Diversión en familia (parte 2)

La primera parte en:
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Salté sobre el colchón y planté mi culo en el medio.
Luego me recosté con los brazos y piernas bien abiertos, con mi pija apuntando hacia el techo.
Mamá se paró en la puerta, observándome con aprecio. "Mmm", me dijo "Debes haber heredado esa
verga de mi lado de la familia. Tu padre no está ni cerca de eso."
Eso era un tema que quería evitar, pero realmente no podía olvidar. Mi pija bajó ligeramente
mientras pensaba que pasaría si mi padre lo averiguaba. Me iba a cortar las bolas!
"Dijiste antes que a papá probablemente no le importaría lo nuestro", le dije," ¿estás segura?"
Mamá se echó a reír mientras saltaba hacia la cama, sus tetas bamboleándose alegremente.
"Estoy segura", dijo, "hemos tenido un matrimonio abierto desde que vos y tu hermana
eran pequeños. Últimamente, cuando le insinué que tenía más que sentimientos maternales
hacia vos, él se reía y me aguijoneaba. Me dijo que yo no podía esperar para tener tu poronga
entre mis manos. Tenía razón, por supuesto, pero no estaba enojado. Lo acusé a su vez de tener
pensamientos lujuriosos con Sofía. Lo admitió. Fantaseamos sobre hacerlo con ustedes."
"Creo que estará encantado porque ahora tiene la oportunidad de perseguir a tu hermana."
La idea de papá cogiéndose a mi hermana me provocó una erección.
"Si, estoy seguro de que lo hará, mamá."
Sonrió, alcanzando mi pija, se acurrucó entre mis piernas, su pelo rubio corto hasta el hombro
cepillando mis muslos todavía estaba húmedo y haciéndome cosquillas, pero de repente no pude
sentirlo más. No podía sentir nada más que su aliento caliente en mi verga.
Exhalando pesadamente, ella estaba bañando a mi pija con respiraciones calientes, excitándome de
formas que nunca pensé serían posibles. Masajeándola de esta manera y que con su mano
sosteniéndola en la base, ella hormigueó por toda la superficie. Podía sentir mi pulso
palpitando a través de mi pija, cada terminación nerviosa excitada y consciente.
Por el contrario, el resto de mi cuerpo no existía, tan abrumado estaba mi cerebro por la
sobrecarga de sensaciones que emanaba de mi entrepierna.
Justo cuando pensé que los sentimientos no podrían ser más intensos, mamá sacudió la lengua y la metió
en la parte inferior de mi erección. Ahora alternaba las respiraciones con toques diminutos de su lengua,
una caliente y seca, la otra fría y húmeda. Poco a poco las respiraciones dieron paso a las lamidas.
Los pequeños movimientos se hicieron más largos con la lengua. Ahora ella estaba lamiendo todo
a lo largo, mojando, chupando. "Mmmmm," gimió, "que rico gusto tenés, hijo."
El ritmo de las lamidas era menos intenso que la chupada inicial inicial, y mi mente bajó un poco de las nubes,
pero mi verga no bajó para nada!
Finalmente, mamá levantó la cabeza y hundió los labios en la cabeza de mi pija. succionó un poco y empezó a
trabajar como un pistón. En este punto, me apoyé en mis codos y miré hacia abajo para ver la cabeza entre mis muslos.
Esa visión me golpeó como un tren.
¡AHI ESTABA MI MAMA! ¡CHUPANDOME LA PIJA!.
Mientras la miraba, casualmente se acomodó el pelo detrás de su oreja, inconscientemente dándome una mejor vista.
Ella estaba realmente dedicada a lo que estaba haciendo, moviendo su cabeza de un lado a otro.
Sus labios subían y bajaban por toda la longitud de mi pija, que brillaba húmeda de su saliva. Sus mejillas estaban
un poco hundidas por la succión que estaba haciendo. Si me concentraba (y era difícil!) podía diferenciar
entre la sensación de las mejillas y los del contacto con sus labios o la lengua ligeramente áspera.
Mi mamá levantó los ojos y me vio observandóla. Me miró directamente a los ojos y sonrió alrededor de su bocado de verga.
Se rió un poco, desde lo profundo de su garganta, y las vibraciones enviaron nuevas sensaciones corriendo a través de mi
pija. Dejé de mirar y volví a caer sobre la cama.
Al notar ese efecto, ella empezó a tararear mientras me chupaba, creando más bien
vibraciones. Podía sentir que empezaba a perder el control, la premonición
de un gran orgasmo que comenzaba a tensar mis músculos. Percibiendo eso, ella
fue por hasta el final. La succión aumentó, su ritmo se aceleró, su mano comenzó a seguir sus labios,
ordeñando mi miembro cada vez más duro.
Su lengua golpeteaba, instándome a descargar!
De repente, su movimiento cambió. Puso sus manos en la cama por fuera de
mis muslos y hundió su cara más profundamente sobre mi pija. Sentí su nariz chocar
con mi vello púbico mientras abría la garganta y se la tragaba hasta el fondo.
Podía sentir esos músculos estirados apretando la parte superior de mi pija mientras ella
bombeaba rápidamente hacia arriba y hacia abajo. ¡Eso fue todo! Con varios gemidos rápidos seguidos
de un grito estrangulado hice rodar mis caderas en su cara y descargue carga tras carga
de semen por la garganta de mi madre. "Mmm, mmm, mmm.", gimió alrededor de mi pija
al compás de los chorros. La sensación de ella tragando hacía fluir más y más semen. Finalmente, agotado,
gastado, exterminado, me dejé caer de nuevo sobre la cama casi desmayado.
Después de unas últimas lamiditas y besos, mamá dejó mi ahora arrugado miembro descansar en paz y se arrastró
hasta acurrucarse contra mí.
"Ese fue el mayor polvazo que haya tragado", susurró, "y nunca supo tan bien. Te amo, hijo, sos genial."
"Mamá," murmuré "Sos genial, yo..., no sé qué mas decir".
"Shh," dijo, "vos descansá. Más adelante podemos hablar de lo que pasó, y hacerlo de nuevo, espero.
Ahora vamos a descansar un poco."
Así que dormimos juntos por un tiempo. Más tarde me fuí a mi dormitorio para dormir en mi cama el resto
de la tarde, mientras que mamá se vistió y bajó las escaleras.
El último pensamiento que tuve antes de caerme dormido de nuevo fue el de mi padre y mi hermana, Sofía.
Esperaba que pudieran descubrir un poco de lo que mamá y yo habíamos hecho. Después de eso me fui a la tierra de
los sueños, donde nada podía acercarse a lo que había sucedido ese día.

Continuará...