Una noche de verano

Era un día normal. Un sábado cualquiera. Estábamos solos, va, solos con el perro, y como siempre, estaba entre medio de los dos.
Una tarde calurosa; nos fijamos en la tv y decía 29 grados!!!No podíamos más del calor¡¡¡¡.
Sin embargo, todo lo malo trae algo bueno. Y es que, debido al sofocante calor, ella vestía la menor cantidad de ropa posible.
Una prili blanca, resaltando unas tetas despampanantes, un shorcito corto que no mostraba mucho, pero dejaba riendas sueltas a la imaginación, (y yo no paraba de imaginar), y nada más; sus piernas hermosas descubiertas, el pelo suelto, un poco despeinado y la cara roja, como ruborizada, afectada por el calor.
No paraba de quejarse de cuanto calor hacia; al principio tomaba vasos enteros de agua, uno tras otro, luego, al no poder sofocar el calor, comía hielos, los chupaba, se los metía y sacaba de la boca, siempre inocente, solo pensando en refrescarse, sin darse cuenta lo que en mi estaba despertando.
Me levante del sillón, fui hasta la cocina y la miraba de lejos.
Mi mente volaba. En mí, abundaban imágenes, las más sucias y pervertidas imágenes, cual guionista de película porno, miraba hacia el living y como que empezaba a armar un set, modificaba la escenografía, el vestuario, cambiaba la luz, todo en mi mente, ella seguí chupando hielos, mirando la tele, inmutada.
Pensé en todas las cosas que quería hacerle, las formas incontables en que me la cogería, las cosas sucias que quería decirle, donde morderle, chuparle……..
Me estaba volviendo loco. De repente, sentía como una furia incontrolable, podía percibir que mi sangre corría mas rápido, mi respiración se aceleró……..estaba muy excitado, y seguía mirándola.
Llego un momento en que no podía más, tenía que hacer algo o iba a explotar. La pija me dolía, estaba muy parada y mi bermuda me apretaba. No aguantaba más.
Me encamine hacia el living, la iba a agarrar, a besar, morder, iba a destrozarla, a hacerla mía por completo, a violarla totalmente.
Llegando al sillón, voy a tirarme a ella……………………………me pide agua, me dice que no soporta este calor, que ponga el aire acondicionado lo más frio posible, que le traiga un ventilador…..
Yo, como un verdadero gil, hice todo eso. Mis planes lujuriosos los tuve que dejar de lado. Tenía que complacerla, ponerla de buen humor, así como estaba ella, iba a rechazarme un millón de veces, no importa que hiciera yo o que le dijera.
Paso un rato, la temperatura había bajado un poco, a unos 24 grados. El aire prendido, el ventilador, ya estaba todo más agradable.
Yo estaba un poco sudado, estaba incomodo, así que me fui a bañar.
Entro a la ducha, agua fría a full, empiezo a pensar en ella.
La pienso desnuda, en cuatro patas, tocándose, metiéndose de a un dedo, disfrutando por su cuenta, gozando como puta con esa hermosa y pulposa concha que tiene.
Cambia la posición, se pone boca arriba, abre las piernas, los dedos de su mano derecha empapados por los jugos exquisitos de su concha, su mano izquierda masajeando y apretando unas tetas que no tienen comparación, mordiéndose los labios, gimiendo de a poco……
La imagino sola, sin nadie ahí para satisfacerla, volviéndose un poco loca, descontrolada.
Empieza a pensar cómo se sentiría probar esto, como sería esto otro. Su mente deriva.
A esto, llega una idea que siempre estuvo en su mente, una idea que siempre le intrigo.
Como buena puta que es, quería saber cómo es ser doblemente penetrada, que tanto gozaría con ello.
Así que, decidió probar. Sin sacar su mano derecha de su concha, empezó a chuparse los dedos de la mano izquierda, llenándolos de saliva. Están prontos. Bajo su mano suavemente, bordeo sus exquisitas nalgas
y empezó a frotar ese agujerito, de forma romántica podría decirse.
Ese agujerito, un tanto juguetón, empezó a dilatarse, y, de a uno por vez, sus dedos empezaron a entrar.
De un momento a otro, estaba cumpliendo su capricho. Está siendo doblemente penetrada. Sus dedos, todos ocupados, ahora le llenan la concha y la cola. Esta feliz, contenta, gozando como nunca……………..

Me despierto, me parece que como por un momento me olvide del mundo, me perdí e la realidad, tomando una ducha fría, que a su vez, fue muy caliente.
En ese momento tuve la idea. Tenía que hacer algo ya o iba a explotar. Así que, decidí yo, como ella en mi “fantasía”, complacerme a mí mismo.
Comencé de a poco, suavecito, disfrutando.
Me pajeaba pensando en ella, en sus poses, en sus ruidos. Aumentaba un poco la velocidad.
La veía en la cocina, con sus codos en la barra, y el culito paradito para atrás. Que mujer por dios.
La veía chupándome la pija, eso que a ella tanto le gusta y que, cuando lo hace, automáticamente se convierte en otra, mas desinhibida, mas suelta, mas puta. Y puede ser muy puta.
Llegue al clímax. Acabe en la ducha. Mientras lo hacía, miraba hacia abajo, imaginando su carita ahí, esperando mi leche. Tragándose un poco de ella, el resto volcado en su cara y en sus tetas.
Paso el momento, había “acabado” la situación. Yo estaba más tranquilo.
Me seco, me visto, salgo del baño y que veo? A mi novia, esa hembra preciosa y deslumbrante, esa mujer que te hace acabar sin siquiera tocarte, posada con los codos sobre la barra, con su lindo short y su prili, totalmente ajena a la situación, hablando por teléfono.
Todo empezó de nuevo……………………………..

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