Fui con mi vecina Eli a la playa y se la di bien

Ahoravamos a lo mío. Como conté, pegué onda (y algo más) con esta divina mujer Eli,una marplatense re dulce madurita, vecina de donde yo estoy parando. Nochesatrás cenamos EN SU DEPTO y me la volteé con potencia. Pero no iba a ser la última,porque arreglamos para una noche. Pero no llegué a la noche.
 
Lesconté que Eli me acompaña cada mañana a la playa, que tenemos acá a unascuadras. Y siempre que la he visto me tiento de algo. Imaginate, una rubiamadura pero linda, rellenita pero buena figura, fina, malla, cremita con fuerteperfume. Esta vez ya me volví loco desde cuando Eli, en pareo y con su malla delycra multicolor y su bolso,  me pasó abuscar y nos fuimos. Me tomé de su brazo y excitado sentía placer, su cuerpo ypiel fina mientras íbamos a la arena. Llegamos, nos instalamos, charlamos,fuimos juntitos de la manito como novios (ella es separada) al mar. Y porsupuesto, tomamos sol. Y ahí, qué decir. Eli se pasó la crema y luego me pasó amí, demasiado cariñosa y toquetona. Me crecía el re pene, pero me quedé y tratéde disfrutar el sol marplatense, pero era difícil porque el viento fuerte metiraba el exquisito aroma a crema y no podía parar de la excitación. Y encima,al mediodía comimos sandwichitos que ella preparó en su depto. Luego siestitta,luego mar, luego más sol, caminamos, todo. Y vuelta al depto. Pero Eli meinvitó al suyo a merendar y así cerrar la tarde con ella, ya que nunca lo habíahecho.
 
Aceptégustoso, ratonadísimo, semejante potra encremadita, malla de lycra, figura,madura, y encima a su depto a tomar la leche. Nomás Eli me hizo café con leche,tostadas con queso y mermelada, y pasamos otro gran momento veraniego disfrutandola merienda. Yo aparte disfrutaba su cara, belleza, finura, sus modales, lo charlatana,lo dulce, lo gaucha. Y esa malla aún enarenada y ese aroma a crema que mevolvía loco.
 
tanloco que no pude más. Y apenas Eli levantó y terminó de acomodar todo, melevanté, fui medio boludo a la cocina, la agarré de espaldas, aproveché y laestampé furioso contra la puerta de la heladera. Eli se asustó medio, perocuando le empecé a pasar las manos por su culo, piernas, muslos y malla,entendió y gustó. Mirá la marplatense, un alfajorcito de dulce de leche, seentregó a mi boca. Y a mi pene: tras manosearla bien, cada vez máss sacado consu malla y crema, le pedí en bolas, Eli se dio vuelta y se quitó la malla, yapenas la vi desnuda, tiré a la mierda mi short, la volví a sujetar, la volví aaplastar contra la heladera y se la metí con violencia, calentura y placer ensu vagina, se la saqué y le di por cola, con furia, amor y sacadura total,aparte ella chocha gozaba como nunca. Y acabé interminable semen en su cola,Eli gozó y se hizo encima, se dio vuelta y me ofreció su vagina, la lamí, ellami penacho, se tendió en el sofá y ahí me la cogí por vagina, zambulléndomearriba y destrozándola hasta el último rinconcito de su perfecta silueta. Pene,frotada, gemidos de Eli, jadeos y locura mía y alaridos de los dos cuando leeyaculé tremendo semen. Y para rematar, quise más, Eli preguntó qué le iba ahacer, le dije "sorpresa mi amorcito" y tras sujetarla y empomarlacontra la pared, se la puse con malla y todo por la cola, y nomás le empapé lamalla de abundante y pegajoso semen. Eli fue al baño, se quitó la malla, lamióel semen y volvió con un vestidito, cambiada, hecha bolsa, Me pidió seguir otrodía que había quedado ehcha bolsa, le dije sí, le di un besote en la boca, ellame lo devolvió y quedamos, como habíamos hecho antes, en una noche. Genial.Pero habría más.

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