Trio familiar en la isla cap 13

Hola!! bueno, aquí estamos, antes que nada me gustaría compartir la portada que hice xD
Trio familiar en la isla cap 13


jaja les gusta? comenten y díganme, y vamos con el capitulo semanal!!

Me tocó ver los regaños que le metían a Andra, y las cachetadas que su mamá le dio después de quitarle el puñal. Tamir y su hermano también estaban furiosos y le gritaban cosas en su idioma natal a Andra, pero la chica no parecía inmutarse, y por el contrario, tenía la mirada puesta sólo en mí, llena de odio.

—Me quiero ir —les dije, resuelta a marcharme de allí cuanto antes. Los padres de Tamir quisieron detenerme, pero se los impedí y metí mis escasas pertenencias en una bolsa. Le dejé un beso en los labios a Tamir y a su hermano, y luego me fui de la casa, echa una furia y también muerta de miedo por lo que pudo haberme ocurrido de no fijarme en las intenciones de esa muchacha malnacida que era la hermana de Tamir. ¿Por qué no podía ser tan linda como Nin? ¿Qué tanto le había hecho yo?
Llegué a la casa que Bárbara compartía con papá y con Daniela. La mujer adulta no estaba allí, pero sí lo estaba mi hermana, con las piernas abiertas mientras papá le chupaba la conchita. Me quedé en la puerta esperando a que se dieran cuenta de mi presencia, y como no pasó, tuve que llamarles.
—Muy bonito —les dije, molesta. Ellos me miraron sorprendidos.
—¿Qué pasó? ¿Qué haces aquí a esta hora? —dijo papá, abandonando la vagina de Daniela.
—Pues…
Le tuve que contar cómo Andra había atentado contra mi vida. Papá enrojeció de la furia mientras que Daniela sólo se quedó callada y triste, recordando seguramente cómo le habían tratado de violar también.

—Estoy cansado de esto —dijo papá — . Es hora de irnos. Mañana, a primera hora, volveremos al bote.
—Estoy de acuerdo. ¿Me hacen un ladito?
—Claro —Daniela, desnuda por supuesto, se tapó con una sábana y me dejó un espacio. Padre me besó en la boca y después de ponerse sus pantalones, salió de la casita. Dijo que iría a buscar a Bárbara, que estaba con un amante disfrutando de lo último que le quedaba, porque también ella iba a regresar a la civilización.
Daniela, melosa y empática por lo que habíamos vivido, no tardó mucho en acosarme con sus preguntas.
—Entonces ¿ya no te quieres quedar?
—No, bueno, sí quiero, pero hay demasiado peligro. Casi te violan y a mí por poco me matan. No es sitio para nosotras.
—Cuánto esperaba a que dijeras eso. Papá también ya está harto de este lugar.
—Sí… —le miré, picarona —, pero tú y él ya tienen una bonita relación incestuosa ¿no es cierto?
Se sonrojó.
—Sí. Él dice que sólo lo hará conmigo y contigo. Bueno, también le amenacé que no lo compartiré con muchas personas.

—Ah… vaya —me relajé y la abracé. Gracias al viaje, Daniela y yo habíamos mejorado mucho nuestra relación y ahora éramos buenas hermanas. La abracé más fuerte, de modo que sus tetas quedaron en contacto con mi piel. Ella interpretó eso como un subidón de calentura, y rápidamente se colocó sobre mí para masajarme los pechos con la lengua. Yo me dejé querer, emocionada mientras todo eso sucedía.
La boca de mi hermana recorrió mis pezones y dio leves mordiscos a mis curvas carnosas. Mientras tanto yo me iba desnudando, quitándome el vestido corto hasta quedar bien desvestida y a su merced. Daniela, sonriendo, me dio la vuelta. Quedé boca abajo, y luego ella abrió mis nalgas y se metió entre ellas, tanteando la entrada de mi culito y luego devorando mi vagina con sus labios, separando mis pliegues mojados mientras succionaba de mi clítoris.
Gemí y me revolqué de gozo.
—Voy a meterte mis dedos, sí, putita.
—Sí, amor —le dije, correspondiendo a su voz cachonda. Entonces noté como ella se abría paso y hurgaba dentro de mi apretada vagina, cuyos jugos seguían escurriendo y le manchaban los dedos, lubricándolos y permitiendo que llegaran más dentro de mí. Noté qué enterraba un dedito en mi culo y di un respingo de placer y dolor.

Daniela permaneció en esa zona durante un rato más, y luego se sentó sobre mis nalgas, restregando su vagina en mi espalda. Su entrepierna mojada me hacía cosquillas. Inmediatamente después de eso, yo me giré. Restregamos nuestras tetas al mismo tiempo que nos dábamos un beso francés. Sus manos abrieron mi coño y sacaron de allí ricos jugos que, después de dedearme, me los dio de probar.
Jadeé otra vez y la seguí besando, con más fuerzas que antes, hasta que nuestras lenguas se peleaban y se mojaban entre sí. Apreté sus nalgas. Luego, abriéndonos las dos de piernas, pusimos en contactos nuestras rajas y comenzamos a frotarnos en movimientos circulares. Ella jadeaba, y se le formaba sudor en la frente. Yo estaba fuera de mí, mirando cómo nuestros clítoris intercambiaban jugos y se besaban.
El primer orgasmo me vino delicioso casi al mismo tiempo que ella, y me quedé tirada sobre su esbelto cuerpo, chupándole las tetas y mordiendo sus puntas rozadas. Las estrujé con sumo cuidado y respiré el olor dulce que se desprendía de su cuerpo de mujer.
En ese momento entró alguien a la casita, y creí que se trataba de Andra. Pero no, era Nin, la hermana menor de Tamir. Al vernos en plena acción, dio un paso atrás. Daniela suspiró, cansada y nos calmamos.
—Ven —le dije a la chica, que se acercó tímida hacia mí. Vestía una corta falda nada más, y le faltaba el aliento. Se sentó justo en medio de Daniela y de mí.
—¿En serio te vas? —preguntó, abatida.
Daniela le acarició la espalda para calmarla. Yo le di una palmada en la pierna.
—Sí… este es un sitio muy peligroso para nosotras.
—Pero quiero que te quedes.
—Lo siento, Nin. No podemos —dijo Daniela, secándose el sudor de las tetas con la tela de su vestido —. Además Bárbara también se irá y la seguiremos.
La niña, casi una quinceañera, sollozó.
—Lo siento. Es culpa de mi hermana.
—Ella no me quiere. Tú sí ¿verdad?

Asintió y se secó los ojos. Daniela y yo nos miramos, enternecidas. Las tres nos acostamos en la cama a mirar el techo, y nos quedamos en silencio un rato mientras pensábamos en qué hacer. O más bien, yo pensaba, porque Nin y Daniela platicaban de algunas cosas de chicas. Resultó que Nin había querido casarse con un chico, y hoy, precisamente, el chico le había dicho que no. Por eso que salió a tan entradas horas de la noche.
—Es mejor no tener compromisos —le solté a la niña y le sonreí mientras le acariciaba el vientre. Intentaba convencerla y hacerle sentir mejor. Los hombres eran complicados, y más nosotras. Así pues, las relaciones a menudo eran un caos.
—Quiero ir con ustedes —dijo de repente Nin.
—¿Qué quieres decir?
Me miró con ojitos de cachorro.

—Bárbara… dijo que yo soy alumna buena. Sé español.
Daniela me miró como preguntándose de qué estaba hablando la cría. Yo lo entendí casi al instante y me incliné hacia ella para hablarle sin tapujos.
—¿Quieres estudiar? ¿Quieres ir a una escuela del mundo exterior?
—Sí. Quiero ver cómo es allá afuera.
—No lo sé — respondió mi hermana Daniela — . Todavía tienes 14 años.
—Eso ¿qué tiene que ver? —preguntó extrañada.
—Que eres menor de edad —expliqué —. En nuestras leyes, tienes que tener 18 años para poder hacer grandes cosas que…
—Pero aquí podemos casarnos desde los 13 —replicó, sin entender lo que le había dicho — . Ya soy mayor de edad.
Respiré hondo para calmarme. Nin era una genio. Lo que había hablado con ella mientras estaba en casa de Tamir lo confirmaba. Sabía no sólo hablar el español, sino también escribirlo, aunque no tenía una letra bonita. También sabía sumar, restar, multiplicar y tenía algunos problemas con las divisiones. Tanto Bárbara como los otros enviados a la aldea le habían enseñado bien. Nos contó que siempre, cuando los “civilizados” venían a su aldea, hacían escuelitas y que todos los niños y adultos se iban, pero ella siempre se quedó.
—Desde los 9 años he sido alumna.
—Eso explica porqué pareces ser más lista que el resto de las personas —observó mi hermana. Nin sonrió de oreja a oreja. Incluso los tatuajes que tenía en el vientre y en las piernas parecieron cobrar vida.
—¿Entonces me pueden llevar?
—Debemos consultarlo con Bárbara —comentó mi hermana. Yo le di la razón.
—Anda, ve a dormir. Mañana lo hablamos.
La chica nos dio un beso a las dos y se fue feliz a su casa.
Ya sin su presencia, Daniela me tiró de nuevo hacia ella, separó mis piernas y antes de hundirse en mi coñito, sonrió.
—Vamos a comer un poco más ¿vale?
—Cómeme lo que quieras —le dije, abriéndome yo misma la conchita con mis dedos. Ella no tardó nada en devorarme.

Los días siguientes transcurrieron rápidos. Media semana nada más. Debía ser un miércoles cuando Bárbara nos dijo que sus amigos vendrían a buscarla para llevarla de regreso a la civilización. Durante esos días, Daniela y yo habíamos evitado todo contacto con Andra, la hermana de Tamir. Obviamente yo me había quitado de su casa, y recibía a Tamir en mi casita para darnos los últimos toques de amor antes de nuestra partida.
Papá, por otra parte, estaba muy metido en tratar de arreglar el bote, y se había ido con unos aldeanos fuertes y hábiles para sacar el bote de la orilla. Confiaba en que los que iban a venir tendrían herramientas para repararlo.
Me mordí el labio para no gemir cuando la polla de Tamir se me clavó entera en la concha. Enredé mis piernas alrededor de su cuerpo y lo abracé fuerte para evitar que saliera de mí. Estábamos tapados con una sábana, que ya estaba mojándose por el sudor. Habíamos estado follando toda la mañana.
—¿Quieres cerrar la boca? —me dijo Daniela, que estaba con Nin hasta el otro lado de la habitación. Trataba de enseñarle a la hermanita de Tamir a dividir bien —. No nos concentramos.

— Lo siento. ¡Más despacio! —le grité a Tamir. Él, frunciendo las cejas, empezó a clavarme más despacio. Mientras él besaba mi cuello, yo miraba a mi hermana y a la chica estudiar.
Nin quería venir con nosotras porque ansiaba conocer la sociedad civilizada. Era una jovencita muy inteligente para sus 14 años. Tenía un gran potencial y amaba la naturaleza. Pensé en que debíamos darle una oportunidad. Ya habíamos conversado con papá sobre eso, y también con Bárbara, que se mostró feliz por tener esa iniciativa.
Tamir dirigió sus manos a mi clítoris y empezó a jugar con él. Yo jadeé y me pasé la lengua por el labio para limpiarme una gotita de saliva.
—Nin —le llamé. La chica me miró, curiosa.
—¿Sí?
—¿Qué te dijeron tus padres sobre irte?
Ella se encogió de hombros. Llevaba un bonito tatuaje de mariposa en la espalda. Era su animal favorito.
—Dijeron que estaba bien. Aquí tenemos la costumbre de que a mi edad, somos libres de elegir el camino que debemos tomar.
—Ojalá fuera así en la vida real ¡Ay! Tamir —le regañé cuando me clavó los dedos y la polla al mismo tiempo —. Mejor chúpame un poco.
El asintió y bajó por mi vientre, cubierto todavía por las sábanas. Pegó su boca a mi raja y empezó a mamar con fuerza los delicados labios de mi clítoris. Al fin descansé. Lo había tenido encima por horas, bombeando, eyaculando dentro de mí y volviendo a bombear. Por suerte estaba en días infértiles.

Nin frunció las cejas cuando Daniela le regañó por no prestar atención. Mi hermanastra era una pésima maestra.
Cerré los ojos para disfrutar de Tamir. Me estaba penetrando con los dedos y me embarraba la lengua por todo el clítoris. Yo estaba pellizcándome las tetitas, que ya habían adquirido un bonito color bronceado. Además, vivir aquí estaba sentándole bien a mi figura, porque ahora era más esbelta y más tonificada que antes, y el color blanco de mi piel había cambiado por un sexy cobre.
Tamir se paró al lado de la cama. La polla erecta y ofreciéndomela. Se la agarré y comencé a mamarla despacio como un chupete.
—Oye, Mara —me llamó Daniela. La miré sin quitarme el pito de la boca —¿Recuerdas las reglas para dividir entre dos números decimales? Estoy algo oxidada en esto. Siempre fui pésima en matemáticas.
Sin sacarme la verga, pensé en mis clases de la primaria y luego me vino la idea.
—Ah, ya sé —les dije a las dos —. Tienes que transformar el divisor en número entero.
—Ah… ya recordé. Gracias. Sigue chupando.
No me lo tuvo que decir. La verga de Tamir era deliciosa. Vi que Nin se me había quedado mirando un ratito y le guiñé un ojo. Ella sonrió y volvió a sus clases. Fue en ese momento que Tamir descargó unas cuantas gotitas de semen en mi lengua, y me las tragué. Después de eso, mi semental quedó muerto de cansancio y se tiró a la cama. Yo me puse una faldita de cuero, me lavé la cara y la boca y me acerqué a Nin y a Daniela para ayudarle con las clases. Teníamos poco tiempo antes de que vinieran a buscarnos.

Bárbara y papá volvieron más tarde. Daniela les lanzó una mirada celosa al saber que estaban juntos, pero papá le había jurado a mi hermana que iba a coger sólo con ella y conmigo, lo cual era estupendo.
—Ya vinieron por nosotras —dijo Bárbara. Vestía sus pantalones y su camisa —. Están arreglando el bote de su padre.
—Al final sólo necesitábamos ajustar tornillos y soldar cables —dijo papá con desdén. Era algo simple pero sin herramientas, había sido imposible para él.
—¿Qué han decidido con la niña? —preguntó Bárbara.
Nin le respondió.
—Yo… iré con ustedes.

—Entonces comenzaré a hacer unas llamadas para eso. Hay que hacer gran papeleo, pero les garantizo que ella estará estudiando dentro de poco. Les sugiero que empiece con lo básico.
—Ya sabe lo básico —dijo Daniela, abrazando cariñosamente a papá y dándole un beso en la boca —. Creo que está muy avanzada.
—Estudiar en una escuela pública es algo diferente para ella. Necesitará adaptarse poco a poco a la sociedad.
—Lo sabemos —dijo mi papá.
—Bueno, en ese caso, ella necesitará de un tutor responsable. ¿Les interesa serlo?
Nin nos miró, especialmente a mí, con cara suplicante. Sabía que la chica difícilmente podría estar con alguien diferente y desconocido. Sería un gran golpe para ella. Le faltaba poco para cumplir los 15 años y si ese era el caso, sus cambios emocionales le serían difíciles de manejar.
—Nin ¿quieres ser mi hermana?

— ¡Sí!
—Entonces — Bárbara miró a papá — ¿puedo confiarles la tutoría de Nin? Al menos hasta que cumpla los 18 años y sea mayor de edad.
—Ya soy mayor de edad —replicó ella.
—Pero no en nuestras reglas —nos miró a las tres y frunció las cejas —. Se acabó el nudismo. Vístanse las tres, tápense las tetas y pónganse bellas. Vienen mis compañeros hacia aquí.

*****
T...T ya mero se acaba la historia! pero bueno, ha dejado enseñanzas jaja, la primera de ellas es que un viaje puede mejorar la relación con otras personas, y que es muy bonito cuando todos se entienden y la familia es feliz!

11 comentarios - Trio familiar en la isla cap 13

CA20 +1
que rico viaje ha sido, espero pronto el final de la historia, que ha estado muy entretenido, claiente y divertido... Gracias por compartir!
hammer30
de nada, gracias a ti por leerme
gadielcomingsoon
TODO LLEGA A SU FIN PERO ESTOY SEGURO QUE VENDRAN MAS HISTORIAS. ESPERO EL FINAL ANSIOSO. BESOS VA PUNTOS, OBVIO
hammer30 +1
jajaj ps mientras tenhga imaginacion para eso, habran mas, gracias por ser un buen seguidor!
eze_sayavedra +1
Buena historia, ojala saques la segunda temporada de mis hijas y yo una familia muy cariñosa
hammer30
jajaj pues no se me han ocurrido historias para seguirle a esa, pero es una buena sgerencia
Si-Nombre +1
Muchas gracias por compartir excelente historia, bastante erótica y muy pasional....
hammer30
gracias a ti tambien, sin su apoyo no tendria motivacion jeje
vampidito
Falta una escena de sexo con la nueva integrante de la familia
hammer30
jajaja imposible de poner, tiene 14 años, poringa me daria un rico ban
diegotk18 +1
me encanta la saga vaya,,,por un momento pense que harian trio con NIN
hammer30
jaajja ps podrian pero poringa me mataria
4trujillo52 +1
ya casi termina la historia hot!!! pero no falta la parte de los hnos de Nin??, .van puntos!!
hammer30
jaja los hermanos de nin siento que seria relleno, aunque a veces e da por hacer una historia de ellos, son buenos sementales xD
Yosoy277 +1
Muy buena como siempre y la portada muy buena
Dejo mis +10 😉
hammer30 +1
Gracias! mis primeros pasos en photoshop
megak_0 +1
si medio que la historia esta terminada
hammer30
ah? jeje no entendi
AquiLuis
Que buenooo, lastima se va acabandoooo...