosa, no quería dejar ningún cabo suelto y que a última hora fallara todo, además no era solamente una fiesta de cumpleaños con una tarta y velas, era una fiesta de chicas veinte añeras la mayoría y que prometía mucho.
Le estuvo llamando a Elena varias veces para saber cómo había quedado con sus hermanos, siempre le daba algún pretexto pero no concretaba nada.
Lisa tenía mucho interés, sabía que yo no le iba a fallar, pero un chico entre cuatro chicas desmelenadas se podía quedar corto y a mí hacerme polvo.
A los hermanos de Elena los conocía pero vagamente, los había visto alguna vez que habían coincidido en su casa, pero no sabía nada de ellos, ni habían salido nunca, Alex el más joven era un año más pequeño que Elena, era bastante reservado, muy formal y estudioso, a priori se presentaba difícil convencerlo en meterlo en una fiesta de chicas sin más y a Ginés aún lo había conocido menos, tenía 23 años y iba a su bola con chicas de su edad o incluso mayores pues además de tener un cuerpo muy bien formado era guapo y sobre todo simpático, era el típico chico que iba rodeado siempre de las más guapas, no creía que se iba a entretener con aquellas jovencitas que posiblemente solo querían hacer una lucha de almohadas o jugar al monopoly.
De todas formas Lisa no se rendía a cada momento le llamaba a Elena, aquella ya estaba acorralada y no sabía que argumento darle hasta que no tuvo más remedio que prometerle que se lo iba a proponer a sus hermanos, de todas formas ya le advirtió a Lisa que sus hermanos solo la habían visto todo lo más en bikini en la playa y como mucho alguna vez una teta si se le había salido por alguna ola, o sea que no tenían mucha complicidad entre ellos, además que para ella solo eran sus hermanos.
Lisa no se conformaba con estas advertencias e insistía.
Por fin Elena le llamó a mi prima, por la forma de contestar de Lisa ya supuse que había una esperanza, Alex había consentido porque no había ido nunca a un cumpleaños de gente joven, siempre estudiando y Ginés sin nada de interés accedió bajo la insistencia de su hermana convencido de que iba a ser un rollo de tarde, de todas formas puso como condición que si le salía un lío con una tía buena, nos dejaba plantados y se iba a follar con ella.
Elena tuvo que ceder, de todas formas era más de lo que se esperaba y a Lisa le pareció suficiente, cruzó los dedos para que no se complicara a última hora.
Elena como tenía más tiempo se encargó de los regalos y de toda la decoración, las gemelas solo sabían que iban las chicas y no se esperaban nada más que una tarta y alguna broma.
Cuando llegamos los cinco las gemelas se quedaron sorprendidas, les encantó la idea de verme a mí con ellas pero se quedaron cortadas al ver a los hermanos de Elena, sobre todo a Ginés que era muy corpulento y atlético, rápidamente fueron a su habitación y cambiaron la disposición de los muebles haciendo más sitio para todos, la habitación de por si era muy grande, su padre ganaba dinero con el concesionario de coches y se había construidos un chalet sin escatimar nada.
En un momento las chicas se ocuparon de colgar las guirnaldas que habían comprado, los globos y demás detalles, nosotros sacamos las bebidas y las preparamos con los aperitivos, luego nos servimos unos tragos para entrar en situación y salimos al jardín.
Estuvimos bromeando y conociéndonos, no supimos de donde pero entre dos setos apareció Elisa, la madre de las gemelas, nos quedamos los tres helados, creíamos que estábamos solos y algún comentario un poco subido de tono se nos había escapado y podía haberlo oído su madre,
Elisa hizo su aparición a su estilo, venía de tomar el sol sobre el césped de la piscina e iba envuelta en una toalla gigante, el pelo medio mojado y alborotado y aunque no iba nada maquillada por supuesto se marcaban la línea de los labios perfectos y los ojos enmarcados por unas cejas y estañas impresionantes.
Yo ya sabía lo que se escondía bajo la toalla, pero los hermanos lo descubrieron cuando Elisa se presentó y soltó una esquina de la prenda, solo fue un segundo pero el escueto bikini que ocultaba solo el pezón y el lacito que sujetaba la braguita les dio una idea del resto, a mi como ya me conocía me dio un piquito en los labios, mientras que con Ginés se extendió más y lo abrazó pegándose literalmente a él, incluso antes de decirle como se llamaba.
Se excusó de no habernos avisado, pero nos prometió que nos dejaría tranquilos con la fiesta de sus hijas, luego haciéndole una carantoña a Alex se despidió como había venido.
Los hermanos me acribillaron a preguntas, solo les conté que habíamos coincidido un día a comer en el chalet.
Cuando volvimos con las chicas habían cambiado el aspecto de la habitación totalmente, la cama arrimada a la pared y una serie de sillas y almohadones por el suelo que habían cubierto con una gran alfombra, en una mesita estaban las bebidas, el hielo y los aperitivos.
Rápidamente Elena se encargó de servir las bebidas, las primeras se engulleron casi de un trago, luego se iban espaciando pero la proporción de hielo y cola iba cambiando, casi todo era licor, la alegría iba en aumento, los 19 años que cumplían las gemelas era motivo para celebrarlo y pronto se puso música, bailes latinos, por ultimo ya se iban sentando en los almohadones y dedicándose al vaso más que al movimiento.
Elena fue la que viendo que se bajaba el ambiente intentó reavivarlo, propuso los juegos clásicos, pronto una botella salió al centro y se iban pagando las prendas que resultaban más o menos inocentes.
Decididamente nos estábamos aburriendo, los hermanos uno por una cosa y otro por otra ya miraban el reloj con frecuencia, una idea de Lisa levantó el interés…
-       Vamos chicos esto parece un velatorio, vamos a hacer un concurso, os parece?
Todos por deferencia a la intención nos incorporamos y demostramos interés.
-       Como somos mayoría las chicas, los chicos van a tener que adivinar quién es quién, y lo más importante es que no se puede hablar ni chivarse, se anotará en esta cartulina cada opinión y luego habrán premios a los ganadores.
-       Vale Lisa – dijo Elena – pero hay quien tiene ventaja, mis hermanos me han visto alguna vez a mí y Manu te ha visto a ti.
-       También he pensado en esto, por eso vamos a apagar las luces y cerrar las ventanas, nadie verá nada, vale?
-       Vale, en principio parece divertido – dijo Ginés.
Las chicas nos hicieron girarnos, nos llenamos los vasos mientras esperábamos, ellas cuchicheaban a nuestras espaldas.
Cerraron las ventanas y todas las luces.
Cuando nos volvimos no se veía nada, habían puesto unan sabana de parte a parte a la altura de sus cinturas y otra a la de sus caras, solo se veían apenas sus tetas, cuatro pares de tetas todas diferentes y todas apetecibles.
Ginés fue el primero en hablar.
-       Una pregunta, se pueden tocar?
Hubo un silencio, pero al final una voz dijo…
-       Bueno, sí pero sin pasarse eh?
-       Nos pusimos frente a ellas, no sabíamos por dónde empezar, yo con buena luz las conocía a todas, me las había comido a cada una de ellas, pero en plena oscuridad era diferente, Ginés el más osado se apropió de una teta y la acarició, la levantó y la apretó sacándole el pezón, la chica se oía como suspiraba pero no quería darse a conocer y aguantó, hasta que Ginés le lamió el pezón y se le hizo doble grande.
-       Eh! Eso no vale.
-       Que ha pasado? Preguntó otra.
-       Me ha chupado el pezón.
-       Tampoco es tanto, que delicada eres!
Nosotros en la oscuridad nos quitamos la ropa, los pantalones y hasta los calzoncillos, ellas no podían vernos y nosotros procuramos no acercarnos demasiado a ellas.
Todas se rieron, pero entonces nos lanzamos todos a por las tetas, las apretábamos, las chupábamos y las lamíamos, los pezones estaban duros y mojados de saliva, nos cambiábamos de tetas sin que ellas aparentemente lo notaran o por lo menos no se nos quejaban, ya las tenían duras y con los pezones salidos al máximo cuando una voz, creo que de Elena dijo.
-       Ya vale, ahora a puntuar. Saliros al pasillo que vamos a preparar la segunda prueba.
Al salir al pasillo igualmente oscuro una mano me cogió la polla, protesté enseguida…
-       Eh! Que gilipollas me ha cogido la verga?
-       Eso serás tú, a mí también me la has cogido.
-       Seréis cabrones! vosotros quejándose y entre los dos me la habéis cogido a mí, maricones.
Yo atrapé la mano que me había cogido la polla y le obligue a soltarla.
-       Por favor suéltame que me vas a romper la muñeca.
-       Elisa! Eres tú? que haces aquí a oscuras?
-       Shiiit, no habléis fuerte que me vais a descubrir, venid.
-       Nos metió en la habitación contigua, nos llevaba cogidos de la polla, ella llevaba un pareo anudado entre las tetas.
-       Perdonad, pero no pude resistir la tentación de ver lo que hacíais, y estaba escuchando detrás de la puerta.
-       Pues no ha pasado nada, solo estábamos jugando.
-       Si claro, a ver quien le chupaba mejor las tetas a las chicas.
-       Bueno, un poco sí, era un juego inocente.
-       Pues os propongo otro juego un poco menos inocente. Podéis chupar estas?.
Se soltó el nudo del pareo y aparecieron dos tetas impresionantes, de mujer madura pero joven, nos lanzamos como buitres a por la mejor parte, hubo quien fue rápido como Ginés que se apoderó de un pezón, yo a duras penas pude hacerme con el otro pero Alex más tímido se quedó sin su ración, Elisa lo vio parado frente a ella mirando sin saber qué hacer y le cogió la cabeza y le hizo arrodillarse entre nosotros y abriéndose las piernas le enseño el coño depilado, con dos dedos separó los labios dejando solo en el medio el clítoris, Alex no tuvo que coger el libro de instrucciones, se amorró en el coño de Elisa y le estuvo chupando hasta que las chicas nos llamaron desde la otra habitación, Elisa a duras penas pudo zafarse de nosotros, estuvo estirando de las cabezas uno a uno, parecíamos ventosas, solo nos fuimos bajo la promesa de que se iba a quedar allí esperándonos.
Cuando nos vimos a la luz de la habitación me di cuenta de un detalle que Elisa ya se me había percatado, tanto Ginés como yo teníamos una polla de un tamaño más o menos normal, yo nunca he presumido aunque tampoco tengo ningún complejo sobre ella, pero Alex, tenía una polla casi el doble que la nuestra, pasaba de los 20 cm. y de un grosor proporcional, Elisa lo acompañó hasta la salida de la habitación sin soltársela.
Entramos en la habitación totalmente a oscuras. Elena nos explicó los cambios, se habían tumbado de rodillas en la cama las cuatro, dejando el culo afuera, se habían cubierto las piernas y el cuerpo por lo que se apreciaban solo las nalgas y debíamos acertar cual era su dueña.
Mi prima me dijo al oido que Elena tenía una peca grande encima de la nalga derecha y confiaba que los hermanos la reconocerían y pasarían de ella, pero Lisa había pensado en todo, cogió un rotulador de la mesa de estudio y marcó a cada gemela una mancha igual a la peca de Elena y me dijo que le dibujara a ella otra igual, yo desconfiaba de la trampita pues en la oscuridad la mancha no se notaba, pero no contaba con la poca luz que desprendía el reloj digital, era suficiente para distinguirlas sobre las blancas nalgas juveniles.
Cuando nos pusimos detrás de ellas nuestras manos iban tímidamente palpando las redondas formas, yo distinguía las de Lisa por los hoyuelos tan pronunciados que tenía detrás de las caderas, por eso las rodee con la manos y le di un beso entre las dos sacando la lengua cuando noté el agujero rugoso, ella también reconoció mi caricia y movió el culo, Ginés se acercó a Mónica, y le gustó las curvas tan suaves de la gemela, le estuvo abriendo las nalgas pasándole los dedos hasta los labios del coño, Mónica lo consideró como un pequeño regalo por su cumpleaños y no dijo nada, incluso cuando le fue metiendo despacio su polla, solo deseaba que no terminara nunca de meterle su dura verga, Alex se centró con el culo de Andrea, era más pequeño que el de Mónica y lo estuvo rodeando suavemente, también le separó las nalgas y le paseo los dedos entre ellas aunque no se atrevió a llegar a la vagina.
Yo me pasé a Elena, ella levantó la cintura para que la reconociera, sabía que era yo y no opuso resistencia cuando le paseé la polla a lo largo de la raja del culo, llegué hasta meterle un centímetro de polla en el coño pero se lo saqué con mucho dolor de corazón y me consta que de ella también, vi a Alex desocupado en ese momento y lo atraje donde yo estaba pegado a Elena, el chico estaba bastante excitado viendo a su hermano que hacía incursiones en los coños las gemelas y luego en la de Lisa.
Alex no quiso ser menos que nosotros, y cuando me retiré de las nalgas de Elena se puso él, no tuvo demasiado tacto y se cogió de las caderas de Elena, esta estaba convencida de que seguía siendo yo, esperó con el coño abierto, Alex se mojó la punta del capullo de saliva y simplemente se apoyó sobre Elena y se la metió de un tirón, no vimos que cara hizo Elena al notar el pollón de su hermano pequeño, pero se cayó y aguantó hasta la mitad de verga, luego chilló.
-       Alex que haces? Que soy yo tu hermana, quítame eso de dentro, cabrón.
Por toda contestación recibió el segundo empujón de Alex, ya no le importaba la propietaria del coño, sino lo gustoso que estaba y ésta decidió que una vez hecho lo mejor era disfrutarlo con él, al tercer empujón Elena dejó de resistirse pues ya lo tenía dentro del todo, solo sollozaba apenas.
Lisa disfrutaba de la polla de Ginés y él del coño de ella, era un chico con mucha experiencia y eso a mi prima le excitaba sobre manera, Andrea me recibió a mí, la chica no quiso ser menos que las otras y cuando me notó apoyado en su coño levantó el culo y se hizo hacia atrás clavándoselo ella misma, Mónica esperó acariciándose el clítoris, la espera tuvo su premio pues Alex le hizo el mejor regalo de cumpleaños, le metió los 20 cm, hasta dentro, la chica estrenaba sus 19 años con 20 cm. de carne en el coño, no era mal comienzo, ya estábamos a punto de corrernos, sobre todo Alex cuando las chicas dieron por terminada la prueba.
A regañadientes nos salimos de nuestros respectivos agujeros y tuvimos que salirnos al pasillo otra vez, notamos el frescor en las pollas mojadas, pero nada más salir se abrió la puerta de al lado de la habitación y una pierna se asomó hasta la ingle, era una poderosa invitación, el primero que entró fue Alex y Elisa lo agradeció, le hizo tumbarse en la cama y sin esperar a que llegáramos nosotros se subió sobre él y se incrusto los 20 cm. de polla en el coño, con los ojos cerrados fue bajando hasta que se encontró llena de verga, luego nos llamó para que la rodeáramos, nos chupo la polla, adivinó quien se había follado a sus hijas por el gusto del flujo, pero después de unas cuantas lamidas ya todas sabían igual, a mi polla se la llevó a la boca directamente frente a ella, pero a Ginés le reservaba su trasero, se agachó sobre Alex, la polla del chico apenas sobresalía unos centímetros fuera de la vagina de Elisa, pero ella con los dedos mojados se dilató el ano y cogiendo la polla de Ginés se la puso a la entrada del ano dilatado.
-       Ginés empuja fuerte y no pares hasta que tus huevos se peguen con los de tu hermano.
Elisa estuvo cabalgando mientras sus hijas preparaban una nueva diversión, con tres pollas dentro no podía hacer grandes movimientos, realmente estaba realizando una fantasía muy corriente entre las mujeres y además sin proyectarlo.
Cuando nos llamaron, Ginés se salió del culo de la mamá y yo de su garganta, Alex no pudo levantarse hasta que Elisa se salió de su polla, la mamá no sabía cómo despedirse de ella, apuntando al techo semejante obelisco era un verdadero sacrificio, nos prometió seguir esperando por si había otra ocasión.
Cuando entramos en la habitación oscura las chica nos había reservado otra sorpresa, ahora seríamos nosotros las muestras, nos pusimos medio cubiertos con las pollas duras, ellas subieron a gatas por la cama sobre nosotros, donde se encontraban una polla la lamian hasta ponerla al cien por cien y se la metían en la boca, cuando estaban un rato con ellas se las cambiaban, con Alex tuvieron que hacer una concesión y aplicarse dos chicas con la verga del chico, había polla para dos bocas o más y a veces alguna más se le unían a los huevos, el hermano de Elena estaba teniendo un bautismo de sexo especial, no lo olvidaría en tiempo.
Elena fue chupando pollas hasta asegurarse del dueño, primero fue la de Ginés, en principio le dio tímidamente uno lametones y tras varias chupadas cambió por la mía, Ginés no se conformó y poniéndose detrás de ella se la metió en el coño directamente, ella se quejó pero con la boca llena no se le entendió, cuando cambió de mí solo se giró y se metió la más próxima que encontró, no hicieron falta presentaciones, era la de Alex y tuvo que lamerla un poco con cierto reparo, pero su hermano le cogió la cabeza y sujetando se la metió hasta que Elena empezó a llorar, Ginés seguía follándola y ella aunque movía el culo para deshacerse de él no lo conseguía, yo estaba con Mónica y Andrea me sujetaba los huevos mientras le pasaba los dedos por el clítoris de su hermana.
Cuando Mónica se corrió, su hermana le estuvo acariciando hasta que el orgasmo cedió, luego ocupo su lugar y se metió mi polla, su hermana le correspondió en sus caricias, las tetas de Andrea eran muy sensibles y respondieron casi igual que el clítoris de su hermana, mi polla recibió el flujo de las dos gemelas.
Elena se había adaptado a tener a sus dos hermanos follándola, la cantidad de polla de Alex ya la había asumido y la experiencia de Ginés le elevaba del suelo.
Mi prima quiso hacer la celebración completa y conociendo a Elena le untó con crema de la tarta, que aún no habíamos probado por todo el culo, mi polla también tuvo su ración que hizo su labor cuando le presione en el culo a Elena, también quiso protestar, pero cuando pudo entenderse su voz ya tenía mi glande dentro de su esfínter y para entonces ya le daba todo igual y se separó las nalgas para que entrara hasta dentro.
El orgasmo de Elena fue apoteósico, gritó, maldijo y animó hasta quedar sin voz, mi prima también se había corrido ayudada por la mano de Elena.
Nos hicieron salir para recomponer la habitación y comerse la tarta, la cama estaba toda revuelta y los almohadones por el suelo.
Elisa nos estaba esperando en la cama de la habitación contigua, con las pollas inhiestas nos lanzamos sobre ella, no le dimos opción a elegir, Ginés se la metió directamente en el coño y rodó sobre sí mismo y se quedó bajo de ella, Alex ya había aprendido y echando un salivazo en el culo de la mujer se la enterró de tres golpes, ella protestó lo que pudo teniendo mi polla metida hasta la campanilla, imagino que mientras nosotros estábamos follando con las chicas ella se estaría masturbando el coño pues en unos momentos se corrió, no se por donde se correría más intensamente, por la vagina o por el ano, en la garganta también le daría placer pues se tragó toda la leche que le largué, nosotros no tardamos más que ella, íbamos ya muy lanzados de los coños de sus hijas y amigas, ella fue la receptora de todo el semen acumulado en la fiesta, cuando salimos ya había luz en la habitación de las gemelas, se extrañaron de vernos las pollas, aun estaban a media asta pero goteaban leche.
Apagaron las velas y comimos tarta, nos llenamos de nata y las gemelas aún nos untaron las pollas con nata y no pararon hasta sacarnos las reservas de semen, sobre todo Alex, su hermana prefirió la de Ginés, con la excusa de ser su hermano mayor, yo preferí a Lisa, mi prima me concedió una mamada de antología, aún estuvimos contando chistes mientras nos íbamos acariciando unos a otros alabando las bellezas de cada uno.
Los hermanos nos llevaron a casa, mi prima se coló directamente al baño, quise meterme con ella pero no me dejó, reconozco que hizo bien pues solo tardó 10 minutos, si hubiéramos entrado juntos habríamos tardado mucho más con el riesgo añadido de que nos hubiera visto alguien, cuando me duché me pasé por su habitación, ya estaba conectada por el Skipe con Elena y comentaban la tarde pasada, me senté a su lado, pero Elena no me veía.
-       Que tarde de cumpleaños más ideal, las gemelas alucinaban, no paraban de darme besos de agradecimiento, incluso su madre estaba contenta de lo bien que nos habíamos portado, la mujer como es tan discreta ha preferido dejarnos a nuestro aire, porque su marido estaba en la oficina como siempre.
-       El más animado ahora era Alex, ni en sueños había previsto pasar una tarde así, si se llega a quedar estudiando… se había follado a cuatro chicas estupendas y una de ellas encima era yo, su hermana, sabes una cosa? Me daba mucha vergüenza pero cuando he sentido su pollón en mi coño no he podido decir que no, luego era demasiado tarde y bueno… para rechazarlo, Ginés más experimentado también estaba contento, para él sus expectativas eran otras, pero no había salido defraudado, incluso sin proponérselo me había follado también, a su hermana y esto le habría nuevos horizontes caseros, ya veremos en que acaba esto. Y tu primo como siempre ideal, es una gozada de chico con él seguro que follas a placer y tienes el orgasmo asegurado, te envidio Lisa.
-       Me han dicho que al próximo cumpleaños que contemos con ellos, jajaja.
-       Bueno me voy a dormir, tengo los bajos escocidos, hasta mañana Lisa.
La pantalla se apagó y Lisa me miró, se encogió de hombros y me dijo…
-       Bueno ya has oído el resumen de la fiesta, me alegro por todos, los hemos pasado muy bien, gracias a ti sobre todo.
Me dio un beso en los labios y se metió en la cama, yo prudentemente me salí apagándole la luz.
Al día siguiente de la reunión de Benito con su grupo vino a buscarme, cuando lo vi venir, me imaginé que quería algo especial pues no esperó a tomar café, me cogió del brazo fuerte y me llevó a un rincón del bar, estaba emocionado y eufórico.
-       Manu, no tienes idea que éxito, en la reunión no se hablaba de otra cosa, de mí y de ti, claro, el farmacéutico estaba pletórico, su mujer ya no llevaba tanta ropa mojada, espero que de momento, pero lo principal para él es que le dejó follar, eso sí con las condiciones que le habíamos dado nosotros, me dijo que nos debía un favor muy grande.
-       Y si hubieras oído al párroco!, su hermana la monja estaba encantada, le prometió que no tardaría en volver a la consulta y a ella se unió el ama de llaves que casi no tenía ya manchas en la piel, o sea que todo eran alabanzas. ah! Y lo más importante que a los demás les picó la curiosidad y todo era preguntarme por soluciones para sus dolencias, incluso quien menos me lo esperaba, la veterinaria, ella que es del oficio más o menos me dijo en secreto que tiene un problema urgente para que se lo resolvamos, le he prometido que la veríamos esta tarde, te viene bien?
-       Claro, sabes que lo primero es curar a la gente.
Me guiño un ojo y se sentó en la barra, mi madre ya le tenía preparado el café.
Después de un rato de tertulia salimos hacia su casa, había quedado con la veterinaria allí, era una chica con apenas la cuarentena pero muy discreta y no quería que la vieran con nosotros.
Yo no la conocía más que de vista pero cuando llegó vestida de calle sin la bata blanca me pareció mucho más joven y sobre todo muy atractiva, era soltera y tenía gusto para vestir, muchos solterones del pueblo suspiraban por sus favores, pero ella no les hacía caso.
Cuando nos reunimos en la consulta se sentó muy modosa, las rodillas juntas y con el bolso sobre las piernas, no se atrevía a contarle a Benito nada y menos en mi presencia, el médico tuvo que recordarle que entre facultativos no habían secretos y que yo poco más o menos se me podía considerar como unos de los suyos.
Después de insistirle mucho la chica empezó a balbucear lo que le pasaba.
-       Mira Benito, me he decidido a venir porque estoy desesperada, yo tengo mucha confianza contigo y según lo que he oído de Manu también, pero el caso es muy delicado y quisiera sobre todo discreción pues me avergüenza solo contarlo.
-       No te preocupes, en ese aspecto lo que pasa aquí, no sale de aquí.
Yo miré hacia la ventanita del techo y vi los ojos de Alba y le sonreí.
-       El caso es que como sabes soy soltera y aquí en el pueblo los pocos casaderos que hay no me gustan, lo cierto es que la semana pasada salí a la ciudad y en una cafetería conocí a un hombre más o menos de mi edad, tenía una buena apariencia y una labia que te envolvía, como a mí me gustan, lo cierto es que poco a poco intimamos y me invitó a cenar, era muy simpático y me hizo sentir como a una reina, yo estaba bastante dispuesta a no dejar pasar una ocasión como aquella y cuando me ofreció ir a su casa a tomar una copa no me lo pensé dos veces, vive en una casa pequeña pero decorada con muy buen gusto, me encantaba todo lo suyo, incluso cuando llegamos, nada más cerrar la puerta me abrazó y me besó como nadie lo había hecho, yo estaba encantada, me gustó el detalle de que se fue a duchar antes de ir a su habitación, es súper pulcro, sabía cómo tratar a una dama, me desnudó suavemente pero con habilidad, haciendo que cada prenda que me quitaba fuera como un trofeo conseguido, yo estaba extasiada y cuando estuve completamente desnuda sobre la cama me vi reflejada en un espejo que cubría todo el techo, me gustó lo que vi, no está bien que lo diga pero tengo un cuerpo muy apetecible, mis tetas están como una veinteañera y mis carnes tersas, ah! Perdón eso no lo debía decir. Qué vergüenza.
-       Y el chico que hizo entonces Feli?
-       Pues lo que yo esperaba, se tumbó a mi lado y me estuvo besando toda, las tetas, el cuello, el estomago, los muslos, hasta el c… oh perdón no suelo hablar así, pero es que tengo tanta vergüenza!
-       No te preocupes Feli, cuéntanos con todo detalle que te pasó.
-       Pues yo estaba empapada, imagínatelo, ya no podía resistir, necesitaba un hombre dentro de mí y abrí las piernas para recibirlo, pero el …
-       Que pasó Feli? Que hizo él?
-       Pues que se tumbó a mi lado y me dijo que él tenía unas costumbres un poco diferentes.
-       Yo no le di importancia, con lo entregada que estaba accedí a lo que quisiera, me dio la vuelta y se puso detrás de mí y sin haberme lubricado ni preparado ni dilatado me metió la polla por el culo, oh, perdón, otra vez se me ha escapado, yo grité mucho pero el empujaba como loco y solo me pudo meter el capullo, como pude salí con la ropa en la mano desnuda hasta el rellano de la casa, me vestí y me vine al pueblo.
-       Pero desde entonces tengo una gran inflamación en el ano, yo he intentado medicarme, leyendo los prospectos de las medicinas de los animales me he ido poniendo cosas, pero cada vez tengo más inflamación y casi no puedo sentarme, y lo peor es que he perdido la confianza en los hombres, son unos brutos, sin sensibilidad, ni nada.
-       Mujer, eso que te ha pasado es un caso aislado, todos los hombres no somos igual.
-       Bueno claro, vosotros seréis los únicos, pero los demás nada, unos bestias.
-       Tranquila, le veo muy enfadada, lo mejor es que te examinemos a ver qué remedios te has puesto.
Benito con toda su paciencia cogió del brazo a Feli y la acercó a la camilla, yo le puse el biombo para que se quitase la ropa y nos pusimos las batas.
Benito sacó unas toallitas húmedas y unas cremas, una de ella era de áloe en aceite.
La chica se quitó la falda y se dejó las bragas. El médico me señaló la bata de hospital y se la acerque, ella no comprendió pero se cambió, se quedó solo con la bata y se tumbó, pero Benito le dijo que para mejor explorarla era preciso que se arrodillara en la camilla y apoyara la cabeza en la sabana.
Se puso detrás de ella y yo a su lado, me dijo que le soltara las cintas de la bata y según iba desatándolas se quedaba su cuerpo desnudo sobre la camilla, cuando acabé nos miramos, realmente tenía razón, un par de tetas colgaban de su pecho, los pezones le llegaban justo a la sabana después de darle una redondez perfecta.
El médico le dijo que separara las piernas y me dejó la responsabilidad de separarle las nalgas, nos quedamos fríos, además de lo que le pudiera haber provocado el acompañante de una noche, los efectos de lo que se había puesto eran bastante peores, con un radio de 15 cm alrededor del ano estaba la piel en carne viva.
Benito le estuvo limpiando los diferentes ungüentos que se había puesto, ella se quejaba mucho pero cuando le puso una crema hidratante ya se fue relajando, poco a poco iba acercándose en su cura hacia el ano, en contraste a lo perjudicado que estaba el agujero oscuro casi al lado se abrían los labios de la vagina como pétalos de rosa, aun siendo más oscuros que la vagina se veían tiernos, y húmedos, el clítoris pese a estar todavía en reposo ya asomaba entre los labios depilados.
Benito como cada vez le hacía más daño al acercarse al ano le dijo que debía desinfectar los alrededores, la veterinaria entendió que una buena higiene era esencial y cuando los dedos del médico pasaron con una gasa por los labios de su coño no le hizo ninguna observación.
Con la humedad de la crema le fue abriendo los labios y limpiando todos los pliegues, cuando llegó al clítoris Feli separó las piernas para que pudiera llegar hasta donde quisiera, Benito estuvo un momento apretando el clítoris hasta sacarle el prepucio, ya brillaba cuando se llenó dos dedos de crema y los acercó a los labios de la vagina, primero uno y después los dos entraron hasta dentro, Feli arqueaba la espalda frotando los pezones sobre la sabana de la camilla, estaban duros y secos.
El médico me dijo que mantuviera yo mis dedos dentro del coño de la chica mientras él se aproximaba a la zona más inflamada,
Feli movía las caderas al compás de mis dedos, ya tenía tres dedos dentro y dos aprisionándole el clítoris, por eso no sintió casi la mano de Benito rodeándole el ano, casi brotaba sangre, pero las cremas que le aplicó le dieron un gran alivio.
Cuando vio que estaba más pendiente de mis dedos que de su culo Benito le dijo que le iba a hacer una exploración interna del ano para ver cómo estaba los esfínteres, ella se preocupó un poco pero le tranquilizó diciéndole que yo le estaría atendiendo continuamente.
Yo me dediqué en cuerpo y alma a mi cometido, mis dedos no dejaban de entrar y salir en el coño de Feli, el clítoris se mantenía hinchado, unas veces lo acariciaba suavemente rodeándolo y otras más agitadamente con los dedos, ella suspiraba abriendo las piernas cada vez más, me atreví a sujetarle una teta que le bailaba sobre la camilla, ella se volvió hacia mí y me sonrió, a partir de ese momento las hice mías y los pezones eran frutos que colgaban del árbol, los apretaba y los acariciaba haciéndoles que salieran cada vez más, ella se agachaba sobre la camilla dejando solamente el culo en alto, Benito trabajaba totalmente libre, con las nalgas abiertas y sin que se quejara para nada, con mucho gel le pudo meter el dedo en el ano, la chica casi no lo notó pues la inflamación realmente era externa. Cuando puso el dedo índice ya estaba dentro y el corazón le seguía, vio que interiormente no tenía daño y siguió dilatándolo por dentro.
Feli ya no atendía a la cura, se cogía con fuerza a la camilla cerrando los ojos y sintiendo como su coño estaba lleno de dedos que le acariciaban toda la zona más sensible, sus tetas eran sobadas con suavidad y calidez…
-       Esto es lo que esperaba yo, recibir estas caricias, nunca me habían tratado con tanta sensibilidad.
-       Te das cuenta Feli como todos no somos iguales, tu cuerpo está pidiendo cariño y nosotros te lo podemos dar, si tu quieres.
-       Gracias Benito, sé que no tendré muchas oportunidades como esta, Manu me está haciendo sentir sensaciones que no conocía.
-       Pues solo está haciéndote que te sientas cómoda, pero te puede llevar al cielo si quieres.
-       Más aún? Si casi estoy volando! Manu por favor hazme lo que gustes.
Me baje los pantalones y me quedé con la bata, me puse a su lado de su cabeza y de la bata fui sacando la polla para que la viera, ella hizo un gesto de miedo pero me acerqué más y la puse al alcance de sus labios, la dejé allí unos instantes hasta que perdió un poco el temor y sacando la lengua la lamió, le gustó el sabor y repitió con los labios hasta que según me iba acercando a ella se la iba metiendo en la boca, mientras le amasaba las tetas.
Me la puso tan dura que me dolía, le dije que no se moviera y me subí a la camilla por detrás de ella, Benito apartó los dedos hasta que le metí el glande en la vagina después de pasearlo a lo largo de sus labios.
-       Eso es lo que yo esperaba sentir, una polla grande en mi coño, métela toda Manu.
Con dos movimientos más le metí el resto, tan engrasada estaba que su vagina no se arrugó con mi polla, simplemente la abrazó y se adaptó a su diámetro, cuando ya le tenía dentro Benito siguió metiendo sus dedos en el ano, ya no le escocía, le había puesto un aceite de áloe y le acabó de suavizar las nalgas.
El médico se sentó al lado de la chica y le explico lo que le había hecho mientras yo le metía y sacaba la polla del coño, mientras él le sostenía las tetas para que no se movieran, se inclinó bajo de ellas y las chupó, Feli le dijo que era una persona muy cariñosa y delicada, se levantó un poco para permitirle que le chupara la otra, las tenía hinchadas y brillantes, el médico le dijo que verdaderamente eran de veinteañera, ella se desperezó sacándolas aún más.
Benito le preguntó si quería ver los resultados de la cura, ella por curiosidad y por la calentura que llevaba en el coño le pareció bien y el médico me dijo que fuera yo quien me tumbara en la camilla, así descansaría Feli.
Cuando lo hice y vi como la chica se inclinaba sobre mí con las tetas redondas colgando hasta aplastarse sobre mi pecho mi cara quedó junto a la suya, le abracé el cuerpo para que no se cayera por los lados hasta que puso las rodillas al lado de mis caderas, instintivamente se me quedó mirando a los ojos y buscó mi boca, cuando me besó mi polla estaba justo bajo sus labios vaginales, dilatados y mojados de crema y flujos, apenas serpenteó sobre mi cuerpo sin soltar mi boca con la suya, me mordía suavemente el labio inferior cuando encontró mi glande y se lo metió suavemente resbalando hasta hacer tope dentro de ella abrió la boca para suspirar y volvió a buscar mis labios.
Benito estaba tras ella ya, entre su bata aparecía la polla arqueada, se apoyó en su espalda y le cogió las tetas, ella se levantó un poco para que las sacara por su lados pues las tenia aprisionadas contra mí.
El médico ya se había embadurnado de crema la polla desde el capullo hasta los huevos.
Yo le dije…
-       Feli, bésame como antes lo has hecho y déjate llevar, vas a subir al cielo.
Note como se descargaba sobre mí, sus manos cogieron las mías sobre mi cabeza, cuando notó a Benito apuntarle la polla el su culo me mordió más fuerte el labio, pero no debió hacerle sufrir pues inmediatamente aflojó y abrió la boca como si le faltara aire, estuvo inmóvil hasta que Benito llegó al final de carrera, sus huevos se pegaron a los míos y las pollas se rozaban apenas separadas por los tejidos de la vagina.
-       Diossss que placer, esto es lo máximo, mi culo lleno de carne que es una delicia y mi coño saboreando una polla joven y dura como una estaca, y mis tetas, mis queridas tetas, recibiendo unas caricias que las soñaban cada noche. Moveros y hacerme correr, hace mucho que no me corro si no es masturbándome.
Benito empezó primero empezó a salir y entrar, su polla pasaba suavemente entre las nalgas de Feli, desde el glande hasta los huevos recorría toda su longitud adaptando el recto a la forma curva de su verga, cuando la chica empezó a sentir la llegada del orgasmo empecé yo también la movida, nos combinamos los dos, cuando uno salía el otro entraba.
Feli me mordió, nunca me lo habían hecho pero me mordió el labio al correrse, sus uñas también se clavaron en las palmas de mis manos, fue un orgasmo explosivo demasiado tiempo deseado y que le llenó los sentidos al mismo tiempo, cuando apenas pudo hablar entre los gritos y gemidos que daba nos dijo…
-       Correos dentro de mí, quiero vuestra leche llenándome, ya me cuidaré yo de no quedarme preñada, pero por favor, quiero vuestro semen caliente.
Se desplomó sobre mí y estuvo recibiendo los chorros que le llenaban el culo y el coño a la vez.
Estuve aguantando el peso de los dos, Feli totalmente desmadejada y Benito desplomado del esfuerzo incómodo para no hacerle daño, pero lo aguante a gusto, cuando el médico se levantó la chica continuó unos minutos, no tenía fuerza ni quería interrumpir el momento de placer que había sentido.
Por sus muslos caían a la camilla dos regueros de semen y flujos, uno salía de su ano y otro de la vagina, ella cuando vio el charco pasó las manos sobre él y se lo repartió por las tetas, las dos peras le brillaban de semen.
La acompañe al baño para que se aseara, luego mientras se vestía pasé a la habitación de al lado, Alba todavía estaba sobre la mesa en su puesto de observación, me sorprendió pues me dio un beso nada más llegar, me vio un poco de sangre del mordisco que me había dado Feli y me volvió a besar para curármelo, mis manos sin querer fueron hacia sus tetas, ella me preguntó al oído si las de Feli eran mejor que a suyas…
-       Eso nunca, las tuyas son las mejores y solo son mías.
Ella se abrió la ropa y me las ofreció, en un momento se pusieron tan duras como mi polla.
-       Dame tu leche, seguro que aún te queda bastante, aunque mi padre y tú la habéis regado muy bien.
Alba ya sabía cómo sacarme la leche y no tardó en conseguir que eyaculara otra vez, como siempre lo hice en su boca, para ella era un orgullo enseñarme su lengua haciendo de cuchara llena de semen, luego se lo tragó y nos dimos otro beso.
Estuve tentado de meterle la mano entre sus piernas pero fui fiel a mis principios y esperé a otra ocasión más propicia.
Cuando entré en la consulta Feli ya estaba arreglada, incluso se había maquillado un poco y se había pintado los labios y los ojos, estaba verdaderamente atractiva, nos dijo que era en nuestro honor, cuando la acompañamos a la puerta Benito le dio la mano para despedirse pero ella se le abalanzo al cuello y lo besó en la boca, luego hizo lo propio conmigo apretándome la polla por encima del pantalón.
-       Gracias a los dos y por favor, discreción.
-       Eso siempre, preciosa.
Continuará

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