Caí en el incesto



NO SOY MUY EXPERTO EN LOS RELATOS, ESPERO SU COMPRENSIÓN


Todos los personajes son mayores de edad

-Hace mucho que no pasábamos un tiempo así de agradable Alfred, dijo mi prima con su hermosa sonrisa que la caracterizaba. -Cada vez que la veía sonreir, había algo en ella que me encantaba, el ser primos no quitaba lo hermosa que era, ni tampoco evitaba que me gustaran sus lindos gestos al sonreir-
-Y vaya que ya hacía falta, es un milagro que tu marido te haya dejado venir sola prima, se ve que es un tipo muy celoso, pero lo entiendo, de ser tu marido también te celaría, has de traer un par de hombres llevándote ganas.
-Posiblemente, respondió Rocío con una risa coqueta.

Habíamos decidido hacer un viaje familiar a una playa cercana, ya que yo estaba de vacaciones y casi siempre mi familia se preocupaba porque yo me sintiera bien y cómodo en mis vacaciones. Somos una familia de 3 hermanos, soy el segundo de los tres, siempre me he distinguido de los demás por ser tranquilo, obediente y el típico buen hijo que no da problemas, tengo 25 años, por motivos de trabajo solo paso unos 6 u 8 días al mes en casa, por eso mis padres tratan de consentirme con tal de que me sienta bien los pocos días que paso en casa.

Esto sucedió hace unos 4 años aproximadamente, a pesar que la experiencia ha sido una de las mejores de mi vida, no había podido compartirla con nadie, no tengo amigos de tanta confianza como para contarles que he cometido incesto con una de mis primas, no quiero ni imaginar lo que se nos vendría encima si mi tía Angélica lo llegara a saber, o mis padres, sería la decepción total, después de varios años de gran aprecio y admiración hacia mí, todo se acabaría. Pero después de leer varios relatos sobre incesto, me animé a compartirla con ustedes.

Rocío es una joven de 23 años, Blanca, de cabello largo, pequeña pero no tanto, nalgas y tetas de promedio normal, en resumen es de aquellas mujeres que al verlas por la calle te dan ganas de darles con todo, y no puedes dejar de fantasear, incluso en nuestros tiempos de estudiantes, siempre escuchaba comentarios de mis amigos sobre qué buena que está, cuñado, préstame la prima, deberías darle etc.
Nuestra relación de niños había sido normal, dos primos creciendo más o menos juntos, compartiendo, jugando, peleando, etc.
-¡Rocío y Alfred! A almorzar gritó mi tía.
-¡Por fin! Estoy que me muero de ham… - No pude terminar la frase, pues Rocío rápidamente se había levantado de su silla de playa, colcando su toalla en sus hombros y dándome la espalda. Portaba un diminuto traje de baño, que a penas podría distinguirse únicamente el color negro perdido entre sus dos cachetes redondos y bronceados, su blanca y sensual espalda alejándose de mí. Fueron unos 4 o 5 segundos en los que clavé mi vista en esa pálida y hermosa figura de mi prima.-
-¡Wow, Prima! -Fue lo primero que pude decir, a lo que se quedó corto por la siguiente escena que pude apreciar-
- ¿Qué pasa?, dijo entrecortado mientras se inclinaba para recoger su toalla que al parecer se calló por la rapidez en que se alejaba para almorzar.

Se inclinó totalmente hacia el suelo sin doblar sus rodillas, me encontraba a escasos dos metros de ella, por lo que claramente pude ver como su concha se marcaba abultada entre sus piernas, a los costados fácilmente se podía ver como se asomaban sus labios depilados y de un color aparentemente rosa, posiblemente mi mente terminó de formar la imagen porque podría asegurar que vi la concha de mi prima, algo que para mi decepción no podía ser posible por su pequeño traje de baño, fue una posición tan erótica que únicamente la había apreciado en películas porno.
No di respuesta a su pregunta, y me apresuré a alcanzarla.
-Vaya que tenés hambre, que hasta tiraste la toalla – Traté de borrar esa imagen de mi mente para no torturarme con fantasías que hasta ese momento solo eran tonterías sin sentido-.
-Me comería una vaca si me la pusieran.
-Y yo me comería eso que acabo de ver.
-¿Qué?
-Emmm… nada… - Creí que solo lo había pensado pero al parecer mi cerebro y mis hormonas me estaban traicionando, no quería pensar en eso, no quería excitarme, no quería sentir ninguna reacción hormonal al ver a mi prima semidesnuda. Muchas veces en ocasiones anteriores me había masturbado fantaseando con primas, y ella era una de las mejores protagonistas de mis pajas, sabía que sería capaz de cualquier cosa de tener una oportunidad, pero como dije, no quería torturarme.

Terminamos de almorzar y luego nos dimos una pequeña siesta al lado del mar, mi prima se recostó en su silla de playa en posición fetal, piernas juntas y flexionadas, dejando nuevamente su abultada concha a la vista de este pobre y débil hombre pajero.
-¿Qué diablos con ella? – pensé- a caso me está enseñando a propósito, me estás obligando a darme una buena paja con esa hermosa vista.
Nuevamente ignoré la situación incómoda para mi miembro y por mi parte decidí descansar sobre la arena, tendí una toalla bajo la sombrilla playera y peleé con mi mente pensando en otras cosas hasta logré quedarme dormido.

-Heey…. Heey… - Eran las 3 de la tarde y el sol aún estaba fuerte. – Ponme bloqueador primo, no me quiero quemar.
-Ok date la vuelta – Me sentía medio dormido aún pero conociendo a Rocío, no me dejaría en paz hasta haberla cubierto de bloqueador, su piel era muy suave y delicada, un blanco muy lindo que no debía exponerse mucho tiempo al sol.
- ¿Y cómo te va primo?, ¿Qué tal el trabajo?
- mmm… todo bien, cansado pero bien, me siento relajado estar en este lugar, hace mucho no salía a desestresarme.
- Me alegro, deberías salir más seguido, te caería bien – Su piel era suave como la de un bebé, la crema se deslizaba fácilmente por su espalda, era una sensación agradable-.
- De hecho lo estoy considerando.
- Pues deberías, podría acompañarte en tus viajes, para que no te sientas solo.
- Gracias, lo tomaré en cuenta.
- Espera – Movió su cabello hacia adelante y pasó sus manos hacia atrás, deshizo el nudo de la parte de arriba de su biquini y lo puso en el suelo. – Así es mucho mejor – dijo con toda normalidad, - nada más no mires para este lado - dejó sus pechos al aire libre y ni siquiera puso sus manos sobre ellos, seguí frotando la crema en su espalda con el cuidado de no cruzar demasiado y terminar tocando sus redondos pechos.
- Ahora así por favor- tapó sus pechos con las manos y se recostó en la silla boca arriba, permitiéndome una vista celestial, recostada, de frente, a escasos centímetros con sus pechos semidesnudos, ese diminuto biquini negro, tocando su suave y delicada piel.
Hasta ese momento yo luchaba con mis demonios internos para no pasar un momento bochornoso, mi mente decía no pienses en eso pero mi pene empezaba a contradecirme, era imposible no excitarme, con cada movimiento de arriba hacia abajo, ella permanecía con los ojos cerrados por lo que me daba la posibilidad de explorar su cuerpo completo con toda libertad, los movimientos se volvían más lentos, pasaba mis manos cada vez más cerca de sus pechos con total disimulo, bajaba por su abdomen hasta llegar a su pelvis y me desviaba hacia sus piernas, en cada movimiento aprovechaba a ver al máximo y tocar lo más lento posible, llegaba hasta el borde de sus rodillas y repetía el movimiento, cada vez que llegaba a sus pechos y piernas trataba de hacerlo más despacio, pasados los minutos había perdido el dominio de mi mente a tal punto que sin darme cuenta, casi toqué uno de sus pezones, ella hizo un leve movimiento pero no dijo ni expresó nada.
Creí que estaba por terminar cuando abre sus piernas y flexiona sus rodillas hacia arriba, y por Dios! Si lo anterior me había excitado, ahora con esfuerzo no me le lanzaría encima para cogérmela ahí mismo.
-Ahora así primo, esque mi piel es sensible y no quiero usar falda corta con mis piernas maltratadas por el sol-
-OK. como digas- al parecer ella estaba relajada y lo tomaba con normalidad, no se daba cuenta que mi instinto de hombre iba más allá que la conciencia moral.
Comencé con una pierna, eché crema sobre mis manos y las frotaba suavemente desde su tobillo y subía hasta donde creía que me era permitido, el problema era que mientras más crema frotaba, su piel se ponía más lisa y me era más difícil detenerme en sus encajes.
Masajeé varias veces sus piernas que creo que se estaba convirtiendo en un servicio de masaje profesional, estaba muy excitado, transpiraba, las manos me temblaban, no podía desviar mi mirada de ese majestuoso cuerpo aceitoso por la crema. Después de unos minutos pude distinguir una leve mancha inconfundible entre sus piernas, podrá haber sido el calor que la hizo transpirar o quizá mis manos estaban dando resultados inesperados, fácilmente se podía notar una mancha de humedad sobre su biquini, a pesar de ser color negro podía notarlo, se veía un líquido espeso y transparente, vi su rostro y seguía con los ojos cerrados pero había algo extraño; estaba mordiendo sus labios, era como si disfrutara del masaje más allá de ser relajante. No quise hacerme falsas ilusiones pero de pronto….
Su pierna comenzó rosar sobre mi pene que para ese momento estaba por reventar mi calzoncillo, yo seguía frotando sin decir ni hacer nada extraño, quería actuar normal pero se me estaba complicando, inconscientemente movía mi pene haciendo fuerza contra su pierna y ella respondía al acto con movimientos más fuertes.
Decidí arriesgar un poco más, pasando mis manos cada vez más cerca de su concha que a mi imaginación ya estaba rehúmeda, subía y bajaba lentamente, había logrado coordinar los movimientos, cuando estaba por llegar a su conchita, lo hacía más lento presionando más fuerte los dedos y finalizaba con un leve movimiento de mi pene a lo que ella respondía con un pequeño roce de su pierna, cada vez estaba más cerca de tocarla, estaba tocando su biquini pero quería más, quería meter mis dedos, quería por lo menos rozar su conchita, mis deseos fueron tantos que en un movimiento largo, pasé mi dedo medio en uno de sus cachetes que casi se estaban saliendo del biquini y para mi sorpresa respondió con suave y sensual gemido.
-Aaaayyy primo…
-¿Qué pasa?
-Ya estuvo, con eso basta para no quemarme… Nos metemos al mar?
…. CONTINUARÁ………..


COMO DIJE NO SOY MUY EXPERTO EN ESTO, AGRADECERÍA SUS CRÍTICAS CONSTRUCTIVAS, Y DE SER POSIBLE, EN LA SIGUIETE PARTES AGREGARÉ FOTOS QUE ELLA ME HA ENVIADO POR CHAT.

7 comentarios - Caí en el incesto

LESTERUCO
Dale no paresssss,, hay te van 10 puntazos
AquiLuis +1
guauuuu, buenisimo quiero seguir leyendooooo. hermoso relato, algo parecido me pasaba con mis primas
ultramiron
no pares sigue la trama, no puedes dejarme asi, esperando con urgencia la segunda parte van 10
Ricardohot43
Genial relato me sucedió con mi sobrina algo similar. Espero la segunda parte