Con antigua profesora, tostadas y sexo

En la semana seguí con más sexo.Porque como si lo que cogí con Estela fuera poco, me tocó otra y la aproveché.La cosa fue con Silvia, una ex profesora mía de Inglés, que el jueves respondióun mensajito mío y me invitó a merendar a su casa por Olivos. Contento porquela aprecio mucho aparte de haber aprendido, me vestí lo mejor que pude porquesi bien no le tenía ganas, siempre excita que una mujer te invite a merendar, ymás la morocha de voz finita que es joven y está buena.
 
Así que con camisa, pantalónfino, sandalias y recién bañado y perfumado, bastante caliente de entrada, mefui para Olivos. Y más con las mujeres que hay siempre en los colectivos, consus carteras de cuero, perfumes, pintura de labios, esas polleras con vuelo queme sacan. Llegué a lo de Silvia, y la dulce me abrazó fuerte y besuqueó alverme. "Diegui, años que no te veo, qué lindo que estás", me piropeó,re dulce. Yo me alegré pero al mismo tiempo me extrañó el piropo, no sé siestaba con ganas o simplemente me quiere posta. Bueno, nomás me acompañó alcomedor, una casa linda que comparte con sus dos hijas, es separada, y trascharlar un rato de nuestra vida Silvia me preparó café con leche, me hizotostadas y me trajo queso y mermelada. Y nomás merendamos, ella me trajo todo,me untó una tostada con queso blanco, me conversaba dulce, suave, fina, muylinda de blusa y pollera blanca, tacos, recién bañada y perfume fuerte comosuele usar. Y claro, la calentura previa y la del momento, aparte Silvia, mefueron despertando mis ratones. Y cuando me excito, ustedes saben. Le empecé apreguntonear a la joven si usa cuero, su pintura, cremita, qué linda pollera,esto, aquello, lo otro. Y la merienda nutritiva me terminó de poner en clima.
 
Silvia levantó todo, se movíafina y provocativa con esa pollera fina blanca y hacía ruido con sus tacos. Yyo la miraba cuando comíamos, imaginate ahora que me empezaba a calentar mal.Pensé un rato en quedarme con la leche, no la de la merienda sino la míapropia, y pajearme en casa, antigua profe, la quiero mucho, todo bien. Pero no.Cuando me salgo me salgo. Y me salí con Silvia: fui directo a ella, la abracé,ella se dejó pensando que no pasaba nada, la estrujé contra la heladera, laempecé a manosear y como veía que no me sacaba, seguí y seguí cada vez más locoy desatado, mientras sentía loco mi pene crecer a lo pavote. Al final le pedíun beso en la boca, Silvia se rió pero aceptó y me lo dio. Y por respuesta,lepasé una mano por una de sus preciosas tetas. La mujer gustó y me respondió:"Diegui, ¿me tenés ganas?" Le dije sí de una, qué carajo mi profe niqué concha, y la mina se entregó nomás. "Sííí, amor, dale, total no tengohombre", refiriéndose a que se había separado hace poco de su marido yestaba despechada.
 
Para qué me lo dijo. La agarré aSilvia de su delgadito brazo, la llevé a su pieza, la arrojé en la cama, mesaqué loco todo, ella jadeó y pidió que yo la reventara, así de fuertona, mirá laseñora, y tras un ratito, Silvia se quitó el corpiño y la bombacha y se meabrió toda para mí. Fui yo quien se hizo rogar, mientras la profe pedía loca"dale, dale, amor, dame pija" desatadita. Cómo no, no aguanté más, medesnudé en un toque, me mandé encima suyo, loco por su finura, perfume, cuerpodelgado y la merienda, y tras metérsela de golpe por la vagina se la di duro,frotando y jadeando loco mientras me movía y ella resoplaba y gemía perfecto.Tanto, que no aguanté y eyaculé tremendo torrente de semen en la vagina deSilvia. Y tras darle, no me sacié sino que la cogí por cola, lo que ella gustó,se puso y se la metí duro garrote hasta rendir perfecto y acabar violento yespeso semen. La saqué, se la puse y di en su boca, Silvia tragó excitada misemen, pidió que le acabara más, me estimuló, me volví loco y eyaculé en suboca, tragó de nuevo y me puso su concha cerca de mí para que se la lamiera, ylo hice loco. Y dije: acá se la devuelvo sabés cómo. Cómo: pene en vagina,semen, pene en cola, de vuelta largada, ella no paraba de estimularme yecxitarme  y yo enloquecido con lo gauchade la profe disfruté a mis anchas, poniéndola y acabando de lo lindo las vecesque quise y pude. Una genia la teacher. Después, besos, mimos, Silvia me elogióy me gastó medio: "Diego, es en serio que sos un alumno rendidor voseh", se reía. Y, con una profe que no sólo enseña inglés, sino te hace lamerienda y el amor, qué mejor.

2 comentarios - Con antigua profesora, tostadas y sexo

Flordetilcara +1
Q cagada tu relato, después te despertaste seguro y te masturbaste