Cuando el mundo se detiene

Tener sexo con él era morir un poco, con cada embestida me arrancaba el alma que se escapaba entre mis gemidos, en sus manos era débil, era suya, era todo lo que siempre me he negado a ser por miedo a esa sensación de entregarse totalmente a una persona que siempre (de una forma u otra, con culpa o sin ella) termina lastimándote.

Cuando Felipe chupaba mis senos el mundo se detenía, lo hacía con veneración, como un mortal cuya vida depende de los caprichos de su única diosa, los apretaba, los mordía y yo no sentía dolor, solo placer. Para terminar de matarme hundía sus dedos en mi mojada vagina, me masturbaba mejor de lo nunca he podido hacerlo en solitario, primero un dedo y luego los tres, localizando mi punto G como si tuviese un GPS, arqueaba los dedos mientras yo movía mis caderas, mi orgasmo era algo sencillo entre tus dedos.

-Eres mi puta, mi perrita- Y lo era, en esos momentos nuestro goce se volvía el centro del universo.

Aunque mi orgasmo me dejo muerta de placer no podía aguantar las ganas de ponerme de rodillas ante su pene, primero saborearlo, besar su cabeza, recorrerlo desde la punta hasta las bolas para luego rodearlas y chuparlas un poco, masturbarlo mientras me iba tragando todo con fuerza, sus gemidos me impulsaban a seguir, Felipe me agarraba por el cabello llevando el ritmo de mis mamadas.

-¡Ah! Te quiero coger.

-No, primero quiero toda tu leche.


Agarre su erección y lo masturbe como sabía que lo enloquecía, lo humedeci lamiéndolo y me concentré en sus bolas, primero una, luego ambas, no paraba de masturbarlo mientras se las chupaba, cuando note que gemía con más fuerza me trague todo su pene y comencé a mover la cabeza como si me estuviera cogiendo por la boca, sus nalgas se tensaban en mis manos y yo lo veía disfrutar.

Con mi boca llena de su leche me di toques con su pene en mi lengua, la imagen no le dio descanso y pene se volvió a parar.

Felipe me puso en 4 y me dio nalgadas, lo sentía latir dentro de mí, sus bolas golpeaban mi vagina, me sentía flotar, estábamos calientes y sudados, la humedad caía por mis muslos y él la supo aprovechar, mojo su miembro y lo metió sin piedad en mi culito, yo grite del placer pero no deje de moverme.

Necesitaba que acabáramos juntos.

-No pares, acaba dentro de mi culo.

-Te quiero llena de leche.

No lo escuché, seguí gimiendo y moviéndome, me dolía todo el cuerpo, las nalgas me ardían por sus golpes que estremecían la habitación, el movimiento de mis tetas me decía que las tenía lastimadas, pero nada importaba porque el orgasmo era más y mejor. Felipe me masturbaba mientras me cogía por el culo y yo disfrutaba…con él nunca se sabe cuándo será la última vez.

Fue un orgasmo brutal para ambos, ninguno había tenido tiempo de recuperarse de los anteriores, la presión que mi culo ejercía en su pene y la sensación que me estremeció el cuerpo nos dejo cansados y satisfechos, luego de un sexo tan salvaje nos besamos sonriendo, si eso no era felicidad se le parecía bastante.

-¿Hasta cuándo vamos a estar juntos?


-Hasta que suene la alarma, el mundo vuelva a girar y tengamos que volver a nuestra realidad.

2 comentarios - Cuando el mundo se detiene

KaluraCD
Culo


Buenísimo !!

Gracias por compartir 👍
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos...
OliverioReyna
Excelente.. gran narración, me puso a tope. Gracias