La negrita Mariela

Creo que como es normal, cuando uno ya está en ciclos mas avanzados de la universidad, próximo a terminar, siempre da una ojeada a las nuevas chicas que ingresan a la carrera que uno estudia. Y eso me pasó con Mariela, que la verdad no era un mujerón, por el contrario, tenía 18 años, era delgada, tes algo oscura, cabello negro, labios algo gruesos, tetas y culo algo pequeños, pero era curiosa de rostro. Y fue así como un día nos cruzamos en las bancas que tiene la universidad y conversamos de la carrera y cosas de la universidad, y fuimos haciendo algo de amistad. Con el pasar de los días ya nos mensajeábamos por el celular o hablamos por internet. La verdad notaba que había cierta tensión sexual, pero hasta que no esté seguro no iba a intentar nada. Luego hubo oportunidades sonde salíamos a comer algo y conversar como siempre, y no sé si lo hacía intencionalmente pero se ponía prendas mas pequeñas en esas salidas, usaba polos con tirantes sobre los hombros, y jean apretados o esos shorts cortos que dejan ver un poco del culo, y que por su puesto aveces aprovechaba para ver esos cachetitos negros, solo con verlos ya mi pinga se empezaba a poner dura.

Así transcurrió aproximadamente un mes y medio, hasta que un día me dijo para salir a una disco, y por su puesto acepté. Como dije no era un hembraza, pero ese día se puso vestido, tacos, se maquilló mas de lo que acostumbraba; me sorprendió mucho verla así, estaba mas atractiva que de costumbre y además ese vestido ceñido al cuerpo dejaba notar ese pequeño culo apretado y rico, así como unas tetas que pedían salir. Ingresamos a la disco, buscamos un lugar y pedimos unos tragos, eso le ayudó a soltarse mas y me jaló hacia la pista de baile. Comenzamos a bailar y su cuerpo y el mio empezaban a pegarse al ritmo de la música, bailamos una canción tras otra,pero nadie se animaba a nada mas que bailar. Salimos de la discoteca aproximadamente a las 3:30 de la mañana, cuando le dije que era mejor para ya ir a casa, ella aceptó y le dije que la acompañaría. En el transcurso del viaje -imagino también producto del alcohol- se puso algo cariñosa, me abrazaba, me daba besos en las mejillas, diciéndome que gracias por la salida y acompañarla. La verdad me moría de ganas por besarla, pero sentía que no era el momento. Cuando ya estábamos por llegar a su casa, giré un poco el rostro para verla, y ella como que estaba esperando eso, pues su rostro y el mio no tardaron en besarse.

Mis manos recorrían su cuerpo por encima del vestido, y sentían una tetas firmes, al igual que sus piernas y su culo, mientras ella sentía levemente el bulto de mi pantalón. Paró de besarme y me dice para ir a otro lado y estar mas solos. Le dije que mejor era que la deje en casa y me dice que había dicho que salía con una amiga y posiblemente se quedaba en su casa, que no había problema, terminó de decir la última palabra y sentí su lengua por una de mis orejas, eso me puso a full, y le dije al taxista que cambie de rumbo....bajamos del auto y entramos al hotel. Cerré la puerta del cuarto y nuevamente nuestros labios se juntaron, nos besábamos sin parar, mientras nuevamente aprovechaba para sentir su cuerpo con mis manos. Paso a paso, sin dejar de besarnos, fuimos hacia la cama y empecé a sacarme el polo y los zapatos, mientras ella hacía lo propio con sus tacos, aún no se desprendía del vestido. Comencé a besarla por el cuello y volvia a su boca y le mordía suavemente los labios, mientras con mis manos empezaba a levantar su vestido que subía y ya empezaba a dejar descubierta unas lindas piernas morenas, y un calzoncito morado. Ella misma terminó de sacarse el vestido y mostró su brasier del mismo color que contenían unas lindas tetas morochas y paraditas.

Luego de esto, me dice muy suave "¿que quieres que haga ahora?", sin pensarlo mucho le dije que quería que se pare sobre la cama y ver como se sacaba su ropa interior. "Ok amor" me dijo, y cumplió mi petición. lo primero que pude ver fue unos lindos pezones negros, estaban erectos, se veían deliciosos. Luego llevó sus manos hacia su calzón, le pedí que volteara y se lo sacara lentamente. Se inclinó un poco y su prenda morada iba bajando, dejando ver un culito rico, y una conchita cerradita y negra, apenas unos pelitos que la acompañaban...mientras tanto yo ya me iba sacando toda mi ropa. Me acerqué hacia su cuerpo, la tomé por la cintura, me acosté nuevamente y la puse encima mio.

Me encantaba tener tan cerca esas tetas negritas, así que empecé a lamer sus pezones y besar sus tetas, chupaba sus pezones con fuerza. Ella solo gemía y se dejaba llevar. La puse boca abajo y empecé a besar suavemente su cuello, su espalda y llegué a ese rico potito negro, lo succionaba para dejarle chupetones en cada nalga. Luego de esto le abrí el culo, lamí su ano y lo penetré con mi lengua. Era exquisito lamer ese huequito negro y sentir sus gemidos y ver como presionaba con sus manos la almohada. La giré ahora boca arriba para ver bien esa conchita. La contemplé unos segundos, era negrita, con unos labios pequeños, estaba ya mojada de lo excitada que estaba, pero aún así le dejé mi baba, pasé mi lengua por toda su raja, se la chupaba y lamía con delicadeza, me gustaba sentir la humedad de esa concha en mi cara. Debo haberle lamido la concha unos diez minutos y ya no aguanté más, quería hacerla mía. Me puse encima de ella, abrió sus piernas y mi pinga entró ricamente en esa papa negra. De arranque se comió todo mi pinga. Lo que me indicaba que ya había tenido cierto recorrido. Sacaba mi pinga casi hasta la cabeza y volvía a metérsela con fuerza para escuchar como Mariela gritaba y gozaba de placer.

Luego de esto, la puse en mi encima, lista para para cabalgar, pero dándome la espalda, así podía ver como rebotaba ese culito con cada metida de pinga, aprovechaba también para darle nalgadas, parecía que con cada golpe en esos cachetes negros la excitaba mas, pues se movía con mas fuerza, parecía que la cama se fuera a desarmar. Para ser tan joven, se movía muy bien la negrita....Sin sacar mucho mi pinga, la puse en cuatro, yo a su tras y le seguí bombeando la concha, esa posición y sus gritos me excitaron tanto que saqué un poco mi pinga y toda mi leche adornó de blanco ese keke negro de Mariela.

Nos acostamos unos minutos, y sentí su mano tocando mi pene como para hacerlo reaccionar otra vez, una pequeña paja con sus manos y bajó su cabeza hacía mi pinga. Se la metió en la boca y sus labios negros empezaron a succionar, por ratos la sacaba y le daba besos cariñosos por lo largo, le pasaba su lengua y se la metía otra vez en su boca, pero luego tuvo que sacarla un poco pues mi pinga no tardó en levantarse y quería mas acción. La agarré de los pelos y le hacía meterse toda mi pinga en su boca, cuando veía que ya casi no podía, se la sacaba un poco. Le dije que "ahora me tocaba a mi" y nuevamente fui a esa hermosa zanja negra, la abrí y pude ver mejor el color rosa de su interior. Puse dos de mis dedos y empecé a penetrarla, pero ella no tardó en decir " quiero toda tu pinga en mi concha". Así que la puse piernas arriba y se la empujé toda. He escuchado muchos gemidos y gritos, pero los de esa chiquilla en verdad me sorprendían, como gritaba la negra, me ponía a full con cada grito. "¿Así te gusta?" Sí, la quiero allí siempre". frases de ese tipo me ponían como loco. La puse nuevamente en cuatro, pues quería romperte el culo, "hazlo despacio por favor" me dijo la negrita. Empecé a meterla la cabeza y su asterisco se comió casi la mitad de mi pinga, la concha estaba abierta, pero ese culo aún estaba un poco cerrado, así que no forcé mucho, pero aún así me encantó abrir ese culo con mi pinga.

Terminamos la noche en la ducha, allí rematamos la faena, ya estábamos muertos, pero parece que quería saborear mi leche, pues nuevamente su boca se comió mi pinga, esta vez la pajeada fue toda con su boca, ha sido de las pocas veces que me hacen eyacular con una mamada. "Ya no aguanto" le dije, y respondió "acaba, no te preocupes". Descargué el chorro, y su cara y su boca terminaron blancas, las últimas gotas que quedaban en mi pinga las secó ella con su lengua. Allí mismo se limpió con el agua de la ducha. Salimos del hotel, la lleve a casa y nos despedimos con un beso...Unos días más estuvimos en ese plan, hasta que empecé a salir con alguien y ella se alejó un poco. Pero me gustaría volver a a cruzarme con ella, si en ese entonces ya era así, como será actualmente...

2 comentarios - La negrita Mariela

spartaco_ +1
Buen relato
futbolero90
Gracias. Ya publicaré otro más adelante.
kramalo +1
muy bueno....!! quien no se querría comer una negrita...jeje..!!
futbolero90
Claro, es un sueño cumplido.