Entregando a mi esposa

Entregando a mi esposa
Entramos con mi esposa al super, está tan hermosa, con nuestra hija de dos años en brazos, tiene puesto un vestido floreado a la altura de los muslos que le queda hermoso, se ven sus torneadas piernas y en el vestido se adivina el culazo que tiene, yo camino un poco atrás de ellas me encanta verla caminar, lo sensual que mueve sus caderas, pero ella se siente fea. Se acaba de teñir de colorado que le queda hermoso, pero su panza después del embarazo ha quedado llena de estrías, eso es cierto, a mi me encanta igual, y me calienta como nunca, no creo que a ningún hombre en sus cabales le importe ni medio pimiento, pero bueno las mujeres a veces se obsesionan.
Me acerco a ella y la tomo de la cintura.
-Te veía caminar desde atrás y estás infartante...
-Ya se que me querés hacer sentir bien... pero estoy horrible... -ella levanta el tono de su voz para decirlo, hay un pibe que tendrá unos veintipicos reponiendo mercadería.
-No quiero faltarles el respeto, pero estoy de acuerdo con el señor... realmente todo un afortunado...
El pibe parece tranqui, buena gente, se pone de pie y me tiende la mano. 
-Lo felicito señor... usted si que es un afortunado...
Muchas veces he fantaseado con ver a mi mujer con otros, se que soy un enfermo y muchas veces jugamos en la cama con esta fantasía, que el muchacho este haya surgido así de la nada me excita de una manera increible. Siento que empiezo a perder el control que quiero que algo pase y también se que una cosa es fantasear y otra cosa es la realidad, estoy dudando, mi mujer esta colorada haciendo juego con su nuevo color de pelo.
-Perdón señora... no quise ofenderla... pero no veo mujeres tan hermosas tan seguido... y que piernas... -al ponerse de pie se nota un bulto importante en su pantalón, mi mujer baja la vista después de haber mirado su bulto por una fracción de segundo, el muchacho sonríe, es obvio que se dio cuenta.
-Te agradezco el comentario... gracias por querer hacerme sentir bien...
-Me encanta que se sienta bien... y haría lo que sea para que se sienta mejor...
Yo estoy en una sintonía rara es un sábado a la mañana y lo que menos esperaba era una situación así, además mi esposa esta con nuestra hijita en brazos. Pero algo más fuerte que yo me empuja.
-Mi esposa se siente fea... después de tener a nuestra hija no le gusta como quedo su pancita... -mi mujer me mira con una furia que me atravieza, el muchacho sonríe encantado por como se da el juego.
-No debe ser para tanto... por favor... 
Los tres nos quedamos callados nadie sabe como seguir después de todo eso, le deseamos buen día y seguimos caminando. Esta pequeña situación ha despertado todas las fantasías que me quedaron dormidas, esa noche en casa después de acostar a la nena vamos a cenar nosotros, yo preparé la cena y me encargo de llenar el vaso de vino de mi esposa, la quiero juguetona, más suelta, y el vino siempre la pone alegre. Terminamos de comer, ella levanta los platos y los pone en la pileta, rápido la tomo desde atras y la apoyo suavemente, tira la cabeza para atrás apoyandose en mi hombro, le acaricio los pechos sobre el vestido mientras lo voy desabotonando. La escucho gemir y bajo mi mano derecha que se mete entre sus piernas, juego con mi mano sobre su tanguita un largo rato, la pajeo despacio con calma, los dos en silencio, pero ella jadeante, caliente. 
-Parece que le gustaste al chico del mercado... -ella no contesta pero sus gemidos aumentan, le corro a un costado la tanga y ahora si juego con mis dedos directo sobre su almejita.
-Era grande el bulto eh... sería por vos...?
-Que decis...? -dice gimiendo más fuerte.
-El también se dio cuenta que le miraste el bulto...
Ella solo gime cada vez más, se da vuelta y mete la mano en mi bulto, lo acaricia sobre el pantalón y va bajando el cierre.
-Cogeme...
-Quedaste calentita...
-Basta porque me vas a hacer enojar y te vas a quedar caliente...
Evalúo si subir la apuesta o no, tengo mis propias dudas hasta donde quiero llegar y el peligro de arruinar la situación.
-Me parece que más caliente vas a quedar vos... después de como le miraste el bulto a ese pobre muchacho, lo dejaste caliente a él también. Ella me empuja sobre la silla, saca mi pija de su encierro y corriendo su tanga a un costado se la mete de una, está calentísima.
-No tengo forro puesto... acordate que es peligroso...
-Cogeme un poco...después la sacas...
-Te gustó el flaco eh...
-A vos te gusto que me mire...
-Me encanta que te miren... sos hermosa...
Siento que se rompió una barrera ella tiene más ganas de jugar, lo noto.
-Y te gusta que me miren y se les ponga el bulto duro...?
-Como el muchacho del super decís...?
-Debía tener un flor de pedazo... no pude no mirarlo... me perdonas...?
-Porque...?
-Por mirar la pija de otro hombre...
-Así se empieza mirando... 
-Y así se termina también...
-No te hubiera gustado verlo... desnudo... debía ser importante...
Clava su pelvis contra mi, esta cada vez más caliente.
-Me hubiera encantado tocarla y chuparsela bien... ahhh.... siii... y que me la clavara bien adentro... ahhh... -está entrando en uno de esos orgasmos que parecen no tener fin, yo estoy pensando en otras cosas tratando de no acabar pero estoy muy caliente, la saco de encima mio, no queremos que quede embarazada de nuevo, mi pija escupe toda la leche al aire, no se cuantos chorros salen pero mi orgasmo es tan potente que siento una puntada en el culo.
-Como te calentaste cerdito... te espero en el cuarto para el segundo round... -sale desnudandose de la cocina, dejando caer sensualmente su vestido al suelo.
El otro es en nuestro cuarto, totalmente desnudos, con un forro puesto para poder descargar dentro de esa concha preciosa que tiene, esta vez es en silencio, largo, sin hablar, mordiendonos las bocas, los dos todavía calientes habiendo encontrado fantasías viejas que habíamos guardado.
  La semana pasa trabajando, rutina, mucho estrés, la situación económica, la nena, todo junto, el sábado a la mañana vamos a ir a llevar a la nena a la casa de mi suegra. Mientras preparamos el desayuno, la miro a Deborah, que así se llama mi esposa, está solo en ropa interior, esta deliciosa, miro como se mueve su culito al caminar, en toda la semana no tuvimos sexo, los dos estamos calientes. Ella me cuenta que volvió a tomar las pastillas anticonceptivas, no le gusta hacerlo con forro. Nos sentamos a desayunar, estoy excitado y empiezo a fantasear, otra vez dudo, pero hay algo más fuerte que me vuelve a empujar.
-No necesitamos nada del mercado?
-Fuimos el sábado pasado...
-Pero podemos pasar... por ahí encontramos algo que nos falta...
-Bueno me cambio entonces y vamos... llevamos a la nena primero... -por como lo dice no se si realmente me entendió lo que le propongo o no, pero bueno, no importa pienso.
Cuando entra vestida no lo puedo creer, está con un vestido nuevo, más corto que le ajusta el culo y se lo marca de una manera deliciosa, unos zapatos de taco alto que le estilizan todavía más las piernas. 
-Te gusta amor... lo compré en la semana... pero es mucho para ir al mercado no...?
-Si te ve algún muchacho se va a poner contento y caliente...
-Y vos...?
-Yo que...?
-Que te va a pasar...?
-Me pondré celoso...
-Y caliente...? -dice ella con una sonrisa, abriendo el juego de una manera que me sorprende, quedo como aturdido.
-No me contestaste... te gusta que lo caliente al muchacho...
-Si... me da celos pero me gusta...
-Y una vez que lo caliente.... que hago... lo dejo caliente...?
Realmente no esperaba que ella subiera tanto la apuesta, dudo de nuevo, no se que contestar.
-No se que te gustaría hacer...
-Y por ahí... -hace una larga pausa- invitarlo a casa a tomar algo... esa herramienta debe ser digna de verse... pero es mucho no...? -dice poniendo voz de putita. no tomamos alcohol, no entiendo como está tan deshinibida, o si solo me está probando, tengo que salir de la duda.
-Bueno vayamos al mercado y vemos... -digo haciendome el canchero. Dejamos a la nena en la casa de mis suegros y seguimos al mercado, siento una mezcla de excitación y de nervios, son los primeros días de primavera, Deborah mira por la ventana sonriente, los dos vamos metidos en nuestros pensamientos, al entrar al mercado algunos hombres la miran damos unas vueltas por ahí y el muchacho no está a la vista, después de un rato de dar vueltas por el mercado lo vemos entrar por una zona que viene de los depósitos, Debora me pide que la deje sola y se acerca hacia donde está él. El la saluda sonriente, ella se para de una manera muy sensual, charlan un largo rato mientras ella mira algunos productos y el se pone a trabajar para evitar que le digan algo, no se cuanto tiempo pasa pero para mi es una eternidad, el se pone de pie y le da dos besos, ella se aleja caminando hacia el lado contrario al que yo estoy moviendo su culo exageradamente, veo como el muchacho se acomoda el bulto y yo me acomodo el mio también. Doy la vuelta por el otro lado y la encuentro, está sonriente, se la ve feliz.
-Que pasó?
-Con que amor...? -la miro serio- ah... con Jorge... lo invite a tomar unas cervezas artesanales a la tarde... con vos claro... les dije que nos caía muy simpático...
Realmente no sabía que decir, era cierto?, me estaba midiendo?, me sacó de mis reflexiones.
-Sale a las cinco... le dije que lo buscamos con el auto... te parece ir a un bar o vamos a casa mejor... sería más íntimo... -siento mi pija a punto de estallar, dura como un fierro, me está hablando en serio?- otra vez no contestás amor... preferís que vaya con el solo... así estamos todos más tranquilos...
-No no... para nada... vamos a comer algo...
Fuimos a un restaurante al que solemos ir, no quiero preguntarle nada, si me esta midiendo, no voy a caer en la trampa. me mira sonriente. 
-Y que preferís... Bar o casa...?
-Pero te parece que sepa donde vivimos...
-Es que ir directo a un hotel me da de regalada... -dice riendose, me mira, se da cuenta que estoy nervioso.- preferís que lo llame para suspender... -dice agarrando su teléfono, yo no me di cuenta que le hubiera pasado el número en ningún momento-
-No amor... todo bien... vamos a casa... así charlamos tranquilos.... -digo y creo que la vos me salió un poco aflautada, cerca de la hora ella me dice que vayamos. se sube al auto, espero que me diga que es una broma, pero estamos cada vez más cerca del mercado, son casí las cinco. Por una puerta de costado lo veo salir, se acerca hacia el auto, se sienta atrás
-Hola Raul... como estás? -me tiende la mano. También le dijo mi nombre.
-Hola Jorge... preferimos ir a casa si no te molesta...
-No me encanta... así estamos tranquis...
-Deborah me contó que están pasando un muy buen momento juntos...
-Si estamos muy felices... 
-Con una mujer así cualquiera estaría feliz...
-Estoy horrible tengo esas estrías y colgajos en la panza, estoy hecho un bicho...
La conversación pasa a trabajos, horarios, familias, el vive con los padres, sin novia, sin compromisos. Le encantan las chicas bien blanquitas, así como Deborah, dice y mi pija da un brinco en el pantalón.
Entramos a casa, Debora va a servir una cervezas, el se sienta en el sillón grande, yo en el de enfrente. Deborah le sirve la copa me da la mía, y con la de ella en la mano se sienta al lado de él. Seguimos charlando un poco de cada cosa y Debora deja su mano apoyada sobre el muslo de él, a ninguno de los tres se nos escapa el detalle, el bulto de él es notorio bajo el pantalón. Deborah, sin decir nada se arrodilla en el piso junto al sillón, y empieza a desabrochar el pantalón de él que se deja hacer.
-Esto esta muy ajustado.... te debe molestar... -sin querer le agarra el boxer también y queda una pija gruesa, larga, cabezona, realmente impresionante liberada.- guau... mira eso amor... es impresionante... y ya esta chupandola con deleite, miro su hermoso pelo teñido de colorado como sube y baja, el le corre el pelo, tiene cara de extasiado, disfrutando lo buena que es Deborah peteando. Yo miro como con su mano acaricia suavemente esos huevos grandes, perfectamente depilados, haciendo juego con el tamaño de su garrote, me impresiona su miembro, con sus venas marcadas, la cara de mi esposa parece extasiada se deleita chupando esa pija,de a ratos juega solamente con su cabecita y al rato se la mete más a fondo, veo las babas que salen de su boca realmente lo está disfrutando, también veo como con la mano que acaricia los huevos del muchacho desliza de a ratitos uno de sus dedos con esas hermosas uñas pintadas y juega con la entrada del ano de nuestro amigo que tiene como una descarga cada vez que mi esposa lo toca, el le avisa que está muy cerca que si no para ya no va a aguantar mucho más, mi esposa se detiene, queda como despertando de un sueño, lo mira, me mira, me parece que estuviera volviendo a la realidad, se acomoda ahora sobre el sillón pone todo su cuerpo sobre el sillón, está totalmente vestida,su cola queda ofrecida en pompa me pide que le acerqué un forro al muchacho, a nuestro amigo Jorge dice sensualmente después me pide que me acerqué que le muestre a nuestro amigo su culo, que levante despacito la parte baja del vestido que no le baje la tanga que simplemente la corra a un costado.
Mientras tanto Jorge se está poniendo el forro mirando extasiado la escena deleitándose con la escena, no lo puede creer yo de a ratos miró también la dureza de su miembro, finalmente me corro. Mi esposa Gira la cabeza hacia un costado y lo mira,se muerde el labio inferior, su cara es un poema está encendida y está esperando que él tome su lugar, y él toma su lugar se acomoda detrás de ella, pero su actitud es diferente, se siente un triunfador, como que se da cuenta de que algo algo importante está pasando, que es él en este momento el protagonista de eso que pasa y a la vez no lo puede creer.
 Empieza a jugar con su miembro,pasándolo por la entradita de la concha de mi mujer,
-Metela de una vez... por favor...
Lo veo sonreir mientras se la va metiendo de a poco, hasta el fondo, mi mujer gime fuerte, miro como sus labios envuelven su miembro y lo acompañan cada vez que sale de ella, porque ya la está bombeando con fuerza agarrado de su cintura.
-Que delicia sos... no pararía nunca de cogerte...
-Y no pares... -dice gimiendo ahora mas fuerte- y como me llenas... es regruesa... nunca sentí así...
-Me encantaría llenarte... pero de leche...
Ella no contesta pero gime más fuerte, Yo sigo parado al lado de ellos,sin darme cuenta me estoy apretando el bulto sobre el pantalón Jorge parece darse cuenta de nuevo de mi presencia, me mira sonriente y me dice, sacate el paquete tranquilo macho, yo siento que me humilla, que me ubica en un lugar distinto, él se coje a mi mujer y yo me pajeo mientras se la coje.
Mi mujer gira la cabeza y cuando me ve estoy desnudo pajeandome, le habla a él.
-Parece que mi marido se excita mas viendo como me coges que cogiendome él...
-Demosle el gusto entonces... -dice él- porque no le preguntas?
-Amor... te gusta ver como Jorge me coge...?
Dejo de pajearme porque siento que voy a llegar y me voy a arrepentir a llenarme de dudas y remordimientos.
-Si me gusta...
-Y que te gusta más? Cogerme o ver como me coge Jorge?
No se que contestar y quedo callado. Jorge interviene:
-No hace falta que conteste... fijate el lugar que eligió... 
Ahora el se apoya sobre su espalda, la toma del pelo le gira la cabeza y la besa, ella lo besa apasionadamente también, siento que el corazón me va a explotar me parece mucho más íntimo que la besé, como que la hace más parte de él, realmente no esperaba que se besaran y eso me descoloca,a la vez me siento cada vez más excitado,más cerca de acabar, por lo cual salgo del living y me voy a la cocina, cuando vuelvo él le está hablando al oído mientras sigue bombeandola. Sigue como una perrita así puesta sobre el sillón y ella le contesta a todo que sí sí la escuchó gemir Sí sí siempre dice que sí, el le habla suave al oído, yo quiero escuchar y otra vez me vuelvo a excitar demasiado. Me vuelve loco la intimidad que se establece entre ellos, decido salir otra vez más a la cocina, cuando vuelvo él está sentado en el sillón y ella lo está montando, tiene el vestido puesto, le da vergüenza sacarselo y que él vea su pancita, él insiste pero ella le dice, no, no, la pancita, no. Lo dice con vos muy sexy, muy sensual, él insiste pero ella no quiere, entonces él libera sus pechos y se los come con detenimiento, ella está teniendo un orgasmo, él vuelve a hablarle al oido, le vuelve a susurrar al oído, ella le dice que sí otra vez sí sí sí sí sólo si escucho, salgo otra vez hacia la cocina no puedo aguantar y realmente no quiero acabar. Cuando vuelvo a entrar él sigue susurrando al oído y ella sigue diciéndole que sí que sí que si vuelvo a salir, tomo un vaso de agua fría, las manos me tiemblan, trato de pensar en otra cosa, cuando vuelvo a entrar al living, ella está de rodillas delante de él, él no tiene el forro puesto y ella está chupando su miembro con deleite mientras acaricia su pepita, él le va a dar todo lo que tiene, le toma la nuca suavemente acompañando el movimiento de la cabeza de mi mujer, hasta que en un momento se tensa, la toma más fuerte de la nuca, me doy cuenta que está acabando. Mi mujer toma todo lo que le da, pienso las veces que me dice que no le gusta que le acabe en la boca y yo también estoy acabando, lleno de angustia,chorros saltando en el piso y después todo es volver de a poco. Volver a la situación cotidiana, todo nos vamos quedando más tranquilos, ellos se besan mi mujer se pone de pie y él le acaricia su hermoso culo y la besa. Se besan sensualmente, parecen dos enamorados, el vuelve a susurrarle algo en el oído y ella le sonrie. Me siento cada vez más tenso, a pesar del orgasmo no perdí mi erección. Él se cambia, charlamos un rato, ellos quedan en volverse a ver,en qué hay que repetirlo, estoy lleno de dudas, espero que se vaya y me acerco a mi mujer, nos besamos apasionadamente y vamos hacia la cama la tiró en la cama y así la monto de frente en la pose del misionero.
-Que puta sos... -le digo-
-Te gustó que sea tan puta... lo podemos repetir cuando quieras... porque parece que te gusta más ver cómo me coje otro que cogerme vos...
-No sé si quiero...
-La dureza de tu pija me dice otra cosa... -me dice mirándome y nos comemos las bocas, ahora sin hablar, la bombeo furiosamente, enojado, le muerdo los labios, cuando abre la boca le escupo en la boca quiero llenarla, me acuerdo que está tomando pastillas así que la sigo bombeando cada vez más duro hasta que acabó profundamente dentro de ella. Quedamos así, desparramados sobre la cama, dormitando un rato, nos cambiamos para ir a buscar a la nena. Y lo siento, una vida nueva empieza y Jorge va a ser parte de ella.

5 comentarios - Entregando a mi esposa

victorinov8
Esta será una nueva saga? Espero que si,me gustó mucho
raulcorneta
Cuando quieras ver cómo te cojo a tu mujer llámame y la llenamos de lechita los 2
maxinase +1
Relato muy excitante. Felicitaciones.
Saludos
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