María Alejandra

María Alejandra era una mujer en donde la vida, le dio pocas oportunidades vivirla enteramente feliz, pues después de haber estudiado la secundaria empezó casi de inmediato a trabaja
En la casa, ubicada en el barrio de una localidad del sur de la capital federal
Inicio de la historia
Ocurrió un día sábado en donde llovía y hacia mucho frio en junio, cuando María Alejandra iba a Liniers a una tienda que era de una amiga a, el motivo era simple: comprarse cosas simples de vestir y en donde su amiga le iba a financiar simplemente por conocerla de toda la vida solo y simplemente con mínimas cuotas de sus aportes de su sueldo, en forma mensual.
Subió al colectivo que venía repleto y me fue abriendo paso hasta poder agarrarme del respaldo, de un asiento y ahí quede apretada por la gente.
Al tiempo como unos diez minutos al llenarte en su totalidad el colectivo, sintió que le apoyaban algo duro sobre su cola, girando la cabeza vio que un tipo de unos 40 o 45 años era el dueño de esa “cosa” que me estaba molestando.
Al tiempo esa cosa me empezó a presionarme sobre mi conducta, pues en verdad hacía ya mucho tiempo que no tenía sexo y me estaba calentando
Fue así que miré nuevamente como recriminarle, y al hacerlo ese hombre asumía una posición de:
“yo no lo hago a propósito”
Ciertamente no era un tipo bruto, ni desentrañado, y de alguna manera lo que hacía, tomaba la precaución de que nadie, nos veía.
Hacía tiempo que el sexo en mi era una materia alejada, pues mi novio hacía más de un año me había dejado.
Nunca tuve suerte en el sexo así como tampoco, era virgen, ocasionalmente me masturbaba en la semana siempre por la noche cuando en casa todos dormían…
Como Alejandra consiste en entrar en ese juego

Haciéndome la tonta saqué la cola un poquito más hacia atrás para sentirla la presión de esa pija mejor.
El tipo de dio cuenta y enseguida me la apoyó, pero ahora más fuerte bien fuerte
Ello me hizo sentir por primera vez humeder mi sexo, ahora yo estaba caliente como él.
Sentía como una pija en mi cola estaba muy aprisionada y nadie en ese colectivo se daba cuenta
Enseguida a los minutos se corrió un poquito ese tipo y me apoyó su mano sobre la cola
A mi me parecía que eso era un sueño, era experto en tocar a una mujer en el colectivo, lo hacía despacio como conociendo de esa medidas mi calentura y también mis calenturas, e
En un momento al arrancar el colectivo con moviéndose fuerte aprovechando de ello él, me levantó un poquito la pollera…
Y me rozó la cola sobre la bombacha.
Al no haber oposición mía, metió su mano debajo de la bombacha tocándome la cola desnuda y jugando con un dedo, sobre mi entrada anal.
Yo ya estaba a mil.
Miré al costado y pude observar que ello no había sido observado o era visto por nadie entonces como a modo de un sí, le mire y el comprendió que aceptaba
con cuidado le dije moviendo solo mis labios
Si me respondió de igual manera

Me di vuelta haciendome la boluda y mirando alrrededor de los que estaban y a decir verdad nadie sospechaba que alguien me estab practicamente cojiendo en ese colectivo
Y él, empezo aún más fuerte sus manos en mi cola

Me llevó así durante casi diez minutos, ya habíamos casi llegado a Liniers en donde bajaba muchas personas y subían otras
Ya no habría más tocadas entonces, me dijo bajito:
En la que viene me bajo, si te animas vamos a mi negocio, que estoy solo.
Yo tenía algo de miedo pero la calentura era más fuerte
Si le dije casi sin pensarlo.

Ahí por primera vez me sentí una mujer deseada

Nos bajamos y a los segundos empezamos a hablar normalmente, sin que nuestra presencia llamase la atención a terceros
Y aun seguía lloviendo lo que él me ofreció su paragua para intimidar más la relación.
Caminamos dos cuadras y media, hasta que se detuvo en la puerta de un negocio sobre una calle que nacía en la avenida Rivadavia
Caminamos hacia un negocio que estaba con la persiana baja.
Quédate bajo ese local de ropa de mujer y hombre mientras yo abro la puerta lateral al negocio, así no llamas la atención de los vendedores de esta cuadra.

Yo estaba a unos metros, de ese negocio esperando como una idiota mirando como él habría la puerta lateral del negocio, muy caliente y nerviosa en una vidriera y cuando el abrió la puerta del costado, del negocio, me llamó diciéndome
Veni dale, que llueve mucho.
Entramos
Cerró la puerta.
Cuando volvió, nos fuimos a la parte de atrás del local a una especie de depósito y ahí nos abrazamos y besamos.
Yo estaba por explotar de la calentura, solo asi permiti arriesgarme a todo con un desconocido entonces:
Le saque la remera y empecé a besarle todo el cuerpo y a acariciarlo suavemente con las uñas, tenía toda la piel erizada y respiraba entrecortadamente, me detuve unos instantes. Bese lo que a mi me encantab y sabia que a los hombre mas les calentaba sus tetilla y seguí bajando besando y lamiendo sus abdominales bien marcados hasta llegar al cinturón del jean.
El bulto ya era impresionante y yo me relamía pensando en lo que sería
Empecé a desabrocharle el cinturón mientras le acariciaba la espalda con la otra mano. Me arrodillé frente a él y le bajé el pantalón, tenía unos slips blancos y el pene más grande de lo que me había imaginado cuando me lo había apoyado en el colectivo
Le bajé los slips y mi sorpresa fue mayor todavía, lo que yo pensaba que era una erección total, no era tal
Todavía estaba medio parado pero hervía esa pija en mi mano
Mi corazón empezó a latir más fuerte pensando en lo que sería cuando se pusiera duro.
Le apoyé los labios sobre el glande y empecé a besarlo con la lengua, cuando estuvo bien lubricado lo metí en mi boca donde apenas entraba siempre, tuve una boca pequeña

El estalló en un goce que no lo vi en su cara, lo sentí en su respiración y lo empecé a chupar con ganas.
Él apoyó su mano en mi nuca y me enterró esa pija divina hasta la garganta y me empezó a bombeaba en la boca.
Me tuvo así un buen rato chupándosela,
Ahora te voy a dar lo que tanto te gusta me dijo mientras me dijo:
La quieres
Si le dije.

Me levanto las piernas y mis pies quedaron apuntando al techo y las rodillas en mi pecho. Me paso la punta de la pija varias veces por mi conchita mientras yo gemía de placer.
La quieres, me preguntó.
Si la quieres pedídmela amor.
Dámela por favor le pedí.

Si bien estaba súper excitada tenía un poco de miedo porque no sabía si me iba a entrar semejante pene.
Me acosté en ese sofá y abrí lo más que pude mi dos piernas abrazándolo a el
Su pija empezó a bajar lentamente hasta sentir que la cabeza de su pene se apoyaba en la entrada de mi vagina, presionó el un poco hacia abajo y sentí:
Como la punta su pija comenzaba a penetrar.
Lentamente se introducía dentro de mí.
Mi excitación era terrible estaba totalmente mojada con mi calentura abrazando ese flujo mio su pija.

Cuando tenía dentro casi toda la cabeza de su pene, sentía como que mi vagina ya no podría tolerar más dilatación y sin embargo todavía no había llegado a la parte más ancha. Empecé a subir y bajar lentamente acomodarme en la cama a esa pija monstruosa para mí en donde su tamaño ahora estaba al máximo
Y cuando noté que estaba un poco más distendida le dije
Ahora dale así no me duele tanto
Sentí todo su glande dentro de mí
Ahí, fue como una explosión, me sentía completamente llena e hirviendo por dentro
Mis piernas empezaron a temblar y ya no pudieron soportar mi propio peso y abrí aun más mis piernas separándome de él y subiendo un poco en la cama, como para el glande de él me llegara hasta el fondo de mi vagina
El me besaba y metía su lengua en mi boca y toma con sus labios, mi lengua.
Ahí sentí como su pene se introdujo de un solo golpe en mi interior, la sensación fue tal que inmediatamente
Empezó un juego de entra y sale, eterno que me enloquecía, sabíame cogerme ese tipo jamás y yo nunca hube de haber gozado con mi novio
Ni una pequeña parte de cómo él, me estaba cogiendo, que a un tiempo mirándome mi cara me dijo:
Me voy, cielo.

Y a un segundo de ello tuve la mejor acabada de mi vida
Un orgasmo fuerte que me dejo quieta, al primer momento.

Y cuando sentí su esperma, dentro de mí y mientras las últimas oleadas del orgasmo mío se suavizaban y de esa manera, podría yo volver:
A tomar el control de la situación
Cielo te amo le dije a modo de una puta barata.

Lentamente empecé a subir sobre él que al acabarme se recostó en esa cucheta que nos albergaba, a un costado

No podía creer que fuera capaz de “comerme meterme todo su pene”, pero era una realidad y me volvía loca de place
Sentí cada fibra de mi vagina estirada y su carne caliente en todo los lugares de mi concha, nunca lo había experimentado con nadie.
Ahora estaba simplemente él, recostado sobre mí, y aun su peneen la cabeza estaba rojo, mojado con mis líquidos.
Abrazándolo, mas luego besándolo y nuevamente recostándome en su cuerpo le una gran verdad
Cielo con esa pija me hiciste tu puta de por vida
Nos dormimos abrazados más de un ahora
Epilogo:

María Alejandra empezó un “noviazgo”, clandestino, conoció detalles de la vida de ese hombre con su mujer en donde él le dijo que ya no quería más sexo y a veces se hacía su esposa la boluda y no preguntaba cuando él se alejaba un fin de semana a pescar, como le decía.
Y hasta estuvo viviendo dos días en la casa de él, cuando su esposa hubo de irse a cuidar a su madre a Salta.
Al principio con Ariel, la relación fue como si ella fuera la novia de ese tipo, ella lo amó desesperadamente y hasta pensó a pedido de él irse a vivir junto.
Pero como toda relación comprometida, al tiempo Ariel se fue alejando de ella, por varios motivos que no vienen al caso.
Hoy María Alejandra goza una situación más holgada viviendo con su madre a la muerte de su padre, ocurrida en el 2010…
Pero siempre se masturba desde hace años con él…

Gustavo Gabriel
Febrero 2016
Almagro

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