Mas que un deseo

Mariana, mi vecina veterana, hacía días que no me hablaba. Apenas si me había saludado al cruzarnos en el pasillo. Parecían de un pasado lejanos nuestros encuentros. Mis ganas de a poco se transformaban en desesperación, seguía tan excitado como antes de nuestro ultimo encuentro y se me hacia difícil no poder controlar mis impulsos.

Un par de mensajes sugestivos y nada, clavaba el visto. Por primera vez le andaba atrás...y nada. Otro viernes por la noche y solo quedaban dos opciones: P! y paja o pagar. Nunca me gusto pagar, fui por la primera, pero sabía que no alcanzaba. Tenía en mi cabeza sus tetas, su concha mojada, la habilidad de su boca...estaba loco, no por ella sino por como me hacía gozar ¿o acaso empezaba a mezclar los tantos? ¿el sexo me habia enganchado con una mujer que solo me usaba? mil ideas se me mezclaban.

Post del mlif´s, videos de maduras clavándose pendejos.... nada me sacaría las ganas de tener mi pija entre sus tetas nada. Pajas y a dormir, triste plan. Estaba a punto de concertarlo, play a un video y jean por las rodillas, la mano que empezaba a darme un pequeña dosis de placer... pero el bendito celular sonó. otra vez ella, con timing perfecto pedía su juguete. Yo no era otra cosa que un juguete al que llamaba cuando necesitaba y nada mas..eso me gustaba.

Una dirección, una cuadra, sospechaba (quería) que fuese para meterse en el telo. Lejos para ir de a pie, un taxi me dejó en la esquina. No comprendía nada, pero no lo pesé, solo obedecí. Excitado, erecto, viaje pensando en lo que me esperaba. En sus tetas, en el pete que iba a hacerme, en su culo apretado, en la concha húmeda y como mi lengua la humecedia más.

Un tibio beso en la mejilla fue todo en la calle. "me dejaron plantada hoy" fue todo lo que me dijo y nos metimos en el hotel. En la habitación me pidió que la espere y se metió al baño, en la parte que era privada. Me senté en la cama vestido, y con la cabeza revuelta ¿que carajo estaba haciendo? Mariana volvió y las dudas murieron al ver su cuerpo desnudo. Parada, completamente desnuda mostraba todo su cuerpo tan libre de ropa como de culpas, de inhibiciones, de dudas.

Ella si sabía que quería y como tenerlo. tardé poco en estar tan desnudo como ella, y menos en sentir sus labios recorriendo mi cuerpo. bajo despacio, me hizo desear el momento, enloquecer en la espera, jugó con mis ganas, con mi ansiedad. Con las manos primero, luego con sus labios, y su lengua me dio placer, no pude soportar de pie. Me tire en la cama y ella siguió su juego de seducción de mi pija haciéndome perder la cabeza. Dejaba de pajearme para tocarme suavemente con la punta de la lengua, luego me tomaba entre su labios, tenía todo entre sus labios, yo era sus labios, no sentía nada mas. Mi placer la calentaba, sabía que se tocaba al chuparme la pija, y cuando su calentura se lo pidió, se trepo a la cama, abrió las piernas sobre mi cintura, tomo mi pija con una de sus manos y la froto con su concha mojada. Movió la cadera a su antojo, yo lo gozaba como ella lo gozara, no me importaba si lo quería rápido, lento, suave fuerte...era suyo. Me cabalgaba y se tocaba, yo la observaba, esperando que mi cuerpo aguantara hasta que se diera por satisfecha, aguantando mi orgasmo para darle el suyo. Su mano se movía cada vez mas rápido, nuestras respiraciones se cortaba y se confundían entre gemidos, sus piernas temblaron, gimió con ganas y se tendió en la cama, a mi me faltaba poco... me toque delante de sus tetas y la leche llegó hasta su cuello.

La bañera era parte de la habitación, limpie sus tetas, las besé, comí sus pezones. Su cuerpo era mas que un deseo, era una necesidad, casi una adicción. Segui por otros lugares de su cuerpo, bese su espalda, sus piernas. Hicimos una pausa, los dos, satisfechos, en el agua hasta que la lujuria pudo mas que el cansancio. Era mi turno de complacerla, con la ayuda de un chorro de agua comencé a darle placer con mis dedos, la senté en el borde y con mi cuerpo en el agua meti la cabeza entre sus piernas, metí mi lengua tan dentro como podía, le di todo lo que me había enseñado a dar, disfrute sus gemidos mas que nunca, quería tener mas de ella y solo había una forma: hacerla adicta al placer que le puedo dar.

Necesitaba entrar, y ella quería tenerme dentro. Me ofreció su cuerpo, me daba la espalda pero era todo para mí, pero también para ella. Mis dedos y mi pija la estimulaban, sabía que no había forma que se resista a darme cualquier cosa que le pidiera. Quería volver a sentir su culo abriéndose ante mi, el mismo chorro de agua que había el juego con mis dedos me ayudaba. Fuimos a la cama, y volví a sentir como de poco mi pija entraba en su culo, como gozaba del dolor, como sentía un placer diferente, pero que también la calentaba. Acabé con sus gemidos. quedamos los dos tirados sin nada que decirnos, pero a su gusto, cosas por hacernos.

Metió su cuerpo entre mis piernas, yo ya no estaba excitado, dos polvos habían sido suficientes, pero ella, viciosa, quería mas de mi. "¿no querés mas?, no me ves mas" dijo antes de meterse mi pija e su boca para ponerla dura. no tardo en hincharse tanto como antes...y no la vi más, no vi mas su cara, me dio la espalda y volvió a montarme a usarme como un consolador, se tocaba y metía mi pija su cuerpo, ese era su placer.

El turno terminó, nos fuimos separados, sin despedidas, como dos extraños.

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