Coronando a mi familia ( 5ta. parte)

El lunes, Fabio, como había prometido me llamó a su oficina.
Al entrar quiso abrazarme, pero con elegancia lo separé.
- Ya tendremos tiempo se sobra para esto, le dije, tenemos cosas mas importantes para resolver.
- Está bien, aunque me tienes al palo, te lo puedo asegurar.
- Me imagino y me alegro, ahora cuéntame.
- Bueno, el sábado me reuní con tu maridito y entre copa y copa le saqué información sobre las mujeres con las que había tenido relaciones mientras estuvo casado contigo.
- Dime que son varias.
- Ni te imaginas. Toda una banda. Bueno, me contacté con sus esposos y sus novios, y recluté 3 que me parece que dan con el proyecto.
- ¿ Qué tal son?
- Vale, te elegí todos tipos atractivos y viriles, no tengas dudas, y cuando les dije que se trataba de cogerse a la mujer de Rogelio, bailaban en una pata, te aseguro. Ahora cuéntame de tus pasos.
- Bueno Fabio, conseguí el camarógrafo. Será el jovencito de la sala de masajes.
- Me imagino como vas a pagarle, dijo sonriendo.
Sonreí asintiendo.
- El guión es muy simple. Te lo dejaré para que lo estudios con tu equipo, y ahora me voy que tengo una cena que preparar en casa.
-¿ Te parece bien el jueves a las 15 horas?
- me parece perfecto, nos hablamos cualquier cosa, dije dándole un beso en los labios y saliendo raudamente.
El miércoles me llamó Fabio para confirmarme día, horario y asegurarme que todo iba de maravillas. Por la tarde, fui a la peluquería. Depilación completa, tintura, manos, el service completo. No todos los días una tiene la posibilidad de ser la actriz principal de una película. Todo salió de maravillas. Hasta mi marido esa noche quedó sin palabras cuando me vio al regresar a casa. Y la furia de mi hijo no tenía límites. El tonto pensó que me había puesto linda para su amiguito. Cuanto que le faltaba aprender de las mujeres todavía.....
El jueves por la tarde, luego de almorzar fui a gimnasio.
Pasaron un par de días, y cuando el video estuvo editado lo subieron en una página porno amateur. Cuando tuve el link, lo esperé a mi esposo, aprovechando una noche que mi hijo no estaba.
Preparé una buena cena, y eso le gustó. Pensó seguramente que iba a ser una de esas noches de lujuria, pero no sabía lo que le esperaba.
Cuando al final de la noche, comenzó a querer avanzar, fue el momento.
- Espera, primero tenemos que hablar. Luego podemos seguir, si quieres.
Me miró extrañado.
- Está bien, te escucho, dijo sentándose en el sofá.
- Tu sabes que siempre fui una buena esposa, no?
- Si, mi amor.
- A pesar de ello, siempre que pudiste me engañaste.
Me miró sorprendido.
- No inventes.
Y entonces como una ráfaga le conté con pelos y señales todas sus aventuras, empezando por la conversación que había oído con mi hijo, para luego pasar revista a su historia.
Al principio intentó negar, pero ante el peso de las pruebas, terminó quedándose callado.
Cuando terminé, lo miré.
- ¿ No tienes nada que decir?
- Lo único es que me extraña que mezcles estas relaciones sin ninguna trascendencia con los años de feliz matrimonio que llevamos. Es algo que necesito, pero que en nada afecta a nuestra relación.
- ¿ O sea que piensas que el sexo casual no afecta el matrimonio?
- La verdad que no. Son cosas distintas. Las necesidades físicas no tienen que ver con los sentimientos. Yo te quiero como siempre, dijo con absoluta tranquilidad.
- Entonces me alegro. Realmente me satisface que tengas un criterio tan amplio. Ya vuelvo, dije levantándome del sillón.
Pasé por la cocina, tomé el bolso que tenía preparado y salí por la puerta de servicio.
Subí a mi auto y me alejé raudamente, hacia el hotel donde tenía una habitación reservada. En ella me esperaba Fabio, quien me besó cuando entré y luego se sentó esperando.
Llamé a mi esposo.
- ¿ Donde estás? Preguntó alarmado, esperé un rato te busqué y no estabas en casa.
- No estoy en casa. Antes que hablemos fíjate en la heladera. En la puerta hay un link. Es de un video. Míralo, y mañana me llamas y seguimos conversando. Ahora voy a apagar el celular, dije, cortando la comunicación y apagando el móvil.
Saqué mi netbook del bolso, la encendí y conecté al wifi del hotel. Cargué el link y me senté a disfrutar del video que todavía no había visto, pensando que mi cornudo marido lo estaba viendo al mismo tiempo. Detrás mio se paró Fabio, para observar también la filmación.
El video comenzaba con mi imagen entrando al gimnasio, vestida tal como había salido de mi casa.
Tres hombres estaban sentados en la recepción del gimnasio y cuando pasé uno de ellos me miró y le habló los otros.
- ¿ Saben quien es esa?
- No contestó uno de los otros mientras se daba vueltas para mirarme.
- Es la mujer de Rogelio, el que se cogió a nuestras mujeres, dijo.
- No te puedo creer.
- Pues creelo.
- Está buena. No entiendo porque el marido se metió con mi hermana, dijo un rubio de unos 30 años.
- Y con mi madre, dijo un joven moreno, de alrededor de 25 años.
- Y con mi mujer dijo el tercero, un hombre que pisaba los 50.
- Creo que es un buen momento para cobrarnos. Dijo el primero.
- ¿ te parece?
- Si la jugamos bien, creo que la pasamos por la piedra, y sin decir nada mas, cerró la puerta del gimnasio con llave, y dio vuelta el cartel de cerrado.
La imagen saltó al gimnasio donde vestida con un short corto y una remera ajustada sin corpiño, hacía bicicleta.
Detrás de ella, los tres hombres se acomodaron en diversos aparatos sin dejar de mirarla.
Por fin el rubiecito se acercó a conversar con ella.
- Hola, como te llamas?
Ella, sin dejar de pedalear y sin mirarlo, le contestó.
- Valeria
- No me digas que eres Valeria, la mujer de Rogelio, dijo sonriendo
- Si, ¿ conoces a mi marido?
- Si, bastante, dijo serio.
- ¿ Cómo lo conoces?
- El cabrón se cogía a mi hermana, dijo sonriendo.
Valeria puso cara de sorpresa.
- Debes estar equivocado, dijo seria.
- Para nada, pero ven que te presento unos amigos, dijo tomándola de la mano y obligándola a seguirlo. La llevó hasta donde estaban sus compañeros.
- tenía razón muchachos, es la mujer de Rogelio. Se las presento. El moreno que ves ahí, conoce a tu marido porque se cogia a su madre. El restante también tiene buenos recuerdos de tu marido. El se cogía a su mujer.
La hembra miró con miedo y sorpresa a los 3 hombres.
- mmme , me parece que estan confundidos.
- Para nada. Tu marido es ejecutivo de cuentas, y aquí tenemos las fotos que le sacamos de sus aventuras, y sin decir nada mas cada uno de ellos le mostró el teléfono donde tenían fotos de su marido con cada una de las mujeres que habían mencionado.
- No sabía nada de todo esto, dijo la hembra.
- ¿ Y ahora que lo sabes?
- me enfurece y me da vergüenza, dijo seria.
- Pues yo creo que lo único que queda en este momento es la venganza.
- Cuando llegue a casa hablaré con él.
- No es eso en lo que pensamos.
- ¿ Y en que pensaron? Preguntó con cara de inocencia la mujer.
- Que es mejor cobrar al contado la venganza.
- No entiendo.
-Pues mira preciosa. Tal como nosotros lo vemos, aquí hay dos posibilidades. O tu eres una frígida de la hostia y eso hace que tu marido tenga que buscar diversiones fuera de su matrimonio, o realmente es un hijo de perra.
- Yo no soy frígida
- Eso es lo que vamos a averiguar, dijo el moreno con una mirada llena de lujuria.
- Dejenme que me voy a mi casa, dijo Valeria, dando un paso atrás.
El mas viejo la tomó del brazo.
- El gimnasio está cerrado y estamos solos. Vamos a probarte y tu tienes la posibilidad de vengarte de tu maridito junto con nosotros. Nosotros vamos a vengarnos igual quieras o no. Tú decides.
El el video se veía como Valeria miraba el rostro desencajado de los tres machos y bajaba la mirada sometiéndose a lo inevitable.
- Por favor no me lastimen.
- Para nada primor. Es mas, si no eres frígida como aseguras, vas a divertirte como loca, dijo el maduro, arrastrándola hacia los vestuarios.
Los cuatro fueron hacia esa zona. Entraron y la cámara entró detrás de ellos.
Los dos más jovenes tomaron un paquete de toallas que había en un rincón y rápidamente armaron un lugar bien acolchado en medio de las dos banquetas paralelas. A Valeria la sentaron en la punta de una de esas banquetas.
El rubio se desnudó rápidamente, mostrando una erección interesante, y una verga dura de unos 16 cms. Hecho esto, se la acercó a la cara a Valeria.
- Chupa hermosa, chupa, le dijo dándole un golpecito en la cabeza.
Valeria, sin dejar de mirarlo, tomó esa verga y comenzó a pasarle la lengua.
- Hasta adentro zorrita, vamos que tu sabes, dijo dándole otro golpecito en la cabeza, y la hembra la metió en su boca.
El moreno mientras tanto, sin perder detalle de la escena, fue desnudándose lentamente hasta liberar totalmente una verga algo mas gruesa que la del rubio, y se quedo allí masturbándose lentamente mientras se deleitaba con la escena. La cámara se acercó y mostró en plenitud como esa verga entraba y salía de la boca golosa de Valeria.
El rubio tomó la musculosa de la hembra y se la quitó por la cabeza, dejándola desnuda de la cintura para arriba, momento en que el moreno se acercó para empezar a magrearle las tetas, que se veían excitadas, con unos pezones duros que parecían piedras. Evidentemente la hembra se estaba calentando a ojos vista.
El rubio se retiró y le dejó su lugar al moreno que de inmediato ocupó su boca con ganas, mientras su compañero se acostaba sobre las toallas, dejando su verga erguida como un mástil.
El moreno comenzó a acariciar la entrepierna de Valeria, por encima de su short. Como era de lycra, poco le costó correrlo y hacer que sus dedos tomaran contacto con su sexo.
- Vaya, amigos, exclamó, la perra está mojada. Tenía razón, no es frígida. La vamos a pasar la mar de bien, completó sonriendo. Luego, la levantó de los brazos y la llevó adonde el rubio la esperaba.
Ella lo miró y lentamente ubicó sus rodillas a cada lado del cuerpo del rubio, de espaldas a su cara.
- Acomodala tú, dijo el rubio, y ella tomando la verga con sus manos la dirigió a su cueva. Cuando estuvo dirigida se fue dejando caer, haciendo que lentamente la herramienta se perdiera dentro de su cuerpo. Cuando se hubo empalado por completo, el moreno se acercó y volvió a darle su verga para que la chupara. Valeria, mostrando una habilidad notable, comenzó a chuparla, mientras con movimientos de cadera conseguía que la vara del rubio avanzara y retrocediera en su sexo.
El maduro, sentado en la banca, miraba con placer la escena. Mientras se acariciaba la entrepierna que crecía a ojos vista.
El rubio, lentamente se iba descontrolando con el tratamiento que estaba recibiendo, y por fin, tomándola de la cintura comenzó a acelerar sus embites marcando claramente que estaba a punto de correrse.
- No me llenes, ponte un forro, alcanzó a decir Valeria, soltando a la presa que tenía en la boca, pero ya era tarde. En un último empujón, el rubio comenzó a vaciarse en lo profundo de su ser.
- Hijo de puta, te siento, te siento, dijo Valeria cerrando los ojos y limitándose a sentir como ese macho la poseía por completo.
Cuando hubo terminado, el moreno la levantó como si fuera una muñeca y la arrodilló sobre una toalla ubicada sobre uno de los bancos, y sin decir agua va, la empaló completamente, para comenzar un mete y saca bestial, que ella pudo soportar porque ya estaba distendida por la penetración anterior. El rubio se levantó del suelo y dando la vuelta, le puso en la boca su verga chorreante de semen, que ella saboreó con placer.
En plenas arremetidas del moreno, fue evidente que la hembra comenzó a correrse, sin poder gritar porque tenía la boca ocupada por esa verga chorreante. Pero a pesar del clímax no dejó de chupar en ningún momento. Las pulsiones de su sexo enloquecieron al moreno que cuando ella estaba terminando su orgasmo, comenzó a llenarla salvajemente, entrando hasta el fondo, para luego retirarse y volver a meterse para largar otro chorro de lefa.
- me acabaste, perra, me acabaste, gemía el moreno con los ojos cerrados mientras se vaciaba.
La escena fue calmándose, hasta que por fin, el moreno se retiró y desplazando al rubio le entregó esa nueva verga para que ella la limpiara. Cuando quedó limpia, quedaron los dos agotados, tirados en una banca.
Valeria, lentamente se bajó de esa posición, y miró al maduro.
- Acuéstate, le ordenó el vejete.
Valeria, obediente se tiró sobre las toallas en el suelo boca arriba y separó un poco sus piernas flexionando sus rodillas. En cuestión de minutos, el semen comenzó a escurrir de su vagina y a depositarse sobre la toalla. El maduro la miraba con verdadera lujuria. Lentamente se quitó su remera, y bajó su pantalón de gimnasia junto con su slip, hasta sacarlos por sus pies, y quedó allí de pie, comenzando a masturbar lentamente una verga de cercade 20 cm., y gruesa como un tubo de aerosol. Sus maniobras descubrían una cabeza morada, que era como un durazno.
Despacio se arrodilló entre las piernas de la hembra, y apoyó la cabeza de su verga entre los labios vaginales de ella.
Valeria que vio lo que le esperaba se aferró a las patas de los bancos que estaban a su costado, y esperó, aunque no mucho tiempo.
El hombre se dejó caer sobre ella, y la cabeza de esa lanza atravesó la entrada de su cueva como un cañón. Valeria gimió, y el gemido se transformó en un grito cuando el viaje de la verga siguió hasta que sus cuerpos se fusionaron. Nunca la habían clavado de esa forma.
El maduro se apoyó sobre su cuerpo, lamiendo su cuello, sus orejas, y quedándose quieto, un poco para que ella se acostumbrara al tamaño del intruso y otro poco para no apurar su acabada, ya que estaba sumamente caliente por todo lo que ya había visto.
Por fin empezó lentamente a entrar y salir, y cuando tomó un buen ritmo, apoyó sus manos a los costados de la cabeza de la hembra y elevándose, y apoyándose sobre la punta de sus pies, consiguió que solo su verga estuviera en contacto con ella, comenzando a bombearla salvajemente, tarea que era acompañada por los continuos gemidos de Valeria que apenas podía soportar ese pistoneo.
En minutos, ella empezó a correrse y siguió corriéndose sin pausa hasta que luego de 10 minutos, sintió que la verga se alargaba, se ensanchaba, se endurecía y por fin comenzaba a florecer desde la punta un líquido caliente y viscoso que recorría toda su vagina. El macho cayó sobre su cuerpo y la aplastó, mientras gemía y suspiraba en su oído.
- Perra, no sabes como soñé este momento. Dale saludos a tu maridito, que no creo que haya disfrutado con mi mujer como yo estoy disfrutando contigo. Come, nena, come, que te estoy dando leche para que te acuerdes toda la vida.... hay te va otro chorro, ayyyyyy, que placerr......
Hasta que por fin, se aflojó y quedó como muerto sobre ella. Tardó un rato en recuperarse y por fin giró y cayó a su lado.
Cuando ella pensó que todo había terminado, fue el moreno el que se arrodilló y llenó su vagina con su pedazo mas caliente y duro que antes, y cuando se volvió a correr, entonces la pija del rubio ocupó su lugar y la volvió a sacudir como una muñeca para terminar echándole los mocos adentro.
La cámara fue retirándose lentamente hasta difuminar la imagen y todo había terminado. El video llegó al final. Era realmente bueno.
Durante el video me había excitado, recordando todo lo ocurrido y el cabrón de Fabio aprovechando el momento, me había acariciado durante todo el tiempo, y despacio me había ido desnudando. Yo lo dejé hacer. Tenía una deuda con él, y era evidente que pensaba cobrarla esta noche.

2 comentarios - Coronando a mi familia ( 5ta. parte)

AlejandroMillo14
Para el aplauso ! ....solo faltarían fotos de Valeria desnuda
kramalo
Muy bueno...!! pero..!! esto sigue, no..? contá como fue el reencuentro con la bolsa de cuernos....en la casa....jeje..van puntos, obvio..