Lara, mi marido y yo (III y final)




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Compendio II


🤷
¡Anoche me ganó el sueño!
Quisimos mostrarle a mi marido que Liz (la niñera que vive con nosotros) y yo podemos hacer las compras navideñas sin su compañía y fuimos al centro comercial, con las pequeñas.
¡Quedamos rendidas! Porque como nunca, se portaron inquietas con tanta gente revoloteando.
Además, unas tremendas filas para pagar y después, pedir un taxi para volver.
😩
¡Atroz, atroz!
Así que me di una ducha, me puse un camisón ligerito, como los que le gustan a él, hablamos un poquito y me hice de ánimos, para rematar esa experiencia.
😓
Tiene que haber sido como a las 2 o 3 de la mañana.
Me desperté con las sacudidas de la cama y escuché claramente la voz de mi marido.
“¡Guarda silencio! ¡No despiertes a Marisol!” susurraba.
Lara daba sus gemidos bajitos de gozo y respiros larguísimos.
😭
Me sentí pésimo, porque era obvio que estaban teniendo relaciones literalmente a mis espaldas (yo estaba acostada para el borde de la cama).
A mí me gusta que “otras chicas le conozcan”, porque sé que soy yo la que más le pide que “me sea infiel”, aunque él me cuenta todo lo que hace.
Y es que me gusta esa sensación como de envidia que tienen por mí, porque él es un padre muy responsable, un marido maravilloso y el mejor de mis amigos.
Porque mi marido no es de esos chicos que buscan mujeres por sexo y nada más.
😈
Son ellas la que le terminan buscando a él y tampoco puedo decir que es sexo, porque “hace el amor”, bastante bien y por varias horas.
Para que me entiendan, él es muuyy romántico y la mayoría de las veces, son mis amigas, mis familiares o sus compañeras de trabajo que se lo llevan a un lugar solito y me lo besuquean, manosean un poco y con suerte, algo más.
😆
Pero lo que más me gusta es que siempre vuelve conmigo, porque soy la que más ama, a pesar que soy inmadura, descuidada, alocada e infantil.
Lo malo que esa noche, me sentí traicionada.
Había traído a Lara porque quería que probara a un chico y lo estaba haciendo, pero en secreto, cuando yo soy bastante generosa.
Y me daba miedo que mi marido la encontrara más guapa e inteligente que yo.
😕
Fue una larguísima espera, escuchándoles gozar discretamente, mientras creían que dormía e incluso, lloré un poquito.
Sin embargo, las cosas amargas hacen que los dulces tengan sabores más ricos después…
😇
Cuando terminaron, los escuché conversar en voz baja.
“¡Deberías haberme despertado! ¡Eso no estuvo bien!” reclamaba mi marido.
“¡Lo siento! Me sentía incomoda con Marisol al lado y quería probar una vez más.” Respondió Lara.
“Pues… deberías habernos avisado. Apenas me dejaste ponerme el condón… y si se lo hubieses pedido a Marisol, ella te habría dejado.”
😂
¡La vida se volvía color de rosa otra vez!
“Siento afirmarme de tu cintura así. Es la primera vez que hago algo como esto y estoy acostumbrado a besar y a acariciar a mi pareja.” Le dijo mi esposo, con ese tono de disculpa.
“¡No, está bien!... hasta lo ha hecho más fácil.”
“¡Lo único malo es la espera!” comentó mi marido, hablando seguramente de su cosita hinchada.
“Bueno… no es tan malo y Marisol me habló bastante de ella.” Respondió Lara, en un tono más tierno.
“¡Gracias por cuidarla!”
“¿Por qué me lo agradeces?” preguntó Lara, bien confundida.
“Porque tú la has visto: Marisol es generosa, inocente y muy bonita y me imagino que muchos chicos deben andar tras ella…”
“Así es… pero ella te es fiel. Siempre habla de ti y de sus hijas y vive esperando porque vuelvas.” Respondió Lara, con un tono triste.
“¿Sabes? Fue idea de ella que hiciéramos esto. Quería ver qué tal te parecía un hombre para variar.”
“En realidad… me imaginaba algo así, porque cada vez que nos hemos juntado, habla maravillas de lo que haces con ella.”
Y siguieron conversando, bien despacio.
😆
Lo gracioso es que a ratos se quedaban en silencios incómodos y me imagino que se tuvieron que mirar a los ojos, porque mi marido no es de esos que se quedan mirando a los pechos descaradamente.
Pero a la mañana siguiente, nuestras amigas comentaban lo alegre que se veía Lara, porque a diferencia de los otros días, se veía más distraída, relajada y sonreía más.
En pocas palabras, “De buen humor…”
XD
“¡Es que Mari y su marido me han estado ayudando con mi “Term paper”!” les explicaba a la hora de almuerzo.
“¿Y no tiene nada que ver con su marido?” preguntó Sandy maliciosamente, mientras comía su sándwich de verduras.
😏
A Lara, le habían pisado en el callo…
😃
“¿Por qué?... ¿Cómo dices eso?... ¡Mari es mi amiga!” se defendió como pudo.
“Si, pero Mari, tienes que disculparme. Yo encuentro que tu esposo es lindísimo.” Me confesó Sandy, riéndose tras su sándwich.
😆
“¿Y tú, cómo le conoces?” Preguntó Jess, sin entender mucho.
“Es que tú no fuiste para la fiesta del día de la madre, Jess. El esposo de Mari es muy apuesto: es alto, de cabello negro y bastante varonil… y yo no era la única que se daba cuenta. Otras de sus amigas también le miraban bastante.”
😂
¡Tuve que hacerme la ofendida!
“¡Oye, pero estás hablando de mi marido!…”
“¡Lo sé, Mari!... pero tienes que reconocerlo. Tu marido es muy, muuy guapo…” Me decía Sandy, descaradamente en mi cara.
Y seguimos bromeando, pero a Lara no le hacía mucha gracia.
Por la tarde, estaba esperándome hasta con impaciencia para que fuéramos a mi casa.
Cuando llegamos, Lara era otra chica completamente distinta a la del día anterior.
😆
Era puras sonrisitas para mi marido y muchos “¿Qué piensas tú de esto?” y de arreglarse la ropa y cosas así.
Incluso, como no había vuelto a su departamento para cambiarse de ropa, Lara no se ofrecía a mi marido, sino que se regalaba enterita, restregando su cola discretamente hacia él cuando se apoyaba en la mesa y para nada le preocupaba que le viera su ropa interior (que más encima, se la presté yo), cuando ella se doblaba distraída y su falda se levantaba.
Incluso, cuando conversaba con él, empezaba a jugar coquetamente con su escote, para ver si lo incitaba con sus soberbios pechos.
😆
Pero mi marido, en esas cosas se gana un premio.
Cuando se concentra en algo, es difícil despegarlo y lo sé muy bien, porque estuve 3 meses poniéndome mis mejores ropas y preguntándole qué opinaba, para finalmente tener que besarle y hacerle entender lo mucho que me gustaba.
Y eso también hacía que a Lara le gustara más y más.
Finalmente, cuando no podíamos creer que sacaríamos ese trabajo en 2 días, mi marido revisó la corrección, agregó un par de fotos y links y teníamos un trabajo precioso, de 100% de crédito.
😂
Ella no pudo contenerse y le dio un beso en la mejilla.
Pero ni aun así, él reaccionó.
Porque no conforme con tener el trabajo listo, hizo no sé qué cosas en la computadora, para que el trabajo llegara al celular de Lara, a su cuenta de correo y una copia para el drive que trajo Lara.
Así que la invitamos a cenar, pero Lara no se quería ir.
😆
Que estaba muy agradecida y que si había cualquier cosita que ELLA pudiera hacer por él, lo haría más que encantada…
No sé si lo hará a propósito o qué, pero no se dio por aludido del altísimo contenido sexual de sus palabras.
Y realmente, no quería cortar la conversa.
Yo no me sentía celosa, porque quería que probara a un chico como él, y cuando quemamos todos los temas posibles de conversación, nos dejó de piedra…
“Marisol siempre habla que haces cosas muy ricas con ella… por detrás… y también tengo curiosidad si es cierto.” Le preguntó, con muchísima vergüenza.
😮 😳 😬
¡Yo era la de la boca abierta y mi marido, él de los tremendos ojos!
Y es que me ha tocado andar un par de veces con Lara en el metro y ver cómo algunos chicos le tratan de agarrar su trasero o rozar su paquete con él y me ha asusta su fiera manera de defenderlo.
Y claro, yo le he hablado un montón de lo riquísimo que se siente cuando mete su cosita enorme por la cola.
Pero aun así, la primera vez me asustó un poco, porque no creía que se fuera a estirar tanto.
🤷
Y bueno, no sé si habrá sido porque la noche anterior le hizo gozar como nunca, en agradecimiento por su ayuda en el trabajo o porque esos 2 días fueron increíblemente raros, pero sus ojitos celestes como que suplicaban la ofrenda que le hacía a mi marido.
Él tampoco decía mucho, porque aunque también le encanta meterla por detrás, sabe que no es tan fácil para una chica ofrecer un agujero como ese y me miraban a mí, como pidiéndome permiso.
😊
Por supuesto, yo estaba contenta de todo eso, porque él es un chico bueno y si se lo había contado, era porque yo realmente encontraba que valía la pena experimentarlo al menos una vez.
Y más, si alguien tan cariñoso y prolijo como mi marido lo hacía con una de mis amigas.
😂
Y fue increíble cuando fuimos a mi dormitorio, porque Lara suspiraba constantemente en excitación.
Mi marido, en cambio, era puros ojos para ella, cuando se puso en 4 patas en la cama y se empezó a levantar lentamente su faldita.
Su bulto parecía querer salir a morder del pantalón y es que él también me miró sorprendido al reconocer mi tanguita celestina, que para variar, ya estaba medio mojada por el espectáculo.
Pero cuando él se disponía a bajarla por sus muslos de seda perfectos, de una manera respetuosa parecida al príncipe de “La Cenicienta”, cuando le coloca la zapatilla de cristal…
“¡Espera! Yo quiero que le hagas las otras cositas que haces conmigo. Que ella sienta lo rico que es estar con un chico de verdad.”
😳
¡No me pregunten por qué les dije que lo hicieran así, pero mi pepita ardía como un incendio!
Lara estaba roja de pies a cabeza, con su matita peluda descubierta a metros de la cara de mi marido, que tampoco podía creer lo que le estaba pidiendo.
Pero es que yo sé que cuando como a Lara por su conchita, no alcanzo ni a ser ni la 6ta parte de rico a cómo lo hace mi marido.
Y yo me senté en el sofá, en ropa interior, con deditos en mi rajita ardiendo y con media pechuga apretada, ya sobándome intensamente.
Creo que nunca olvidaré la carita de Lara, con sus enormes ojos asustados, al ver a mi marido respirando suavemente sobre su rajita, temerosa pero anhelante del placer que le iban a dar.
😫
¡Y el gemido repentino que dio, al sentir su lengua, fue casi de espanto!
Le siguió un suspiro intenso y fue como un…
“¡Aaaaahhhhghhhhhh!” pero más desesperado.
😈
¡Y es que a él le encanta comer rajitas!
Si yo quisiera, podría pedírselo que lo hiciera todas las noches, pero a la mañana siguiente no tendría fuerzas para levantarme.
Porque él puede pasar fácilmente una hora ahí abajo, para después rematar con su enorme cosota por otras 2 o 3 horas más y más encima, cuando una está babeando y pidiendo paz, te pide permiso para meterla por detrás una hora y media más…
😭
¡La noche se me haría cortísima y si no tengo clases, están las pequeñas que madrugan por el pecho de la mañana!
Las contorsiones de Lara eran de película y sus gemidos, espectaculares, porque mi marido es impresionante.
Y al igual que lo hago yo, también quería que deslizara su enorme y mojadísima lengua más en su interior, acariciando la cabecita de mi marido más cerca de su sexo.
😩
Mis manos sacaban chispas en mi pepita y restregaba mi pecho como loca, al verlos.
¡Y es que era genial!
Porque podía ver la naricita brillante de mi esposo, manchado con los jugos de otra de mis amigas más cercanas, chupeteándola a ojitos cerrados y deslizando su lengua hasta el contorno de sus pompas, me ponía a mil, pensando que lo hace de la misma manera conmigo.
Y lo que más me mataba es que Lara solamente había probado parte de su pene por su conchita.
😛
¡Ni siquiera imaginaba la sensación de tener ese tremendo manantial caliente e incansable, derramándose sin parar por todos sus agujeros!
A ratos, Lara me miraba y las 2 gemíamos de una manera increíble, porque nos sentíamos terriblemente bien.
“mfff… Mfffff… Uhhhhhhgh… mmhm” gemía Lara, porque es dificilísimo quedarse callada cuando él te come de esa manera.
Y también lloraba, porque una se corre y se corre en su boca y él no para ni de lamerte ni de chupetear tu botón.
Se notaba, porque a ratos se relajaban sus piernas increíblemente, pero como él no se detiene, se volvían a sacudir una y otra vez, gimiendo de una manera bien escandalosa.
Y cuando él consideró que había tenido suficiente y ella suspiraba, con los pechos afuera y unos ojos increíblemente hermosos, como nunca lo he visto conmigo, se limpió la carita con su mano y le pidió que se diera vuelta.
Ella estaba completamente sumisa y estoy casi segura que si él le hubiera puesto la cabecita en su colita, ni siquiera habría protestado.
Pero su colita es casi tan buena como la de mi prima, la de la vecina o la mía y como les mencioné, ella también trabaja de promotora para el verano.
😳
¡Era algo que tenía que ver!
Se sorprendió al verme a su lado, pero contemplaba su trasero como si fuese un carpintero, examinando su obra.
Le daba unas caricias tiernísimas, que hacían sacudir a Lara entera, sabiendo que si la primera parte había sido excelente, lo que le esperaba era incluso mucho mejor.
Sus pompas me recordaban un poco la forma de una guitarra combinada con una pera carnosa y él empezaba a estirar y comprimir sus glúteos y yo tuve que empezar a tocarme otra vez.
Porque si mi hoyito era tan chiquitito como el suyo la primera vez que me la metió, realmente debo ser una puta viciosa por su pene, porque su cosota hinchada ya parecía unas 3 o 4 veces más grande que su agujerito.
Me acosté frente a Lara, que me miraba entre preocupada y calientísima y yo le mostraba a piernas extendidas la manera en que me tocaba a morir.
Y ahí se arrodillo él, preparándola como lo hizo esa maravillosa noche que nos reconciliamos y que él lo hizo conmigo, cuando estaba asustada por no saber cómo me había embarazado.
🤤
Lara lanzó otro suspiro desesperado, como si le faltara el aire y no entendiera lo que pasaba.
Parpadeó un poco y como que lo empezó a disfrutar.
😛
¡Y es que la lengua de mi marido es excelente!
Al principio, cuando me hacía todas esas cosas, me daba pena, porque es el mejor de mis amigos y pensaba que todos esos lugares míos estaban sucios y eran desagradables.
Pero cuando él me explicó que le gustaba lamerme ahí, porque soy buenísima dándole mamadas por las mañanas, aparte de subirme tremendamente el ego, me hizo entender que debe ser un manjar tan rico para él como lo es para mí su pene con su erección matutina.
Y es que les digo: yo empiezo la mañana completamente distinta cuando él vuelve del turno y me deja chuparlo, porque sus juguitos calientitos son el desayuno más rico y nutritivo que podría darme.
Y él es un chico tremendamente limpio, que se baña unos 20 minutos con mucho jabón, antes de salir de la ducha y por eso, su pene siempre tiene un saborcito a salchicha deliciosa cuando lo pruebo y a lo mejor, un poquito de olor a mis jugos o a mi colita.
😘
Aun así, barre con el café por las mañanas unas 50 veces.
Debió sorprenderle que mi marido le enterrara la cara en la colita y que más encima, le metiera la lengua en su agujero, que es lo que más me mata cuando lo hace conmigo y aun así, no quiero que nunca deje de hacerlo.
Y su carita volvía a suspirar y sonreír, mirándome rellena de placer, mientras él lamía insaciable su agujerito trasero con alevosía.
Y es que él se afirmaba de sus ardientes cachetes y yo me toqueteaba a morir, porque muchas veces pensé en lo mucho que debían sufrir los chicos cuando Lara va a la playa y ahora, era mi marido el elegido para desflorarlo.
Entonces, cuando a Lara le escapaba sin remedio la baba de la boca y sus ojitos lo único que querían era que algo enorme y ardiente entrara en ella y le rompiera los intestinos de una manera centelleante, mi marido se puso de pie y con su cosa alzada, intimidante y portentosa, me preguntó:
“Marisol, ¿Estás segura?”
😳
Yo tenía charcos por todos lados, con mis jugos y con la leche que escapaba de mis pechos.
Tenía tantas ganas ella que se la metiera, como las tenía yo y aunque sentía mis mejillas ardiendo y algunas lágrimas, moví frenéticamente mi cabeza, como dándole permiso.
Así que él, muy lentamente, empezó a deslizar su bastón por la cola perfecta de mi amiga.
😕
No sé si lo hará por malicia o qué, pero te va rozando las pompas, subiendo y bajando lentamente.
Una ya está que arde y lo único que quiere es que definitivamente entre.
Pero él se toma terriblemente su tiempo.
A lo mejor, él también se da cuenta que nuestras colitas son más pequeñas y como es él, debe pensar bastante en la manera de hacerlo sin que nos duela tanto.
¡Pero si supiera la agonía con las que nos pone, no lo pensaría tanto tiempo!
😳
Entonces, como que se decide y toma su bastón con la mano.
Lara me mira impresionada, sintiendo su grandota cabecita en su colita virgen.
😩
Por la carita de dolor de Lara y la expresión de fuerza de mi marido, sé que está entrando y mis dedos me llevan a volar hasta el cielo una vez más.
😂
Y empezó a meterla lentamente, de la misma manera que hizo conmigo, hace un poquito más de 2 años.
Esa sensación de ensanche magistral y lento, con algo ardiente, gruesísimo e infinitamente largo, que te hace sentir dolor y te quema, pero que a la vez, imploras que no pare, por lo rico que se siente, Lara lo empezaba a entender.
Y es que un consolador de caucho, por muy grande que sea o por muy hábil que sea una mujer usándolo, nunca va a quemar y ensanchar tan efectivamente como el pene verdadero y genuino de un chico.
“Máaas…. Máaaas…” imploraba Lara, con las mismas ganas que tenía yo.
La carita de mi marido tenía los ojos entrecerrados, y yo no entendía bien por qué.
“¡Discúlpame por afirmarme de tus caderas! ¡Estás tan apretada, que no tengo de dónde afirmarme!”
“Ahhhh… no te preocupes… afírmate de lo que quieras… ¡Hazme lo que tú quieras!...”
😱
¡Lanzó un grito terrible y el ritmo de mi marido se incrementó por 3, como mínimo!
😅
Debería haberle dicho que no le dijera eso, porque mi esposo se vuelve como loco cuando le dicen que hagan lo que él quiera con una…
Bien lo saben mi mamá, mi hermanita, mi prima…
😩 😲 😩 😲
Su boquita se abría y cerraba, como si fuera un pez y él la sacudía entera.
Me miraba suplicante, en parte por dolor, pero por otra, porque no quería que se detuviera.
Y el pene de mi marido entraba completamente dentro de la colita virgen de Lara, que obviamente recibía unas embestidas terribles y sentía por primera vez los suaves testículos de un chico tan espectacular como mi adorado esposo.
🤤
Yo estaba ganosa y Lara estaba cerquita mío…
La respuesta obvia era una sola.
😫 😖 😂 😫
Podía sentir incluso parte de las potentes embestidas de mi esposo en la lengua de Lara.
Y él como que se aferraba con más fuerza de la cintura de mi amiga, al ver cómo le comía la conchita descaradamente frente a sus ojos a su esposa, haciéndonos gemir magistralmente, porque lo quisiera o no, era nuestro macho.
Las lamidas de Lara eran intensísimas y con unos enormes suspiros, que me daban en el vientre y que me dejaban estrujarme los pechos de una manera increíble, porque al igual que mi marido estaba afirmado de su cintura, así estaba ella de la mía, sin dejar de lamerme o dejarme escapar.
Y entonces, se detuvo, doblándose por su vientre, sintiendo la primera vez que un chico iba a acabar en ella.
“Siiii… Siiiiiiiiiiiiii… ¡Ahíiiiiiiii!... ¡Ahiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!... ¡Ahhhhhhhhh!... ¡Ahhhhhhhh!... ¡Ahhhhhhhhhh!...”
😭
Y se largó a llorar terriblemente.
Mi marido, por la forma de afirmarse a la cintura de Lara, estaba acabando toda su carga en la colita celestial de mi amiga y quería estrujar todo su pene de juguito de la vida en ella.
Ella suspiraba terriblemente y yo también.
Me había vuelto a correr, intensísimo, mientras que mi marido me sonreía un poquito agitado.
Lara estaba deshecha, pero feliz.
Aunque yo, conociendo tanto tiempo a mi marido, sabía que con una no bastaba.
😩 😖 😩 😖 😩 😖
Le imploraba que la metiera más fuerte.
Que me diera con todo, porque soy su esposa y tenía que hacerme gozar.
😩 😲 😩 😲
Se lo demandaba.
Era mi derecho como cónyuge.
Y él, infatigable, me complacía, metiéndome sin parar y sin misericordia su pene por mi colita, mientras que Lara miraba anonadada la vitalidad de mi marido al momento de enseñorearse de mi cola.
Y no solamente eso, sino que también me hizo el amor después.
Y cuando nos dormimos, me desperté como a las 5 y busqué a mi marido, para hacerlo a oscuras.
😈
Él, muy astuto, descubrió de qué se trataba.
“¿Anoche nos escuchaste?”
“¿Yo? ¿Escuchar qué? ¿Pasó algo?” me hice la desentendida.
😊
¡Le amo terriblemente, porque no le puedo engañar!
“Fue ella quien me buscó. Yo no cambiaría a mi esposa por nada.” Me dijo, dándome uno de sus maravillosos besitos.
Y me hizo sentir feliz de ser mujer una vez más.
😂
Por la mañana, nos despertamos y él también se levantó, vestido con pijama, mientras nosotras desayunábamos.
“Entonces… te espero a la noche, Marisol.” Me dijo, cuando me iba a despedir.
😳
Lara y yo nos miramos confundidas.
“¿No es viernes y vas al departamento de Lara?” me preguntó, pero nosotras seguíamos sin entender.
Era clarísimo que Lara quería volver a la tarde conmigo y estar también con él.
Pero mi marido tenía una visión más profunda de Lara y de mí.
“¡Vamos! ¡Vayan tranquilas! ¡Me encargaré de cuidar a las pequeñas y limpiar la casa! ¡Aprovechen de aclarar bien lo que sienten y de cuidar a mi esposa!” nos dijo, especialmente a Lara.
😭
¡Y ahí, me pegó como un martillazo!
Quería que volviera a lo mío con Lara, porque le da mayor tranquilidad.
Me puse a llorar, porque es un tonto y no lo voy a engañar jamás y también se lo dije.
“¡Tonto!” y le di el más cariñoso de mis besos.
Y Lara y yo nos marchamos…
Y aquí estoy yo, contando las horas para que vuelva y esperando poder dormirme luego.
😕


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1 comentario - Lara, mi marido y yo (III y final)

Lex_Luthor69
Muy buen relato, van puntitos, me sorprendió gratamente el relato al no solamente incluir sexo sinó experiencia
metalchono
😆 ¡Gracias! ¡Qué rico que lo hayas disfrutado! 😊