Mis experiencias como una mujer escort (VII)

—Hola, ¿qué  tal? Si se puede — le respondí.
—Somos una  pareja, mi nombre ya te lo dije, y mi marido se llama Sergio, y queríamos  cumplir una fantasía de trío, y no encontramos una persona que nos convenza a  los dos, podríamos juntarnos antes en algún lugar así nos conocemos y  organizamos sin compromisos — me dijo.
—Emm si no  hay problema — estaba sorprendida, un trío, sin que laura me haya avisado nada,¿de donde había sacado mi numero? — ¿quién te dio mi contacto? — le pregunte.
—Me lo paso  Virginia, me contó que vos podrías ser la indicada para ayudarme a mí y a mi  marido — me lo dijo convencida. ¿ Quién le había dado permiso para mandar mi  numero a cualquiera? ¿O era así el negocio? Mucho no lo entendí pero lo deje  pasar.
—Yo estoy  ahora en un café tomando algo, ¿queres que nos juntemos ahora? Pueden venir y  hablamos tranquilos.
—Si dale —me dijo enseguida — pasame la dirección y ahora en un rato estamos allá.
Lo hice y  la espere, al rato volvió Milena con mis cosas, se lo agradecí y se fue a  atender otras mesas. ¿Iba ya a participar en un trío? E iba a ser mi primer  hombre, evidentemente me puse nerviosa, pero intente al menos no mostrarlo.Tome un sorbo del Frappe y un bocado del tostado, al cabo de unos veinte  minutos me suena el celular, y era otra llamada
—¿Hola? —atendí.
—Acá  llegamos, ¿donde estas? — había reconocido la voz, era la de Florencia.
Levante la  vista y vi una parejita de la mano en la puerta del lugar. La mujer estaba con  un celular, no podía no ser ella y me pare, deje mi celular y le hice señas con  la mano. Se acercaron tímidamente, la mujer por delante.
—¿Sofía? —me dijo.
—Si soy yo,¿Flor? — le pregunte.
—Así es, él  es Sergio, mi marido — hicimos las debidas presentaciones y nos sentamos.
Ella era  una mujer de pelo castaño, ondulado con una piel levemente bronceada, ojos  marrones con una linda sonrisa. Llevaba un vestido largo y suelto blanco, y  unas zapatillas negras. Él, un hombre con gran porte, era muy factible que  hiciera gimnasio mas de 3 veces por semana, algo morocho, poco pelo y ojosverdes. Llevaba una camisa celeste, abierta por el cuello, un pantalón blanco y  con zapatos del mismo color.
—¿Conque  les gustaría un trío? — Consulte.
—Viene  siendo una fantasía nuestra desde hace un poco mas de un año — me dijo el  hombre, y ahí pude escuchar su acento caribeño — Si, los dos venimos pensando  eso y buscamos una persona, pero no nos convence nadie — se reía y añadía ella.
—¿Y que  esperan obtener de la experiencia? — sonreí y pregunte.
— queremos  tener sexo con otra persona en la cama y poderlo vivir juntos, compartirnos  entre los tres y disfrutar de un buen momento, mucho mas no es, queremos probar  y tildar esa fantasía — me decía flor sonriendo, mientras aparecía una leve  coloración en sus mejillas, parecía estar poniéndose tímida.
Seguimos  conversando un rato, con una bebida de por medio que le habían pedido a la  mesera, nos habíamos quedado alrededor de 30 minutos mas,  finalizando los detalles del encuentro, y el  tema monetario.
Cuando ya  no había nada mas que decir, les propuse llevar a cabo el encuentro, deje pagas  las cosas y me propusieron ir hasta mi depto en su auto
—¿Vamos con  mi auto, dale? — me decía Sergio. En realidad yo no quería, me parecía algo  riesgoso, pero eran muy pocas cuadras, no iba a poder dar un no.
Acepte y nos  levantamos los tres, cuando estábamos en camino al vehículo me acerque a cada  uno de ellos y les di un beso en la boca, tomándolos a ambos por sorpresa, no  hubo palabras, Sergio nos abrió caballerosamente la puerta a ambas y luego ya  estábamos en ruta hacia mi casa. Al llegar tome yo la delantera y abrí la  puerta de entrada al edificio, tomamos el ascensor y empezaban a haber muy  suaves caricias entre nosotros, bajo un silencio. Al llegar a mi departamento  abrí la puerta y los invite a pasar, por suerte se veía acomodado, entraron y  les pedí el dinero que habíamos acordado, dadas las circunstancias era un poco  mas de lo que venia cobrando, junto a ello me entregaron sus celulares. Fui aguardar todo y ahora comenzaba la experiencia.
Me acerque  y nos comenzamos a acariciar entre los tres, regalándonos besos y miradas. Al  ser una fantasía de ellos, yo me propuse siempre pedir permiso y preguntar que  hacer
—¿Cómo  quieren empezar? — dije.
—Seguime la  corriente y hace lo que yo — me respondía Florencia. A lo que se arrodillo,frente a su macho y tomo de su bragueta, abrió el cierre y bajo su pantalón.Mientras tanto yo me quede acariciándolo y dándole besos a el. Al mirar lo que  ella hacia no pude evitar ver el tremendo bulto que aparecía debajo del bóxer  azul del hombre. Yo me arrodille junto a su mujer, la cual bajo la prenda  dejando respirar a esa pija. La tomo con una mano y le paso la lengua. La mire  y me relamía los labios.
—Chupala —me dijo mientras la sostenía y masturbaba despacio. Cerré los ojos y me acerque  despacio a ese falo. Cuando mis labios lo tocaron saque mi lengua despacio y  comencé a lamer. Lo hice por unos segundos y abrí los ojos. El hombre gemía y  apoyo sus manos en la cabeza de las mujeres que le estaban brindando ese  placer.
Seguí  lamiendo y miraba a la mujer que tenia enfrente. De repente sentí lo que  rápidamente pude corroborar con los ojos, era su lengua. Estábamos chupando esa  pija, y de a momentos lamiéndonos entre nosotras, pase una mano por debajo del  miembro del hombre, y tome la teta izquierda de la mujer, apreté suavementemientras no dejaba de lamer esa pija. Ahora eran dos voces las que gemían. El  miembro tomaba ya un tamaño y una dureza considerable, y al tacto de mi lengua  se podía sentir un relieve que supuse eran las venas que se marcaban. Seguimos  así varios minutos, yo me atreví y agarre suavemente con mi otra mano sus  huevos, los masajeé y apreté ligeramente. Afortunadamente eso hizo sacar mas  gemidos a Sergio. Ahora nos turnábamos con Florencia para lamer la cabeza de la  pija, tomándola con nuestros labios y usando cuanta mas lengua podíamos. Mis  pezones habían tomado una gran dureza, al igual que los de ella.
—Quiero  cojer a alguien — nos dijo él.
—A cual de  las dos amor? — pregunto la mujer.
—A la quesea, pero quiero usar mi pija ya — evidentemente su nivel de excitación andaba  por las nubes.
Florencia  tomó la delantera y se levanto, agarro de la mano a su hombre y lo llevo hasta  la habitación. No fue necesario una indicación de donde estaba el lugar ya que  la puerta estaba abierta y se podía ver la cama desde afuera. Yo les seguí unos  pasos detrás, el camino estuvo lleno de besos entre ellos, luego ella se tiró  en la cama, abierta de piernas, con el hombre sobre ella, los besos seguían y  eran sonoros, mucha lengua y manoseada de el uno al otro. Cuando yo entre a la  habitación ella me miro.
—Vos — me  dijo — sentate en mi cara que te voy a chupar la concha, y vos amor chupame la  mía — nos dijo a ambos.
Tome el  lugar que me habían indicado, ella me estaba esperando con la boca abierta y la  lengua afuera. Me senté sobre su lengua e inmediatamente sentí placer, me rodeo  las piernas con sus brazos y miraba a los ojos, estaba trabada en el lugar, de  quererlo no podría salir sin su permiso. Inmediatamente comenzó a chuparme la  concha, luego sentí un peso detrás de mí, que imagine era Sergio acostándose  tomando su lugar, entre las piernas de su mujer, separo las piernas y también  comenzó a chupar, separando los labios de dicha concha con sus dedos.
Con un  claro sentimiento de excitación me empecé a mover, como si estuviese cabalgando  la boca de ella de atrás hacia delante, despacio mientras pase mis manos por  detrás de mi espalda y le masajeaba los pezones. Ella también gemía, aunque de  modo silencioso ya que mi boca no lo permitía, pero podía sentir una ligera  vibración que venia desde su boca mientras movía su lengua. El hombre estaba  succionando y chupando esa concha con una maestría destacable. Estuvimos así un  largo rato, tenia ya una considerable humedad en mi concha, mi orgasmo estaba  muy cerca, ahí fue cuando cambie sus tetas por su pelo, me concentre en mirarla  y jalarla suave mientras gemía y saltaba sobre su boca. Me miraba fijo, sus  ojos aunque no podía ver su boca, reflejaban lo que era una excitada sonrisa,cuando instantáneamente cambio a sorpresa, sos ojos estaban completamente  abiertos. La mire sin entender, instantes después podría comprender que había  pasado, Sergio había cambiado de lugar y posición, estaba ahora cogiendo a  Florencia, con las piernas de esta ultima entrelazándose en su cintura, y su  incipiente y pesada respiración ahora descansaba sobre unos de mis hombros,tomo de rehenes a mis tetas y las apretó fuerte, sin dejar de coger a su mujer.Yo gemí fuerte, en parte quejándome, y en parte solo por puro placer, mis  movimientos se hicieron mas pronunciados, al igual que mi humedad que recibía  ella.
Yo no daba  mas, estaba a punto de mojarle toda la boca a Flor y no tenia ningún ánimo de  avisarle, mis sentadas a su concha iban incrementando según pasaban los  segundos, al igual que los gemidos de Flor y Sergio por igual, no pude aguantar  mas y me sumí en un gran orgasmo, con un gemido fuerte y una consecuente  inundada de mis fluidos a la boca que estaba debajo de mi, sin haberlo  predeterminado, Sergio le dio unas finales estocadas a la concha de su mujer  para luego detenerse casi por completo, descanso su frente sobre mis hombros y  me besaba la nuca, yo al estar sin energías la mire de nuevo a ella y volvía a  su sonrisa, acaricie su pelo y le pedí que me permitiera salir.
—Dejame  salir — le dije sonriendo mirándola a los ojos. Ella así lo hizo, al  levantarmeme moje aun un poco mas, su boca, sus labios, se veían con el evidente fluido,había sido bastante.
—Que rico  que estuvo — me dijo ella mientras se relamía los labios con la lengua  intentando arreglarse.
—Definitivamente— acotó Sergio, al momento que saco su pija de la concha de su amada, repleta  de semen.

Mire el  reloj y ya era hora de terminar la función, pero me parecía un poco injusta  dejarlo así. La mire a ella y le guiñe el ojo, afortunadamente me entendió, y  nos dirigimos las dos a chupársela, simultáneamente con mucha lengua. Nos  tomamos unos cinco minutos para dejarla reluciente, al hacerlo ahí si les avise  que el tiempo había terminado, nos besamos un poco mas, nos vestimos los tres.Yo fui a buscar sus celulares y se los entregue, buscaron el resto de sus  pertenencias y nos saludamos por ultima vez, les abrí la puerta de entrada con  una sonrisa y me despedí de ellos. Cerré la puerta y fui a la cocina por un  vaso de agua. Esta vez no estaba tan cansada, pero aun así quería tomarme un  pequeño descanso.

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