Virgen a los 22

La historia con Gastón fue un fuego. Duro solo cinco fines de semana, porque solo nos veíamos en su casa los fines de semana para coger mucho aunque no siempre bien, ya él se demostró poco creativo y aburrido después del tercer finde. Ustedes se preguntarán porque seguí yendo, bueno la respuesta es que me calentaba lo grandote que era, el tamaño de sus manos y de su verga. Si, lo tengo que confesar, que la tuviese enorme me prendía fuego.

De todos modos deje de verlo y continué con algunas de las practicas que tenía con él. Toda depilada era una, me encantaba, me producía una excitación extra y me ponía como siempre lista o casi. Usar shores o minis sin ropa interior también lo implemente casi a diario, me hacía sentir muy lista para lo que viniese y me daba sensación de poder, no me pregunten.

Lo empecé a implementar para ir al estudio, todavía quedaba verano por delante y podía ir así vestida (y sin tanga) al trabajo, donde éramos dos mujeres, la dueña y yo, los otros tres chicos era varones de los cuales uno reunía los nuevos requisitos que me calentaban mucho, altísimo, grandote y con manos grandes todo hacía pensar que también la tenía grande.

Ya lo tenía identificado, ahora me quedaba darle a entender que estaba dispuesta a coger con él, que no estaba usando tanga y que además tenía la pocha de una muñeca, todo eso sin ponerme un moño delante del resto.

Mi jefa, una grosa que entendió todo, nos organizó en turnos a todos para aprovechar mejor los tiempos y bla bla bla. Cuestión que él, Pedro, y yo quedamos a la tarde y el resto a la mañana.
Primer día a la tarde, me voy diosa con shorcito sin tanga, obvio, remerita al cuerpo que me marcaba bien las tetas, aros, unos collares y perfumada hasta los pies.
Llegue, salude a todos, él ya estaba sentado en su sitio dibujando – bueno chicos, quedan a cargo, les dejo la llave, cuando se van cierren y pongan la alarma – nos dice Marisa, la jefa, saluda y cuando se va me guiña un ojo, abre la puerta y se van todos.

Solos, al rato me empiezo a florear por el Estudio, con el solo fin de distraerlo, que se fije en mí y que se dé cuenta que no tengo nada abajo del short. Bueno, nada de eso pasa en la primera hora. Me senté y me puse a laburar.

Me pasas el escalímetro Mecha – me dijo, - sí, ahí voy – le conteste mientras se lo acercaba. Cuando me acerque lo suficiente me agarro de la mano y dijo – me caso en un mes sabes? – lo mire sorprendida, él siguió – y además por temas religiosos, soy virgen, entendes? – casi me desmayo cuando escuche virgen, virgen – virgen! – grite, él asintió con la cabeza.
Llegue a casa directo a la ducha, estaba en llamas! Virgen, era virgen!!! Como puede ser tremendo chongo virgen!! Todos estaba mal pensé mientras me sacaba el fuego del cuerpo en la ducha fría. Le voy a ganar, me lo voy a comer a como sea pensé. Me tomé dos wiskis y me fui a la cama.
Mono negro, livianito, flojito, corpiño negro, sandalias altísimas, el mejor perfume que tenía y maquillaje a pleno. Abrí la puerta del Estudio a lo reina, todos los ojos encima mío. Aclare que estaba así vestida porque después, a la salida, tenía un evento y bla bla bla, todo mentira, obvio. Se fueron todos, quedamos nosotros.
Puse la radio, cualquiera, para romper el silencio, el pibe no largaba una palabra. No pasa nada, nos dimos la espalda durante la mitad de la tarde.
Harta ya y tibia, me acerco a él para pedirle cualquier pavada..- Pe – con voz suave – tenes acá el manual de bomberos – ni yo sabía que estaba diciendo, pero no importaba, tenía que llamar su atención. Me miró y a la velocidad de un rayo trabó la puerta, bajo un toque la persiana y, en dos movimientos me dejo en bolas – ya te dije que no te puedo coger ni me la podes chupar, soy muy religioso – me dijo algo agitado - pero pajeame no doy más de verte la conchita depilada y sin las tangas que traías antes…- cuando quise acordar había pelado un tremendo rabo gordo y largo que me impresionó!

No me dio mucho tiempo para pensar nada, me dio un beso tan profundo que casí me saca las muelas mientras me empujaba con suavidad sobre la mesa, cuando quise reaccionar ya lo tenía comiéndome la conchita como hambriento, se ayudaba con las manos abriendo los labios dejando el clítoris a disposición de su lengua y labios. Lo mordisqueo, lo acarició, lo lamió, lo chupeteo….mi cuerpo temblaba, me salía fuego de la pocha, estaba en llamas, quería más y me dio más. Metió dos dedos, enormes en la conchita mientras martillaba con el pulgar en el clítoris y mordisqueaba los pezones, que para esa altura eran un portero eléctrico completo. Volvió a besar y esta vez llevo una de mis manos a su verga – pajeame! – me dijo jadeante y volvió a meterme la lengua hasta la garganta, yo ya había perdido la cuenta de los orgasmos, creía que eran tres. Volví a prenderme fuego cuando note el tamaño de esa verga en mi mano…el pulgar y el mayor no se tocaban!!!!! La quería adentro.

Dos horas de paja y dedeo me habían dejado muerta. Mientras me incorporaba y buscaba mi ropa él fue hasta el baño y volvió, y volvió a manosearme un poco – sos divina – me dijo besándome las tetas – me voy a masturbar pensando en vos hoy a la noche – se sentó acariciándome los muslos – me caso en quince días pero mañana te agarro de nuevo, me muero de ganas y vos también o no?. Me sonó a desafío, le comí la boca de un beso – mañana vemos – le dije superada.

Al día siguiente, llegue y ya se habían ido casi todos, cuando me acerque a saludarlo, le acaricie la verga por sobre la ropa, a mi no me iba a ganar. Nos quedamos solos, cuando termine de cerrar la puerta ya lo tenía atrás sacándome las tetas del corpiño y masajeándolas, me busco la boca para darme un beso y nos matamos a chupones un toque. Fuimos hasta el sillón, me desvistió, yo lo empuje y de la entrepierna le saque ese rabo prohibido, le saque la remera y me senté sobre él con las piernas abiertas – no – me dijo él – shhhh, tranquilo – lo iba a masturbar si, pero no iba a usar las manos, empuje con la conchita su verga contra la panza y comencé a masturbarlo con la pocha, con los labios abiertos sobre el tronco, primero despacio, arriba y abajo después aceleré el ritmo, él estaba prendido a mis tetas y con las manos amasaba las cachas, las abría, las apretaba, me acariciaba el hoyito, los jadeos fueron creciendo, me hervía la pocha de pensar en tenerla adentro, me lamia la boca y los pezones sin parar.



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El ritmo se aceleró, él tomo la iniciativa, me sujeto de la cintura con un brazo y con el otro me empujaba hacia atrás manoseándome las tetas a su gusto, yo me retorcía como loca, estaba prendida fuego y él también. Al rato, siento que el cuerpo se le tensiona y acelera más el casi bombeo - ahhhhh ahhhhh ahhhhh – en el oído me puso a mil, estaba acabando sobre mí, me lleno la panza de su leche, estaba agitado pero no paro, me masturbo hasta que yo volví a acabar, creo que hasta le arañe la espalda. Me recosté en el sillón con las piernas entre abiertas, él con una mano en la verga que estaba gomosa ya y con la otra me acariciaba el clítoris, los dos agitados y sudados. – te quiero ver después del casamiento – me dijo volviendo del baño – no se – le digo vistiéndome – falta un montón y puede pasar cualquier cosa – te quiero coger el culo – me da un chirlo y me besa – ni loca, la tenes muy grande – le digo entre risas. Esa tarde no tocamos un papel.

Una semana después se casaba, volvió de la luna de miel hermoso, bronceado y listo para coger. Yo ya había conocido a Martín, El Gallego para los que leyeron:

http://www.poringa.net/posts/relatos/2662105/Perdi-una-apuesta.html

Cogimos la primera tarde que nos vimos…HO RRI BLE!! Todo fue una gran paja, el pibe no sabía coger, claro pensé, solo cogió efectivamente una vez, con la esposa, que tampoco sabía coger, una desilusión enorme, tan enorme como él, para el puerteo y la franela era un campeón mundial pero una vez colocada era un cero.

Nos despedimos y no nos vimos más. Yo conseguí laburo en otro Estudio y lo tenía al Galle, que era un rustico poco creativo pero lo hacía mejor que Pedro.


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