Carpa, camping y secretos morbosos (Parte 1)

Los hechos aquí descriptos sucedieron en la realidad, los nombres de los protagonistas han sido cambiados.


Eran las doce y media de la noche, frustrado, con la vejiga a punto de estallar y deseando algo de aire fresco, salí de la carpa a paso ligero rumbo a los baños del camping. Un leve movimiento en la carpa vecina me llamó la atención, seguramente mi cuñado estaría disfrutando de su voluptuosa novia. Me entró una envidia malsana, putee por lo bajo y seguí mi camino pateando piedritas. En el trayecto hasta los baños, mi frustración fue en aumento, aquí y allá se escuchaban gemidos ahogados, el sacudón de alguna lona o se veía la marcha apurada de alguna pareja hacia los muchos recovecos que, en total oscuridad, posibilitaban un buen polvo. Cuatro o cinco parejas estaban disfrutando lo que yo no, y ese era mi primer día de vacaciones, tenía esperanzas, no muchas, pero las tenía. Entré apurado al cubículo y descargué un fuerte y largo chorro. Ese día me la había pasado a puro mate.

El espejo del baño me devolvió un par de ojos cansados, algo rojos y con ojeras. Llegamos al camping a las nueve y media de la mañana, luego de dos horas de viaje. Al principio los cuatro veníamos con toda la energía de quienes dejan la ciudad para pasar unos días al aire libre; agua, sol, sexo, todo pintaba de maravilla. Hasta Daniela, la novia de Sergio, mi cuñado, se había mostrado relajada y casi exhibicionista con su remera escotada y luego con un top que enmarcaba a la perfección sus grandes atributos. Yo mismo tuve la audacia de mostrar los resultados de meses de gimnasio con todo descaro, a pesar del desfile de cuerpos bien marcados que trabajaban afanosos levantando carpas y cavando zanjas en torno a ellas. Mi novia se había relajado un poco, pero lejos de desinhibirse, caída la tarde solo se mostraba cansada y algo divertida. Llevábamos un par de años juntos, irónicamente fue el sexo lo que nos unió. Cama antes que amor. Sin embargo, en algún punto ella se había apagado, aún era algo fogosa y atrevida, pero la innovación brillaba por su ausencia. Yo me veía como un atleta en desarrollo, pectorales formados y creciendo, abdomen con menos grasa cada día, espalda mucho más ancha que cuando conocí a Brenda. Seguía esforzándome por darle todo el placer posible, de hecho le dediqué unos largos minutos de sexo oral, pero luego de venirse en mi lengua, se quedó dormida.
Salí del baño aún más frustrado de lo que entré. Justo a la derecha de la salida de los baños, un muchacho empotraba a toda velocidad contra un árbol a una chica que se esforzaba por mantenerse en pie. Un par de pasos más allá, cuando apenas había cruzado el pequeño puente decorativo que dividía la zona de corpas con los baños, escuché el grito ahogado del tipo fruto de una merecida acabada.

Confieso que me alegré bastante cuando vi a Brenda salir de la carpa estilo iglú en la que dormíamos, pero cuando me percate de su cara de zombi y el rollo de papel higiénico en la mano, la esperanza se desinfló con cada paso que daba en mi dirección. Pasó por mi lado medio dormida y yo me metí a la carpa dispuesto a conciliar el sueño. Una parte de mi quería esperarla desnudo, acostado en medio de la carpa, que viera mi erección apenas entrara. Otra, sencillamente quería dormir.

Dejé abierta la primera “puerta” del iglú, quería ver a través del plástico que hacía las veces de ventanas en la “puerta” exterior de la carpa. Escuché un cierre abrirse en la tienda de al lado y vi la enorme figura de mi cuñado encaminarse hacia el baño. Definitivamente teníamos que beber menos mate. Estaba atento al momento que Brenda regresara, en cuanto viera su silueta acercarse a la carpa, me desnudaría. Una sombra apareció desde la derecha, subió el cierre y entró al iglú. Daniela.
Llevaba puesto un corpiño deportivo y un pantalón corto. Avanzó gateando hacia mí, subió su mano por mi pierna y acaricio mi bulto.

-No me quiero quedar con ganas la primera noche

Y luego de esa reveladora frase, mi short desapareció. Sus manos subían, bajaban, hacían círculos en la punta cada vez más húmeda de mi verga, acariciaba mis piernas. Luego que se aseguró que mi pene no crecería más, se irguió y se deshizo del corpiño. Me costó recuperar el aliento luego de ver, así fuera con la tenue luz que venía de las farolas del camping, sus enormes tetas. Sus pezones eran más grandes de lo que había imaginado, tanto, que a pesar de la penumbra se podía ver que estaban duros y respingones. Alternaba entre mimos a mis bolas y chupadas profundas, metía la mitad de la verga en su boca, lamia y volvía a tragarla lo más que podía. A pesar del espectáculo y de la buena mamada, no dejaba de pensar que en cualquier momento mi novia volvería del baño. Daniela apuró el ritmo, ahora apenas sacaba mi verga de su boca, y con un último chupón a la puntita casi me hace acabar. En un abrir y cerrar de ojos se desnudó y me montó. Su vagina estaba muy húmeda, no hago alarde de un pene grande, quizás algo más grueso que lo “normal”, pero ella se sentó y metió mi verga hasta el fondo en un solo movimiento. Su gemido me dejó entre extasiado y totalmente alerta, juro que medio camping la escuchó y los que no escucharon debieron ver como se sacudía la carpa con su cabalgada. Atrás y adelante, sentones, golpes secos, arriba y abajo, de nuevo atrás y adelante pero más rápido. Sus tetas se sacudían, me hipnotizaban; tomó mis manos y las llevó a sus pezones, los acaricié, me incorporé y los chupé. Al recostarme ella acompañó mi movimiento, procurando no sacar su pezón derecho de la presión de mis labios. Intenté mover mis caderas, estaba apurado por terminar, tanto por calentura como por miedo a que nos descubrieran, pero ella apenas si dio tiempo me acomodara. Volvió a moverse, con más fuerza, subía y bajaba como poseída, mi mente se anuló cuando sentí que los músculos de su vagina se contraían, succionaban. Esa presión terminó por descontrolarme y estallé.

- Gracias, hasta mañana- Dijo mientras recuperaba el aliento

Se limpió, se aseguró de no dejar rastros en mí, y a gatas salió de la carpa rumbo al baño. Cuando Brenda regresó, yo estaba medio dormido, violado y satisfecho. Mis esperanzas de unas buenas vacaciones estaban intactas.

11 comentarios - Carpa, camping y secretos morbosos (Parte 1)

viciosomdq +1
Muy buen relato amigo! Excelente debut... Le debo los puntos por ahora...
GaryelMiron +1
Gracias, hacia rato que queria publicar mis relatos, hasta que se me fue la paja y ahi este el primero xD
KaluraCD +1
Carpa, camping y secretos morbosos (Parte 1)


Muy buena historia, muy bien relatada, un lujito.
Bienvenido y a seguirla 👏 👏 👏

Gracias por compartir 👍
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos...
GaryelMiron
Gracias, en breve se vienen la otras partes
KaluraCD
@GaryelMiron


Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos...
kramalo +2
muy bueno...!! en febrero estuve en un camping con mi jermu...ya lo voy a contar...saludos.
robert790
Quiero leer tu experiencia!
mdqpablo +1
que buen relato , exelente comienzo del camping , van pts
Pervberto +1
¡Excelente! Comienza la espera...
jorge1551
Hey loco muy bueno pero si el otro man es tu cuñado a la que te comiste no es tu hermana??
GaryelMiron
jajaja no viejo, mi novia es su hermana (de ahi que es mi cuñado) la que entro a la carpa esa noche era la novia de mi cuñado, se capta?