Aprendiendo sobre el amor 7

Como saben y siempre digo perdon por la demora!
Hoy si que van a tener premio porque tengo a mi amiga a mi lado y ademas de tener una linda noche vamos a tener un rato para escribir mas de esta historia!
En un rato vamos con mas!
Les dejamos saludos!


Parte 6: http://www.poringa.net/posts/relatos/3162323/Aprendiendo-sobre-el-amor-6.html






Mariangel se fue colocando la ropa mojada mientras yo agarraba la toalla, salió corriendo del baño en dirección al cuarto, mientras yo iba a ver quién había llegado.

T: Buenos días mi niña – me dijo la Sra trinidad mientras me abrazaba – perdona por llegar antes, es que este niño – señalando a Román – estaba muy impaciente por verte de nuevo.

L: No se preocupe Sra Trinidad, después de todo esta es su casa. Tu ven y dame un abrazo y un beso – le dije a Román - ¿Qué quieres hacer hoy?

R: Quedo id a playa – me dijo con una sonrisa

L: Esta bien, iremos a la playa, deja me cambio para que vayamos si? – el asintió – ah, te tengo una sorpresa – mientras se lo decía sus ojitos se iluminaron – pero espera eh. – el volvió a asentir, esta vez mas entusiasmado.

T: Bueno pequeño, vamos a preparar algo de comer para que lleven a la playa. – dijo agarrando a Román para ir a la cocina.

Fui al cuarto, y me encontré con Mariangel a medio vestir, solo tenía unos pequeños shorts y nada más que cubriera su cuerpo, silenciosamente agarre uno de sus traje de baños, me despoje de mi toalla y me acerque a ella, pegando nuestros cuerpos, el traje de baño lo coloque en la cama, mientras una de mis manos la abrazaba para pegarla más a mi cuerpo.


M: Ah.. amor..- susurro – no no debemos te..tene..mos vi..sitas.

L: No estamos haciendo nada amor – le susurre al oído.

Atrape su lóbulo entre mis labios haciéndola estremecerse, mis labios fueron besando la piel de su cuello, parte de su espalda y hombros, Mariangel se fue volteando hasta quedar las dos frente a frente, miro mi cuerpo desnudo mientras mordía su labio, en sus ojos se notaba la lujuria, y yo solo pude pensar “caíste en la trampa”

Una de mis manos las dirigí hasta su cuello para unir nuestros labios en un beso, primero la bese despacio, pero como estábamos algo cortas de tiempo (Román y la Sra trinidad nos estarían esperando) profundice el beso mientras la llevaba en dirección a la cama, luego de arregostarla en la cama, mis besos fueron bajando, por su cuello, su clavícula y me detuve en sus senos, mientras mis labios jugaban con uno de sus senos, mis manos iban en dirección a su short, lo fui retirando lentamente, mientras Mariangel suspiraba.

Cuando por fin la tenía desnuda, volví a sus labios, besándola con más intensidad, y sin que se diera cuenta fui agarrando el traje de baño, abriendo los ojos en el beso, vi que prenda fue la que agarre, y me dispuse a colocársela, cuando la tela hizo contacto con su cuerpo, Mariangel frunció el ceño mientras se detenía el beso.

M: ¿Qué haces? – pregunto con la voz agitada, yo no le respondí solo seguía colocándole la parte superior del traje de baño - ¿es broma verdad?

Con una pequeña risita, termine de colocarle la parte superior del traje de baño, y agarre la otra pieza del traje de baño, vi a Mariangel con intenciones de retirarse, así que la agarre y la bese con pasión, ella al principio se estaba resistiendo pero de a poco me fue respondiendo el beso con la misma intensidad.

Con una de mis piernas presione su centro, haciéndola arquearse y gemir en mi boca, me separe de sus labios y fui a besar sus piernas, y mientras le besaba las piernas le iba colocando la parte inferior del traje de baño.

M: Maldición! Porque me tienes que vestir?

Le termine de colocar el traje de baño, y aun con mi sonrisa, pase mi lengua sobre el traje de baño en su centro, mariana se arqueo y gimió mi nombre, fui subiendo hasta unir nuestros labios para besarnos por unos minutos.

L: Te dije que no haríamos nada amor – le guiñe – vamos que te tengo una sorpresa – ella aun me miraba incrédula – vamos a la playa.



Me vestí rápidamente, y Salí junto con una aturdida Mariangel, al ver a Román corrió a abrazarlo, los dos se extrañaban mucho, me alegraba el hecho de que los dos se quisieran mucho, me daba risa cuando a momentos me fulminaba con la mirada, sé que se las cobraría y con creces, pero eso no quitaba que estuviera sonriente todo el día.

Fuimos a la playa, la Sra trinidad no nos acompañó, pero aun así nos dijo que luego nos iba llegar para acompañarnos un rato, entre las dos nos turnábamos para cuidar a Román e ir a bañarnos un rato a la playa, yo no me metí mucho al agua, pero si me tumbaba en la arena para agarrar un poco de sol.

Ya entrada la tarde, con un Román dormido de tanto jugar y correr en la arena, nos llegó la Sra Trinidad, conversamos un rato y nos mandó a bañarnos para que disfrutáramos un rato juntas.

Nos metimos al agua, tonteamos un rato, nos regalamos uno que otro beso, ya casi era hora de irnos, le dije a Mariangel que pronto teníamos que salir del agua. Ella me dijo que estaba bien, me robo un beso y me fue dando la vuelta hasta quedar mi espalda pegada a su pecho, nosotras le dábamos la espalda a la orilla de la playa, y nuestras miradas se dirigían al inmenso océano.

M: Te amo lo sabes verdad?

L: si amor, yo también te amo.

Delicadamente Mariangel fue besando mi hombro mientras su mano jugueteaba por mi abdomen, cada vez bajando más hacia mi centro.

L: ¿Qué haces?

M: Nada amor, no estoy haciendo nada – susurro en mi oído.

De a poco su mano iba introduciéndose en mi traje de baño, ella solo se dedicaba a tentar, rozar y enloqueciéndome.

L: estás loca – dije en un susurro – estamos en un lugar público.!

M: Y?.. dime que no te gusta la idea de que nos descubran – decía mientras sus dedos jugaban en mi clítoris.

L: Yooo.. dios.!!

Su mano se dedicó a jugar con mi clítoris y de a momentos tentaba entrar en mí, estuvo un rato así, hasta que sentí mi orgasmo a punto de salir, ahí fue cuando Mariangel se detuvo y con una pequeña mordida en mi cuello se separó de mí.

M: eso es por lo de esta mañana.

Se fue a la nadando a la orilla, mientras yo aun con mi respiración agitada intentaba calmarme para ir con ellos.

Ya al llegar de nuevo a la casa, conversamos un rato con la será Trinidad, donde se comenzó a hablar como había ganado el juicio contra mi padre.

Flashback



Llegue temprano al juicio, estaba muy nerviosa ya que por fin se tomaría la decisión de quien tendría la tutoría legal de Román.



El juez dejo a un lado mi prueba (ropa interior que tenía puesta la primera vez que me violaron), así que no me quedo de otra que sacar mi último recurso, aunque no quería utilizarlo no me quedaba otra opción si quería tener a Román a mi lado y hundir a mi padre.



Mi abogado fue junto al juez para pedir permiso de colocar un video donde se mostraba una de las veces que mi padre “jugaba” conmigo, el video era casero nunca había notado que el grababa lo que me hacía, me di cuenta la última vez que abuso de mí, cuando estaba buscando algo que lo incriminara me encontré de casualidad con estos videos.



La mirada estupefacta del juez al mirar el video fue única, su expresión fue cambiando a una de odio y rabia, detuvo el video alegando que era suficiente para dar un veredicto a ese juicio. Obviamente el resultado fue a mi favor, dando como resultado muchos años en prisión para mi padre, y para mi una paz inmensa.



Fin Flashback

Fuimos a nuestra habitación para descansar, estaba muy adolorida debido a que había tomado mucho sol y mi cuerpo ardía al más mínimo roce.

M: Te arde mucho el cuerpo?

L: si mucho – le dije haciendo pucheros

M: Acuéstate amor, yo hare que el ardor cese un poco – camino en dirección a la puerta – ya vuelvo

Me coloque un pijama y me acosté en la cama a esperar por Mariangel, ella no tardo más de 5min en regresar.

M: colócate boca abajo – me dijo al ingresar de nuevo al cuarto – y quítate la pijama.

Hice lo que me ordeno, ella se colocó a un lado de mi cuerpo, de rodillas en la cama, agarro un frasco de crema, y lo fue esparciendo por mi cuerpo

L: mmmm.. – medio gemí, la crema estaba fría.

M: ¿te gusta? – Yo solo asentí – ¿no te lastimo? – negué rápidamente

Sus manos apenas hacían contacto con mi cuerpo, daba leves roces con sus manos, ella solo se encargaba de esparcir la crema por mis piernas, brazos, espalda, estaba tan a gusto que me dormí.

Al despertar aún era de madrugada, voltee a ver a Mariangel que se encontraba aun en los brazos de Morfeo, la abrace y comencé a detallar cada parte de su rostro, sus ojos, sus mejillas, su nariz, sus cejas, sus hermosos labios, inocentemente me acerque y le robe un pequeño beso y seguí observándola. Fue tanto que la observe, tan intensa era mi mirada que ella comenzó a despertarse.

L: Perdona, te desperté – le dije susurrando

M: Con tal de despertar así, me puedes despertar a cualquier hora amor. – y me robo un beso - ¿no tienes sueño?

L: no, ya no puedo dormir.

M: mmm. – me beso otra vez, pero con más ganas que el anterior - ¿Qué te parece si nos entretenemos en algo? – susurro en mi oído.

L: No se amor – le dije seria – no quiero que me dejes a medias – mientras lo decía no pude evitar sonreír, recordando que yo también la había dejado a medias.

M: una por una no es trampa eh – me miro juguetonamente – pero..- se pegó totalmente a mi cuerpo – esta vez no te dejare a medias - dijo mientras su lengua delineaba mis labios – te hare tocar el cielo – y se adueñó de mis labios.

Esta vez no hubo juegos previos, ya habíamos jugado demasiado, su mano se dirigió directamente a mi entre pierna, haciéndome gemir en su boca.

M: shhh… amor nos pueden escuchar – y era cierto en el cuarto de al lado se encontraba Román y la sra trinidad. – evita no gritar amor. – dijo besándome con fuerza.

Fue descendiendo por mi cuerpo, sin despegar sus labios de mi piel, y sin apartar su mano de mi centro.

M: Respira amor – dijo para rápidamente hundirse entre mis piernas, tuve que morder mi labio fuertemente para evitar gemir su nombre, es que verla a ella entre mis piernas era demasiado placer, sentir sus dedos y su boca justamente ahí fue demasiado para mi control.

Mi mirada estaba clavada entre mis piernas, viendo su cabello medio alborotado, y a veces ella me miraba mientras bebía de mí, inconscientemente mi mano la dirigí a su cabeza cuando llegue al clímax.

Y vaya que me hizo tocar el cielo, el no poder hacer ningún sonido, y todo lo que ella me hizo era simplemente demasiado. No me dio tregua y ya al 2do orgasmo fue que me dejo recuperarme un poco, yo también la hice tocar el cielo, estuvimos así hasta que amaneció. Nos quedamos abrazadas, viéndonos a los ojos, con sonrisas cómplices, regalándonos sonrisas, hasta quedarnos de nuevo dormidas.

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