Sexo, música y otras yerbas

Sexo, música y otras yerbas


Parte I


Mi primera experiencia psicodélica.Abigail fue mi amiga desde que tenía 14 años, si bien sus pechos eran pequeños, su culo era colosal. Me refiero a que era grande, muy carnoso, y bien parado. Su tez blanca y cara de nena mimada, como decimos en Argentina una concheta.
A pesar de que nos separaba una clase social con todas las costumbres que esto implica, nos unía la música. Ella fanatica de Nirvana, yo de Jimi Hendrix y un amor compartido por la reina Janis Joplin. Ya les había contado mi fanatismo por el rock nacional en el post anterior. Ahora van a conocer mi época psicodelica con la más loca y linda de mis amigas.

Así fue que por una tarea del secundario en que ella quería que la ayude terminé yendo a su casa. Al terminar nos quedamos escuchando música, tomando cerveza y fumando tabaco, ya que sus padres nos dejaban hacerlo en la habitación, algo que no sucedía en muchas casas por aquellos años. Ya para ese entonces Abi y yo teniamos poco más de tres años de amistad. Ella tenía 17 y yo 18.
Primero fue una vez a la semana, y sólo para estudiar. Luego iba mínimo tres veces a la semana, su mamá terminó tratando conmigo como a un hijo más.

Un fin de semana, muy aburrido, nos mensajeamos con Abi y quedamos en encontrarnos en su casa. Yo sabía que ella fumaba algo más que tabaco, pero nunca lo había hecho conmigo, ni siquiera habíamos tocado el tema.
Ese día llegué y ella vestía con unos short rosados deportivos que dejaban ver parte de su terrible cola y una blusita deportiva también pero bastante suelta.
Me fui directamente a la cocina, por costumbre, siempre saluda a su mamá cuando llegaba, y generalmente estaba en la cocina o estaba en el comedor mirando tele. La puerta de su habitación estaba cerrada y me sorprendió.
-Negra ¿tu mamá no esta?- no tenía un apice de negra, pero es un modismo muy recurrente por estos pagos llamar a todos "negro, gordo, etc", de cariño.
-No, gordo, mi vieja se fue a Buenos Aires de viaje. No vuelve hasta pasado mañana, se fue con mi viejo. Igual me dejaron plata, así que esta noche cenamos pizza ¿Te va?¿O querés empanadas?- grito ella desde la pieza.
-Lo que quieras vos, Abi, me da igual...

Me fuí a su pieza llevandome un vaso de jugo.

-Che, Seba, tengo un porro de flores, Augusto me la consiguió. Que decís si nos fumamos uno y escuchamos música, encontre unos ineditos de Jim Morrison - Cuando nombrabamos a Jim obviamente nos referiamos a The Doors.

-No sé, nunca probe, la verdad no sé- Me moría por probar algo nuevo, ya que mi vieja también viajaba mucho, y estar sólo siempre me dió la posibilidad de explorar mucho, siempre fui muy curioso además.
-Bueno, dale. Pero me quedo a dormir- decidí al final -dejame que le mande un mensaje a mi vieja para avisarle que hoy no voy a casa.

Siempre fui responsable, así que mi vieja no me cuestionaba mucho, se preocupaba lo normal, pero si confíaba mucho en mi.

Sin muchas vueltas mi vieja me dio el visto bueno. Y así nos fumamos medio cigarro verde y nos relajamos en su cama a escuchar música.
Hablabamos poco, cantabamos otro poco, nos reíamos mucho. Yo le contaba todas las cosas que iba sintiendo.

Cerraba mis ojos y parecía que la música me envolvía de a poco, pasaron varios minutos para entender como me hacía sentir la marihuana. Luego cerré los ojos y empecé a sentir que caía desde la cama a un vacío, mi primera reacción fue buscar su mano, que estaba a lado mío. Ella se dió vuelta y me preguntó:
-¿Está bien esa música?¿Querés escuchar otra cosa?
-Por mi esta bien, jaja, no sé todo lo pongas va a estar bien.

Ella se acostó pero ya no a mi lado. Se acostó arriba mío y comenzó a besarme. Todo lo que hacía con su boca, con su lengua, con sus manos, todas esas sensaciones se multiplicaban mientras estabamos high, so high. Ahí entendí porque quería hacerlo así. Acariaba cada parte de su piel a la que tuviera acceso. 
Me senté sobre el respaldar y ella me puso unas almohadas en la espalda mientras besaba su cuello. Su perfume fue otro mar de sensaciones para mi, ahora sentía mejor las notas que componían esa fragancia, me pareció que con un poco de experiencia en el rubro, podría haber sido el mejor perfumista de la historia, con la ayuda de 'María' para hipersensibilizarme.
Ella me saco la remera, y comenzó a pasar suavemente sus uñas por mis brazos. Me retorcí de placer, le conteste con otro beso, y otro beso más cerca de sus pechos.

-Me encanta hacer el amor así, ya vas a ver, te va a encantar. 

Me dejó una sonrisa y fue hasta la computadora, cambió de música, ahora sonaba Janis.
Se acercó a mi suevemente, con una sonrisa en la boca. Tan dulce, y con los ojos algo chinos y rojos. Subio por mis piernas con sus manos, por encima del pantalon, acarició el bulto de mi entrepierna que de a poco comenzaba a encenderse. Siguió hasta mi pecho, luego mis hombros y terminó besandome suave pero apasionadamente.

"Didn't I make you feel like you were the only man yeah!..."

Me desabrocho el pantalón y yo le saque la remera. Seguía besandola mientras ella apretada mi pene ya endurecido.
Le saque el pantalón, y le pedí que se sentara arriba mío, de espaldas. Sentí su enorme culo refregandose contra mi pija hinchada. Subí su corpiño para que esas montañitas quedaran expuestas. Apretaba sus pezones con una mano, con la otra acariciaba por debajo de su ombligo sin llegar hasta su sexo... no todavía. Acariciaba y raspaba suavemente con mis uñas el interior de sus piernas. Su excitación la sentía en sus movimientos. Bordeaba su ropa interior con la llema de mis dedos sin moverla. Su espalda se arqueaba de placer.
Su cuello estaba cubierno de lengüetazos y chupones míos, el lóbulo de su oreja también.

..."I want you to come on, come on, come on, come on and take it,
Take another little piece of my heart now, baby!
Break another little bit of my heart now, darling, yeah, yeah, yeah.
Have another little piece of my heart now, baby,
You know you got it if it makes you feel good,
Oh, yes indeed."...

Pasamos un rato así, yo prendiéndo el fuego y ella mojandose cada vez más.
Ya sonaba Kozmic Blues de la Reina

Time keeps moving on,
Friends they turn away.
I keep moving on
But I never found out why
I keep pushing so hard a dream,
I keep trying to make it right
Through another lonely day.

Entendí que estaba lista cuando sus uñas se empezaron a clavar en mis brazos.
Era el momento de premiarla, así que suavemente, casi a manera de tortura deslicé mis dedos centimetro a centimetro hasta alcanzar el capuchón de su clítoris. Estaba humeda también, de hecho estaba toda encharcada. Con el dedo índice y el anular abrí sus labios un poco, y con el medio alcancé aquél botón de placer. Ni bien lo toqué Abigail estalló en un grito de placer. Seguí estimulandola, alternando roces directos con masajes a toda la vulva.
Nunca una mujer se había excitado así conmigo, no para de mojarse, el ritmo de mis manos era frénetico.
Quería que terminara, aunque mi erección me doliera, ahora pensaba sólo en ella.
La acosté en mi lugar y yo me puse a su lado. Mientras la besaba continuaba la masturbación. Ella se sacó la bombachita. Separé un poco más sus piernas e introduje mi dejo anular y el medio en su vagina. El índice y el meñique acariciaban esos grandes e hinchados labios. Primero metí y saque mis dedos un par de veces, luego la penetre un poco más profundo, luego comencé a mover mis dedos dentro de ella ¡Madre mía, los gritos que pegaba!

-Aaahhh... Aaaahhh... siii... Aaaaahhh....

Sus piernas empezaron a temblar.

-Seba...

"There's a fire inside of everyone of us, huh-uh,
I'm gonna need it now,
I'm gonna hold it yeah,
I'm gonna use it till the day I die."

-Aaahhh, Seba, ahí...

Arqueó la espalda mientras sus piernas temblaban y sus dedos se enterraban en mi antebrazo.

-AAAAAAAAAAAAHHHHHH....

De a poco disminuiba el ritmo.

Mientras tanto:

"Maybe
Oh if I could pray and I try, dear,
You might come back home, home to me."...

Mi mano quedó por completo empapada de fluidos.

-Ah, boludo, que bien se sintió eso.
-¿Te gustó?- le pregunté, aunque era claro que si.
-Si, es muy intenso acabar así.

La besé y "sin querer" mi todavía endurecido miembro tocó su brazo. Ella respondió agarrandolo con su pequeña mano para masturbarlo.

-¿Es mi turno?
-Obvio- respondió ella con una sonrisa picara en los labios.

Me levanté y cambié la musica. Yo quería los clasicos.

"People are strange when you're a stranger
Faces look ugly when you're alone"

Me acerqué al borde de la cama y antes de poder hacer nada, ella me tomó de las caderas y sin siquiera usar las manos tragó mi pene  hasta el final. Su boca engullía mi virilidad y la volvía a escupir. Por fin soltó mis caderas para poder acariciar mis pelotas mientras seguía el cabeceo.
Si continuaba iba a acabar en ese momento.


La puse en cuatro y antes de penetrarla, le pasé dos veces la lengua por todo su sexo.
Tengo que confesar, que me encanta probar fluídos femeninos.
Luego de eso acomodé el glande y suavemente empujé hasta sentir todo adentro.
Un ritmo suave al inicio de la faena.

-Abi, que calentita estás. Que rica.
-Seguí, negro, así.

"When you're strange
Faces come out of the rain
When you're strange
No one remembers your name"

Paulatinamente el vaivén se hacía más rápido y excitante.
-Ahh... Ahh... Ahh...

"When you're strange"...

La sentía tan apretadita ahí dentro, mi pene estaba al palo. Mis manos en su cintura ayudaban a que las embestidas sean más profundas.
Se la saqué, ví que tenía restos de sus líquidos en el tronco. Volví a meterla, profundo. Soltó un gritito al final. Otra vez, la saque y la volví a meter. Dos veces más. Y volví a coger más fuerte, sus nalgas rebotaban en mi pelvis.
Me agaché encima para poder llegar a apretar sus pechos. Estaba por llegar. 
Le pedí cambiar de posición. Ella me sentó en la cama para poder cabalgarme. Me miraba fijamente, mientras me acostó, y sobretodo mientras ubicaba la cabeza de mi falo en la entrada de su sexo. Me desafiaba.
Empezó a cabalgarme salvajemente, a tal punto que sentía que me debilitaba en cada salto. Sentía el peso de los golpes en mi pelvis. Apreté sus piernas, nunca me había sentido así. La sensación de estar dentro y ella cabalgando como lo hacía. La hierba me daba la capacidad de sentir cada roce y mucho más la terrible cogida que Abigail me estaba dando en ese momento.
Una y otra vez... mis sentidos explotaban.

-Abi, ya termino, sacala.

Se paro de golpe... pero no la saco.
Empezó a menearse arriba de mío de atrás hacia adelante.

-Quiero toda tu leche.
-No, para... aahh...

Me miraba decidida.

-Dame la leche, damela Sebastián. Dale...

Me tomó del pecho y sentí sus espamos mientras veía correr nuestros fluidos por mi tronco.


La sensación de que ella hacía algo que yo no quería me excito muchísimo. Pero le pego a mi curiosidad más que nada ¿Que más podría hacer ella conmigo que se sintiera así de bien?

Después ella me explico que se estaba cuidando, que no pasaba nada.

Afortunadamente fue todo un fin de semana. Esto es sólo el comienzo.


sexo

1 comentario - Sexo, música y otras yerbas

mdqpablo +1
muy buen relato .exelente nos gusto van pts que nos quedaron