el jefe de mi esposa

>Mi nombre es Eduardo, mido 1.70 un tanto pasado de peso, tengo 33 años, mi esposa se llama Elia, mide 1.68, delgada 35 años, no tiene un cuerpazo de modelo ni nada por el estilo, pero su forma esta pronunciada, su cintura divide muy bien su cuerpo, cabello lacio a veces lo tiñe de rojo o a veces de rubio.
Yo trabajo en una tienda de autoservicio desde hace algunos años, por motivos económicos en el mes de septiembre del 2006 mi esposa debió buscar trabajo, metió muchas solicitudes de empleo en diferentes lugares y por fin la contrataron en una tienda de ropa, su horario sería de 9:00 a 14:00 hrs. y de 16 a 19:30 hrs. De lunes a viernes y sábados solo medio día, pensamos que sería buen horario, su trabajo consistiría en atender a los clientes que llegaran a la tienda.
Pasaron unos tres días hasta que por fin se presentó el Sr. David el que sería su jefe (él es dueño de la tienda) Un tipo de 1.80 de alto y 41 años, también es dueño de una dulcería, otra tienda de ropa solo que deportiva y aparte tiene un gimnasio, según mi esposa es un tipo muy simpático, de esos con los que te ríes por cualquier tontería que cuenten y que caen en gracia a más de uno, es casado y tiene un cuerpo muy bien cuidado y ejercitado dado que hace mucho ejercicio en su propio gimnasio en el cual funge como instructor, siempre viste con playeras ajustadas que marcan su cuerpo atlético y eso creo que fue lo que a mi esposa le llamo la atención ya que yo como dije antes yo ando un poco pasado de peso y nunca hago ejercicio.
Así pasaron las primera semanas y me parece que fue a mediados de la primer semana de estar laborando cuando mi esposa me confesó que el Sr. David era muy bromista con ella y que entre broma y broma la cortejaba, le decía que es una mujer muy hermosa, que cuando salían a tomar un café al cine… Según me contó mi esposa le proponía todo esto en forma de bromas y aprovechaba la ocasión para que se diera el caso ya que es muy ingenioso y tiene mucho carisma para hacer reír a la gente.
Después de la confesión de mi esposa todos los días cuando pasa por ella en la noche para irnos a casa le preguntaba que le había dicho ahora el Sr. David o que cosas le había propuesto, ella al ver que yo no tenía problema con eso y que hasta bromeaba me contestaba con naturalidad y a veces hasta en forma de broma me decía lo que su jefe le proponía y los halagos que le hacía diciéndole que es una mujer muy guapa y que le gustaba mucho porque es chaparrita y así a él le sería más fácil hacerle cositas, que si la acompañaba a comer o si la invitaba a tomar una copa o aquí o allá,… Incluso yo mismo le llegué a hacer el comentario a mi esposa “si y seguro también te ha de decir si van a allá a donde te conté” mi esposa solo se echo a reír y me dijo ‘menso’
Pasaron dos semanas más y la amistad entre mi esposa y el Sr. David se volvió más estrecha, la confianza entre los dos se había vuelto como de dos viejos amigos de muchos años, fue cuando una noche al pasar por ella al trabajo me confesó que había aceptado salir a comer con el Sr. David, esto me produjo cierta inseguridad pero no se lo demostré a mi esposa y solo me limité a preguntarle con una sonrisa tímida “¿y qué pasó?” ella respondió, “nada, solo salimos a comer” “aja -dije yo- ten fe” se echó a reír y me dijo “de veras, solo comimos, bueno, la verdad intentó besarme, pero no lo dejé”
Esto último terminó por desubicarme sentí unos celos terribles, lo que en un principio parecía una broma ahora estaba tomando tintes peligrosos “¿qué hiciste cuanto intentó besarte?” “pues le dije que se estuviera quieto y que recordara que yo estoy casada” –por cómo me lo dijo supongo que si bien no lo dejó que la besara tampoco le molestó en lo más mínimo el atrevimiento de su jefe- “¿y luego que pasó?”, “pues me dijo que no le importa porque él no es celoso” “si me imagino” respondí, en ese momento me vio un poco más serio y me dijo “no seas tonto bien sabes que te amo solo a ti él solo esta bromeando ya sabes que es muy bromista” entonces para ocultar mis celos la tome de la cintura y la bese
Así continuaron unos días más y yo le animaba a que me contara como le había ido con el Sr. David, esto le daba confianza a mi esposa y me contaba todo, paso una semana desde la primera vez que salieron a comer y me contó que habían vuelto a salir, esta vez la note un poco más seria que otras ocasiones cuando me contaba sus cosas y con un poco de dificultad y como no queriendo decírmelo me contó “es que hoy si me beso” “y tú qué hiciste” ella contesto “nada, es que… no sé que me paso” no supe que decir ni cómo actuar solo atiné a decir con una ligera sonrisa “segura que solo comieron y después se besaron o también fueron a…” ella contestó “no seas tonto”
Su respuesta ya fue más relajada quizás por la forma en que tomé su confesión, “no te creo –seguí diciéndole- se me hace que también fueron allá… a donde te conté” bajó su vista un par de segundos y después miró hacia arriba y me dijo con una tímida sonrisa “pues… si me lo propuso pero yo le dije que no” “aja si como no…” le dije aun sonriendo, pero lo único que quería saber era lo que realmente había pasado y sabía que si me mostraba molesto mi esposa ya no me contaría nada más, ella siguió diciendo “¿de verdad no pasó nada más?” “¿segura?” le respondí incrédulo “bueno –dijo- solo me tocó aquí (señalando sus senos)”
Todas estas confesiones estaban generando mucho nerviosismo entre los dos, lo notaba en sus palabras, yo por mi parte me sentía quizás más nervioso que ella y con ganas de saber cada vez más no pude contenerme y con ese mismo nerviosismo le pregunté “¿te gustó?” ella me miró un poco confundida y me respondió “un poco… pero tú sabes que te amo a ti” “yo también” y acto seguido le di un beso como cuando éramos novios, de más está decir que esa noche hicimos el amor como nunca.
Al día siguiente me llamó por teléfono al trabajo ‘hola amor, sabes, no te enojes pero Don David quiere que lo acompañe de nuevo a comer’ “el Sr. David o tu novio”, ella se rió y me dijo ‘no es mi novio es el Sr. David’ ‘¿y entonces ese beso del que me hablaste ayer?’ ‘bueno, solo fue eso un besito pero no es mi novio’ ‘aja, claro y solo van a comer’ “si –respondió- solo a comer” yo al otro lado del teléfono me empecé a hacer mil ideas y quería saber que estaba ocurriendo aunque quizás me pudiera doler lo que escuchara“¿Qué pasó hoy, como te trató?” “bien como siempre” “¿te besó?” ‘si me besó como ayer’
Yo quería saber más y más, todo me estaba resultando como si yo fuera un espectador, un conformista que solo observa callado, mi esposa terminó la conversación diciendo “me tengo que ir, ahí viene, nos vemos al rato” “si, está bien hasta al rato”… fue lo último que dije y desde ese momento ya no me pude concentrar en mi trabajo porque mil ideas pasaron por mi mente sabía que podría pasar cualquier cosa tenía imágenes que venían a mi mente intentando ver las escenas en mi imaginación mi esposa entregada a su trabajo y a su jefe de vez en cuando bromeando con ella haciéndole comentarios de su cuerpo, insinuaciones para hacerle el amor y mi esposa se olvidaba totalmente de mi siguiéndole el juego a sus bromas de su jefe y a sus insinuaciones…
Me imagino a mi esposa riéndose con los comentarios de su jefe y ahora con nuevas ilusiones, fantasías y necesidades y a sabiendas que el Sr. David es capaz de ofrecerle cosas que yo no puedo por mi posición económica, sentía que ya no era su dueño, era una especie de celos, algo dolía mucho dentro de mí, algo me mantenía inquieto, martirizándome con la imaginación sin embargo no hacía nada por evitar que las cosas que estaban pasando dejaran de pasar, sentía que era algo más grande de lo que yo podía manejar, no me sentía con la seguridad de poderlo evitar, imaginaba al Sr. David, al jefe de mi esposa comparándolo conmigo, yo un simple empleado, él un empresario, yo un hombre obeso, él un tipo con un cuerpo ejercitado y musculoso, yo ni siquiera tengo auto, él tiene un deportivo del año en donde pasea a mi esposa, y puede salir con ella cuando él quiera.
Así en medio de todas esas ideas y muy lentamente, llegó la hora de pasar por ella, la esperé un momento afuera de su trabajo como siempre, solo que ahora tardó un poco más de lo normal, al salir me saludó como siempre con un beso, solo que esta vez yo la abracé y prolongué más ese beso como si hubiese sido el primero, nos fuimos platicando cosas sin interés hasta la parada del autobús, ya en la casa le pregunté qué había pasado por la tarde con el Sr. David, me platicó con una sonrisita pícara que cuando llegó al trabajo ya estaba el Sr. David y la saludó con un beso, “igual que el que tú me diste ahorita cuando salí”
Después me puse a trabajar y cuando estaba haciendo una cuentas de la venta de ayer se acercó de nuevo a mí y me acarició un poco y platicando de varias cosas me propuso salir a comer de nuevo” “¿y tú que le dijiste?’ ‘pues nada –contestó- le dije que sí y después te hablé al trabajo’ en el auto se besaron varias ocasiones, yo aun con mis sentimientos encontrados quería seguir escuchando más detalles, le pregunté directamente, “¿solo fueron a comer?” y me contestó “mmmm, bueno no solo a comer” cuando escuché esto me sentí en medio de un mar de confusiones, como una especie de miedo que invadía mi cuerpo y mente sin embargo también un enorme deseo de escuchar más, pero lo que me dijo no fue lo que yo imaginaba “fuimos a dar un paseo a ojo de agua (un balneario natural de Orizaba) y de ahí a la alameda”
Esto me calmó un poco, pero al mismo tiempo sentía celos con muchas dudas, mi esposa continuó “antes de salir me invitó el viernes a bailar” aquí debo mencionar que yo estoy peleado con el baile y por el contrario a mi esposa le encanta bailar, de nuevo no pude objetarle nada y le pregunté “¿y vas a ir?” ella me miró, sonrió y me dijo “pues hace tiempo que no voy a bailar, casi desde que nos casamos” “¿y a qué hora se van?” “saliendo del trabajo, no pases por mi” ese último comentario me hizo sentir como si fuera un segundo plano para ella, prefería irse con su jefe a bailar a que pasara yo por ella, esa noche mientras hacíamos el amor imaginaba muchas cosas con relación a todo lo que estaba ocurriendo sintiéndome que ella tenía el control sobre mi y el Sr. David sobre nuestro matrimonio.
El día viernes por la mañana cuando nos íbamos a trabajar me recordó (aunque no hacía falta) “hoy no pases por mi amor, te recuerdo que voy a salir a bailar” ese día se me hizo de los más eternos que haya vivido, el reloj simplemente no avanzaba, cuando por fin se hizo de noche fui al trabajo de mi esposa y procurando que nadie me viera me paré en una esquina y desde ahí me dediqué a observar cuando salió mi esposa, salió acompañada de Don David tomados del brazo detrás de ellos iban otros tres tipos y una chica más que no son empleados del lugar…
Subieron al auto del Sr. David dos de los tipos y el otro sujeto y la otra chica se fueron en otro vehículo, a lo lejos vi alejarse los dos coches, sabiendo que mi esposa iba en uno de esos carros feliz de encontrarse ahí, yo de inmediato me fui del lugar para evitar que alguna de sus compañeras de trabajo me vieran en ese lugar.
En el trayecto a casa me venían mil pensamientos, en lo que probablemente estarían haciendo, y me preguntaba constantemente en donde estarán en este momento.
De más esta decir que se me hizo eterna la noche y aunque a veces me quedaba dormido me despertaba a cada rato, no conseguía estar tranquilo, así amaneció dieron las 5:00 de la mañana cuando escuché que afuera de la casa se detuvo un auto, escuché algunas voces masculinas y después la voz de mi esposa, me levanté de inmediato a recibirla cuando abrí la puerta vi a mi esposa muy contenta, a manera de saludo me dijo ‘ya vine amor’ yo la abracé fuerte le di un beso y le pregunté “¿Cómo te fue?” “bien –respondió- me divertí mucho” seguí preguntando “¿A dónde fueron?” “al tumbao” “cuéntame –le dije casi suplicando- ¿qué pasó?”
“Pues que vamos a hacer bailamos y platicamos y bebimos un poco de tequila” “y que mas” le dije mirándola fijamente con una pequeña sonrisa de complicidad lo que le dio confianza para contarme lo que a continuación intentaré narrar de la manera más fiel que me sea posible.
Antes de salir del trabajo llegaron algunos amigos de Don David, José, Juan, Alberto y Mayra, estos últimos son novios según me contó que estuvieron un rato ahí platicando y de ahí se fueron al antro, solo que Juan y Mayra se despidieron y se fueron en su coche, mi esposa se quedó con el Sr. David y los otros dos tipo en el antro pidiendo bebidas y disfrutando de la música de vez en cuando se besaban mi esposa y su jefe como si fueran una pareja de esposos ella aprovechó que era su primer noche libre desde que se casó conmigo y bailaba con cualquiera de los tres, casi todo el tiempo estuvo bailando.
La convivencia fue muy buena, entre todos los amigos del Sr. David sabían que Elia es casada y tenían conocimiento también que aun así andaba con el Sr. David y además resultaron ser unos tipos muy lanzados de esos que no muestran mucho respeto y que son llevaderos, esto aunado con los tragos que se habían tomado propicio para que empezaran a hacer comentarios un poco subidos de tono como por ejemplo “¿con quién te gusta más o quien es mejor? tu esposo o David” mi esposa por su parte solo se reía ‘son unos groseros –les dijo haciéndose la digna- ese tipo de cosas no se cuenta’ pero ellos insistían incluso uno preguntó al Sr. David, “y que tal es en “su trabajo”’ a lo que el Sr. David les respondió, ‘no te imaginas es una leona’ y todos terminaron riendo…
Pasó el tiempo y alrededor de las 11:00 de la noche estaba bailando con Alberto y este comenzó a pegarse más de lo debido ‘incluso –me dice mi esposa- bien que sentí su paquete y hasta me apretaba contra él para que lo sintiera más y de vez en cuando bajaba su mano para agarrarme mis nalgas’ ‘¿y tú qué hiciste?’, le pregunté y ella respondió ‘nada solo le agarraba su mano y la subía un poquito a mi cintura, él solo se reía y yo le devolvía la sonrisa’ a las 11:30 llegaron algunos amigos de José quienes de inmediato saludaron y se hicieron las presentaciones, Omar, Carlos y Antonio, así entre pláticas, baile y bebidas pasó un rato más y Don David decidió retirarse con mi esposa.
José y Alberto dijeron que se iban con ellos ya que no traían coche, mi esposa se despidió de los restantes como si fuesen viejos amigos con un beso en la mejilla Omar resultó ser el más lanzado ya que la besó cerca de la boca.
Así salieron del bar y José les propuso a casa de un amigo para tomar otros tragos, todos estuvieron de acuerdo y se dirigieron hacia el dpto. del amigo de José, llegaron a la dirección en 15 minutos tocaron el timbre y salió a recibirlos un hombre maduro, de unos 50 años, el Sr. Ricardo, es soltero o más bien divorciado y vive solo, José lo presentó con todos y mandaron a Alberto por unas botellas y cerveza, ya instalados en el departamento del nuevo amigo mi esposa y Don David estaban en un sillón y se comían a besos, mientras de vez en cuando él le tocaba los senos sobre la blusa, después llegó Alberto con la cerveza y algunos tequilas pero mi esposa ya no tomó…
El Sr. David ya estaba un poco tomado a estas alturas y comenzó a besar a mi esposa para después tocarla por todos lados delante de los demás, mientras la seguía besando tocaba su vagina por encima de la mini falda y hasta intentó subirle la blusa y desnudar sus pechos para mamárselos pero ella obviamente no se lo permitió por que los demás estaban pendientes de lo que ocurría entre ellos, quizás fue por la copas, aunado de que eran observados y el calor de la situación que decidieron meterse a la recámara de la casa y ahí pasó…
Ya en la recámara se besaron apasionadamente y el Sr. David tocaba a mi esposa por todos lados al mismo tiempo que le iba quitando la ropa lo más rápido que podía, no tardó mucho para tenerla totalmente desnuda, él se quitó la ropa, también la tiró en la cama y se echó sobre ella, mi esposa por instinto abrió las piernas y él introdujo su pene…
Primero estuvieron cogiendo en la posición de misionero para después voltearla y ponerla en cuatro patas pero según me contó mi esposa ‘estaba él encima de mí y me sentía venir sintiendo su cuerpo duro (ya que está musculoso por el ejercicio) y de pronto sin sacarlo me jaló y se levantó y así estando, él de pie me cargó, yo lo abracé por el cuello con mis brazos y por la cintura con mis piernas mientras me cargaba por aquí (me señalo sus nalgas) me encantó más porque así aguantó mucho tiempo cargándome y pues tú sabes cómo me pongo cuando me excito, creo que los demás escucharon mis gritos fuera de la habitación…
Después me volvió a acostar en la cama y empezó a lamerme aquí (señaló su vagina) después se sentó en la cama y me volvió a jalar y me sentó sobre su pene, quedamos frente a frente y mientras me besaba en esa posición tuve un orgasmo maravilloso, de los que hace mucho no había sentido y en seguida sentí como Don David me invadía todo mi interior mientras él también se venía’ ahí se quedaron un rato y me cuanta mi esposa que ‘me sorprendió lo que me dijo ya que siempre es muy respetuoso al hablar pero yo creo que por que estaba tomado me dijo “chúpame la verga” y yo solo lo obedecí y en un segundo se puso duro de nuevo, me tomó otra vez y me volteó yo me apoyé en mis manos y piernas (en cuatro) hasta que sentí de nuevo como terminó dentro de mi’
Después solo se recostó y se quedó dormido por lo que mi esposa salió del cuarto y se fue a la sala, ahí seguían Ricardo, José y Alberto, ‘cuando me vieron salir me empezaron a decir un montón de cosas José me dijo “ah cabrona te lo acabaste” (haciendo alusión a que se quedó dormido) y yo por no querer ser objeto de burlas solo le contesté “no me duró ni para el comienzo” pero en lugar de aplacarlos me siguieron diciendo cosas como “pues aquí estoy yo mi reina” Don Ricardo me dijo “conmigo no te quedas con hambre”
Mi esposa siguió conviviendo con ellos aunque ya no siguió tomando, estuvo de muy buen humor por el resto de la velada haciéndoles bromas ellos, al sentirse más en confianza, y ver que por parte de mi esposa no había problema, bailaron con ella uno por uno y mientras bailaban la manoseaban por todo el cuerpo al principio mi esposa no se los permitía, aunque también me confesó que los tres tocaron cuanto quisieron de ella, después la fueron a dejar a la casa y como el Sr. David seguía dormido no fue con ellos, todavía afuera de mi casa mientras se despedían el Sr. Ricardo la besó y la tocó de sus pechos y nalgas dentro del coche ante la vista de Alberto y José como ya mencioné antes, cuando entró a la casa me saludó con un ‘ya vine mi amor’ y yo la recibí con un profundo beso en los labios.
Eso pasó la primera vez que mi esposa me fue infiel con su jefe el Sr. David, pero la historia de esa infidelidad no terminó ahí…

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2 comentarios - el jefe de mi esposa

666vader
JAJAJAJA la besaste con sabor a verga de don david JAJAJAJA
Felipe1117
Casi me la arranco pensando k era mi esposa

el jefe de mi esposa