El tesoro de mi hermana (II)




Post anterior
Post siguiente
Compendio II


😂
¡Eres un poquito descarado!
No puedes decirme que sigues molesto por lo de ese día y que quieres saber cómo nos lastimamos, mirándome de esa manera.
😆
Pero si te soy sincera, las cosas pudieron salir mucho peor.
Mi hermana quería usar el cinturón que tu compañera le regaló a mamá.
Ese, que se pone el consolador de 2 puntas.
😓
Y me costó un mundo convencerla que no, porque tras la noche de año nuevo (¡Que no me dejas contarte a ti o a los demás! 😠 ), que ella quería volver a probarlo.
😕
Mamá dice que todavía es un poco ruda con ella (y ahí, si te entiendo un poco con lo del incesto, porque no me imagino en unos 15 años más a las peques rompiéndome la cola :/), porque lo hacen cada 2 meses, más o menos.
Y es que yo pienso que de todas nosotras, a mi hermana es la que más le gusta que le rompan la cola.
😏
Bueno, en realidad, que TÚ le rompas la cola.
En fin, déjame seguirte contando lo de esa noche.
Estábamos tan calientes las 2, que cuando mi hermana se sacó el consolador de la rajita, lo limpió sin darle asco de sus jugos.
😫
Me lo empezó a meter despacito y se sintió raro, amor.
Me llamó la atención que la puntita vibrara mientras se metía.
La tuya no es así.
Tú entras bien derecho y se siente que está viva, porque quema y me ensancha y yo puedo sentir tus pliegues de carnecita mientras avanzas.
Y empezó a moverlo despacito, como lo hice con ella.
“¡Espera! ¡Me gustaría probar ese!” le dije a mi hermanita, de puro golosa, tomando el brillante que tenía las pequitas.
😓
“¿Este, Mari? ¿Estás segura?” preguntó mi hermanita, dejándome el consolador adentro y encendido.
XD
¡Tengo que confesarte que cuando ya estaba adentro, si se sentía genial!
“¡Si, por favor!” le respondí.
😟
Mi hermana me miró entre preocupada y confundida.
Pero lo lamió igual, lo encendió y en un movimiento rápido, que hizo un gracioso ruido como “sup”, me cambió el que tenía por ese.
“¡Mételo!” le pedí, porque solamente me tenía con la puntita y es que como te mencioné, tenía el tamaño de tu cabecita y yo estaba caliente.
Mi hermana como que se resignó y me hizo caso.
😩
¡Fue bastante doloroso!
No era el tamaño, porque era como el tuyo.
Pero sentía que me desgarraba por dentro, en toda mi carnecita suave y me dolía muchísimo.
Era como que me rasguñaba y me dolía, clavándome con un montón de agujas en esa parte tan sensible.
“¿Lo ves, Mari? ¡Por eso no quería que lo cambiaras! ¡Yo ese lo uso para darme por detrás!” dijo mi hermanita, dándome dolores de parto cuando lo sacó otra vez.
😖
Mi hermanita, con mucha ternura, me ayudó a aliviarme.
“¡Ya, Mari! ¡No te preocupes! ¡Ya pasó! ¡Ya no te duele!” me decía, haciéndome cariñitos con la lengua por el interior de mi rajita.
Se puso de rodillas frente a la cama, mientras le dejaba mi rajita expuesta para ella y me empezó a lamer por los muslos.
Me dolía por dentro, pero mi botón seguía hinchadísimo y las lamidas de mi hermana me ayudaban bastante a sentirme mejor.
Imagino que la pobrecita debió tomarse todos mis juguitos, porque a ratos, sentía esa corriente rica en mi botón y me aguantaba todo el gemido, pero luego de sentirme refrescada, no sentía la humedad de siempre por mucho rato.
Fue muy lindo, porque me recordaba cuando dormíamos juntas y yo la cuidaba cuando las cosas le daban miedo.
Me dejó en éxtasis y cuando ya definitivamente se me pasó el dolor, me puso el consolador del principio.
“¡Mira, Mari! Hay veces que estoy ganosa y me la meto de golpe. Pero yo disfruto más, estimulándome por el contorno.” Dijo ella, con mucha experiencia.
😋
¡Y déjame decirte que tenía mucha razón!
Lo lamió bien lamido (parece que ella tiene tanta practica dando mamadas, como yo XD) y me lo empezó a rozar por los labios de mi rajita y mi botoncito, pero apenas tocándolos.
¡Se sentía riquísimo y el ruidito del vibrador (un “brrrr” suavecito y silencioso) lo hacía más excitante, secreto y erótico!
Me daba sacudidas locas. Como si tuviera saltos. Me sentía ardiendo en calor y hasta estaba transpirando mientras lo hacía, porque yo quería que algo entrara en mí.
A ratos, la dejaba un buen rato vibrando sobre mi clítoris. Ahí, mis ganas se desbordaban y me movía de un lado para otro, esperando que ella finalmente se decidiera y me la metiera o que tú llegaras y me hicieras el amor.
Mi hermanita, entretenida con mi cara placentera, me preguntó con una tremenda sonrisa.
“Mari, ¿Me dejas chuparte otra vez?”
😲
¡Amor, me sentía en la gloria!
La lengua de Cami es tan, pero taan suavecita y caliente, que me hacía estirarme y retorcerme de placer.
Ni siquiera Lara, que ha estado con otras chicas, me chupó tan rico como ella.
Y es que se podía sentir el cariño de mi hermana en sus labios y en la manera tan graciosa y sensual de sorber mis jugos.
Su lengua, mi amor, bajaba hasta el contorno de mi colita y sus labios no paraban de apretar bien despacito mi botón.
Yo le hacía cariñito en su pelo suave, como si le diera las gracias por todos sus cuidados.
Recuerdo que sus manitas, con mucha ternura, me acariciaban la cintura y como que intentaban alcanzarme los pechos, hasta que toqué las estrellas una vez más.
😍
“¡Estas cosas me las enseñó mamá la otra vez! ¿No se siente increíble?” me preguntó ella, con su linda sonrisa de niña buena.
Me había hecho tan feliz, que le tomé de la cabecita y casi la obligué que me besara una vez más.
Fue un beso rico largo y ameno. Éramos otra vez hermanas y más que hermanas, también.
Porque amábamos al mismo hombre que nos vuelve locas y que por él, hacíamos todo este tipo de cositas ricas para agradarle.
😕
Yo sé que para ti es difícil y que tienes una visión de familia que realmente es linda, mi amor.
Pero tú no tienes idea de cuánto te aman mi hermana, mamá y mi prima.
No es solamente porque nos hagas el amor bien rico.
Pero es que ellas, al igual que yo, queremos estar la mayor cantidad de rato contigo y ojala, tener muchísimos hijos.
Y es que todas me dicen lo rico que besas, que abrazas y que “coges”, como dice tan enfáticamente mi prima.
Pero también está ese lado tan tierno tuyo de amigo confiable y que escucha y piensa soluciones, que tampoco pueden dejar de amar.
😆 😂
Si lo piensas, nosotras nos hicimos esas nanas porque tú no estabas con nosotras y por lo tanto, es un poquito tu culpa.
Pero tampoco te voy a negar que mi prima te necesitara tanto como nosotras 2.
En fin, nos estábamos besando bien rico y acarameladas, y ella, con mucha diligencia, seguía rozándome con ese vibrador y dándome un gozo riquísimo.
“¡Mira, Mari! A lo mejor, no es tan rico como lo hace él. Pero yo encuentro increíble cuando la empiezo a mover así.” me dijo ella, con bastante humildad.
😮
¡Fue simplemente sensacional!
Porque empezó a moverlo en círculos y círculos y sentía que me amplificaba el placer por cien y por mil.
Y es que nuevamente, no es tan rica como la tuya, porque se te hincha y me acaricia todo eso en simultáneo.
Pero de esa manera, como que iba sintiendo todo, todo lo que haces, pero por partes.
🤤
Y después, nos dimos un descanso chiquitito y nos pusimos a conversar.
Ahí conversamos de “Naruto” (Que también la está viendo) y le contaba yo de mi fantasía que hicieras la “técnica de clones de sombra”, para que te metieras por todos mis agujeritos al mismo tiempo.
Eso le hizo reírse.
“Bueno… a lo mejor no es taan rico como el original, pero creo que te puedo ayudar.” Me dijo ella, con una sonrisita tan picarona.
😂
¡Y ahí fue que me enseñó su técnica secreta!
De partida, empezó a lamer los 2 consoladores (uno de ellos era el malo), hasta dejarlos extremadamente bien lubricados.
Si hubieras visto cómo se chupaban sus mejillas, al momento de chupetearlos…
😳
Primero, se puso en 4 patas y se metió el malo por detrás.
“¡Este es excelente, si quieres sentirlo más brusco y doloroso!” me dijo mi hermanita, que al momento de encenderlo y metérselo, se volvió a quejar contentísima.
Y el otro, lo lamió como si fuera helado y se lo metió por delante.
😕
Pero otra vez, como que no llevaba el ritmo tuyo.
Porque claro, se metía el de la cola más adentro, pero el de adelante se le olvidaba y viceversa.
Y aunque le daba placer, no era el máximo que nos puedes sacar tú.
“Cami, ¿Me dejas ayudarte?” le pregunté.
Me miraba entre dichosa y borracha.
Pero yo sabía qué quería.
😤
Le tomé firmemente los consoladores y se los metí al mismo tiempo.
¡Lanzó un bramido increíble, que tuvo que taparse la boca con ambas manos!
“¡Oh, Mari! ¡Oh, Mari!” se quejaba.
Pero es que tú eres así, amor: tú ya no la metes hasta la mitad.
Tú vas hasta el fondo y créeme que todas te lo agradecemos, porque cuando te corres, nos inundas el útero con tu leche tibiecita y deliciosa.
Y realmente, en esos momentos estaba moliendo a Cami de placer, porque tenía que apoyar su cabeza en el colchón de la cama, mientras que se la metía sin parar.
“¡Ohh, Mari!... ¡Sigue!... ¡Ahh!... ¡Qué delicia!” gemía una y otra vez.
“¡Cami, sóbate los pechos!” le ordené.
“¿Qué?”
“¡Hazme caso!” le dije, porque conociéndote, si estuviera en un trio contigo, no hay manera que me dejaras con los pechos en paz.
Así que se desabrochó la cinta del corsé (Si, porque como tú no estabas, todavía estaba a medio vestir 😠 ) y empezó a sobarse.
😳
¡Fue increíble!
Porque tú sabes…
Cami tiene una enorme pechera y verla así, besando sus pechos y colocándose los pezones tan cerca de la boca…
🤤
¡Hasta yo me empezaba a mojar!
Y no sé qué fue.
Habrá sido la excitación o el amor que tengo por mi hermana, pero llegó un punto en que le saqué el consolador de la rajita a Cami y empecé a lamerla una vez más, enterándome en su cálido manantial.
Dio un suspiro más profundo, porque me tiré con todas las ansias y ella me dio todas las facilidades para que me la comiera, mientras que ahí, con mis 2 manos, le enterraba el consolador por la cola de una manera impresionante.
Ese saborcito extraño y ese olorcito tan rico a pipi me volvieron a sorprender.
Pero no me desagradó.
Al contrario, lo encontré delicioso y le lamía bien contenta.
Solté una de las manos, para guiar mejor sus movimientos y devolver todas las atenciones que mi hermanita gentilmente me había dado un par de minutos atrás.
“¡Ahh, Mari!... ¡No me… dejas respirar!...” se quejaba, llorando, mientras que su cola seguía subiendo y bajando, como si estuviera en un baile sensualísimo y siniestro.
Y el “malo” se enterraba hasta el fondo en Cami, que no se paraba de menear más y más.
Y no sé bien cómo lo hizo, pero tomó sus pechos y los estiró de tal manera, que sus pezones le quedaban en la boca y los chupeteaba sin parar de llorar de placer.
Yo, mojada toda la cara, hasta las orejas, mientras que Cami no paraba ni de quejarse ni de correrse y me enterraba en su conchita de una manera insaciable y poderosa.
“¡Si, Mari!... ¡Si, Mari!... ¡Ah!... ¡Ahhh!... ¡Ahhhhhhh!”
¡Y se corrió en toda mi cara!
La lamí suavemente, dejándola limpiecita, como tú lo haces y traté de sacarle el malo de la cola.
😅
Estaba tan metido adentro, que apenas lo podía mover.
Y bueno, cuando salió, le salieron unas gotitas de sangre.
Pero no fue tanto…
Y de eso, si te pido disculpas.
Porque quiero a mi hermana y de verdad, no me gusta que se haga daño por mí.
Pero ella estaba igual de contenta que yo y no se había dado cuenta.
La besé otro poquito, con besitos entre cariño de hermana y algunos medio acalorados.
Pero descansamos un rato y después, probamos el collar en mi colita.
😔


Post siguiente

2 comentarios - El tesoro de mi hermana (II)

pepeluchelopez
Valla que cosas tan ricas se hacen ustedes! Saludos. No creo que el esté muy molesto
metalchono
Hasta esa parte, estaba todo bien. Pero de ahí, se nos fue todo en bajada. 😔
nenelink
tus lecturas son malas muy malas muy irreales
metalchono
😔 Gracias por comentar.