Fantasía dedicada; Sarita (goza23) y Heisenvergo

Este relato es una fantasía que me sale inspirada por conversaciones por PM con @Heisenvergo, dueño de terrible pija hermosa que me dejó re caliente desde que la vi por sus posts. Con dedicatoria para vos mango, me encantás y acá está como quisiera cogerte.


Desde hacía un par de días que nos mandábamos mensajitos durante el trabajo, desde que llegue de nueva asistente de gerencia con una vieja que me reventaba las pelotas todo el día y Heisen llegó a buscar a la vieja con una encomienda. Me encantó desde que lo vi, se le notaba fuerte y me estremecí al imaginármelo sin camisa invitándome a desvestirlo. Resolvió el asunto de la encomienda y antes de irse se despidió de mi con una sonrisa pícara y su número en un papelito junto con un mensaje que decía: “Me encantaría conocerte de cerca esas tetas deliciosas.”
Emocionada y sintiéndome muy putita porque me encantan estos juegos encontré que el baño de la oficina era lo suficientemente cómodo para desnudarme y sacarme fotos, incluso para coger si tenemos tiempo suficiente pensé. Esa tarde pasé un ratito en el baño antes de regresar de almuerzo y aproveché a sacarme una foto con las tetas rebalsando el bra a través del escote de la blusa (que dejé un botón más abajo el resto del día, ganándome miradas perdidas en el abismo de mis tetas de todo empleado hombre, y alguna chica de la oficina).

A la salida pasé frente a su escritorio hablando con Julia, la asistente que se sienta frente a mi fuera de la oficina de la jefa, y mientras ella divagaba sobre qué ruta del bondi tomar para llegar más pronto a casa y luego al club en la noche, yo pasé sonriéndole y mostrándole el teléfono con una conversación de whattsapp abierta; al salir al parqueo le di enviar y le mandé la foto tomada en el baño, mis pezones rosados y duritos en toda su gloria para él, con un texto que decía: “Así las quisieras ver papi?”.

Me contestó casi de inmediato que era una pendeja chancha, que se moría por comérmelas y llenarlas de leche. Y así pasamos los próximos días hasta el viernes que me dijo que ya era hora que lo dejara probar algo de lo que le ofrecía porque lo traía con un palo tremendo cada vez que me veía y yo, cada día llegaba un poco más puta, con el escote más pronunciado que nunca, hasta casi dejar ver la orilla de encaje del bra, una falda apretada que resaltara mis piernas y labial rojo. Nadie se atrevía a decirme nada porque la mayoría de los hombres en la oficina lo disfrutaban obviamente, y hasta escuché a un par de chicos del IT apostando a ver si usaba tanga o nada debajo de la falda.


Ese viernes había poco trabajo y movimiento, tanto que la jefa decidió irse temprano y me dejó terminándole un informe a entregar el lunes. Julia estaba esperando que se fuera su jefe para poderse largarse y ver al novio de la hermana que quedó de recogerla en la tarde y llevársela a una fiesta, pero el jefe parecía ocupado sin dejar el auricular del teléfono.

Tenía el teléfono entre las piernas porque me excitaba sentir el vibrador cada vez que me entraba un mensajito y cuál fue mi sorpresa al ver una foto de su pija durísima y hermosa con un mensaje que decía “Así me traés desde la mañana putita, qué pensás hacer al respecto?” Calculé el tiempo y pensé que diez minutos me bastaban para montarme algo con él, aunque sea dejarme manosear un poco. Me levanté del escritorio, noté que mi entrepierna ya estaba caliente y algo húmeda porque se me pegó el panti un poco a la falda pensando en qué hacerle. Le dije a Julia que me cuidara el escritorio un rato mientras iba a sacar copias, me llevé unas hojas cualquiera y me dirigí a su escritorio que estaba convenientemente cerca de la copiadora y en un rincón donde se lo podía ver de espaldas al pasillo. Perfecto, pensé, nadie se daría cuenta si saco a jugar esa pija deliciosa un rato.

Me le acerqué casualmente, él estaba hablando con otro compañero que se quedó mudo al verme, y eso hizo que mi macho en cuestión se diera la vuelta y me viera sonreírle descarada. Le hizo señas al otro chico para que se fuera y nos quedamos solos en esa ala de la oficina.
Me le acerqué a darle un beso en la mejilla, no sin pasar restregándole el escote en la cara a lo cual sonrió y me dijo “Hola nena, que rica que venís hoy, viniste a resolver aquel problemita del que te hablé?” “Claro mi amor” le dije al oído todavía con las tetas en su cara mientras él me agarró de la cintura y se dio la vuelta en la silla para colocarme entre él y el escritorio obligándome a permanecer medio agachada. Así me sacó un botón más de la blusa y me sacó las tetas al descubierto con un mano mientras con la otra ya estaba habilidosamente debajo de mi falda explorándome las piernas, las nalgas, hasta llegar a mi concha y al sentirla húmeda de expectación me dijo más sonriente “Sos toda una putita, no te he hecho nada y mirá como tenés la concha destilando calentura zorra” “Así me pone esta pija gloriosa nene” le agarré el pene que ya le sobresaltaba del pantalón “la quiero toda para mí, me dás un poquito de leche? Me quedé con sed desde el almuerzo”

Me arodillé frente a sus piernas abiertas y sin dejar de verlo a los ojos le abrí la bragueta y le saqué la pija palpitante y calientita, aún más hermosa y suculenta en persona. Sentí como lo húmedo de mi concha ya se dejaba deslizar mojándome el panti y parte de atrás de la falda, cuando me levante y tenga que regresar al escritorio les voy a dar un desfile al resto de pendejos en la oficina.

Acerqué los labios a su pija y comencé a darle lamiditas en la punta para excitarlo más, a él se le escaparon algunos suspiros al sentir mi lengua caliente en su cabeza. Me lamí los labios, le lamí toda la orilla del glande envolviendo su pija con mi lengua y así me deslicé su pija hacia mi boca hasta quizás la mitad de su extensión donde comencé a subir y bajar lentamente mientras con mi lengua seguía dándole vueltas a la punta. Él me agarró el pelo sostenido en cola de caballo y me empujaba hacia abajo mientras me decía “Así putita, trágatela toda nena, esta pija es toda tuya para que la saboreés, dale mi putita aaaahhhh…..” Yo no le quitaba los ojos salvajes de calentura de encima, y me disfrutaba su verga cada vez más caliente en mi boca. Entonces cambié un poco el movimiento haciéndolo más lento pero tragándome el palo hasta llegar a la base de su pene y él se estremecía. “Te gusta la pija verdad pendejita, tenías cara de que te encantaba desde que te vi el primer día” “Mmmhhhmmm” le contesté con la pija hasta la garganta mientras asentía con el pelo ya en la cara. El sonido de mi respuesta pareció excitarlo más, lo que aproveché para seguir mietiéndomela hasta el fondo mientras tarareaba con el ritmo de sus embestidas de cadera.

Luego me la saqué en la próxima chupada, dejando un hilito de baba colgando entre mis labios y la punta de su pene. “Mirá, te la dejé echa un pirulí” mostrándole la pija coloreada por mi lipstick orgullosa. “Entonces terminate el dulce querida” me dijo empujándome la cara hacia su verga resbalosa de tanta saliva y algunos fluidos suyos que ya asomaban el sabor de la leche tan ansiada. La recibí de lleno en mi boca de nuevo pero esta vez en vez de llevármela hasta el fondo, comencé a chupársela con menos profundidad pero más rápido mientras que con la mano le sostenía desde la base acompañando la mamada con caricias de arriba abajo pajéandolo. De vez en cuando abría más la boca para lamerle alrededor de la cabeza y volvía a chupársela más fuerte, hasta que empecé a sentir sus piernas tensarse a mi lado, él arqueó un poco la espalda y dejaba salir gemiditos y me decía “Seguí así puta de mierda, sácale toda la leche a esta poronga, eso querías verdad? Tomá toda la leche zorrita preciosa”

Pero justo antes de dejarlo terminar se la chupé una vez más con toda mi fuerza y me aparté de su entrepierna, cayéndome saliva en la blusa y por toda la barbilla y en la alfombra debajo nuestro.

“Qué hacés?” me dijo entre sorprendido y molesto, pero me levanté rápido, le dí un beso de lengua profundo, dejándole todo el sabor de su pija en la boca, y le dije “Si querés terminar vas a acabarme en la concha papi, no pienso dejar que acabés vos solo y me dejés tan mojada sin mi premio. Encontrame en el baño en cinco minutos.”

“Sos terrible zorra, me dejaste al palo, miráme el pantalón…” peo no termine de oírlo porque ya me dirigía al pasillo donde me arreglé el pelo como pude y desfilé de regreso hasta mi escritorio, por demás hasta el fondo de la oficina, y varios se quedaron mirándome el culo que yo sentía empapado de la emoción, sintiéndome la reina puta del lugar.


Continuará en la segunda parte! Gracias por leer y a @Heisenvergo, gracias por la inspiración, ya me tuve que complacer yo sola al terminar de escribirlo para vos 😉

3 comentarios - Fantasía dedicada; Sarita (goza23) y Heisenvergo

exiliado39
uffffffffffffffffffffffff nena terribleeeeeeeeeeeeeee muy caliente
21dias
ufff quede prendido
besos y
Heisenvergo
que pendeja putita por dios ! me dejas la pija hecha una roca como siempre nena ! mil gracias por el relato, te dejo mis +10 y el resto por privado 😉