Todo por mi lujuria [Capítulo 1]

Hola, les traigo una historia que he comenzado a escribir, espero que les guste
Todo por mi lujuria [Capítulo 1]








La tarde estaba nublada, recien terminaba de llover. Yo estaba mojada por que el agua me alcanzó mientras regresaba de realizar las compras, y no tenía nada para cambiarme. Sonó el timbre de la casa, y con el cabello y todo mi cuerpo empapado, me dirijí a la puerta para abrir, era Sebastian, mi novio. Había vuelto despues de un día de ver futbol y tomar cerveza con sus amigos. 

—No estoy de mucho humor. Fuí a hacer las compras y mira como quedé. — Coloqué una cara de pocos amigos para que entendiera que estaba bastante enojada.

—¿Y por qué te enojas? Fué tu decisión ir al supermercado. — El muy desgraciado me contestó de esa forma tan descarada. 

—Se supone que lo harías tu. 

—Ah,si. Pero ya fuiste en mi lugar. Ahora déjame descansar. —Se encerró en el cuarto sin escucharme.

Me dirijí hasta la puerta de entrada a la habitación, corriendo, pero tenía la puerta muy bien cerrada. Me estaba resultando difícil ingresar, pero estaba decidida por ir, y decirle lo que pienso en su cara, aunque fuera lo último que hiciera. 

Salí de la casa, y me las ingenié para entrar de nuevo a travez de la ventana de la habitación, la cual estaba justo al frente del inmueble. Una vez dentro, el me ignoraba totalmente, no decía nada y tampoco escuchaba lo que lo le hablaba. Parecíamos peleados, pero sin una pelea. 

Se me ocurrió obtener su atención de la forma que a él mas le gusta. Encendí la calefacción, cerré totalmente la ventana, y me quité toda la ropa, menos mi sosten y mi panty. Me acosté a su lado, y harta de no tener ninguna reacción de parte de él, lo abofetié y, mientras se quejaba de dolor con las manos en su mejilla, le quité rápidamente su pantalon y su boxer, dejando todo su miembro viril al descubierto, el cual tenía un largo de veinte cenímetros, y su grosor era intermedio. Acerqué mi boca, y apoyé apenas mis labios en su glande que ya comenzó a hacer algunos gemidos de placer. Que débil.

En realidad, solo quería hacerlo sufrir un poco, asi que utilizé mis dientes para morderle la punta de su pene suavemente, cuidando de no lastimarlo. Suficiente, ya lo había hecho gritar de dolor, pero ya me había calentado, por lo que aproveché para coger y romper con la reiterativa de hacerlo una vez cada mucho tiempo. Si esto seguía así, no tendría mas opción que hacerlo cornudo, algo que, a decir verdad, me gustaría mucho.

Con mis labios, rodié todo su glande mientras mi lengua realizaba algunos roces por este, al rato trasnformé esos roces, en lamidas intensas a la vez que le succionaba el pene, algo que había descubierto con mi anterior novio y que a algunos hombres les gusta mucho. Pronto, todo mi pene lo ingresé en mi boca, la punta la sentía casi en la garganta. Siempre fuí fanática de hacer gargantas profundas, pero con él era imposible, tenía un pene muy vago y complicado para poner en erección, aun que esta vez lo logré calentarlo rápidamente.

Continué por un minuto y medio, moviendo mi cabeza hacia arriba y hacia abajo, se notaba que estaba a punto de acabar, pero no lo iba a permitir. Quité todo su pene de mi boca, y ví como se le alejaba ese momento mientras respiraba agitadamente. Me deshice de mi sosten y mi panty, y me le acosté encimal, con mis manos acomodé su pene para que quede dentro de mi ano. Cuando estaba por sentarme para montarsela, siento mi cuerpo sacudiendose, estaba penetrandome por el culo, lo hacía con mucha velocidad y con mucha potencia en cada embestida, nunca antes me había sentido bien durante una penetración anal. 

Tomó mi cara y me besó con mucha intensidad sin dejar de cesar las embestidas, mi vagina estaba sintiendose muy húmeda. Con bastante fuerza, me quitó de encima, me puso contra la pared, y nuevamente siguió cogiendome el culito, pero esta vez, acariciaba mi clítoris ingresando cada tanto, los dedos en mi vagina. 

Unos minutitos despues, él ya estaba gritando, no aguantaba mas, y yo tenía todo mi cuerpo vibrando. Me hizo dos últimas embestidas muy fuertes que me hicieron sentir un dolor tan grande que lancé un fuerte grito que parecía que me estuviesen matando, despues de eso, sentí el interior de mi ano que se llena de líquido, había acabado. La vibración en mi cuerpo era aun mayor, no la podía resistir mas, de mi vagina salió disparado un poderoso chorro y, finalmente, el temblequeo provocó que me cayera al suelo. 

Ahí estaba yo, desnuda con semen saliendo de mi culo, y en un gran charco de líquido que expulsé en mi orgasmo. Mi novio se retiró de la habitación aclarando que no volviera a molestarlo. El cansancio me dejó con la lengua afuera y sin fuerza de nada, por lo que me quedé allí, hasta que me quedé profundamente dormida.





Continuará... 

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