La tía

Gaby y yo hablábamos seguido de lo nuestro y en otras ocaciones a aquello a lo que nos dedicábamos. Cuando ella me contaba lo que había hecho en la semana, se comenzaba a estresar al recordar al tipo de clientes con que trataba. Yo usaba eso para darle un masaje que terminaba en final feliz para ambos. A ella le gustaba que le masajeara sus pechos, decía que ahí es donde sentía mas el estrés, luego se ponía boca abajo y terminábamos así nuestro encuentro semanal. Así fue por unos 2 meses. Después de eso, los encuentros eran mas continuos, nos veíamos 2 veces a la semana y otras hasta mas. Esto fue porque sus tíos vivían a unos minutos de la colonia en que yo vivía. Uno de los días en que nos reunimos, me invito a casa de sus tíos y me mostró el cuarto que estaba ocupando, era espacioso y estaba desconectado de la casa de sus tíos, algo así como un almacén.
Nos conocimos su tía y yo. Si no mal recuerdo era Luisa, y su esposo llego mas noche, era Hugo. Aquí comenzó algo interesante. Una de esas tardes en que iba a casa de los tíos de Gaby a verla, me encontré de camino a su tía. Íbamos hablando de como nos conocimos y lo que hacíamos. Procure no caer en la parte del sexo, ella y su esposo la tenían protegida por encargo de su papa, pero la platica siguió hasta que llegamos a su casa. Cuando llegamos, Gaby salio recién bañada oliendo a su shampoo de fresas. Vestía una camiseta negra de alguna banda y un short de esos que apenas tocan el muslo. Comimos y hablamos de lo que hacíamos. En eso a Luisa se le bota un botón de la camiseta que llevaba y deja ver un poco el canalillo de sus pechos. Debo decir que estaba bien dotada. Se levanto y subió a su cuarto a cambiarse la camiseta. Nosotros nos quedamos mirando y reímos.
Después de un rato pasamos a la sala. Propusieron ver una película de terror, pero Luisa dijo sentirse cansada, así que se fue y nos quedamos nosotros solos. Después de un rato nosotros dos ya estábamos hechando humo. Como toda buena película de terror de bajo presupuesto había sexo y desnudos, y eso nos prendía. Estábamos recostados en el sofá y ella de a poco se pegaba a mi. Yo le rosaba la verga que aun estaba en mi ropa contra su traserito. La presión que hacíamos el uno contra el otro nos prendía mas, y cuando ya no pudimos mas, ella se deslizo un poco su short con sus pantis a medio muslo y yo con una mano le acariciaba su pecho izquierdo y con la mano izquierda me desabrochaba el cinturón y pantalón. De a poco se la arrimaba hasta que ella se acomodo y se dejo penetrar libremente. Mirábamos la película, mientras nos movíamos recostabos en el sillón. Cuando ella se detenía, yo la abrazaba y la cogía de cucharita, mientras ella se apretaba los pechos y en una que otra ocacion se sacudía ella misma en sus labios. En eso escuchamos pasos por la escalera y nos acomodamos rápidamente. Seguimos viendo la película mientras Luisa preparaba palomitas.
No había algo peor a que nos interrumpieran, pero al menos ahora nos veíamos mas seguido.
Unos de esos días en que estaba ocupado con mis asuntos, me llega un mensaje de Laura desde el teléfono de Gaby, decía que necesitaba un favor, no decía mas, pero si era ella desde un teléfono prestado, pensé que había pasado algo, así que fui.
Llegue a casa de Luisa a los 20 minutos, toque y salio en unos vaqueros ajustados y una camiseta holgada, con el pelo recogido. Me paso a su casa, pregunte por Gaby, pero dijo que estaba trabajando, lo que me extraño. Me dijo que el favor que quería era el de ayudar a tener un bebe. Yo me reí, no lo creía, ella tenia esposo, que si no mal recuerdo, era yudoca y no se que cosas, lo que en ese aspecto lo hacia bastante viril a mi parecer. Ya después me dijo que casi no pasaban tiempo juntos, el trabajaba mucho y luego llegaba cansado, y cuando estaba activo, usaba condón. Así como si nada, ella se quito la camiseta conforme se me acercaba y se sentaba en mi regazo. Me beso un par de minutos y luego se levanto, me tomo de la mano y me llevo a su recamara. Yo me deje llevar, no me lo esperaba, pero después del incidente del botón debo decir que yo le traía un poco de ganas.
Llegando al cuarto no perdimos tiempo en nada, ella iba a lo suyo. Se termino de desvestir y en seguida me comenzó a desvestir. Yo solo veía el vaivén de sus pechos que se agitaban por las prisas. Ya con detenimiento, note que era bastante hermosa, tenia cuerpo atlético, era delgada, buen pecho y culo, espalda pequeña, se soltó el pelo y era largo, a media espalda. Mientras la observaba, ella se acerco y me recostó, entonces senti cuando comenzó a besarme desde la cadera hasta la boca, y entonces se sentó en mi cara. Eso me sorprendió, Gaby y yo no habíamos hecho algo así, así que solo le di pequeños besitos en los labios. Ya después ella me dijo como masajearle con la lengua y lamerla hasta humedecerla. Me dijo que solo le apoyara en eso y que ella se encargaría de permitir que me "cenara" a su sobrina sin que nadie se enterara. Yo seguí, aunque solo por el placer porque Gaby y yo nos cenábamos el uno al otro cada dos días.
Cuando ella estaba lista, se recorrió hasta mi cadera, movió un poco la pelvis y bailo contra mi pene, me sonrrio y me empezó a coger ella a mi. Yo solo disfrutaba. No era tan madura, a lo mucho 28 años, pero ya tenia bastante conocimiento. Se movió en diferentes direcciones, formas, velovidades, hasta dejarme babeando, pero aun no había nada. Entonces ella me jalo y me dejo sobre ella, jalo una almohada y la acomodo bajo su cintura, me pidió que la levantara y le cogiera como si no hubiera mañana. Yo era obediente, así que le di con todo lo que tenia hasta hacerla gemir varias ocaciones. Después de unos 10 o 15 minutos, ambos sudabamos, me dolían las piernas y ella ya estaba bastante agitada. En eso comencé a sentir un pequeño calambre que indicaba que estaba por terminar. La embesti mas rápido y a fondo. En la punta sentía que chocaba contra algo en su interior, y cuando salio todo, me deje ir a fondo hasta tocar lo mas adentro que pude de Luisa.
Ya después de eso nos vestimos. Me ofreció algo de comer mientras llegaba Gaby, me dijo que esa tarde llegaba Hugo y que se lo iba a despachar para que no sospechara nada del embarazo, por lo que seria bueno que nosotros saliéramos.
Así lo hicimos. Gaby llego, salimos a dar una vuelta. Regresamos y entramos en silencio hasta el cuarto de Gaby. Recordé el trato de Luisa y esa tarde noche cogimos descaradamente en su habitacion.
A las tres semanas nos invitaron a celebrar que iban a ser papas, y no se si haya sido por mi o por Hugo, pero a Luisa ya se le había hecho lo de tener un bebe.
Yo después de eso comencé a sentir a Gaby un poco diferente, pero mientras follaramos no había problema, o eso pensé.

0 comentarios - La tía