Jugueteando en la cocina




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Compendio II


😕
Hay veces que me pongo muy pesada.
Sé que él se pierde una semana y no es porque vaya de veraneo, ni nada así.
Y sé también que tiene un trabajo muy cansador y no todas las veces le da el tiempo para escribir tanto como me gustaría.
Entonces, le hago un berrinche y lo asusto.
😔
Lo que es peor es que él no se queja.
Sigue siendo mi mejor amigo, forever and ever.
Y cuando vuelve, nos lo comimos a besos.
😍
Porque claro: para Liz, también la semana sin él se hace muy, pero muuy larga.
Y lo rico es que nos pololea bastante bien a las 2.
Y es por eso que para nosotras, uno de los grandes panoramas es recoger la mesa cuando comemos, porque después él nos come.
XD
¡Y es divertido!
Cuando las peques están despiertas, es papá todo el tiempo…
Pero cuando se ponen a dormir, a las 2 nos bajan “pensamientos calentones”.
Pero él es genial, porque nos pololea por separado.
😈
Él me cuenta que al almuerzo, a ella le gusta más salvaje.
Que la siente en el mueble donde guardamos los cubiertos o que la apoye en la lavadora, para un excelente doggy style.
Pero conmigo, es diferente…
😊
No digo que sea más malo (porque también me gustaría probar cómo se lo hace a ella alguna vez)
Pero la manera que lo hace conmigo es más tierna.
😆
De partida, ya es bien noche, las peques están tapaditas y durmiendo y estamos los 2 solitos, porque Liz todavía tiene clases por la noche.
Entonces, terminamos la cena y a mí se me acelera el corazón…
💗 💗
Me pongo nerviosa, porque sé lo que se me viene y les mentiría si les digo que agarro la mantequillera y la quesera con mano firme.
Él se ríe, tomando los platos, los cubiertos y las tazas y me mira con esos ojitos que todavía me ponen colorada…
😊
Los acarrea al fregadero y yo, súper nerviosa, abro la puerta de la nevera.
😅
No es que le muestre la cola a propósito…
😕
Bueno, sí.
Pero es porque sé que él me la está mirando.
Guardo la mantequilla con las mejillas ardiendo y luego tomo la quesera.
Él deja las tazas remojando y hace como que vuelve al comedor a buscar algo…
Siempre, siempre.
😓
Y bueno… yo cierro la puerta del refri y él está ahí, como a 3 pasos de mí.
Me mira con esos profundos ojos negros e inteligentes, que me ponen más nerviosa…
Apoya la mano en la pared y yo lo veo, porque me corta el paso.
Se me acelera el corazón a mil por hora, con las mejillas tan calientes que siento que me van a estallar…
😘
¡Y me besa!
Pero no me da un beso cualquiera.
Es un “Don Beso”…
😍
Y es que me acuerdo de todas esas veces que quise decirle lo mucho que me gustaba y que quería pedirle que me besara y todo eso…
Y ¡zas!, que me acorrala siempre y me come así.
Soy su esposa, la madre de sus hijitas y aun así, aun así, me pololea bieeen pololeada.
😏
Y claro, aprovecha de correrme mano…
La derecha, directo a la pechuguita, a agarrarme el pezón y la izquierda, a la cola…
😲
Siento su respiración en la mejilla y me saca estrellitas…
Y más encima, te medio empuja de la cintura con ese bulto enorme, que noche tras noche me desgarra entera.
Y les diré que me baja como un tiritón por todo el cuerpo.
Porque te agarra el trasero y el muy bandido te hace el quite al calzón.
“¡Nooo!” le medio pido, aunque cuando siento su dedo jugueteando con mi colita, como que me desinflo.
😩
Y él, muy malo, me mete EL DEDITO.
EL.
No uno ni 2.
UN PURO DEDITO SOLITARIO EN MI COLITA…
😠
Y me enoja y me calienta, porque me empieza a masajear por atrás.
Más encima, lo abrazo más fuerte y me siento toda pegajosa y mojadita, porque me entierra el muslo justo entremedio de las piernas, por lo que lo abrazo mucho más.
¿Y se acuerdan de la derecha en mi pechuguita?
Bueno, como loca se mete debajo de mi ropa y me forcejea el sostén.
Yo, con la carne de gallina y él, besuqueándome y apretujándome contra el refri.
Me empiezo a quejar, porque quiero que ya me la meta y ahí, recién ahí, me mete un segundo dedo por atrás.
😂
¡Me dan ganas de llorar, porque me acuerdo de lo larga que fue la semana sin él!
Y me empieza a masajear con sus dedos por dentro, de una manera que me vuelve loca.
Ahí como que pierdo el control y como que quiero subírmele a caballo, porque no es justo que él me manosee y se quede con su cosa guardada en el pantalón.
😕
Pero ahora último, se ha puesto como más malo conmigo.
Porque hasta el turno anterior, me llevaba casi corriendo al dormitorio y yo le comía su cosita con todo el entusiasmo de no tener ese manjar por una semana.
Pero ahora, van 3 veces que me deja caliente, con las piernas abiertas, sobre el mueble de la cocina.
😊
Y obvio que me levanta la falda y me la mira palpitante y jugosa, queriendo sentirlo a él.
Pero me da vergüenza, porque ya me ha hecho sentir rico.
Y entonces, se agacha…
😩 😲 😩 😲
Y yo digo que está bien.
Somos esposos, fuimos pololos y somos recontra buenos amigos.
Pero pienso que no es justo que me haga gozar tanto.
Porque me lame los pliegues de una manera escandalosa.
Yo le pido que “¡No!”, que “¡Pare!” y que tratemos de pasarlo bien juntitos…
Pero me derrito en su boquita cariñosa…
😩 😫 😩 😫
Y hace ruiditos tipo “Slurp, slurp”, lamiéndome enterita.
A mí, me bajan los nervios y trato de contenerme, porque me da plancha correrme en su carita.
Además, sigue siendo mi mejor amigo y me trato de resistir, porque no quiero mancharlo.
Pero él dale que dale y me hace sufrir, porque se come mi botón como si estuviese hecho de chocolate.
🤤
¡Lo hace tan bien, que hasta me corta el aire!
Y me voy diciendo de a poquito…
“¡Ya no doy más! ¡Ya no doy más!”
Y ¡Paff!
Que acabo en su cara…
😡
Pero él, peor que perro.
Porque a pesar que me hizo tocar las estrellitas y las piernas me tiritan medio raro, me sigue lamiendo y siento como corriente eléctrica.
Y no para.
No para. No para. No para.
Me deja como acordeón desinflado.
😃
Y él, muy caradura, vuelve al lavaplatos, cuando lo único que quiero es que ya la meta.
Y me deja toda desparramada, con pechuga afuera, chorreando pegajosa y acostada sobre el mueble, caliente como carbón ardiendo.
Entonces, cuando termina, el muy fresco me pregunta.
“¿Nos vamos a acostar?”
Y yo le veo su cosa hinchada en el pantalón y me baja un antojo tremendo.
😡
Y después, él se queja que Liz y yo lo chupamos hasta que no se puede más.
¿Habrase visto esposo más cínico?
😈


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