Cogida por otro

Habíamos fantaseado mucho tiempo con la posibilidad de incorporar a alguien dentro de nuestra cama, o por lo menos imaginábamos situaciones cada vez que podíamos coger con mi esposa, yo soy un tipo muy “ratonero” y aunque ella es muy callada le encanta escuchar mis historias cuando cogemos, eso la excita mucho, lo que ha provocado que mi imaginación se haya desarrollado desenfrenadamente buscando cada vez nuevas historias que la calentaran aún más a mi mujer.
Una de las historias que más la calentaba (se notaba pero no me lo decía) era la posibilidad de que ella cogiera con un desconocido mientras yo la observaba, sin intervenir. Eso la ponía tremendamente caliente. La cosa es que tanto va el cántaro a la fuente que al final, terminé convenciéndola de conocer a un tercero y ver qué pasaba, ella accedió pero diciéndome que solamente iría a tomar un café y conversar un poco sobre la fantasía pero que no haría absolutamente nada más…
Encontré una página con avisos de intercambios y día tras día me dediqué a buscar la persona que me pareciera adecuada para tratar de llevar adelante esto, di con un flaco de unos 38 años con bastante experiencia según él. Hablamos por chat un par de veces poniéndolo en antecedentes de lo que buscábamos y las pocas posibilidades de concretar que teníamos, él me preguntó si yo no tenía problemas en que él tratara de avanzar un poco el día del café y le dije que no, al contrario, me calentaba la idea, me dijo entonces “dejalo de mi cuenta, yo me encargo, la vamos a pasar muy bien…”
Le mande un mensaje a mi mujer diciéndole que se pusiera algo sexy que esta noche iríamos a tomar un café con el supuesto candidato para nuestra fantasía, ella se encargó de recordarme que no iba a pasar nada y que era solamente un café…
Llegué a casa a buscarla y la encontré terminando de arreglarse, se había puesto un vestido corto, de esos que tanto me calientan a mí, unos zapatos de taco fino y llevaba esa mirada de puta reprimida que tanto me puede, estaba para matarla en ese preciso momento. Cuando se lo dije por supuesto que se hizo la desentendida “siempre me visto así, lo que pasa es que vos nunca te das cuenta….”, ambos sabíamos que mentía, lo que ya era el preámbulo de una terrible calentura que se aproximaba a pasos agigantados…
Llegamos primeros al café, elegimos las mesas de afuera para fumar y porque había menos gente y así podíamos hablar más tranquilos. Nos sentamos en una mesa de 4 pero ella y yo enfrentados. A los 5 minutos llegó el invitado al que llamaremos “Esteban”, un flaco normal, alto, físicamente agradable pero no demasiado, lo que si resultó ser muy simpático y muy conversador.
La charla se fue desarrollando normal, cuando tocó hablar del motivo que nos reunía le contamos nuestras fantasías aclarando mi mujer que eran solamente eso, fantasías, que ella no pensaba llevarlas adelante y que accedió a venir a tomar un café esa noche para darme el gusto a mí solamente; -“vaya”- pensé yo, -“que manera de enfriar la noche”-, pero Esteban solo la miraba divertido, seguimos conversando un poco más del tema y después la conversación se desvió por otros rumbos hasta que yo, al ver que no había posibilidades de avanzar más propuse terminar la reunión, dije que iba al baño y al volver los encontré charlando animadamente pero de temas triviales.
Le dije a Esteban que lo alcanzábamos hasta cerca de su casa, vivía a pocas cuadras del café, aceptó la invitación y nos fuimos. Subimos al auto (tengo un auto de dos puertas así que él se subió primero cuando corrí el asiento) y lo acercamos hasta cerca de su casa.
Cuando bajó se quedó acuclillado al lado de la puerta abierta del lado del acompañante, donde estaba sentada mi mujer, nos preguntó si lo habíamos pasado bien y que quería volver a vernos para seguir charlando de este tema a lo que ambos respondimos que sí. En ese momento dijo “bueno, me despido” y me miró de una manera cómplice, cuando se acercó a darle un beso a la mejilla de mi mujer directamente le buscó la boca y literalmente se la comió con un beso profundo y prolongado, mi mujer se quedó inmovilizada al principio, estiró su mano y agarró la mía apretándomela fuerte como pidiendo ayuda pero a los 5 segundos comenzó a responder el beso de una manera cada vez más a gusto. Él, mientras la besaba acuclillado a su lado fue estirando la mano hasta que le agarró uno de sus pechos y comenzó a acariciarlo, el beso duró por lo menos 3 minutos, cuando se separó miré a mi mujer que recién se daba cuenta de que yo estaba al lado de ella y muy ruborizada me dijo “wow, no esperaba esto”. “Te gustó?” le pregunté. “Creo que si” me dijo. A todo esto Esteban dijo: “Los voy a molestar porque se me quedó la billetera en el asiento trasero, si me permiten paso atrás a buscarla”, lo dijo mirándome a mí directamente… a buen entendedor…
Mi mujer bajó del auto y yo corrí el asiento para que él entrase de nuevo, se acomodó detrás de mi asiento y yo le dije a mi mujer que estaba parada afuera del auto que se acercara y subiera ya que no era una buena hora para estar con el auto abierto porque podía ser peligroso, ella amagó a subirse esperando que yo acomodara el asiento para que se subiera adelante a lo que le dije, “vení, vas a estar más cómoda acá”, tomándola de la mano y haciendo que se subiera a la parte trasera del auto… Ella me miró con cara de reproche pero se subió a la parte de atrás acomodándose al lado de Esteban, yo inmediatamente acomodé el asiento delantero, cerré la puerta y arranqué.
Cuando miré por el espejo retrovisor vi como había arrancado un nuevo beso, ya con mi mujer totalmente entregada a las caricias de nuestro invitado. Pasé la mano por la parte de atrás del asiento delantero y busqué la entrepierna de ella, mi sorpresa fue casi igual a la de ella cuando recibió el primer beso de Esteban, la muy guarra no se había puesto ropa interior y estaba literalmente empapada, chorreaba jugos por toda su entrepierna.
Mientras la acariciaba con mi mano hacia atrás salí de la zona de calles y enfilé hacia la colectora de la autopista, ellos se estaban matando, él la besaba profundamente, comencé a escuchar sus cortos gemidos, había metido la mano por entre el vestido y le estaba acariciando los pezones, bajaba y se los chupaba y volvía a besarla. No me perdía detalle mirando por el espejo retrovisor.
Una vez en la colectora de la autopista estábamos prácticamente solos, era tarde y estaba desierto, no pasaba ningún auto. Él se desabrochó el pantalón, escuché el ruido de su cierre, y sacó su verga, no llegué a verla pero si vi la cara de mi mujer que la miraba, pasé la mano atrás y llegué a tocar el brazo de mi mujer y lo seguí hasta encontrar su mano que estaba agarrada firmemente a la verga de Esteban, ella me miró por el espejo y yo le dije “que esperás?, chupásela como vos sabés”, no terminé la frase que ella se agachó y comenzó a lamerlo y chuparlo de una manera tal que el flaco se notaba que iba a acabar en cualquier momento, al rato le dijo “esperá un poco” y buscó algo en los bolsillos, sacó un preservativo y se lo colocó rápidamente, mi mujer lo miraba y me miraba a mi por el espejo, se inclinó hacia adelante poniendo su cara al lado de la mía, yo me di vuelta, la besé (su sabor a pija me calentó tremendamente) y le dije “cogételo, que te morís de ganas”, ella solamente susurró un “sssssi”, se dio vuelta y lo montó de una sola vez.
Fueron como diez minutos de cabalgata, ella gemía mientras yo manejaba despacio y miraba como se contorsionaba por el espejo retrovisor del auto, al flaco no lo veía ya que ella lo tapaba, solamente escuché cuando gritó “SSSSSSiiiiiiii” mientras acababa….
Luego todo se tranquilizó, lentamente pero se tranquilizó, mi mujer lo “desmontó” y se quedó al lado de él, el se arregló la ropa y se acercó para besarla suavemente, ella le respondió y se acercó a mi dándome un beso en la mejilla y diciéndome “fue genial”….
Mi pija no daba más, creo que nunca me había calentado tanto, verla a mi mujer con otro tipo y no poder hacer nada fue una de las experiencias más calientes que he tenido. Naturalmente dejamos al invitado nuevamente cerca de su casa y nos fuimos muy rápido a nuestra casa, ella quiso entrar al baño pero se lo impedí, quería cogérmela con los sabores y olores que le había dejado Esteban por todo el cuerpo, y así lo hice, fue uno de los mejores polvos que recordamos, ese polvo después de Esteban en el auto…

2 comentarios - Cogida por otro

gabrielmiriam
que buen relato, que lindo cuando le despertas la puta que todas llevan adentro.