En el baño del vecino…




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Compendio II


😕
Halloween sin mi marido fue malo otra vez.
Lizzie y yo nos disfrazamos.
Hasta le presté mi traje de enfermera sexy para ayudarme a dar los dulces y le quedaba de lujo: sus pechos bien parados y tentadores, su cintura bien mona y delgada y su cola cautivadora, con unas pantis negras de encaje que la hacían ver genial.
😅
Llegaron varios papás con sus chicos, más que nada, porque se acordaban de lo buena que se ve la vecina.
Como a mí no me gusta mostrar tanta carne cuando ando soltera (¡Me trae malos recuerdos de los amigos de mi papá!), me vestí con mi antiguo uniforme de colegio…
😓
¡Me queda chico de pecho y la falda muestra bastante muslo!
Liz, en cambio, le gusta que la vean y algunos papás nos miraban bastante contentos, comentando que “hay muchas mujeres bonitas por estos lados”.
😠
¡Y tirándome miradas picaronas!
Pero el lunes llegó mi marido y todo volvió a la normalidad.
🙂
El vecino nos invitó a su casa, porque finalmente le han ascendido a jefe de su grupo y organizó una fiesta de disfraces, con algunos de sus compañeros.
Nos demoramos en salir, porque las peques estaban más que inquietas al ver a papi. Pero logramos que se durmieran y fuimos como a las 9, con el estómago apretado, porque Liz tenía clases.
😕
Al principio, me preocupé, porque no le había conseguido un disfraz.
Pero él es un chico de muchos recursos: se puso una camiseta blanca, Jeans y una chaqueta de mezclilla.
Luego se puso sus botas de seguridad, su casco y la chaqueta reflectante.
😃
¡Parecía “Bob el constructor”!
Pero yo, como buena otaku, tenía un disfraz que no había podido estrenar.
Es “Sailor Jupiter”: Un leotardo blanco, con una faldita verde cortita, una cinta rosada en el pecho, cuello de marinerita y guantes blancos, con una diadema.
Cuando los chicos de la tienda en Japón lo escogieron, era porque mi pelo era parecido a ella…
😉
Y por el color de mis ojos, que son igualitos.
😠
Me enojé con él, porque se rió un poquito.
Pero después me dijo que me veía bonita y todo quedó bien.
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Cuando llegamos, la fiesta estaba en su apogeo.
Pero me sentía rara.
😕
Era gente de unos 25 años para arriba y los disfraces me parecían más de adultos: gatas con máscaras y sin cola, vampiros, princesas, policías, sacerdotes…
En el fondo, de todo.
Pero yo me destacaba (¡Y sin intentarlo!) porque era una de las que más carne mostraba, con mis pechos rellenitos de leche y mi colita bien parada, que llamó la atención de los hombres y las miradas molestas de las mujeres.
Mi marido me pidió que conversara con las mujeres y tratara de hacer nuevas amigas, mientras que él iba a charlar con el festejado.
😔
Fui hasta un grupo de unas 5 mujeres. A mí no me cuesta hacerme de amigas y la verdad que, aparte de los vecinos que organizaron la fiesta, no conocía a nadie más.
Pero sentía que me miraban como si se burlaran de mí y la conversación no era tan entretenida, porque la mayoría eran dueñas de casas y hablaban de lo bien que le iba a sus esposos y chismes de personas que ni conocía.
Cuando me tocó presentarme, 2 señoras reconocieron a mi marido: una, porque lo había visto en el centro comercial un par de veces y otra, que le había visto trotando por la playa.
😤
Yo, más pechugona todavía, porque a pesar de ser delgadito y todo, de tanto salir a trotar, los hombros se le ven enormes, sus piernas durísimas y como no le gusta la cerveza, era uno de los poquitos que tenía el abdomen plano (y eso que no le han visto en la playa, porque es una delicia :F).
Y me metieron más en la conversa, pero igual la encontré medio aburrida. Además, los otros hombres me miraban y me daban sonrisitas, lo que me hacía sentir más y más incómoda.
Hasta que vi un par de ojazos que no me perdían de vista.
😊
Eso me encanta de mi marido, porque me mira y me hace sentir como cuando pololeábamos y no me atrevía a hablarle.
Me miraba como mi amigo fiel y yo me ponía colorada, a pesar que estamos casados y que tenemos hijas.
😍
¡Me encanta que me mire de esa manera!
Porque él no me saca la ropa.
Me mira así de tierno porque me conoce.
Y casi se me para el corazón, cuando vino caminando hasta mí.
💓 💓 💓
Las mujeres que estaban conmigo se callaron al tiro al verle.
Porque claro, sus rasgos son distintos, sus ojitos son maravillosos y él es bastante apuesto.
Como que miran bien decididos, bien seguros y con mucha inteligencia.
“¡Hola! ¡Disculpen! ¿Les importaría si les tomo a mi mujer?”
😳
Ninguna objetó, porque mi marido es todo un señor y caballero y se quedaron mirándome, como si no creyeran que la chica que viste de “Guerrera de la Luna” estuviera casada con un “Bob el constructor” tan guapo y maduro.
😏
Pero eso no fue lo mejor de la noche.
“¿Por qué me buscaste?” le pregunté en español.
“¡Ah! ¡Por nada! Te vi aburrida y algunos tipos empezaban a hacer unos comentarios molestos de tu disfraz.”
😕
Me sentí malísimo.
Porque nunca quise hacer que mi marido pasara vergüenza por mí.
Pero me llevó a la cocina…
Y si yo mostraba mucho, la vecina era una revolución.
😂
Estaba vestida de caperucita, pero de esas que muchos lobos les gustaría comérsela y llevársela a lo oscurito, preparando canapés y bocadillos.
Capa roja, como corresponde. Pero con un peto de gasa blanco y semi transparente, con un bikini rojo bien delgadito, que apenas escondía sus pechos y mostraba su ombligo.
Una mini falda roja, que a duras penas le cubría la diminuta tanga y zapatos rojos, de taco alto.
Al ver a mi marido, se le alegró la tarde.
😃
Pero cuando él le preguntó, tomándome firmemente de la mano, si necesitaba que trajéramos algo de mi casa, su cara se molestó.
😠
¡Claro! Como no era ella la que se iba a comer a mi marido, como lo ha hecho todas las otras veces que ha ido a buscar platos o poner crema a pasteles, no quiso apañarme.
Pero lo rico de mi marido es que siempre tiene un as bajo la manga
😋
Con toda patudez, mientras algunos invitados conversaban más cómodos en el living, me invitó a subir por las escaleras al segundo piso de la casa de los vecinos, como si fuera la nuestra.
Siempre tomados de la mano.
😍
Nuestras casas son idénticas, salvo que las cosas están al revés, como si estuviéramos al otro lado del espejo.
Y me llevó al baño de los vecinos, donde las cosas se pusieron entretenidas…
😈
¡Me robó un beso majestuoso!
¡Húmedo! ¡Silencioso! ¡Extremadamente rico y dulce!
Y me sentó en el estante del lavamanos.
😆
Me tenía de piernas abiertas y a “Bob el constructor” se le asomaba un tremendo martillo en el pantalón.
😕
Pero todavía me sentía mal por haberle hecho pasar una vergüenza.
“¿Qué pasa?” preguntó, al no verme tan cooperadora.
“Nada. Que me arrepiento de vestirme así.”
“¿Por qué? ¡Te ves lindísima y sensual!”
“Si, pero… todos deben pensar que soy niña chica e inmadura…”
Y entonces, me dio otro besito suave, con suspiro incluido.
😘
“¿Y eso qué, ruiseñor? ¿Piensas que me molesta?”
En esos momentos, me sentía más inmadura todavía.
Porque me estaba dando de esas explicaciones tiernas de papá, tan tiernas de él.
Me tomó de las manos y me miró con sus hermosos ojos.
“¡Mira, yo me casé contigo, Marisol, porque eres distinta! ¿Crees que me pasaría lo mismo si estuviera con Margarita?
😡
¡Tenía que mencionar a la vaca pechugona, amiga de su infancia!
Él, al verme enojada y echando humo por todos lados, se reía.
“¡No, Marisol! ¡Tú eres muy distinta! Te conozco bien y nunca me harás pasar una vergüenza.”
😳
“¿Por qué no?” le pregunté.
Porque muchas veces, pienso que él se merece una esposa mejor y más madura.
Y él sonrió, al ver que me ponía más tranquila.
“Porque eres muy inteligente y te sabes comportar, ruiseñor. Eres dulce, generosa y siempre te preocupas por los demás. Nunca te he visto soberbia, pero sabes darte tu lugar. Te esfuerzas si algo te cuesta y no te rindes, a menos que lo logres.” Me decía, con su carita bien preocupada de verme tan triste.
😭
Yo ahí le lloraba y le besaba sin tener control.
Y eso fue lo rico de esa noche: porque volvíamos a ser pololos como antes.
Él también se pone nervioso cuando me toca, aunque lo habrá hecho miles de veces y a mí, me encanta escuchar su corazón.
Me afirmaba de su cinturita, mientras besaba mi pelo.
Y me fue buscando y buscando, con sus abrazos y besos, hasta que me encontró.
😦
“Marisol, ¿Te molesta si te hago el amor aquí?” preguntó, ya abriendo espacio entre el leotardo y los calzones, para meterla.
XD
¡Fue muy gracioso!
Obvio que quería hacerlo con él, porque le seguí de la mano y si me había sentado de piernas abiertas y le había dejado que me hiciera eso, era porque quería hacerlo.
“¡Para nada!” le respondí, suspirando.
😩
¡Y otra vez entraba!
Es como cuando trabajan la tierra, que meten el azadón y empiezan a hacer los surcos.
Así me siento con él.
Va metiéndola de a poquito, con respeto y ensanchándome como la vida misma.
Mis labios de abajo se sienten muy tensos y vibrantes y mi botoncito tiene corriente cuando le siente entrar y abrirse camino dentro de mí.
😫
Y están sus besos: sus dulces, tiernos y maravillosos besos.
Me toma la carita con su mano calientita y suspira, mientras sus labios envuelven los míos, respirando lentamente.
Como si mi boca estuviera rellenita de miel y su lengua buscara probarla toda.
😍
“¡Tendremos que hacerlo rápido! ¡Pueden darse cuenta!” me decía, ya metiéndola casi entera y un poquito violento.
😂
¡Me robaba la respiración sentirla ardiente, incandescente y quemante en mí!
No la había sentido en una semana y aunque Lara besa y toquetea rico, no es mi marido.
😕
Y es que incluso veo a mis compañeros de la U o a los chicos del Manchester, pero ya no me dan tantas ganas.
Lo único que quiero es estar con él, abrazarlo y que me haga suya hasta el cansancio.
Más encima, tenía que tragarme los tremendos gritos, para que no escucharan abajo y sentía cómo él me empujaba, más y más, levantándome del mueble.
Su cabeza se sentía enorme, como si fuera un poderoso brazo que me levantaba y levantaba, llenándome de placer.
😆
Ahí, recién me di cuenta que estaba en el baño del vecino, porque es igualito al nuestro, salvo por algunos detalles, como floreros, cepillos de dientes y otras cosas.
Y me empecé a calentar, pensando que no era el de nosotros.
Que ahí, la vecina y el vecino se bañaban y hacían otras cosas y nosotros estábamos ahí, haciendo el amor en ese lugar.
Ese ardor maravilloso, que se siente cuando su pulsante cosa te ensancha el vientre no tiene precio.
😲 😩 😲 😩
Cada vez que me movía, se sentía más y más grande.
¡Y llegaba hasta el fondo!
😂 😂 😂
Ustedes no pueden imaginarse de la felicidad que tenía cuando lo hacía.
Porque si él se corría, jugaríamos a ese riquísimo jueguito donde me puedo volver mamá una vez más.
Me apretaba el vientre de una manera increíble y yo tenía que quejarme despacito.
😲 😲 😲
“¡Sailor Jupiter tenía los pechos más grandes!” me dijo, empezando a sobármelos, cerrando los ojos de tanto gozar de mí.
😮 😩 😮 😭
¡Me tenía a mil por hora!
Mi botón palpitaba intenso y él, en esa posición, lo alcanzaba a rascar perfectamente con sus magistrales movimientos, mientras chorreaba más y más, sin poder parar.
Y destapó mis pechos y sentía mis pezones zamarrearse.
Su carita, sus ojitos cerrados…
¡Y ese movimiento infernal!
😛 😂 😛 😂
¡Sentía sus bolitas, dándome en la punta de mi entrada!
Y se afirmaba del mueble, mientras yo me abría como ranita para él.
¡No me podía contener!
Es la persona que más quiero y se movía tan fuerte y tan rápido, como si su pene me estuviera aserruchando.
😩 😫 😩 😫
¡Hasta sentía que me cortaba!
Veía todo tipo de puntitos, luces y estrellas, mientras que sentía su olorcito rico a él, a semen y a mis juguitos.
En un mundo donde todo subía y bajaba ardorosamente desde mí.
Era tan fuerte todo, que de repente sentí sus manos en mi cintura y pensé que me iba a terminar matando de placer.
Y entonces, se descarga adentro…
💦 💦 💦 💦
¡Me sentía en un mar increíble, flotando feliz de la vida!
Su lechecita, inundando mi vientre y sus ojitos, somnolientos y maravillosos, mirándome.
“¡Siempre quise hacerlo con “Sailor Jupiter”!” me decía satisfecho y dándome un beso.
😍
Mi rajita quedó tan sensible, que cuando pudimos despegarnos, lo sentí todo.
😳 🤤
La miraba enorme, hinchada y venosa.
Si me lo hubiese pedido ahí mismo, me agachaba y se la chupaba con todo el apetito que le tenía.
😆
Pero no. Él es un papá extremadamente responsable.
Eran casi las 10 y media y ya teníamos que volver a la casa, porque aunque Liz volvía en 45 minutos, a él ya le tiraba el cordón umbilical por las pequeñas.
¡Me ayudó a arreglarme y fue tan gracioso!
Porque se notaba por las arrugas del vestido que alguien me había agarrado por los pechos y lo que salía entremedio de mis piernas también dejaba una marca olorosa y poderosa.
😋
Y no solo eso.
Porque al verme al espejo, se me ocurrían otras cositas, como hacerlo a lo perrito o cabalgarlo en el excusado, con el morbo de usar el espacio de los vecinos y dejar bien marcado que él es mi macho.
😈
Y es que me lamentaba no haberme visto al espejo, porque me veía regia y estupenda.
Así que limpiamos lo mejor que pudimos (porque olor a macho y a mí quedó igual) y bajamos a despedirnos.
😕
A pesar de todo lo que hemos vivido juntos con los vecinos, pienso que mi marido es el amigo más leal y cercano del vecino y se notó bastante, por el abrazo fraternal que se dieron.
Pero yo volví emocionadísima.
Porque “Sailor Jupiter” volvería a enfrentar las fuerzas del mal…
😉
En nuestro dormitorio.
😉


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2 comentarios - En el baño del vecino…

profezonasur
Muy bien relatado y el relato genial
metalchono
😊 ¡Muchisimas gracias!
pepeluchelopez
Trate de imaginar la escena. Bob si lo dibujo pero seylor Júpiter trato de entender las seylor moon y no me sale muy bien la imagen mental esto si requiere de una foto jeje. Oye cuando escribes de lara? Entiendo que se escapan aveces? Ya imagino ese trio cuando se anime a probar la de marco! Saludos pasenla rico
metalchono
😤 lo creas o no, la estoy entrenando. De a poquito, haciéndole cositas para que abra más y más la mente... Sobre Bob y Sailor Moon, tuvimos una batalla formidable en el dormitorio. ¡Trataré de contarlo pronto! Saludos.